sábado, septiembre 25, 2021

DE UN EMBAJADOR DE ESPAÑA EN BRUSELAS

 


 "La banda del Tronco", o "El Tronco y su banda". Un titulo traducido del francés que vuelve ahora tras decenios de olvido, y también de ostracismo de su autor. Botón de muestra emblematico en extremo del género grotesco de marca neerlandesa, léase de la farsa (kluchtzangerij) flamenca, que hizo (a través de los siglos) reir a unos y espumear de rabia a otros. Y habran sido precisos siglos para que me hagan reir -más que de ellos, de su autor- a mi también. Conjurando así leyendas y complejos (y tics históricos). Y me dije que tenía que compartir ese reír tan nervioso, y tan espontáneo y tan nuevo. Como si yo fuera otro

En su libro, citado ya a menudo en este blog, "Las palabras de la tribu", Francisco Umbral se hace eco de las crticas hacia Valle Inclán (sea por siempre alabado) de los posnovísimos anglosajonizados ( y a fe mía que sé quien debe darse por aludido. Y es por tratar (aquellos) el esperpento valleinclanesco de un abuso hispanico (sic), a lo que Umbral replica evocando las corrientes contemporáoneas o si se prefiere la tendencia omnipresente en todas o casi todas ellas de la estética de lo deforme, y se olvida no del expresionismo alemán que sí que cita sino una variante de estos últimos que nos pilla los españoles muy  de cerca aunque Umbral tan ensimismado en la tribu, que me diga en su tribu hispana no se diera cuenta. Y me refiero al expresionismo en version belga flamanca que tiene en un autor ilustre desconcido entre españolles su exponete (genial) en solitario del que retuve el nombre omipresente en el callejero de mis idas y venidas los primeros tiempos tras mi llegada y mi afincarme aqui (primeramente en zona flamenca) 

Y lástima que se le pasase de largo o de improviso a Francisco Umbral ese autor, que con la sagacidad y el ingenio proverbial del autor de Mortal y Rosa hubiera a no dudar dado (sobradamente),cuenta del desafío literario e historico a la vez que el expresionistad flameco (nos)  plantea, El y muy concretamente el título que aqui nos ocupa, reeditado hace poco en francés en un botón de muestra inmejorable de como están cambIando aqui las cosas, de como cambia sobre todo la correlación de fuerzas entre flamencos y francófonos en la rampa lingüística (y extralingüsítica) en Bélgica. Un telón de fondo hispano -o si se prefiere de Leyenda Negra (anti-española)- invisible y discretamente omnipresente a la vez en La banda del Tronco, que es el titulo en transcrpción literal de la obra referida. Pa    ul Van Ostaijen por lo desconocido entre españoles (a vulgo me refiero) precisa (urgente) de presentación antes de dar incio a un comentario de la obra.

Contra la idea generalmente admitida y políticamente correcta que hace del "arte degenerado" (entartete kunst) -blanco favorito, por "anti-heroico", de la censura y persecucion nazis-, un fenomeno de origen judio, se yergue en la historia y en la memoria el expresionismo alemán y su variante belga/flamenca -lo "grotesco"- en artes plásticas como en literatura, tan (desagradablemente) familiar e ilustre desconocido a la vez para españoles. Podía acaso ser de otra forma?   

