jueves, agosto 28, 2008

LITERATURA Y GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (6): "La paz empieza nunca", de Emilio Romero (Gallito)

La lectura de « la Paz empieza nunca » (1) se habrá asemejado un poco para mí al cruce del Nilo de los antiguos egipcios, por las trazas de un itinerario de regreso a los orígenes (y a la propia infancia de uno) La célebre novela –hoy más o menos olvidada- de Emilio Romero, antiguo director de Pueblo durante muchos años fue publicada en 1956 y sus episodios discurren durante los años de la república, de la guerra civil y de la guerra mundial tambien, en el frente del Este ; y el último de ellos, con el telon de fondo de la lucha contra el maquis (comunista), tiene un cuadro cronológico más preciso aún, « muy importante » para el protagonista (op. cit. p. 362): el del año de 1949, que recibe festejándolo (el autor) en un ambiente de fiestas generalizado, que era, si hay que creer al autor, el que se respiraba en todo Madrid aquella ya lejana Nochevieja. El año del golpe de gracia al maquis que decidiria el futuro de Espana en las décadas a seguir. Y el año que yo nací.

Emilio Romero, su diario Pueblo, sus « gallitos » de la tercera página del periódico, formarían parte del mobiliario de mi adolescencia, para qué lo tendría que ocultar. Como el de tantísimos españoles de mi generacion, que veian en él, en su diario, una especie de contrapunto a otro tipo de prensa de la mús influyente que representaba sobre todo el diario (monarquico) ABC, el único de aquel entonces que sobreviviria… « Pueblo », periódico de los sindicatos, portavoz y exponente del sindicalismo vertical del Regimen surgido de la Victoria, se vino abajo con la Transición como tantas otras cosas, y en particular, en virtud de uno de los pactos no escritos que se cerraron entonces que decidiria el desmantelamiento de todo el entramado sindical tan laboriosamente edificado durante décadas y con el que quedarían enterrados tanto esfuerzo y abnegacion, tanto sudor, tantas purísimas intenciones y tanto aliento y preocupación social, se diga hoy lo que se diga.

Emilio Romero pasaría a la historia oficial -cribada al tamiz de lo politicamente correcto por supuesto- como un politico superinfluyente del regimen de Franco que supo como nadie trepar (y medrar) aupándose en los sindicatos verticales y aprovechándose (un eufemismo a penas…) del dinero y del salario de los obreros españoles. Su faceta literaria –entre paréntesis- de novelista de genio (y de éxito) quedaria seemi/enterrada y practicamente olvidada por la evocación unilateral de su quehacer periodistico de entonces, prolifico e inagotable cierto, que no viene hoy no obstante más que a ennegrecer o agravar -en la mente de muchos- la imagen (en negro) que habré esbozado más arriba. Un ejemplo entre mil lo ofrece la reseña biográfica que se le reserva en Internet (Wikipedia) en donde se le describe, al final del texto sobre todo, como un peridoista sin escrúpulos (excesivos) –amante del lujo, de buenos mercedes…-que utilizaba su pluma a su estricta y exclusiva conveniencia.

Y confieso que fue la imagen que arrastraría yo mismo (casi) desde entonces. De un « gallito » -« del corral del poder » en la formula que solía utilizar un viejo amigo y camarada de entonces, que lo odiaba y admiraba a la vez yo diria…- que cantaba o guardaba silencio según se lo dictaban de arriba. « Los muertos que vos matáis gozan de buena salud », escribió el autor romántico y hoy echando la vista atrás me da que perdimos tiempo y energias a espuertas -muchos que como yo pensaban y sentían- con molinos de viento inofensivos que al final, cuando se echa la vista atrás, resultarian incluso espantajos o espantapajaros si se quiere, de lo más útiles y saludables para aquel entonces; embistiendo sin piedad como lo hicimos contra lo que nos parecía la fachada corrupta o comprometida del regimen sin darnos cuenta que estábamos tirando piedras contra nuestro propio tejado : un sindicalismo vertical –de impronta innegablemente joseantoniana- más valioso por muchos conceptos que las joyas de la corona britanica, que al derrumbarse dejó un gran vacío hasta hoy (se diga lo que se diga) Y desde luego mil veces preferible a lo que le sustituiría. Y un sentimiento (abrumador) de orfandad irremediable –lo confieso- nos habrá ido embargando poco a poco, a algunos más que otros, en el desierto social -y profesional y laboral- que la vida nos habrá deparado a algunos (entre los que me incluyo) las dos últimas decadas….

La lectura de « la Paz empieza nunca » me habrá enseñado cosas que yo ignoraba de una pasado no tan lejano que yo mismo no alcancé a vivir pero que decidiria como la diosa de la fatalidad antigua el destino de los que nacimos precisamente por aquel entonces. Y me habrá revelado tambien secretos o facetas ingnoradas de su autor/protagnista. Porque Emilio Romero se luce en su relato –como quien remata sin falla una faena taurina- por muchas cosas y aciertos pero tal vez más que ningún otro por una sensibilidad genuina de los problemas sociales, y un conocimiento ( pasmoso) de la realidad nacional o de la vida cotidiana de las clases y estamentos sociales más humildes de la sociedad española de entonces que yo personalmente, cegado y confundido sin duda por el problema de imagen –de difamación y de insidias que me diga- que el director de Pueblo arrastraría (hasta hoy), ni sospechaba en él siquiera. Porque ademas « la Paz empieza nunca « (premio Planeta 1956) es una gran novela, sin lugar a dudas. Y es, para comenzar, –y con ello que conste que no quiero dejarme arrastrar en la vorágine lo más mínimo de una polémica interminable entre críticos y literatos- una auténtica novela….

Novela historica, « La paz empieza nunca »…y a la vez novela/novela….Con personajes e intrigas creíbles, y mal o bien (segun los gustos), acabadas (y construidas) que tienen al lector en un vilo en las cien últimas paginas sobre todo, hasta su última línea. Sus descripciones de ambientes de lo más pintorescas y a la vez de lo más realistas (o verosímiles, como se quiera) del pueblo manchego –el Viso del Marqués- de donde procede el protagonista -en una zona colindante con el paso de Despeñaperros, tan andaluza ya (casi) como manchega-, de las costumbres de sus habitantes (entonces), de su mentalidad, de su forma de hablar, de su manera de ser, no desmerece de los relatos más celebrados y consagrados del mejor costumbrismo de nuestra ltieratura ni de las novelas más celebres tampoco de la corriente realista en las literaturas extranjeras (por ejemplo en lengua francesa) Y lo mismo cabe decir, tal y como se refleja en el relato, de la vida en el Madrid de la II República, en algunos de sus barrios más característicos –el Centro, Chamberi, la calle de San Bernardo- fijos para siempre y como milagrosamente intactos en la retina y en la mente del autor, pero que el viento de la guerra (civil) se llevaría inexorablemente como tantas cosas de aquel Madrid antiguo (y efímero y caduco ….) del que no quedaría al final de la guerra civil mas que un montón de ruinas…

Novela autobiografica a la vez, de su autor, Emilio Romero, por lo potente de las confesiones (literarias) que surcan el relato y tambien por el valor testimoniúl que la narración cobra tan a menudo a lo largo de sus páginas : de la guerra civil, de sus primeros momentos en Madrid, y de lo mismo que de la vida en la retaguardia –del tratamiento que se verían reservado los fachas (y sus famillias) en zona roja- y de escenas del frente de lo mas verídicas, en el Alto del Leon por ejemplo, aquel espectáculo (dantesco) de las águilas y de los milanos cebándose con los cadaveres desparramados entre los peñascos en las alturas…O del cuerpo a cuerpo –entre españoles- que sembraria el Alto de cadaveres (« la plazoleta trágica » la llama) : la guerra civil, algunos de sus trances más decisivos, de sus principales batallas, sirven a Emilio Romero de marco o paisaje incomparable de su relato novelesco, donde dar rienda suelta además de una prosa rica y exhuberante -en la descripcion de paisajes, en el hábil diseño de grandes retablos históricos, de lo más grandiosos-, a un lenguaje coloquial de lo más suelto y de lo más castizo (de su tierra...), y a un nivel tambien de erudicion y sabiduria propiamente prodigiosos y de un conocimiento a la vez de nuestra historia más o menos reciente con pocos parangones en las letras de su tiempo, ni siquiera entre los autores más en voga de las ultimas décadas.

