Puntal de orden y de autoridad, Stalin, en el caos de anarquía y de desgobierno que trasluce en la novela/testimonio del secretario de Azaña, Chaves Nogales, sobre la Revolución rusa, especie de vademécum para bien-pensantes -con el trasfondo de la guerra en Ucrania- en la España de hoy. Tenia razón Roger Garaudy?
Manuel Chaves Nogales. Válgame un santo de palo!, como decía el personaje del ministro en "Luces de Bohemia" de Valle Inclán, del poeta ambulante Alejandro Sawa, alias Max Estrella. Santo aquél y profeta ("del pasado, e historiador del porvenir"). De la guerra civil española, sí, en uno de sus títulos anteriores, plebicitado en los medios y erigido (su autor) en modelo de obetividad e imparcialidad -que no haya nada que decir-, y de la guerra civil rusa, en su último libro, entre rojos y blancos, asesinos (sic) unos y otros -escribe-, pero hambrientos los unos, y ahitos (sic) -léase hartos (de pan)- los otros- para que quede constancia que la guerra continua, léase la guerra (civil) de memorias de la que ya tanto me habré ocupado aquí. Que la moraleja -derrochando moralina ("el que diga otra cosa miente") (sic)- del relato sale casi a cada reseña en los medios, en la Red, a chorrear o a relucir. Como una consigna guerrera o un slogan propagandístico o un reclamo publicitario -del mito de la lucha de clases-, las tres cosas a la vez. Rigurosamente conforme -ni qué decir tiene- a la Doxa bien-pesante que reina invicta un poco por todas partes, en los medios de la opinión publica y en los de la investigación científica (Reherche) en París como en Madrid. Mercancia de guerra este libro tan explosivo -secretario de Azaña nota bene su autor- y tan de anillo al dedo cuando se está cociendo la guerra nuclear por cuenta de una guerra convencional que ruje precisamente "allí".
Y es en estas aventuras de un bailarín de flamenco del que no se dice que sea gitano, pero más gitano que los gitanos en su forma -nómada, ambulante, "viajera" y promiscua- de vivir (....) Lo que le permite -una hipótesis apenas- el vivir (ysobrevivir) sin perder detalle en el vórtice del torbellino y del caos aquél, de la Revolución rusa, y no en un sitio cualquiera, sino precisamente en Kiev (....) "Cien días de mal gobierno mil veces antes que un minuto sólo de caos y de desgobierno" rezaba el canonista (coránico) aquél. De testigo impávido y presencial en cambio el personaje aquél: de los mayores y más viles desmanes, de los más indecentes y escabrosos crímenes y asesinatos, incontables, siempre él en primera fila -y no por el ojo de la cerradura-, sin contaminarse ni romperse ni mancharse, difícil de creer, a qué sí? Y ese es el testigo de cargo -como de jurado de hombres/buenos, de hombre de bien (sic)-, que se convoca hoy fuera de toda sospecha en la gravedad de la hora en la que nos encontramos, llamados a dirimir y a decidir. De la paz y de la guerra, de la verdad sin revisión ni revisionismo de la Historia, la misma que lleva por bandera -y por montera- Vladimir Putín.
Cerro de arrebatas capas, no me digan! La historia de Europa del Este, de polacos, lituanos, rusos, bielorrusos, rutenos y ucranios y tutti quanti, todos contra todos, como "una pelea de negros en un túnel", en la expresión favorita de Monseñor Lefebvre en sus charlas a los seminaristas de Ecône. Y en ese cesto de cangrejos no nos entra gana ninguna a fe mía de intervenir! Héroes o villanos los ucranios o ucranianos? Difícil de dirimir. Un enigma insondable que algunos resuelven por la prueba del nueve, eririgiéndoles en un pueblo "alter Christus", un cristo de las naciones como lo fue Polonia antes de ellos, y como hace ahora de ellos Bernard-Henri Lévy (....)
Y de corolario fatal e inevitable, Rusia a su lado, de conjunto de todos los males sin mezcla de bien alguno, como nos enseñaba el catecismo del infierno y del demonio. De Rusia y de Vladimir Putin. Y Stalin? Curioso que no dice ni pio de él el gitano de Chaves Nogales, aunque a cada página del relato casi -por el brillo de su ausencia aunque sólo sea- sale su figura a relucir. Lagarto, lagarto de mal farío para aquél! Tenia acaso razón en lo que de aquél decía y pensaba el ex-marxista y converso del Islam Roger Garaudy. Mito fundador el Padrecito de los pueblos? Va a ser que sí. Para conjurar de una vez para siempre los fantasmas y demonios de nuestra (interminable) guerra civil
Simon Petliura. Atamán (comandante en jefe) de los cosacos de Ucrania durante la guerra civil rusa y la revolución bolchevique. Campeón de la independencia de Ucrania, que acusaba a los judios -Chaves Nogales díxit- de ser los ideólogos (sic) de la Revolucion. Y omnipresente en la novela historica de aquél. Qué piensa de él y de ello -y de los progroms antisemitas de los que se le acusan-, Bernard-Henry Lévy?