Belga/Flamenco a medias -de madre flamenca y padre holandés (y no al revés, nótese bien)- eso ya da de entrada la clave no sólo de su trayectoria sino del conjunto o de la mayor parte de su obra, y en particular de la obra -del genero "grotesco" como aquí le llaman- que aqui nos ocupa, Van Ostaijen es una de las figuras mas emblematicas del fenomeno del activismo, léase de los "activistas" a saber los germanófilos (por activa y no por pasiva sólo) de cuando la I Guerra Mundial que en España fueron unos cuantos mirlos blancos y en Bélgica en cambio por más que es algo que se ve rodeado de los más espesos de los tabúes, no menos de la mitad grosso mdo de la poblacion, léase toda su zona flamencea (neerlandófona) España no tuvo estrictamente nada que ver en la I Guerra Mundial y poco más tan sólo en la Segunda. No importa. Que hay tics históricos tenaces y a prueba de las mayores evidencias como los que hacen de España y concretamente de un español emblemático si los haya en Bélgica y más exactamente en Bruselas, chivo expiatorio que ni pintado de este botón de muestra de lo grotesco en lengua neerlandesa (o flamenco/neerlandesa)  Un autor "maldito" Van Ostaijen, no menos (y que se me perdone la comparación/odiosa) que García Lorca como lo glosó Francisco Umbral. Y "maldito" ademas por partida doble, por germanófilo y por "flamingante", léase flamenco "nacionalista" ( separatista o sea) Y además por el desenlace que tuvo su trayectoria: muerto en la flor de la edad, de tuberculosis, tras haber sido condenado -por delito de "activismo"- en los tribunales belgas. Y entre los troncos (sic) que le ofrecía la época aquella hubiera podido (fdácilmente) escogerlos entre belgas. 

 


Cardenal Mercier primado de Bélgica durante la I Guerra Mundial. Figura celebrada en la historiografía oficial y discutida en la memoria de los belgas. Objeto de culto y devoción patriótica -"Le Cardinal"- para los rexistas de Leon Degrelle por su beligerancia en defensa del Estado belga, y ogro en cambio de los nacionalistas flamencos por su oposicion a las reivindicaciones separatistas de estos últimos, Paul Van Ostaijen que fue condenado por orquestar un abucheo del cardenal en una procesión durante la ocupacion alemana en la Gran Guerra, le asocia -por razón de lazos de complicidad criminal (...)- en su obra grotesca con el embajador de España en Bruselas. Un tiro por elevación -esa obra- contra España (que para bien o para mal estuvo -olímpicamente- ausente y ajena en aquella encrucijada histórica). Como tanto aficionan por estas tierras    

Pero no, el Tronco por antonomasia tenia que serlo un español, para hacerle asi cargar (pese a su neutralidad) con el Muerto, léase de responsable o culpable por la via de lo subliminal de la Gran Guerra tan calamitosa como ella lo fue aquí, y en modo y medida análogos a como algunos nacionalistas flamencos echan a  Franco y al régimen español de entonces la derrota en la Segunda Guerra Mundial y la ristra de miserias e infortunios -sólo ahora (confiteor) me doy (como español) cuenta- que para ellos se seguiría. Y el tronco (sic), el escogido por desigacion entre tantos troncos que llenaban (a creer al autor y a su prologuista) las aceras en la que es hoy capital de Europa, no podia ser otro que el embajador de España entonces en Bruselas, reo de una diplomacia de neutralidad (no de "no belgerancia" sino neutralidad autentica) que les olía y les sonaba a los "activistas" flamencos germanófilos a traición o a cuerno quemado más que otra cosa. Español, embajador de España y tronco ante el Altisimo -léase sin pieras (ni brazos) (....) y además de ello, de apellidos ilustres o "malditos". 

Porque Rodrigo de Saavedra y Vinent, (segundo) marqués de Villalobar evocaba fatalmente -a sabiendas o a regañadiente, de verdad que no lo sé- ese antepasado (presumiblemente) suyo y personaje de la mayor talla de la Leyenda de nuestras culpas y pecados, a saber uno de los dos capitanes -el uno Sancho Dávila, y el otro Jerónimo Saavedra -, que llevaron al patibulo-con todas las formalidades y solemnidades de rigor (como un auto da fé)-, a los duques de Egmont y de Hoorn- por orden del Duque de Alba en la Grand-Place de Bruselas. Y eso de por sí se basta y sobra a la hora de decidir(se) de un lado o de otro -del rigor y de la venganza, o del olvido y del perdón- la balanza de la justicia poética (e histórica), Y todo el resto no cuenta, el que se hiciese realmente apreciar -y querer- por la poblacion bega y más concretamente en Bruselas, y el que evitase por su (infatigable)  acción diplomática (de choque) los bombardeos (alemanes) de Amberes y de Bruselas. Nada, habia que dsmitificarle a toda costa y aún a costa de la decencia más elemental y de la más elemental verdad histórica. Y hacer de él un grotesco personaje (macabro más bien), nadando en la infamia y en el mundo de la prostitución y del crimen. 