La descripcion del célebre bar « Cantabrico » de Valladolid, un lugar de lo más emblematico y más caro a una iconografia de signo falangista –teatro frecuente « nota bene » de los episodios de las novelas guerracivilistas de Francisco Umbral- y de la escena que el autor/protagonista pretende haber visto, de testimonio visual, directo e inmediato, no tienen desperdicio desde luego….Y es que la imagen que Emilio Romero acierta a plasmar de tan célebre local, de campamento o tienda volante y de hospital de los milagros a la vez, me da que tiene tributarios de lo más directos en la literatura sobre la guerra civil en lengua española…y no doy (más) nombres : como en la escena aquella del capitán legionario y su ayudante que se pudren esperando a que los atiendan mientras que el perrito de la vieja señora que se acaba sentando al lado tiene más suerte que ellos, ante lo cual el asistente saca raudo el machete, y ante el desmayo de su dueña deguella al caniche sobre la marcha al tiempo que le pide a voces al camarero que se lo sirva de prisa y corriendo a su capitán « a la parrilla »,…sin que el publico circundante de muestras de darle más importancia a la cosa. A la rueda rueda (en la guerra como en la guerra)

Pero lo más logrado y de mayor impacto a la vez del relato lo es sin duda su última parte –unas cien páginas- con el telon de fondo de la lucha contra el maquis : botón de muestra de una narrativa extraordinaria calidad y la vez fuente histórica y documental del más alto valor, irrreversiblemente anclada (y plantada) en la memoria colectiva. « Pasada nuestra guerra el toro estaba en la plaza y había que lidiarlo » escribe Emilio Romero (op.cit. p. 362)….Y se diria que para bien ilustrar y probar lo que el veterano escritor y periodista queria decir con una frase tan criptica y enigmatica, no deja de explicar y en desarrollar a lo largo de esas páginas la vision que era la suya propia, de una forma panorámica y hasta en los más nimios detalles incluso, de la situacián tan patetica y de indefension casi total que el desenlace de la segunda guerra mundial habia deparado al Regimen surgido de la Victoria (del 39) Lo que deberia acabar contribuyendo decisivamente –más allá de prejuicios y de fobias ideológica de lo más tenaces- al avance de los estudios de psicología colectiva y de historia de las mentalidades de aquel periodo de nuestra historia española que fue el de la (immediata) posguerra europea.

Con el suelo patrio a un tris de la invasion extrajera –la VI Flota americana se desplegaba ya en aguas del puerto de Valencia...- y los vencidos de la vispera afilando ya hoces y cuchillos por doquier –figuradamente al menos- Emilio Romero da muestras de sagacidad y de vision histórica insuperables cuando define a la lucha contra el maquis como un coletazo (el último) de la guerra civil espanola (op. cit. p. 399 )…¿Veridico, autobiografico o folletin novelesco a penas todo lo que cuenta, de tan truculento, tan cruento y a la vez de tanto suspense sobre el tema ? No seré yo quien deja aquí sentada una cuestion tan melindrosa…Porque es cierto que el pasado (remoto) de Emilio Romero, su trayectoria e itinerario en relacion con la guerra civil, fueron en su momento pasto de rumores (y tambien sin duda de calumnias) y en cualquier caso de alguna que otra acusación –en forma de cartas abiertas en la prensa- que a mi me constan…La figura (o « topoi ») del agente doble –o del espia o agente secreto- tiene por otro lado credenciales sin tacha en unaa narrativa del tipo historico contemporánea. Sobre las dos guerras mundiales y en lengua francesa, por ejemplo.

Como quiera que sea, el relato, en el tramo final de la novela, sobre la infiltracion y el desmantelamiento final de todo el maquis asturiano (en 1949…) en una audaz emboscada -coordinada con la Guardia Civil- bajo el disfraz de entrega de armamento a los guerrilleros, que caen al final todos en el cepo, no desmerece en modo alguno de lo mejor y más reciente de la literatura extranjera en la materia y se diria que preanuncia con cuarenta o cincuenta años de adelanto la inflación –de interés, de influencia, y de cotizacion artistica y profesional tambien- que conoce ese universo (hermetico) de los servicios secretos empeñados en misiones especiales –como la muy reciente liberacion de Ingrid Betancourt- en el mundo de nuestros dias. Y como quiera que sea del valor autobiografico o simplemente de novela/ficcion del relato de Emilio Romero, sí habra tenido el acierto de resaltar y poner de relieve el valor sin igual de destinos individuales, muchas veces aislados y actuando por su cuenta y riesgo, que se decidieron en un momento dado –en aquellos años tan plagados de amenazas y tan inciertos- a ponerle el cascabel al gato muchas veces, o por emplear el símil taurino que Emilio Romero utiliza en su novela, a coger el toro por los cuernos de una guerra civil en ascuas, como lo serian aquellos años de la posguerra (a seguir al 45), de maquis (comunista) Y entre aquellos -a gran señor, gran   honor- se encontró mi difunto padre.

Emilio Romero, el protagonista de su novela que me diga, no deja de mostrarse y de definirse a lo largo de las paginas, en unos diálogos y en unos análisis y discursos o borradores de discurso teñidos de ideología, como un falangista auténtico fiel a la memoria de Jose Antonio y si se quita la ganga (no demasiada) o el polvo de coyuntura de ciertas formulaciones, jucios y comentarios que en ellos se vierten hoy ya superados y desfasados –no demasiados ya digo-, el lenguaje que se recoge en la novela es perfectamente defendible « hic et nunc », en el momento preciso de la historia europea (y española) en que nos encontramos. Emilio Romero perseguía y buscaba para España desde luego –es lo que a mí al leerle se me antoja- una salida al régimen, una Transicion (con mayusculas) en definitiva : una de las muchas que eran entonces perfectamente plausibles pero que diferian (sensiblemente) de la única que el rey Borbón al final quiso posible….

Una hipótesis que no hace mas que confirmarse si se leen sus celebres "Cartas a un principe" (de 1963) dirigidas al actual monarca y que explica con creces el ostracismo –y la mala imagen- que rodean, desde los tiempos de la transicion precisamente, su memoria en el recuerdo de una mayoria de españoles. Lo que avala con creces además la sinceridad y la credibillidad de las protestas de fidelidad ideológica que acompañaban unas propuestas de cambio politico que fueron panacea de toda una generacion de politicos –la suya propia- y que se verian arrumbadas al cuarto de los trastos viejos, al reino de las tinieblas exteriores, poblao desde la llegada de la democracia (borbónica), de los « ex- » (en politica), de los impresentables, "verbi gratia" de unos muertos/politicamente/hablando, con (muchos) menos derechos politicos hoy por hoy, por lo que se ve, de los que se ven reconocidos en la actual constitucion y de los que gozan hoy por hoy y por regla general una mayoria de españoles….

« La Paz empieza nunca » -para concluir- es además botán de muestra inmejorable de una especie de « textos abandonados » -más o menos perdidos, olvidados o enterrados-, legado (precioso) de la Falange literaria en la que algunos –y sigo sin dar (más) nombres- habrán entrado a saco en provecho propio las ultimas décadas….Un fenomeno de « fagocitaje literario » (José Carlos Mainer) que ya tengo aquí en este blog denunciado y que no tiene parangón hoy por hoy en la literatura comparada (en otras lenguas) Celine, Drieu la Rochelle, Brasillach incluso, Rebatet...por no dar ejemplos más que de literatura del siglo XX en lengua francesa, se ven hoy por hoy entronizados y perfectamente rehabilitados en el panorama de las letras en el país vecino : como lo ilustra el reciente ingreso en la Academia Francesa –y los discursos que le acompañaron- del escritor Dominique Fernandez, de ascendencia hispánica (mejicana), hijo de padre ilustre y a la vez « maldito » (en el recuerdo), a saber, Ramón Fernandez, escritor y crítico literario y cinematografico en la prensa francesa de los años treinta, reo de delito de colaboracion en el 45, y amigo (leal) hasta su muerte -en Paris, al final de la Segunda Guerra Mundial- de la España de Franco.

Emilio Romero (« Gallito ») : convidado de piedra de la almoneda clamorosa y escarnizante con que se saldó el barrenado del sindicalismo vertical tras la llegada (y consolidacion) de la monarquia borbónica, con su sequela inseparable de la tiranía sindical –de unas mafias corruptas, de izquierdas- que el pueblo español y en particular sus clases trabajadoras soportan indefensos desde entonces.

Nobleza obliga el confesar algunos que nos equivocamos...fracasamos que me diga entonces (de buena fe sin duda) buscando una alternativa (cualquiera) al sindicalismo oficial, lo que nunca se quiso posible a seguir a la muerte de Franco : ninguna otra más, en cualquier caso, que la que ofrecia el sindicalismo beligerante de la guerra civil, de la UGT y de las comisiones/obreras.

Emilio Romero (Gallito), escritor de genio, periodista y maestro de periodistas: IN MEMORIAM

(Y en desagravio tambien: ¡qué mal te conocimos, Don Emilio!)


