Instantánea de la manifestación de hoy de Podemos en Sol. No eran un mar -como dice Libertad Digital (¿los sueños por realidad?)- pero sí que había banderas republicanas, –aunque comparativamente muy pocas para lo que cabía esperar-, y alguna que otra rojigualda (!), signos del carácter sedicioso de la manifestación y del partido que lo organizaba y de la cautela a la vez con la que avanzan. Una foto de guerra civil (”por otros medios”)- como la del 15-M- de la guerra interminable (del 36, de los Ochenta y un años) que hay que saber asumir como lo que es o pretende ser o seguir siendo para los recalcitrantes: una guerra de clases.Consiguieron su foto, que ya es algo (“c’est déjà ça”, que le dicen belgas y franceses) Igual o parecida –en diurno- a la que les tiene hipnotizados desde hace casi cuatro años como si fuera un fetiche, y me refiero a la famosa foto -nocturna- de la manifestación que dio (varias veces)à la vuelta al mundo y en primer plano (y con gran realce) de los medios y de la prensa global a escala del planeta, del sábado que siguió a la eclosión del 15-M, en el mismo lugar aunque bajo la luz o a la sombra del reloj de Gobernación (como un dios Moloch) Una foto de guerra civil como aquí ya lo dejé subrayado. Del reencenderse (“por otros medios” como diría Pío Moa)- de la guerra civil interminable, la de los Ochenta y Un años (hasta la fecha)
¿La de hoy también lo es? En la medida que se pretende un “intentarlo otra vez”, tras el fracaso polvoriento que la “spanish revolution” acabó cosechando (por sus propios méritos) hay que responder que sí. Se me dirá que había pocas banderas (republicanas) Las justas y suficientes para darle su nota (innegablemente) sediciosa a la concentración de hoy en Sol. Ya tendrán tiempo si triunfan de llenar la plaza –y España entera- a reventar de ellas. Pablo Iglesias que anda pidiendo perdones estos últimos días parece –a tenor de lo que se filtra en los medios- que anduvo comedido en su discurso.