Hay que comprenderles (y ya estoy oyendo las voces disconformes, de extrañeza) Y es que semejante pasion -la que traduce el sarcasmo glacial (y anti-español) tan prototípico de aqui --no traduce menos un sufrimiento comparable, el de un pais pequeño a  la medida de su inexorable destino, en el cruce o encrucijada de todas las fatalidades y de todos los atropellos: la clave historica, la de la idiosincrasia -de un pais pequeño ("petit pays") y oprimido-, la de la farsa/flamenca. Desde los tiempos de Carlos V; como en la obra que nos ocupa  "Portugal es un caminante, Bélgica tan sólo un camino" (...) 

Y es que conociéndoles como (ya) creo que les conozco, de como esa misma pasion de "lo grotesco" les pone a ellos mismos -y a ellas (...)- de los nervios,  me entró de repente a mí la risa nerviosa, con las puertas en lo sucesivo de par en par (para mí),  de lo que me parecio siempre un reino (de humor) incomprensible e inabordable, el de franceses y holandeses y belgas-. Y así riendo y riendo se me hizo claro de repente el enredo de esta pieza grotesca. Y  con la risa (nerviosa) se me fue el resentimiento. Gracias a un tronco. Español en Bélgica, que no podía ser de otra forma         

 


 

 

Rodrigo de Saavedra, marqués de Villalobar. Embajador de España en Bruselas durante la Gran Guerra. Era un tronco (sic), de malformación congénita y no de secuelas de la guerra. Pero igual que estos, como los que llevaban las mujeres en brazos como si fueran muñecos (o muñecas) Y como los que llenaban las aceras de Bruselas (en la inmediata posguerra) (...) Y pese a eso, y pese a su apellido (estrechamente ligado a la Leyenda Negra) se supo querer de los belgas. Lo que algunos aqui parece que no le perdonan. De risa (o de broma)         

viernes, septiembre 17, 2021

"DIOS HABLARÁ ESTA NOCHE" (1965-1966)

 


"Dieu parlera ce soir" (en versión en lengua francesa, original) Libro de texto -de la asignatura de Religión- en mi curso de Preuniversitario" En prueba flagrante de la (discreta) puesta de perfil de la Iglesia tras el desenlace de la Segunda Guerra Mundial y del desafio que la lucha de clases planteaba a una Iglesia a la defensiva en los paises de catolicismo sociológico. Y además, de la crudeza del fondo (judeocristiano) de la moral sexual -bajo capa de "espiritualidad"-, que en esa obra  se nos impartia. Testimonio imperecedero de la España de entonces, y que aquí  invoco -a la referida obra y a su autor-, en mi defensa y apología

"Dios hablará esta noche", publicado -con veinte años de retraso de su publicación original en el 45 en Bélgica- en España en el 65 , en plena era de paz y concordia social, el año de la terminación del Concilio. La calma, preludio de la tormenta. en el conjunto de la sociedad española y más aún en los colegios de curas. más concretamente en el de los Escolapios de San Fernando (de Arguelles) donde aquel fue libro de texto -de Religion (sic)-, en Preu, de los que habíamos hecho quinto curso de Bachillerato dos años antes (que hoy nos seguimos reuniendo). 

No comprendí mucho  pero tampoco olvidé la impresión compleja de novedad y de extrañeza que nos dejó a casi todos empezando por mi. Y sólo tras habiendolo releído ahora tantos años después, y tantos años ya de residencia en Bélgica, me creo en condiciones de explicármelo (un poco) a mí y de explicárselo con gusto a los lectores, este libro de espiritualidad catolica, y se mire por donde se mire de marca y factura belga, lo que no podia ser otra cosa. Y me explico. 