(1): "La paz empieza nunca" de Emilio Romero. Premio Planeta 1956, 11a edicion, Planeta, 1965

martes, agosto 26, 2008

NI CERRILES...NI PRIMOS TAMPOCO (sobre el grupo "Libertad Digital" y sus pro/hombres)

Horacio Vazquez-Rial del que lei algo –bastante razonable- hace ya tiempo sobre tema argentino escribia antes de ayer en « Libertad digital » un analisis sucinto y somero sobre la crisis en el Caucaso que no tiene desperdicio, no por lo que dice sino mas bien por lo que se trasluce : en otras palabras, porque se le ve el plumero…Su estimacion substancialmennte positiva de la (ex) Union Sovietica de Vladimir Putin y sobre todo la sempiterna cantinela –de rigor se diria en los medios que son los suyos, en la publicacion en la que escribe- en contra del « espiritu de Munich » revela, ademas de la atonia de la diplomacia espanola, llegado el caso por lo menos –sea quien este en el gobierno, en la palestra de la poltica internacional en suelo europeo sobre todo, de una crisis grave como la del Caucaso-, de dónde cojean ademas hoy como ayer los analisis geo/estrategicos de un grupo generacional, que asi se les podria denominar: de todos los que se congregan en torno a la revista que dirige Federico Jimennez Losantos. O de qué lado, aun sin querer casi, se les van las preferencias…

« Quien se fue a Sevilla perdio su silla » dice el refran, y es lo que me acabara soltando quizas de immediato mas de uno tras la lectura de este articulo. Y no les quito de entrada razon, pero si ello es asi, si la politica e incluso la vida y el destino de individuos/cualesquiera no es mas que un juego de quita y pon en España como en cualquier otro sitio, equivaldria a decir que hay pocos motivos (por no decir ninguno) de considerarse ligado por lazos de sangre o de solidaridad cultural siquiera a la Patria de uno mismo cuando se reside fuera de ella. Y quiere decir pues que deberia cesar de una vez por todas el grandioso equivoco que se mantiene sobre el tema imigracion (o emigracion) en Espana desde siempre y no solo tras las ultimas avalanchas ni solo en las ultimas decadas. Si el emigrante es un ciudadano de segunda, como perteneciente a una minoria etnica tanto si se le mira desde aqui como desde alli -« in casu » desde España como desde Belgica-, tendria que servirnos a todos de leccion y empezar (todos) por reconocer que España –pais de emigrantes desde hace mas de un siglo y de immigrantes ahora tambien, en las ultimas decadas- arrastra una lacra (escondida) y un baldon no menos oprobioso de antaño a añadir a muchos otros que desdicen del honor de una nacion y redundan gravemente en su imagen en el exterior (cuando se la contempla desde fuera, con ojos de emigrante, o si se prefiere de « auto/exilado »)

Y viene a cuento de ese sentimiento inalienable que experimente siempre desde que el grupo/generacional al que me refiero empezo a jugar y a pisar fuerte en el periodismo y en la politica española –o desde que a mi se me empezo a ha cer palapable el tema por lo menos, por vuelta del dos mil y del inicio del milenio- que el espacio (politico) de los unos lo estaban ocupando otros, por las razones que fueran…Un poco como aquello que decia Umbral de Jacinto Benavente bien instalado y repanchigado en las poltronas y oficinas del mundo del escenario, del Madrid de su epoca, que cuando recibia –con toda la miel y el almibar en los labios posibles e imaginables- a un Ramon del Valle Inclan arrojado mas o menos a las tinieblas exteriores de la bohemia era bien consciente que estaba ocupando el sitio que al otro (de pleno derecho) le pertenecia…Comparaciones odiosas y ni yo estoy me estoy comparando (¡vade retro !) a Valle Inclan ni tampoco pretendo dirimir un litigio teatral que me da que quedó en su tiempo sin dirimir y lo sigue y lo seguira estando siempre como tantos y tantos otros en el terreno historico o de la Historia de la literatura.

Pero sí es cierto que si se repasa el historial o « pedigree » de las principales figuras o exponentes de ese grupo generacional –de una generacion que en resumidas cuentas no es otra que la mia…- se cae cedo en la cuenta que se trata de una generacion de conversos, y lo digo sin retranca o sin sobreentendido ninguno, en el sentido mas visible e immediato del termino. O si se prefiere, de una familia politica compuesta de personalidades fuertes, de individualidades brillantes que dejaron de ser (hace ya…) donceles, quiero decir que les cuadra tan poco la imagen del joven caballero virgen en politica, enfrascado en la meditacion antes de librar sus primeras justas –tal y como se veria immortalizado en la celebre estatua de la catedral de Siguenza, que le merecio una reflexion profunda a Jose Antonio- como tampoco « mutatis mutandis », a los componentes del « otro » grupo generacional , el de « Juanli » (como le llaman los suyos) y del grupo Prysa, de la misma generacion que los otros, o digamos como si fueran sus hermanos mayores, les cuadra de modo ninguno la de flores/de/democracia o de democratas de toda la vida….

Ocurre no obstante que los unos se ven en la España de hoy asignada la tarea de dirigir la sala de baile de la politica nacional en la democracia coronada que se nos inflige a los españoles desde la transicion politica y los otros de animarla por la via (democratica) del juego de contrarios, en el papel de los fachas y de los hijos y nietos de los fachas (que es por lo que se ve el unico que le habra quedado en suerte), y en el unico espacio politico que se permite en España desde los tiempos de la Transicion : de la unica transicion que el rey borbon quiso posible en definitiva…Y mientras, el mundo de las tinieblas, de los don/nadie se habra ido poblando todas estas decadas de una legion de fantasmas, de espectros, de rostros olvidados a fuer de vistos y conocidos « de antes », de « ex(s) » de la politica y del periodismo –del panorama lliterario y de la poesia incluso, y mismo del mundo del mundo del teatro, del espectaculo, muchos de ellos ; y tanmbien « pari passu » de un numero incalculabe de destinos politicamente deshauciados, de expedientes individuales mas o menos « marcados » (socialmente) se den o no se den de ello cabal cuenta los propios interesados….A imagen y semejanza de lo que habra ocurrido con los grandes nombres de la Falange literaria y de sus obras y escritos –olvidados, « abandonados » e incluso perdidos y desparecidos…- que habran ido a engrosar invariablemente, todas estas ultimas decadas, los abismos infernales del desprecio y del olvido. Y para ilustrar un poco mas y mejor que lo que hasta aqui llevo dicho que me sea permitido un (rapido) pase de revista. Y empiezo por el mas controvertido y de pasado mas borrascoso de todos ellos. Pio Moa.

Pio Moa es…tengo entendido que es, de lo que de él habre leido, de mi edad o de mi quinta mas o menos. En su libro autobiografico sobre « la izquierda violenta » (1968-1978) -« furiosa » la deberia haber bautizado en mi opinion tambien- evoca un compañero de sus estancia carcelarias de aquellos años, Paco Tovar, canario, que fue tambien compañero mio de curso –en uno de los otros dos grupos…- de la facultad de Economicas de Somosaguas y antes de « Gaerias Castañeda » en la Universitaria : emotivo, exhuberante y desbordante en su acento como en sus ademanes y en todo su persona, dramatico hasta el patetismo, elocuente, persuasivo y hasta commovedor…y directamente insoportable tambien, en la imagen –vaga y lejanisima- que de él conservo, que llevaba pegado como tantos otros la etiqueta de miembro del PC, mas o menos indeleble como si le imprimiese caracter –, como Pio Moa entonces me figuro tambien, de vistas a fuera por lo menos, que tampoco se podian pedir peras al olmo : me explico el ser capaz de descifrar y guiarse infaliblemente en la selva u hojarasca (o basurero) de siglas y grupusculos que pululaban entonces en la Universitaria madrileña, desde la izquierda a la izquierda extrema (y violenta, y furiosa) …. « Errare humanum est » no digo que no (dios me libre) y yo habre sido uno mas y de los primeros tal vez en celebrar y defender a capa y espada los escritos historicos tan polemicos de Pio Moa, que tanta fama –y no solo, me figuro- le habran granjeado esta ultima decada. Pero un cosa es eso y muy otra es la de seguir soportando impavidamente la desagradable sensacion de estar haciendo el primo (hace ya tanto tiempo)….

Pio Moa tuvo problemas serios con la justicia española, justicia todo lo pre/transicional o de excepcion que se pretenda pero no menos justicia y no menos inapelable en sus fallos (y apelaciones) –de « cosa juzgada »- para todos aquellos por lo menos que quieren hacer politica dentro de las reglas del juego que hoy por hoy en España rigen, ya residan (legalmente por cierto) dentro o fuera de ella. Y el rumor corre que sus fulgurante carrera de historiador y de politico y periodista tambien, y « pari passu » su ascension estelar en el mundo editorial convenientemente jaleada en los medios, no habrian sido mas que el fruto de una especie de pacto o compromiso/historico, generacional…y por la via ju-di-cial precisamente consumada, con los representantes de otra generacion mas vieja, de los que hicieron (y ganaron) la guerra, que le habria permitido a él precisamente de preferencia a muchos otros, el reexhumar o desenterrar –en beneficio propio en parte, con genio y oportunidad y sentido comercial y valor personal tambien no digo que no- los grandes nombres de la historiografia militar sobre la guerra civil de los años del Regimen –Salas Larrazabal, Martinez Bande- tan olvidados como lo estaban, y de una imagen tan impresentable y desahuciada, al igual que los grandes nombres de la Falange literaria…en vias de rehabilitacion algunos de ellos desde mediados de los noventa, es cierto, pero como a camara lenta solo, poco a poco (que España y yo somos asi señora…)

