Serios incidentes al final del partido Bélgica-Marruecos, del Mundial de Quatar, en el centro de Bruselas Síntoma de un problema cuasi letal a fuer de endémico ante el que pefieren meter la cabeza bajo el ala la diplomacia belga y su clase politica para los que el enemigo número uno viene a serlo Rusia (sin bromas) Y la (lúgubre) perspectiva de una (Tercera) Guerra Mundial (nuclear) con una pesada tradición (belga) de casus belli europeo y mundial a sus espaldas, a ellos, qué les importa?
Douglas McGregor, coronel del ejército USA, de una más que brillante hoja de servicios incluído su protagonismo del primer plano en la guerra del Irak -operación Tormenta del Desierto- y en la mayor batalla de carros de la historia reciente entonces. No un cualquiera, o sea. Y menos que nunca ahora, cuando la guerra en Ucrania parece como que se empantana o se eterniza y eso mientras el general Invierno toma el mando de la ofensiva rusa. Y un militar de altísima graduacion además, el coronel Mcgregor, que no se anda con rodeos, ni va -contra lo habitual- por cuatro caminos, como lo demuestra el afilado análisis que nos brinda en unas declaraciones suyas recientes sobre la marcha allí de la guerra, en las que vaticina la iminencia de un ataque ruso tras la bravuconeria (sic) de la reconquista de Kherson. "Cuando el suelo se congele comenzará la ofensiva rusa" "Lo que viene ahora", que a modo de colofón de esas declaraciones, él mismo rubrica, para que no quepan dudas: "eso es lo que hay en el futuro", concluye sin cortapisas.
Un militar pro Trump? Un militar político pues, ogro ("bête noire") para el militar modelo de lo apolítico por definicion, en la idea en curso y en la educación o formación -en medios y ambientes militares, como por ósmosis o perfusión- que se nos impartió a algunos (civiles hijos de militares, entre los que me incluyo) No importa, y es que para afianzar o reforzar su postura, el militar USA traza un cuadro desolador para algunos a fuer de realista para otros muchos, y es de una estrategia (rusa) convencional, de guerra de atrición (sic) destinada a desmoralizar y vencer al conjunto de la población y obligar asi a sentarse, a sus líderes, a la mesa de negociaciones lo quieran o no lo quieran. Una estrategia encaminada a vencer y rendir al enemigo por el hambre, por el frío -con el fantasma antiguo de la hipotermia (la muerte -lenta- de frío) paseándose entre tierra y cielo (del cielo de la memoria) - o por la oscuridad a falta de luz y de electricidad, las centrales térmicas convertidas en objetivos prioritarios en esta nueva fase de la guerra en curso.
De alternativa (o plan B) todo ello al original, buscando ahorrar al máximo el sufrimiento de la población civil, y que a aquél habra dado fatalmente paso para escándalo de aquellos que hicieron del escándalo -léase de la orquestacion del mismo- algo así como un medio de vida. Sobre todo a tenor de lo que sólo aprendemos ahora objeto hasta hoy del apagamiento informativo (black-out) más riguroso y hermético de los medios, como ese plan insurreccional -programa secreto (sic) de entrenamiento intensivo en los States "para las fuerzas de élite de operaciones especiales ucranianas y demás personal de los servicios de inteligencia"- que se puso en marcha -en tiempos del presidente Obama y a cargo de los neoconservadores (neocons) de la Casa Blanca- en contra de Rusia en Ucrania ya en el 2015, mucho antes pues del desencadenamiento de la operación especial (o guerra patriótica)
Como un trampa (sic) -añade el coronel Mcgregor- que la Casa Blanca tendía a Rusia para meterla en otro atrolladero como el del Afganistán. Asunto visto para sentencia, o sea. En las semanas que se avecinan. Y entre tanto, una noticia (o lluvia de ellas en cascada) viene a complicar nuestro analisis o a ennegrecer el horizonte (como prefieran) Y es el anuncio -con la reacción fulminate a fuer de fácilmente previsible de Vladimir Putin- de un pacto (sic) entre Bélgica y Ucrania con vistas a la inclusión (ex officio) de Ucrania en el seno de la UE y de la OTAN. Lagarto, lagarto! (como diria García Lorca) Con el artículo 5 de la organización atlántica pendiendo como espada de Damocles por encima de nuestras cabezas, que así reza: "Cualquier ataque contra un país de la OTAN será visto como un ataque contra todos su países miembros". La Tercera Guerra Mundial o sea. Y Putin en su reaccion, a fe mia qu no exagera (....) Hasta cuándo?
Hasta cuándo Belgica, los belgas que me diga, se van a conformar o resignarse con el papel de casus belli -como fue el suyo en la Primera Guerra Mundial y como lo fue tambien (aunque en menor medida) en la Segunda. Que parece que sea la partitura que se les tiene asignada -gajes de un pequeño pais?- de parte de las grandes potencias. Pese a su neutralidad oficiosa u oficial, no menor que la de la Suiza. Señal infalible, esa efervescencia diplomática -junto a la de la guerra de propaganda- de que "Ucrania está ganado la guerra"? A otro perro con ese hueso! Esperando pues al General Invierno (sin prisas, con el Tiempo delante nuestra)
Voz disidente en la narración en curso, entre las clases políticas, y el establishment militar de los paises occidentales, y en los medios de la prensa "mainstream" Coronel Douglas Mc Gregor, héroe de la guerra del Irak -y con cargos de la mayor influencia bajo el mandatario anterior en la Casa Blanca-, que nos anuncia la inminencia de la ofensiva invernal "Cuando el suelo se congele, comenzará la ofensiva rusa". En voz alta, lo que siguen pensando muchos allí en voz baja. Con Donald Trump, no hubiera habido guerra en Ucrania (...)
Spencer Tracy, en una escena cumbre del film "Bad Day at Black Rock" ("Conspiración del silencio" en español) , film de culto y de gran éxito en España (finales de los cincuenta) Film histórico y dramático con un (lúgubre) episodio de la Segunda Guerra Mundial de telón de fondo. Y en donde se pone de manifiesto -asi lo oi siempre celebrar a cuento de ese film entre los míos- una rara cualidad de la sociedad norteamericana. Y es la capacidad de reconocer los propios errores, individuales o colectivos, "in casu" la implacable persecución y hostigamiento de japoneses ( en el marco no se olvide de la psicosis y de la amenaza de invasión) residentes en territorio USA durante la II Guerra Mundial. Y es algo aquello, que las voces disidentes que están empezando a hacerse oír -como la del general Douglas Mcgregor-, parecen ilustrar de nuevo a cuento de la guerra en Ucrania. Y que nos invitan a la esperanza. Y es de un pronto fin de la guerra. Ahuyentando así el peligro de una conflagración planetaria
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