Porque sólo releyéndolo ahora me creo en condiciones de analizar las profundas semejanzas en materia de educacion que arrastraban dos países -por razón de la religion y  del pasado historico relativamente reciente-, planetas de un mundo, de un micro universo que este libro de espiritualidad -del género (en aleman) Bildung Roman- supo genialmente captar (y transmitir) justo en el momento de su derrumbe, de resultas -casi por partes iguales -de la Segunda Guerra Mundial acontecimiento matricial, y a sus ancas, del concilio Vaticano Segundo que hoy definen -segun leí no hace mucho- como "una convalidacion teológica -o eclesiástica- de la nueva correlacion de fuerzas surgida del desenlace de la Segunda Guerra Mundial" (en el 45). 

Y sólo así, con ese contexto cultural histórico y político -léase de política religiosa- bien presente en la mente del lector, se entiende cabalmente la intriga tan compleja de este libro (no exenta de emoción), igual que su desenlace tan insulso y a la vez decepcionante.  Y el desciframiento comienza por el nombre y la personalidad del autor, un jesuita belga flamenco y -en un dato todo menos trivial- de expresion francesa (o francofona), del que un libro de investigacion relativament reciente -de autora belga- nos revela datos del entorno famliar de aquél -heredero e hijo mayor de un industrial de gran talla y renombre- que ilustran y delimitan con precisión el caracter autobiografico de la obra que nos ocupa. 

Natural de Gante su autor, de una capital belga (flamenca), enclavada  en un sector de la zona linguistica (flamenca/neerlandófona) dentro del mapa de Bélgica donde aún por mucho tiempo en la posguerra -y no sé a ciencia cierta si todavía ahora- subsistían ciertos sectores de la burguesia -como los que desfilan en esa obra- en los que perduraba y regía la lengua francesa, configurando un fenómeno estrictamente minoritario y ya entonces en vias de extinción. No es el unico anacronismo que un cuidadoso analisis registra, como el que el autor de este blog con gusto les brinda . 

Asi, los centros de reunion que van apareciendo en la novela, la Escuela de Mandos, el Aquileón estadio deportivo para obreros, el Campamento obrero y la Cantera (sic) -y sus obreros de uniforme y galones de dos y tres estrellas (?!)-, configuran un paisaje marciano no poco surrealista que no reflejan ni poco ni mucho -y no hay que ser un lince para adivinarlo-, la sociedad belga -en fase de (drástica) transformación- de entonces, sino el repliegue estrategico más bien de un catolicismo sociológico a la defensiva sobre todo en los sectores sociales de extraccion obrera, de un fenomeno ya casi único en el mundo si se exceptúan España, el mundo hispánico, y en Europa (habas contadas), Bélgica y Polonia. 

Y no sólo eso, que hay detalles en las paginas de ese libro que no engañan por nimios o anecdoticos que sean. Y es del contexto -de "depuración" a la belga, menos cruenta (según se mire),  pero a la vez, gajes de un "pequeno pais", no menos desgarradora y dolorosa (....) - de la posguerra inmediata (año del 45)  en la que la Iglesia belga -como en los demás paises de Europa- optó (sabiamente) por una puesta de perfil rompiendo asi con su pasado (inmediato) ante el escándalo de algunas de sus ovejas (....) 

Como por ejemplo lo muestra e ilustra el personaje del Tatuado, amigo del protagonista Thierry, al que "no ha tenido miedo -en clase- de saludarle a lo fascista", despues de interceder Thierry por él ante el prefecto de estudios del colegio de curas y de haberle salvado de la expulsion. Por qué?  Por "las malas compañías", "porque yo sigo pensando -aclara aún el prefecto, si necesario fuera- que ha sido lo bastante imprudente para no tener ya cabida en este colegio". 

Y el fantasma de los rexistas vencidos (y apestosos) -de Leon Degrelle- de un mismo medio o background sociológico (grosso modo) sociocultural, que el de los personajes del libro (nótese bien)-, ante un pasaje tan revelador, se yergue amedrentador a modo de convidado o convidados de piedra (....) 

Un modelo o manual de equilibrismo (espiritual y a la vez político e ideológico), al compás de la hora -de depuracion y ajuste de cuentas- que se vivia entonces (cuando fue escrito el libro) en Europa. Y para uso  -y consumo- de españoles que "negaban la derrota" -Umbral díxit ("Madrid 1940, memorias de un joven fascista"- pero que aprendieron bien entonces lo del escarmiento en cabeza ajena. No importa. 