El que esto escribe, procesado en su dia en el extranjero por hechos infinitamemente menos graves (judicialmente hablando) que los que cometio Pio Moa,–por detras de la hojarasca amontonada a mi cuenta y a mi nombre en los medios, y de su estruendo, y por encima del valor simbolico que me diga de la atmosfera de escandalo/religioso (antipapal y blasfemo….) que me sigue rodeando, y en la imagen que habra sido la mia propia desde entonces-, no tuve como digo nunca hasta hoy problema alguno con la justicia española. El sentimiento de verme privado –yo y conmigo muchos que piensan o sienten como yo- de espacio politico alguno en la España de la transicion y de la Democracia (y de la monarquia borbonica) no sigue siendo menos flagrante lacerante incluso (y doloroso). Y viene a cuento sobre todo del comentario de su compañero de armas peridisticas Horacio Vazquez-Rial sobre la crisis del Caucaso en el que se deja sentir un tufo de lo mas fuerte a nostalgia o añoranza de la era sovietica –en politica internacional y no solo- como una secuela o reliquia del fanatismo idelogico que fue panacea de toda una generacion, la suya y la mia…y de la que me exclui (en parte) yo mismo…Como si uno de los fantasmas mas soliviantadores de la guerra civil española, a saber, de un Negrin presidente de la republica hasta el fin amén de titere y sicario de Stalin, revolotease sin parar entre lineas de lo que escriben todos y cada uno de ellos y en particular de los escritos tan brillantes y tan incisivos del polemico historiador « revisionista » , del capitulo, un tanto enigmatico, por ejemplo …sobre « el enigma de Negrin », de su libro « los Mitos de la guerra civil » que me habre visto ayer noche desempolvando (a toda prisa)

Federico Jimenez Losantos. Otro gran nombre de la generacion (neo) liberal que aqui se ve emplazado (lo siento)… « Fedeguico » –como algunos le dicen, que me cae de entrada de lo mas simpatico que conste, unos dos o tres años mas joven que yo sólo- fue del PC (tambien), de su faccion prochina tambien, creo, y su entusiasmo ideologico le llevo nada menos que hasta la China de Mao segun cuentan sus biografos. Hasta qué punto trato y confraternizo al cabecilla indiscutible de esa corriente en la Espana de entonces –años setenta- y me refiero naturalmente a Lister responsable « nota bene » de matanzas en masa durante la guerra civil (en su fase final, en Cataluña) –no menos que Santiago Carrillo- es algo que no consta, por lo menos no esta nada claro en su « curriculum » Que por su cuenta y riesgo se haya empeñado en la rehabilitacion del viejo liberalismo decimononico funesto y nefasto por tantos conceptos que muchos de mi generacion -y él tambien apuesto- crecimos aprendiendo a denostar y a despreciar en lo mas hondo, es algo que requeriria tal vez ademas de un estudio de naturaleza ideologica un analisis tambien en el plano psicologico de psicologia profunda o del psicoanalisis, no poco oportuno si se sabe de él ademas que fue un destacado defensor y divulgador de las teorias de Freud en sus años mas jovenes. Que lo hiciera como forma de posicionarse en la unica tradicion patriotica y solidario con nuestro pasado y con nuestra historia española compatible con posiciones de izquierda hoy -tal y como lo intento la propaganda del PC durante la guerra civil…- y con los criterios « standard » de lo politicamente corrrecto en vigor en el mundo de hoy, o mas bien de conciliar tradiciones familiares enfrentadas o contrapuestas como tantos y tantos españoles arrastrarian hasta hoy, es algo que queda hasta ahora en el secreto de los dioses. Pero que no debe ser en modo alguno tabú. Por mucho que la violencia terrorista se mellara en su cuerpo. Lo que le honra.

Cesar Vidal. El ultimo del trio que viene aqui a cuento recordar y del que me permito rascar (un poco) su biografia conocida. Lo he dejado hasta el final a posta, porque su caso ofrece perfiles digamos un poco mas melindrosos o como si pidiesen a voces un "juicio critico" como los que les montaban de un abrir y cerrar de ojos los de su generacion (la mia) a los profesores y catedraticos de entonces tildados de franquistas….Y es sobre todo su biografia (no autorizada) de Jose Antonio, que tambien habre desempolvado de urgencia, lo que no deja de escocer en el recuerdo (cercano) y de levantar ampollas. Y es que Cesar Vidal se hizo reo con su libro de un delito de difamacion, de calumnia, de desmoralizacion colectiva y de ultraje a la memoria que algunos hasta hoy –vaya la verdad por delante- todavia no le perdonamos. Como él tampoco parecia perdonar en ese y en otros de sus titulos mas precoces los protagonistas de acontecimientos de la guerra civil y de la (2a) guerra mundial que ni él ni siquiera los suyos habian vivido…

Sus reditos le habran proporcionado ademas, que yo fui testigo –aqui en Bruselas- de los estragos (de ventas) que hizo su biografia no autorizada en traduccion francesa. ¿Que despues escribiria todo lo contrario? No basta….Presentar a Jose Antonio bajo los trazos infamantes que se podian leer en la biografia mencionada, y como el responsable numero/uno de la guerra civil (sic), es algo que clama al cielo, en alguien sobre todo que habra logrado de forma tan habil y tan cumplida, a seguir, a fagocitar en propio beneficio en parte tambien el legado ideologico (e intelectual) de su victima, el suyo y de los suyos tambien. ¿Que exagero ? Ahi esta su libro « Checas de Madrid » ejemplo de plagio flagrante –de la obra (exactamente) hononima, mucho mas antigua, de Tomas Borras-, con pocos precedentes la verdad sea dicha…¿Estamos aqui o en Flandes ? ¿La vida es asi (en España me refiero hoy dia)?… La prueba por el nueve en cualquier caso de que hoy por hoy en España se permite y de lo que antes en mi articulo decia: que en la España de hoy sigue habiendo escritores olvidados y « malditos » -integrantes « grosso modo » todos ellos de la pleyade de nombres de la Falange literaria- como si sus escritos hubiesen desaparecido (lo que en lengua academico –y pedante- se conoce como textos « abandonados »….)

Pero algo ahi mas que no querria dejar pasar por alto en este articulo. Y lo es la faceta teologica de Cesar Vidal, el capitulo o los capitulos « evangelicos » -« verbi gratia » protestantes…- de su biografia, en los States, en donde se doctoro o se diplomo en teologia y en donde llego a ser predicator (con exito) : nada que objetar desde luego, « peccata minuta » si se prefiere….si no es el pequeno detalle que en su caso parecerian haberle servido mas bien de credenciales para trepar y medrar en el seno de la iglesia/madre en donde hoy por hoy sienta magisterio (ordinario) con todos los beneplacitos y parabienes (eclesiasticos)

El que esto escribe –dicho sea en mi honor tambien- se insurgio publicamente contra el concilio y contra los papas que lo encarnaban y lo promovian. Nunca me hice reo no obstante de querer cambiar de iglesia o de religion –y tengo pruebas no pocas-, y no fui menos bautizado y educado en el catolicismo (y lo podria probar no menos graficamente que Federico Jimenez Losantos…)

No es obice que nunca deje de sentirme –desde que sali de Portugal-, ademas de proscrito y de paria/internacional, como un excomulgado…

sábado, agosto 23, 2008

LITERATURA Y GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (5): "Plaza del Castillo", de Rafael Garcia Serrano

« Plaza del Castillo » de Rafael Garcia Serrano (*) es uno de esos titulos que revolotearon alguna vez en nuestros oidos de antiguo sin que nunca nos decidieramos a hincarle el diente (del todo) Y tengo que reconocer que su (re) edicion cuidada del 2001, como si de golpe lo desempolvase tras tantisismos años en el cuarto de los trastos viejos, me habra ayudado no poco a hacerlo, lo reconozco. Rafael Garcia Serrano fue un gran escritor (hoy casi olvidado) Uno de los grandes nombres de entre aquellos « prosistas de la Falange » que Umbral elogiaba tan a menudo en su libros y en sus columnas como si quisiera confesar(se) –solo a medias como siempre…- de lo mucho que les debia….

La guerra civil espanola inspira y empapa la obra toda de Rafael Garcia Serrano, de sus libros y no digamos de su produccion periodistica. Amó con pasion, abiertamente y sin complejos la guerra civil del 36 (y la Victoria), se dejo mecer literariamente toda su vida de sus recuerdos de entonces y se diria que se fue al otro mundo con las botas puestas en ese punto, sin que se dejase nunca asaltar –como muchos otros- del menor complejo de culpa, y sin que el paso de los años empanase en lo mas minmo el golpe de vista retrospectivo y tan proverbial y caracteristico que era el suyo de aconctecimientos que vivio de lleno y de primera mano, de su espiritu de observacion agudo y penetrante, surcado de finas intuiciones y de apuntes sagaces (y suaves) chorreantes de critica e ironia por veces de lo mas mordaces.

Aunque por eso solo fuera se merecerian Rafael Garcia Serrano y su novelas mas celebres la reexhumacion, el desentierro o la recuperacion o el rescate (como se quiera) Pero tras la lectura de « Plaza del Castillo » mi impresion primera se habra visto considerablemente modificada y reenforzada al mismo tiempo. ¡Porque es que me habre llevado una gran sorpresa !: me esperaba un relato de hazanas/belicas -o pre/belicas- oliendo a polvora y a sangre tambien y me habre visto al final con una version de los episodios nacionales en las manos -sensiblemente diferente a la de Galdos- de lo mas novelesca, campestre, y festiva entre todos ellos. Lo que da idea, de paso, no diria yo de la amplitud del desastre –que lo fue tambien en ciertos sitios- sino de la magnitud de la tragedia (colectiva)….

