En los videos que circularon mundo a través de la muerte del coronel Gadafi –que la ONU pidió que fuese investigada- se oía hablar español. ¿Españoles o colombianos habiendo transitado por el ejército español (y con la nacionalidad española) entre los integrantes de unidades de fuerzas especiales de la intervención aliada –alistados a través de compañías de seguridad- durante el conflicto en Libia?Al final eran ocho, siete más uno o seis mas dos si se prefiere, -los dos que salieron en primera plana de los medios y en las redes sociales puño en alto y bandera tricolor a todo desplegar anunciando su participación del lado de los pro rusos en el Dombás (Ucrania del Este) Dicen que habría otro (un médico) aun si regresar. Habas contadas como sea, muy lejos de ese aluvión que algunos se esperaban y con el que tanto especularon ciertos medios hasta no hace mucho. Y en las medidas adoptadas ahora en contra de aquellos por los servicios españoles competentes y la fiscalía prima sin duda el designio supremo –explicable- que no cunda el ejemplo.
Aquí ya creo que expliqué (repetidamente) mi postura en el conflicto en Ucrania, mi franco apoyo a los pro rusos por razones de todo tipo, políticas, ideológicas, históricas, e incluso de política religiosa –anti-vaticanas-, mi rechazo resuelto del mito (libertario) del Maidán, tóxico y deletéreo en extremo, y al mismo tiempo mi oposición sin reservas al alistamiento y envío de voluntarios españoles en aquel conflicto sea en el bando que sea, en lo que creo encontrar un precedente en el ejemplo de algunos movimientos de paises europeos fascistas o fascistizados que estuvieron del lado de los nacionales pero que no mandaron voluntarios a la España nacional como el caso del movimiento rexista belga de León Degrelle. Viaje de ida y vuelta de esos jóvenes antifascistas españoles, se fueron en septiembre y llevan ya uso días de vuelta a lo que parece. ¿Y por qué se han vuelto tan pronto? La pregunta del millón.