El telón de fondo geográfico e histórico a la vez, y paisajístico (tan logrado, doy fe), venía pese a todo a conjurar -con éxito- en jóvenes lectores españoles sobre todo (a modo de "fata morgana, de un espejismo "europeo" de lo más a punto, de "puertas abiertas"), esa sensacion (agobiante) de aislamiento, de bloqueo, de fronteras cerradas (con Europa), que heredaba la sociedad española de la imediata pos guerra (tras el 45) Lo que da sin duda la clave o una de ellas del éxito de difusion en España de esta obra de minorías. 

Y conjuraba a la vez esa preocupación obsesionante (ya entonces) por el problema social (sic) que angustiaba al conjunto de las clases medias en los años del Concilio y de lo que supo (hábilmente) hacerse eco aquella augusta asamblea. 

Una aprension, con el horizonte -omnipresente- de la lucha de clases que venía ya de antes en los paises de catolicismo sociológico-, y eso era (como muy tarde) desde los años de la guerra en Francia donde surgió -en el marco de la Colaboración,  nótese bien, no entre marxistas  o católico/marxistas- el fenómeno de los curas/obreros (en Francia igual que en Polonia) (...)

Anacrónicas a su vez, con olor a naftalina (o a azufre más bien) las referencias eruditas de la obra. Y primera y principal de todas ellas, la de Maurras, con quien parecia familiarizado el joven protagonista de la obra, anomalía ruidosa a fe mía y que me pasó realmente desapercibida en mi primera lectura de la obra. Y todos los demas referentes eruditos que desfilan en la obra -Psichari, Maurice Barres (maestros y amigos de Maurras), el If de Kipling (que no podía faltar) en traduccion para más inri del falangista Jacinto Miquelarena (....)- no son, todos ellos, menos prototipos emblemáticos (hoy y entonces) de un catolicismo de derechas. 

Pero el centro de gravedad de esta obra de espiritualidad no es ese, sino -como su título indica- la llamada de Dios (de noche), que viene a zanjar, como lo deja a ilustrar o a entender el desenlace de la obra, cuestiones de conciencia, las más delicadas y escabrosas, y en particular una o si se prefiere dos -estrechamente relacionadas la una cn la otra- a saber el Amor (con mayúscula o minúscula) léase el noviazgo y la sexualidad humana. A vueltas con el Sexto/mandamiento en resumidas cuentas. 

Estrechamente enlazada(s) en relacion de causa a efecto, con la otra cuestión, hegemónica y dominante en las páginas del libro, a saber la de la vocación religiosa, "una nocion oscura responsable de tantos dramas existenciales" -decía y sin duda que sabía (un poco) de lo que hablaba- Don Miguel de Unamuno. 

Y asi, el protagonista muestra haber escuchado la Voz de noche y es cancelando -o,"sacrificando", en nombre del futuro  y de un dar la espalda al pasado (sic) (coartada hipocrita y capciosa!)- la relacion sentimental que sale a flote casi a cada página de  la obra con la joven Renée, novia (casi "formal") de Thierry el protagonista.  El Amor de su vida.  

"Predicar la castidad es una incitacion a obrar contra natura". Que ese párrafo tan escabroso (y desgarrador)  del libro, y la actualidad eclesiastica tan escandalosa nos devuelven fatalmente esta impecracion -del Anticristo de Nietzsche- por si falta hiciera. 

Y el corolario o conclusion de la voz o del llamamiento divino no queda claro de las páginas fnales de esa obra, pero el lector menos prevenido facilmente se la imagina: a saber la referente a la vocación religiosa, léase la de abrazar o no abrazar el sacerdocio, que explica a su vez la gran difusion de esta obra en los colegios de curas.  

España y yo somos así, rezaban los clásicos. Y era exactamente así, como la que retrata fielmente esta obra, la España (católica) de entonces, en la que nací y crecí. Un testimonio crucial en el plano de la Memoria, la obra que nos ocupa. 