Que si hay algun capitulo de la guerra civil española, de los inicios del Alzamiento que refrende y confirme de forma pulcra y cabal la tesis que circula hoy por hoy en en el panorama internacional de la historiografia actual segun la cual la guerra civil española fue doblemente tragica por lo que tuvo de acontecimiento aleatorio, imprevisible (en parte) y fortuito, o si se prefiere de « accidente historico » (que muy buen pudo no haber sucedido) lo es mas que ningun otro como digo, el de las jornadas del 18 y del 19 dce Julio (sobre todo) en Pamplona y de los acontecimientos decisivos que se vivieron entonces en la capital navarra y muy en particular escenas e instantaneas tal como las que se ven immortalizadas en el relato de Garcia Serrano, en las paginas mas cruciales desde un punto de vista historico de su novela, que tuvieron el centro neuralgico de la ciudad por escenario. Plaza del Castillo, (julio del 36) : simbolo y arquetipo entonces de Navarra y de España entera, o mas bien de una imagen de ella misma….

Porque lo que Rafael Garcia Serrano hace en su relato es contarnos simplemente unos sanfermines como tantos otros, que duraron lo que duran siempre como lo señalaban los carteles –« Fiestas de san Fermin del 6 al 18 de julio del 36 »- pegados por todas partes la vispera : el clima, la tonica el ambiente de una ciudad en fiestas que vivia al acecho de lo que se anunciaba, es cierto, y a la vez a espaldas de ello, sin dejar de divertirse. Entre ratos de sol, tormentas y aguaceros veraniegos….Todos de fiesta, niños y grandes, hombres y mujeres, los de derechas como los de izquierdas : una fatalidad, la guerra civil española que tantos augurios y augeros anunciaban, hasta los mas minusculos como se cuenta en la novela mas alla de la rutina de la vida de todos los dias, y a pesar de la fiesta…

Las inclemencias atmosfericas de aquellos inicios de verano norteno, la balsa aquella en las afueras de Pamplona, siempre seca y de pronto llena, lo que solo ocurria -de tiempo immemorial- en visperas de tragedia…o la apuesta (fuerte) de aquel joven falangista en lo que él creia, aquello de lo que estaba intimamente convencido -como lo son todas las grandes apuestas- a base de tres numeros (diez y siete, diez y ocho, diez y nueve) en el juego (norteño) de la porra : nimios detalles, atisbos o vestigios de la diosa/fatallidad que iba a sellar enseguida el destino colectivo y el de todos y cada uno –de los protagonistas. Hasta en los avatares mas triviales de simple rutina como el decidir la fecha del viaje previsto, entre hoy, mañana o pasado o incluso en las paradas durante el trayecto, segun que el tren parase o no parase por ejemplo en la estacion de Vitoria…

Todo ello acierta a plasmar genialmente Rafael Garcia Serrano en su novela, y a transmitirnos, con ello, la imagen –inmarcesible en el recuerdo- de una Espana de provincias en paz -y a poco tambien « en pie »- palpitante de vida en visperas de la guerra, y sin ese marca o estigma de « moribundia » (Gomez de la Serna), de colapso social, rural o ciudadano que se habia contagiado a grandes sectores de la geografia de la Espana (del Sur) y de Madrid y Bracelona tambien, exponentes en solitario de un urbanismo incipiente y que a penas emergian entonces del universo rural hermetico e impenetrable y en circulos convexos en gran medida que era (en su conjunto) la España de antes de la guerra.

En la Plaza del Castillo, en los sanfermines de julio del 36, los pamplonicas, –y entre ellos Rafael Garcia Serrano adolescente- bebieron, comistrajearon, cantaron, jugaron a la porra o a la pelota (de fronton), se divirtieron y se emborracharon…en visperas mismos de la guerra…Y hacian pero que muy bien, no digo yo otra cosa. Mientras no obstante, en Asturias en el campo andaluz (y extremeño) y en los centros urbanos de anochecida, en las grandes urbes sobre todo, hacia tiempo –desde el 34 por lo menos ( o incluso antes desde lo de casa Viejas…y antes aun, desde lo de Arnedo y Castilblanco)- se habia instalado una atmosfera de luto –y de enfrentamiento- el viento de la tragedia se habia puesto ya a soplar furioso y pocos estaban para fiestas, y una mayoria de españoles se veian resignados a vivir (practicamente) bajo el toque de queda…

Y es que si hay algo que desentona o llama la atencion con la imagen que la memoria colectiva –la de los mios me refiero- habra acertado a legarme a mi y como a mi a tantos españoles de la vida en los pueblos españoles de los tiempos, semanas, meses, incluso años que precedieron al estalllido del 36, substancialmente la misma y a la vez sensiblemente distinta de otros recuerdos -de los inicios y prolegomenos de la guerra civil en las ciudades y regiones donde el Alzamiento triunfo desde el primer momento-, lo es como digo esa atmosfera sorprendente, festiva, alegre, despreocupada y rebosante de salud –y de paz social mas o menos intacta aun- que trasluce en esta novela de la guerra civil (que no guerrra/civilista), de un autor navarro, pamplonica (y falangista)…

Porque si hay algo que llevamos muchos en llaga viva y en lo mas hondo desde hace mucho por no decir (casi) de siempre, lo es esa imagen maltrecha de una Espana diferente y no menos española que habra conseguido oscurecer y poner en entredicho el conflicto vasco desde su eclosion a finales de los sesenta ; a imagen y semejanza de esa impronta tan genuina de franqueza brutal y a la vez fresca y lozana que asi sono siempre en oidos madrileños (como algo innato…) el habla de las gentes del Norte de España, lo que tan genialmente recoge Rafael Garcia Serrano –que era uno de ellos- en su relato. Maltrecha y herida si se quiere pero bienenhiesta…Como los estandartes medievales en rojo –y « pari passu » el recuerdo de ellos aun en mi retina, - de la TPP (brasileña)...-antes de que se decidieran a plegarlos y a doblarlos...- en aquella javierada ya tan lejana que me pillo allli (en Javier si, delante justo de las puertas del Castillo), con ellos en campaña (por primera vez y ultima en mi vida) en el ojo del ciclon como quien dice, acosados y acorralados por un gentio « in crescendo » amenazantes e imprecantes ..que a mas no se atrevieron; de jovenes de la region que nos tildaban de invasores (y de castellanos, y de extranjeros….)

Tragedia española y tambien navarra (o vasco/navarrra) en el verano del 36 : de todos aquellos jovenes entusiastas alistados desde los primeros momentos con sus padres y hasta con sus abuelos, que irian a caer como moscas delante de los fuertes de Irun como lo recoge el propio Rafael Garcia Serrano en otra de sus novelas de la guerra civil –« La ventana daba al rio »- o en la Sierrra madrileña, desde los primeros momentos. Y lo corrobora un testimonio fuera/de/sospecha , de Jon Juaristi en sus testimonios familiares de la otra/memoria, que me diga de la otra España (beligerante), en uno de sus libros donde evocaba todos esos viejos caserones de la region espectralmente vacios y guardando luto desde entonces…

La novela de Rafael Garcia Serrano ofrece unos perfiles ideologicos que son el reflejo de las ideas y convicciones –falangistas, joseantonianas- de su autor y unos acentos retoricos hijos de la epoca en la que fue escrita (1952) como no deja de señalar el autor del prologo de la reciente reedicion. Mucha agua habra caido desde entonces y todos nos hicimos muchos mas serios en « las cosas del espiritu »: quiero decir con ello que de la novela de Rafael Garcia Serrano cabe tomarse todo en serio hasta la retorica de otra/epoca que surca por veces sus paginas como entre lineas. Y en particular ese barniz clerical –y propiamente navarro a la vez- que se trasluce de la lectura y que no es mas que el reflejo fiel de lo que se respiraba enn la sociedad espanola de entonces, y en ciertas regiones mas que en otras. Pero no le impide al autor/protagonista –un Rafael Garcia Serrano adolescente- el profundizar y el bucear en sus reflexiones intimas de una forma de lo mas libre y desenvuelta que da a su novela una nota de modernidad –y hoy por hoy de actualidad- infrecuente por no decir insolita para la epoca en que fue escrita.

Rafael Garcia Serrano, algo que de el principio al final del relato salta a la vista, no condena a su projimo, ni siquiera, como cabia de esperar, a uno de los protagonistas, Javier el comunista. Describe a sus personajes, los retrata, lo analiza interiormente y trata siempre de una forma u otra de comprenderlos, de justificarlos, o de exonerarlos. « El que este libre de pecado que tire la primera piedra : lo que se lee continuamente entre lineas, a cada pagina de la novela; en el retrato de todos o casi todos los personajes, hasta en el mas impresentable de todos ellos, por sus trazos de cobardia mas que arquetipicos, que cae al final bajo las balas de una patrulla que le habia dado el alto, en la inseguridad y nerviosismo de aquellos pimeros momentos, como si la Muerte (con mascuulas) , viniera a redimirle a él tambien de su propio miedo… dulce y despacio, como si se disfrazase de anestesia…

Un canto sobre todo, « Plaza del Castillo » al heroismo colectivo de aquellas jornadas grandiosas, que decidieron tan poderosamente la suerte del Alzamiento y de nuestra historia española. « De pronto –escribe Robert Brasillach en su Historia de la guerra de España -en medio de la noche (se refiere sin duda a aquellos momentos inciertos de la noche del 18 de Julio cuando la guarnicion de Pamplona, con el general Mola al frente ya se habia alzado ensecreto) las montañas alla al fondo (cito de memoria) empezaron a llenarse de gente. Eran pueblos enteros los que venian, tres generaciones en una, padres, hijos y nietos, con sus alcaldes al frente »…

« Recedant vetera nova sint omnia, corda, voces et opera » Asi termina Rafael Garcia Serrano –con ayuda de un latinajo- su novela : que lo viejo de paso a lo nuevo. A pesar de la guerra y tambien gracias a ella…

Oraculo y profecia de lo que ocurrio y de lo que ocurriria, que ilumina y actualiza la reflexion final del capellan (me figuro que carlista) Y la ilumina y actualiza,se me antoja, mas aun la frase final, en mayuscula : « Para Dios y el Cesar »

(El que quiera entender que entienda)


* : « Plaza del Castillo », de Rafael Garcia Serrano, prologo de Jose Esteban. Biblioteca del Mundo (2001)

jueves, agosto 07, 2008

LITERATURA Y GUERRA CIVIL (4): « La voz dormida» de Dulce Chacon, « de profundis » (guerracivilista) de una liturgia/del/perdon (y de la penitencia)»

No queria, lo confieso, tampoco ahora : me explico, hincarle el diente a una novela que habre visto enarbolada como una bandera, como un aviso, como una consigna aqui en Belgica desde hace ya un buen rato. « La voz dormida » de Dulce Chacon (1) habra en fin caido (fatalmente) en mis manos en este periodo estival que habre dedicado (en parte) a verter aqui en mi blog estos articulos de una serie sobre literatura y guerra civil espanola.

Y es cierto que su lectura era para mi como una fatalidad ineluctable, me doy cuenta despues de leeerla, solo ahora : que si los recuperacionistas –entre los que habra contar a su manera, « sui generis », a la autora del titulo que nos ocupa (ya fallecida) -, si tienen razon como digo que solo se puede olvidar lo que primero se acaba trayendo la memoria (consciente), tambien es verdad que solo se puede rescatar (o desenterrar) toda una literatura pre/transicional o « fascista » como la llama en su obra casi monumental Julio Rodriguez Puertolas (2) –que se quiera o no coincide «grosso modo » con cuarenta años de literatura entre españoles….-, solo si antes se ha conseguido desbrozar bien el terreno de criticas, de acusaciones y de denuncias.

Dulce Chacon –no hay mas que ver las fotos que de ella circulan- procedia de una buena familia, de derechas, franquista, y me figuro que educada/en/las/monjas. Y era hija ademas de padre ilustre, de Antonio Chacon que fue alcalde de Zafra con Franco, procurador en Cortes y ademas de hombre dedicado a la politica, escritor tambien y poeta, muerto cuando ella tenia aun solo once años. Su sombra le gustase o no a su hija revolotea sin parar desde el principio al final de esta novela –mas que aceptable, no me duelan prendas-, que es al mismo tiempo una implacable requisitoria (implacable) en contra de los suyos en definitiva, de su propia familia...

Y lo es con aquella evocacion (acusadora) sobre todo del que fue (antes que su propio padre...) alcalde de Zafra durante la Republica, fusilado al terminar la guerra. Y es que Dulce (Nombre) Chacon Gutierrez de la Barreda, nieta del conde de Osilo (y no se si condesa ella misma), ademas de ser una escritora no como las otras, es hoy, tras su muerte aun muy joven, todo un simbolo, de muchas cosas, por su nombre de indiscutible relieve en una corriente (recuperacionista) de la literatura sobre la guerra civil, y como una esquela a la vez...por su imagen en las fotos sobre todo de mujer bella (e inteligente) : especies de boyas acuaticas siempre a flote hasta ahora en la opinion publica a pesar de todo, por su trayectoria de escritoria, su obra escrita y su suerte malgrada, en el pantano cada vez mas hondo y movedizo y peligroso en el que nos revolvemos los espanoles desde hace ya un rato en el tema de la memoria (historica)

Y es que leyendo su novela me habre llevado un gran chasco o mas bien una gran sorpresa, lo reconozco. Me esperaba a un autor recuperacionista en version feminina, -y por ende, y que se me perdone la ocurrencia, mas implacable y apasionada e irreconciliable si cabe que autores del mismo signo y del sexo opuesto- por la portada sobre todo, de una (bella) miliciana que representa a una de las protagonistas de la novela, de gorro cuartelero, estrella (roja) de cinco puntas en el pecho y un niño en los brazos (que no era el suyo propio segun nos aclara la propia autora)-, y me encuentro como digo al final con una niña/bien, extremeña de gran señorio, madrileña de adopcion, antigua/alumna del sagrado/corazon, de las irlandesas, de las damas/negras o de alguno de aquellos colegios madrileños de monjas para chicas, tan emblematicos (y sintomaticos) de entonces, me figuro, y ademas, de izquierdas –por propia definicion o por mor de su generacion mas bien…- que se destacaria por su militancia politica y pacifista de miembro del mayor destaque (o como ahora dicen de « miembra ») del colectivo « No a la guerra » justo antes de su muerte (meses anntes dell 11 de marzo…)

La novela de Dulce Chacon es aunque me cueste (un poco) el reconocerlo una buena novela…como tambien me cuesta un poco el reconocer que la literatura recuperacionista en general –en lo poco que de ellos hasta hoy lei- tiene algo de sello propio, de autentica, mas o algo mas en todo caso que todas las diatribas aquellas, toda aquella verborrea marxista de la generacion de rogelios (conversos) que fue la mia, victimas o siendo presa la mayor parte de ellos entonces, de unas fiebres (ideologicas) tan altas y tan penosas ; de las que muchos–nobleza obliga el reconocerlo- hace rato que se repusieron…algunos de ellos con gran exito (de ventas incluso); que se me permita aqui el entresacarlo.

Los recuperacionistas arrastran o esconden o soportan un acerbo propio, individual y colectivo de experiencias y de recuerdos y un peso descomunal sobre todo, de la derrota en la guerra civil espanola…Quien no ha sufrido que es lo que sabe, dice la biblia. Y a apostillarla o a interpretarla a mi juicio, y no a contradecirla, vendrian ciertos autores (romanticos) dos milenios mas tarde, Nietzsche por ejemplo que en su obra tardia (y provocadora, lo reconozco) el Anti Cristo escribio que el sufrimiento humano, o mejor dicho el sentimiento (humano) de compasion por el sufrimiento ajeno tiene algo de « peligroso » y de « contagioso » (sic) por el derroche o el malgasto inutil de energias, excesivo y desproporcionado con « el quantum de la causa » -« in casu », decia él, con la muerte/del/ nazareno-, pero yo lo aplicaria aqui a esa « contabilidad » –como dicen franceses y alemanes- delicada, melindrosa, oscura y dificil de establecer antes que todo, de daños y perjuicios o si se prefiere de costes humanos (y sufrimientos) en uno y otro de los bandos contendientes durante la guerra ciivil espanola….

Dulce Chacon, de las declaraciones publicas y comentarios sobre su novela -no queda de ello desde luego la menor duda- se sentia culpable como tantos y tantos de su generacion por « el silencio de sus mayores »…Y fue sin duda para romper ese silencio, para despertar, como de un soplo profetico (y « liberador ») mas que literario una memoria (de los vencidos de la guerra civil en su region y en el propio pueblo donde nacio) que, como la niña del evangelio, no estaba muerta sino dormida tal y como le parecia a ella, por lo que se decidiria a escribir su novela –ella tambien- sobre la guerra civil espanola que se habra convertido en una especie de « vade mecum » aqui en Belgica por lo menos de la literatura recuperacionista (y guerracivilista) y baza o trofeo de un valor decisorio incalculable a la vez en estos tiempos que vivimos de gobierno socialista de Jose Luis Zapatero, el Nietecito, a seguir al 11 de marzo.