Y yo era también así, como el protagonista, como lo pinta y describe el autor de la obra, testigo mío a su vez. Testigo de la defensa.

domingo, septiembre 05, 2021

La Utopía Y Tú


 

Presente en segundo plano

no delante de la escena,

igual que el guitarra solo

(lead guitar) hoy en Bruselas

 

Esa fue (hoy me di cuenta)

mi vocación, la primera,

siguiendo fiel siempre el ritmo

en el centro de la orquesta


De la orquesta de mi vida

que eso es y no otra cosa

el arte de sobrevivir 

gimiendo y soñando en la Tierra


Lo que me venía a la mente

cual filme de una existencia

en la tarde de kermesse

al sol, y "a la salsa belga"


en la alegria tranquila 

de esta ciudad en fiesta

donde mujeres y niños

me hacian corro (de veras!) 

 

Y así se me alegra el día

 y ahuyenta penas la idea  

de cruzarme contigo por fin

caminando por la acera

 

Donde las ganas de vivir

surgen ahora con fuerza

en plena epidemia (milagro!),

en el país de la Tristeza


esperando a cielo abierto

como en medio de la selva

o dormido en tus recuerdos

junto a la chimenea

 

Y así se fueron mis dias,

mis años sin darme cuenta

en este mi mundo/feliz

que el "otro" no me interesa


A prueba de distopías

son mis sueños de grandeza!

que la Utopía, lo eres tú!

(entre bonanza y tormentas)


viernes, septiembre 03, 2021

PAPA FRANCISCO Y LA RECONCILIACIÓN DE LOS ESPAÑOLES

 

"El enredo de la Plaza de San Pedro" ("Wojtyla víctima de tres conjuras") Portada de una revista italiana digital (Attualita.it) de la mayor difusión sobre el atentado -del turco Ali Agca- en la plaza de San Pedro. En la que mi nombre y mi persona salen repetidamente (directa o indirectamente) a relucir, por cuenta de la segunda o la tercera de las (tres) conjuras -de las que habría sido víctima el papa Wojtyla-, que en ese reportaje -de autoría de una historiadora y de Carlo Palermo,  un juez brillante (y cesante) anti-Mafia- se denuncian. El terrorismo islmàico, la criminalidad mafiosa y tertio, "la componente integrista catolica" -léase la del "fanatismo catolico politizado"-, en particular "la ligada a una interpretación historica -en exclusiva de la historia de España?- que niega o desconoce la autoridad del Papa". "Caritativa" y "piadosa" -e irreprochablemente hipócrita y clerical-  amalgama (no menos grosera)  que da idea del desafio e-nor-me que a la Santa Sede España hoy por hoy le plantea. Y explica con creces las palabras sobre España del papa Francisco y las reticencias en su proyectado y una y otra vez aplazado viaje a España  

El papa Francisco en el ojo del ciclón, de nuevo entre españoles. Los españoles "tienen que reconciliarse con su propia historia", acaba (enfáticamente) de declarar el pontifice ítaloargentino en entrevista a la emisora de la COPE. Y si las ponemos en relacion, estas últimas declaraciones, con otras anteriores en las que afirmó -ante el estupor de muchos (entre los que me incluyo) de sus oyentes-, que no viajaría a España mientras estén en guerra (sic), forzoso pues es el concluir que esta no es más que una nueva advertencia o admonicion pontificia (como aquellas, tan agrias y tan acrimoniosas y numerosas de su predecesor, el papa Montini, Pablo VI) que se puede traducir o resumir o mas bien concluir o completar así: si los Españoles siguen queriendo -que cabe suponer que si, en su aplastante mayoría al  menos- que les visite.  

En otros términos (asi por lo menos lo interpreto yo), que no irá a España mientras, primo, dure la guerra de memorias o lo que es lo mismo mientras no se termine la guerra civil española interminable. Y secundo -last but not least- mientras dure la marcha de Cataluña y de los catalanes (con su beneplácito) hacia la independencia. Así habrán sido desde luego acogidas sus palabras entre catalanes. Agravado ello -para más inri- por una comparación con el Kosovo, si cabe todavía más odiosa (...) Y con el anuncio -por presión de Núñez Feijoo?-  de su visita a Santiago. "A Santiago, pero no a España, que quede claro" (...)