Los rojos, hijos y nietos de rojos, ya sabemos -se diran tantos y tantos- lo que cabe esperar de ellos que digan o que escriban, de lo que vivieron…o de lo que les contaron los suyos que habian vivido, pasado o sufrido en la guerra y despues de ella, pero una novela asi, se me reconocera, era todo menos lo que cabia esperar de la hija (bella e inteligente) de un alcalde de Franco, aristocratas y no se por que me da tambien que muy ligada ella tambien a la iglesia o el catolicismo (espanol) de hoy, muy distinto es verdad a aquel de la guerra civil y de la immediata posguerra tal y como lo retrata en todo caso la autora en su novela (Digo y digo mal tal vez porque algunos como yo –gato escaldado del agua fria huye- la verdad es que ya llevamos vistas muchos cosas del estilo o parecidas: como el cumplimiento de una fatalidad o de una ley historica, de nuestra histora española contemporanea en todo caso, esa revuelta o rebelion –masiva y no simples hechos mas o menos atipicos o aislados- de toda una generacion contra la que le habia precedido, la de sus mayores…)

Quien este libre de pecado pues, que tire la primera piedra….Y no sere yo en lanzarsela en pleno rostro a Dulce Chacon, en efigie que me diga, excelente escritora y persona mas excelente aun como sin duda lo fue, aunque yo no alcanzase a conocerla. Y es que en su novela sobre la guerra civil, por detras de las apariencias, de la imagen que del relato se desprende torva, y polemica (y guerracivilista) se puede desgranar tambien, entre la paja u hojarasca de la controversia (literaria) sobre la guerra civil espanola, trigo candeal de lo mas limpio a la vez. Y habra sido tal vez su mencion inexcusable y que la honra a la vez de la tragedia de Paracuellos –a pesar de los terminos polliticamente/corrrectos que cuidadosamente escoge o utiliza- de la imagen que acierta a dar sobre el tema, de aquel « brotar de sangre » como una gigantesca sangria colectiva, lo que me habra mantenido en vilo hasta el final de la lectura lo confieso, que acabe de un tiron al final, como si algo dentro de mi me dijera imperiosamente que tenia que acabarla de una vez por las malas o por las buenas….

La novela de Dulce Chacon tiene facil e incluso agradable lectura a pesar de lo folletinesco de algunos de sus episodios, e incluso de lo lugubre y macabro de de algunos de sus parrafos mas crudos. Mucho mas sufriible desde luego –comparaciones odiosas cierto pero que a veces no hay quien las evite- que el rencor y la hiel (quimicamente puros) que destilan algunas novelas de Francisco Umbral, sobre todo las mas guerra/civilistas de entre todas las suyas…No hay odio de revancha en « la Voz Dormida » de Dulce Chacon es cierto, no podia haberla ademas viniendo su autora de donde venia, sí en cambio sentimentalismo (femenino) con creces, por no decir a chorros o a mares, y una complicida a lo sumo de mujer/a/mujer facilmente comprensible –sobre todo en los tiempos que vivimos bajo el sigo de lo que a mi me dio por llamar la rebelion de las mujeres…-, aunque quepa estar con ella, como yo lo estoy, mas o menos en desacuerdo.

Dulce Chacon nos cuenta en su novela la triste historia de un grupo de mujeres recluidas por motivos politicos –y hechos ocurridos durante la guerra civil- en la prision madrileña para mujeres de Ventas, en los primeros años de la posguerra. Son relatos de la vida carcelaria que por lo que en ellos se trasluce, de autentico y de vivido, tienen su interes lo reconozco aunque a algunos no nos enseñen demasiado, que a las prisiones del fanquismo, justo terminada la guerra civil no le van a la zaga en ciertos aspectos al menos las carceles de la democracia tal y como las vivimos y las llegamos a experimentar alguno al menos.

La sarna y los piojos omnipresentes en el relato « carcelario » de Dulce Chacon es –se me dira- algo impensable hoy por hoy en la Europa de la UE, estamos de acuerdo, no dejaban por menos de formar parte indisociable de una tradicion penitenciaria bien nuestra, desde los tiempos de la Ilustracion, de aquellas carceles «piojosas» que conocio durante uno de sus viajes a España, tal y como nos lo cuenta en sus Memorias, el muy hispanico Casanova….Los malos tratos al final de la guerra allli dentro, o fuera de alli, en las dependencias de la Direccion General (entonces de Gobernacion), no creo que fuera mucho peores de lo que les reservaba la Rusia de Stalin –el dios intocable (e innombrable) de todas aquellas pobres mujeres- a sus enemigos polticos….

Y no lo era desde luego, ni mucho menos. Por mas que algunos de los pasajes de su novela –los mas macabros- consiga impresionar a lectores impresionables. La joven comunista hija de una dirigente del partido en la clandestinidad que reaparece tras su paso por Gobernacion –la puerta del Sol- como un fantasma del mas alla, impedida, envejecida, ayudandose de un baston al andar, y con unas gafas de sol siempre puestas para ocultar que le habian sacado un ojo en los interrogatorios, forma parte indiscutiblemente de la tradicion « esperpentica » en la literatura y sin duda que al incluirla en su relato Dulce Chacon lo tuvo bien en cuenta (A Andres Nin, entre parentesis, que cayo en las manos de los « otros » no se le consiguio ni volver a ver « despues », que segun rumores lo desollaron vivo entences para que hablarla, sin resultado…)

La estampa (señera) de la vigilante de la carcel que sin duda para combatir la presion ambiente que debia tener que soportar continuamente en su trabajo tan ingrato no hace mas que recitar bisbiseante un jaculatoria que no lo era tal…sino el (ultimo) parte de guerra del cuartel general del Generalisimo (…) es de lo mas veridica en cambio y dice mas –del clima de posguerra triunfal que se vivia- que todas las cronicas de los unos o de los otros. Como aquella otra escena del besapies de la imagen del nino/jesus en Navidad, dentro de la carcel, que se lleva de un mordisco una de las reclusas, lo dice « grosso modo » a su vez del clima de religiosidad exaltada (y delirante) de los vencedores y « pari passu » de la rabia anticlerical (y « nota bene » iconoclasta) de los vencidos.

Por lo demas Dulce Chacon nos cuenta en su novela la vida en una carcel en tiempos de guerra (y de posguerra) que en muchos aspectos no difiere mucho de lo que es la rutina carcelaria tal y como yo la vi y la soporte en las carceles de la democracia : con el clima de temor y de panico ademas que producian -sobre todo entre mujeres- las condenas a muerte y los fusilamientos sumarisimos. Pero cabe decir no obstante que en la carcel madrilena de Ventas para mujeres, de los años cuarenta (en sus inicios) tal y como Dulce Chacon la describe –de lo que testigos presenciales sin duda le contaron – por lo menos se avisaba...

Y asi Hortensia, la (bella) heroina del gorro cuartelero y estrella/roja de cinco puntas de la portada, muere fusilada a seguir a su condena sumarisima y no menos documentada, que se le comunica debidamente, tal y como Dulce Chacon deja constar en testimonio escrito, de prueba documental, en la novela (pp. 244, 245) En las carceles en cambio en zona roja, en la ciudad de Jaen por ejemplo, los que estaban alli presos vivian en la angustia de las sacas que no avisaban nunca….Como aquella, casi al finalizar la guerra, en la catedral desacralizada, antes de la liberacion de la capital que caeria solo de las ultimas, con el desplome final de lo que aun quedaba de zona roja, cuando uno de los reclusos, en un momento de decision crucial y presa sin duda de un ataque de panico, se encaramo en lo alto de una de las imagenes, gritando « ¡que me ha dicho la virgen que no salgamos ! », a lo que los milicianos que venian a llevarselos reaccionaron cerrando de immediato las puertas, y ya no habria alli mas sacas en los dias que quedaban de guerra…

La novela de Dulce Chacon es una novela carcelaria y es ademas la novela del maquis tal vez hasta hoy mejor lograda. Porque es cierto que sus personajes tienen fuerza, la que les da sin duda el genio de la autora y tambien lo que indudablemente tienen de personajes en parte veridicos en parte ficticios, bien construidos ; y sus historias y relatos se sostienen hasta el final de la lectura, la verdad sea dicha. El maquis fue una gran tragedia. Una insurreccion instigada y alentada por los comunistas contra todas las convenciones internacionales que regian internacionalmente aun entonces a pesar de Yalta. Fue un grandioso fracaso sobre todo, que decidiria la carrera (fulgurante desde entonces) del marques de Paracuellos, y que le labraria « pari passu » para/los/restos una imagen deplorable entre los mas recalcitrantes de entre los suyos. En ciertas regiones espanolas sobre todo, de la provincias de Asturias y de Leon, en Galicia (un poco) y en el Sur sobre todo, en la Mancha, an Andalucia y en Extremadura en particular -en las provincias de Jaen, de Badajoz, en la de Cordoba sobre todo…- el maquis se cobro un saldo elevado de sangre y de sufrimiento (y de victimas inocentes sobre todo)

El partido comunista y las otras formaciones de extrema izquierda quisieron con ello sin duda resucitar la tradicion guerrillera de la guerra de la independencia tal y como la habian intentando recuperar y hacerla propia (en exclusiva) en su prensa ya durante la guerra, siguiendo ademas el ejemplo de los comunistas alemanes en su lucha armada contra el nacional/socialismo antes y despues de estallar la guerra mundial –con el interregno de la ocupacion y particion de la Polonia y el pacto de no agresion germano/sovietico- en lo que contaban « nota bene » con una fuente de inspiracion fuera de toda sospecha (como la mujer del cesar), y era la que les conferia la obra del prusiano Clausewitz, quien en su celebre tratado « sobre la guerra » - lectura favorita « nota bene » de Lenin en sus años de exilio entre alemanes- se habia precisamente inspirado de los guerilleros españoles de la guerra de independencia…

Y como por un efecto de ironia (sangrienta) se diria que el maquis comunista de los cuarenta se iba a encontrar con un convidado de piedra inesperado, y lo era el espectro (resucitado) del carlismo vencido del siglo anterior, y de su « partidas » decimononicas (y reaccionarias…) Pero tanto no se le podia pedir desde luego a una simple novela y la joven guerrillera de "la Voz dormida" se diria que sale dos veces milagrosamente enhiesta : del desenlace del relato – de colorin/colorado con final feliz en Praga, y ademas con boda -...y tambien de la imagen (en negativo) de la presencia de mujeres en las zonas de combate y en primera linea que la autora parece querer desaprobar por boca de uno de los personajes, en el maquis como tambien durante la guerra. Trece/rosas, columna de los ocho/mil, toma por lo nacionales -empeñados en reducir la bolsa (roja) de la Serena- del pueblo extremeño de Azuaga, del que sus defensores quisieron hacer hacer una nueva Numancia, convertindiendolo en un escudo humano –de mujeres y niños- entre sus murallas: especie de danza de duendes o de fantasmas, o de tibias y calaveras, agitandose de lo mas soliviantadas en la evocacion de la guerra civil, en las paginas de la novela que comento y tambien en estas lineas.