Lo que no deja de estar por otra parte dentro de los limites (cuidadosamente) delimitados desde lo alto, del lenguaje vaticano y pontificio, a saber -en román paladino- el decir digo donde dije Diego, y que así nadie se enfade ni se sienta obligado a darse por aludido (...) Y muy acorde sobre todo con el perfil o mejor dicho la puesta (escandalosamente) de perfil de la Iglesia -en España y en el Vaticano- en el tema de la Memoria, que me diga de la ley -o de las leyes- de memoria histórica, y en el de la independencia de Cataluña y de las pulsiones separatistas en otras regiones españolas (como en Galicia) 

Caben otras interpretaciones como las que están floreciendo en la Red las últimas horas (o en la prensa digamos patriota), como la de los que piensan que ese llamamiento papal a la reconciliación pasa -a través de la vía de los sobreentendidos- por la exhumacion de Franco no del Valle sino de las cabezas o de las mentes de los españoles (y extranjeros) que aún -en público como en privado- le profesan un mayor o menor grado de reverencia (....) Pero esto ya sinceramente nos parece un poco rizar el rizo. No es un manifiesto antifranquista,  la declaracion del pontifice, sino un pelín separatista, y a lo sumo, una puesta en guardia ante esa realidad tan sobrecogedora -la desafección de los españoles- que el papa de Roma solo parece registrar ahora. Solamente eso? 

Pues bien, y a riesgo de que se me tome (otra vez) por engreído -pero éste quién se cree?- no puedo por menos de poner en relacion (estrecha) sus declaraciones con el reportaje reciente en una revista italiana de gran difusion (Attualita.it) sobre el atentado de la Plaza de San Pedro en la que mi nombre y mi persona -lagarto, lagarto!- salen a relucir una y otra vez, y en la que -por cuenta de mi actuación en Fátima- se deja sentada una tradicion historica anti papal en la España tan católica (y romana), con lo que se viene a poner clamorosamente de manifiesto asi uno de los tabúes más grandes tanto de la Historia de los españoles, de su pasado (que no pasa) como de su convulso presente (....) 

Y es que me siento en el pleno derecho de concluir que ese despertar de la memoria que parece traducir un (insólito) resurgir de esa tradicion española anti-papal o imperial (para dejarnos de eufemismos), es o parece ser perfectamente impensable sin mi actuación en Fatima y el innegable impacto mundial en los medios -y en las mentes y conciencias de los paises católicos sobre todo- que aquello trajo consigo. De lo que la revista digital -italiana -de la mayor difusion- parece hacerse eco ahora entre circunloquios y sobreentendidos. 

Dicho todo con el mas exigente realismo y sin la menor dosis de acrimonia, ya digo. Y en espiritu de reconciliacion como la que predica ahora el papa Francisco. Y es que, haciendo un esfuerzo de empatia y de comprension, hay que reconocer que el desafio que a todas luces España entera y el conjunto o la gran mayoria de los espanoles , parece que ahora le plantean -hasta el punto de postergar sine die, una vez y otra la (obligada)  visita a España de un papa casi tan viajero como su predecesor- tiene pocos precedentes en la Historia de la Iglesia -desde la época del Renacimiento al menos-, acostumbrados como estaban en el Vaticano y sus altas esferas -en contraste con otros países catolicos como Francia o de importantes minorías católicas como los Estados Unidos- a poder contar siempre con nosotros, léase a la fidelidad sin falla y a la obediecia ciega en proveniencia de la Península, y a aprovecharse de ellas (...) (como lo denunció en su tiempo Pedro Sáinz Rodriguez, gran vaticanista si los hubo en la política española) Y por eso sólo aunque sea, lejos de irritarnos como a algunos, las recientes palabras del pontifice nos inspiran compasion (sic) más que otra cosa (...) 

Aunque como gatos escaldados, echemos raudos el freno de mano en todo lo que con la Santa Sede se relaciona.