Las treces jovenes militantes del PC (staliniano), ejecutadas al final de la guerra en la carcel de Ventas, son las mas soliviantadoras sin duda de todas ellas en los tiempos que vivimos, tras el 11 de marzo y lo que se seguiria…Dulce Chacon tomo claramente partido en su novela, o digamos que se decide a ojos cerrados por la via de la apologia encomiastica y del martirologio en el tema, de forma (lo menos que cabe de ir) no poco irresponsable, o digamos mas bien (en su descargo) « femenina » sobre todo, como lo seria la conducta –de consecuencias calamitosas para ella misma- de Ingrid Betancourt que se fue a meter en la boca del lobo ella sola con el alma y la mente henchidas sin duda de buenas intenciones, desoyendo –como unos profetas/de /calamidades- a los que intentaron sin exito disuadirla…Las consecuencis del "parti pris", o si se prefiere el colofon inevitable en lo que nos concierne, a saber, la ascension imparable de un martirologio guerra civilista –en sustitucion del otro- impulsado y alentado desde el poder civil y el gobierno (socialista) de la nacion, no habran tardado en hacerse sentir y temo que mas aun en los tiempos (dificiles) que se avecinan.

Aquello no fue sin embasrgo mas que un episodio de una guerra en su fase terminal, los ultimos rescoldos si se prefiere de un conflicto que para algunos todavia no habia terminado, como lo confirman testimonios y comentarios recientes que dan cuenta del sentimiento unanime entre los vencidos entonces –en Madrid en concreto- que el nuevo regimen no se iba a tener en pie por mucho tiempo. Un episodio nada trivial e insignificante ademas como no lo era en modo alguno el blanco elegido, el comandante Gabaldon, inspector/jefe de la policia militar del ejercito de Tierra, -el mismo, su ayudante y la hija de diez y siete años del comandante- que se saldo con represalias, como en todas las guerras.

(En Berlin, me viene asi a mente de improviso, el general o mariscal frances Leclercq de los ejercitos aliados victoriosos –heroe y modelo y protector de tantos guerrilleros/rojos españoles de entonces- hizo fusilar sobre la marcha en el 45 a nueve voluntarios franceses del frente del Este –todos jovencisimos, en los documentos graficos que los recogieron en aquel fatidico momento, junto a él mismo….- que llevaron detenidos en su presencia y a los que afeo y reprocho el ir vistiendo un uniforme extranjero, él que iba vestido de militar del ejercito de los USA como sus interlocutores no dudaron en recordarle…)

Quien este libre del pecado que tire la primera piedra. Y Dulce Chacon
ademas de victima del cancer que le acarrearia su muerte, lo fue sin duda tambien de una manera u otra de ese otro cancer de guerracivilismo incurable que arrastramos los españoles desde el final de lal guerra civil, y que sectores de la iglesia no habran hecho mas que atizar y aventar tras el concilio, lo que se manifesto ya en ciertas actitudes eclesiasticas de los tiempos del cardenal/tarancon y se reproduciria de forma mas aguda si cabe años mas tarde, de forma un tanto sorpresiva e inesperada, en los ultimos años del pontificado (inacabable) del papa polaco, en lo que acabaria cobrando todas las formas, a cual mas espectacular y aparatosa –en sus palabras y en sus gestos publicos, en sus audiencias y en sus incon tables viajes a traves del planeta- de lo que se puede dar en llamar una liturgia/del/perdon, sintoma infalible de ese sindrome de auto/culpabilizacion que no habra dejado de soliviantar o mas bien, de roer por dentro a la iglesia y al catolicismo en todos los escalones de su jerarquia y en todas las esquinas (catolicas) del globo, en particular desde el concilio vaticano segundo.

El papa polaco movido a todas luces de una conviccion fanatica y de una voluntad ciega de expiacion (auto/culpabilizante) que compartia, dicho sea en su descargo, con un gran numero de catolicos contemporaneos suyos que vivieron –y de una otra manera, en mayor o menor medida aceptaron o consintieron- la experiencia del nacionalsocialismo en sus propios paises (lo que haria eclosion apoteosica con ocasion del concilio), quiso sin duda imponer, como una nueva practica o creencia al interior del catolicismo, la ley (de bronce) del perdon, del pedir/perdon que me diga, del ponerse de rodillas por sistema, en desdoro de la dignidad individual y colectiva mas elementales, y en menoscabo del honor y del buen nombre del pasado de una nacion por añadidura.

Ocurria no obstante que los polacos con todas las calamidades que surcaron su historia desde el siglo XIX, a traves de la Segunda Guerra Mundial y despues de ella, y tal vez gracias a ellas precisamente, acertaron, al con trario que los españoles, a preservar su unidad interior sin haber conocido afortunadamente para ello eses fenomeno guerracivilista –de naturaleza espiritual en lo mas hondo- que encisma y envenena incurablemente, sin parar –al limite ya casi de la gangrena- la convivencia entre españoles, mas hoy que nunca se diria

Y en España muchos como Dulce Chacon no hicieron sin duda mas que tratar de imitar al papa (¡ay dolor !)…Lo que se manifiesta en un sinfin de detalles de la novela y de la biografia de la autora misma; en el empleo sistematico por ejemplo, en la novela a partir de un momento dado –no digo que poco literario pero si poco frecuente en ese genero de relatos- del futuro/anterior como si quisiese acentuar la fatalidad –y la resignacion cristiana…- que se desprenden del relato y tambien de los moviles que llevaron a escribirlo a su propia autora Como ocurrio con la guerra del Irak : fueron pacifistas porque se lo pedia el papa. Punto. Lo que no les habia pedido antes en los Balkanes….

Boycotearon (irresponsablemente) por lo mismo al gobierno Aznar –haciendo el juego a la izquierda socialista- y decidieron asi al final –hasta hoy- la llegada al gobierno de la nacion del muy guerracilivista e irreconciliable Jose Luis Zapatero : ese es –lo digo sin rencor pero sin ninguna clase de escrupulos ni de complejos tampoco- el legado o una parte indisociable del mismo que les dejo a los españoles el pontificado del papa polaco….

La novela de Dulce Chacon se termina con una dramatica evocacion a modo de epitafio, como una lapida funeraria mas pesada que mil losas, del tragico final –en la vida real- del principal heroe de la novela, antiguo cabecilla guerrillero de cuando el maquis, muerto sucidado –si hay que creer a la autora, o mas bien al testimonio de la esposa tambien presente en la novela- en la fecha precisa del 29 de Abril de 1976, ante la llegada de la policia que se personaba como todos los años para evitar que se sumase a las celebraciones del Primero de mayo. "Sí, pasen, ahí lo tienen" declaro la esposa, señalando al cadaver....

(El gobierno UCD de Adolfo Suarez -evocacion insoslayable- acababa de ilegalizar al partido comunista, « nota bene » tras el retorno triunfal del exilio de Santiago Carrillo, al que acusaban de traicion los antiguos del maquis de los cuarenta…)

Y viniendo como viene de la hija de un franquista notorio (e insigne), el pasaje aludido cobra de pronto todos los visos de un oficio o de un libro liturgico: como un "de profundis" de lo mas solemene (y patetico y lapidario), gesto de penitencia individual y colectiva a la vez, en nombre propio y de los suyos, de los de su bando que me diga ; como si su autora quisiese aplacar a toda costa sus propios remordimientos y « pari passu » contentar asi, de ello no me cabe la menor duda, una voluntad inequivoca penitencial –de pedir perdon de los propios/crimenes y agravios- tal y como la expreso y dio siempre a entender y a conocer sin parar en los ultimos años de sus pontificado el papa polaco

(Que a mi no me perdonaria nunca)


(1): "La voz dormida" de Dulce Chacon. Alfaguara, 2002
(2): "Literatura fascista espanola" (2 vol.) de Julio Rodriguez Puertolas. Akal, primera edicion, 1986-187