Toda una franja -más que representativa- de la juventud francesa-, la que Eric Zemmour -y no la hija y heredera- supo ganarse en los mitines de más impacto de toda la campaña electoral -como lo reconoce ahora (a toro pasado) la gran prensa francesa-, y a los que Alain Soral -en un enfoque clasista (de lucha de clases)- se empeña ahora en denigrar y estigmatizar. Los verdaderos vencidos (en la primera vuelta) de la campaña electoral. Y exponentes y testigos fieles, verídicos y sinceros de una Francia auténtica y semienterrada en las "alcantarillas de la Historia" -la de "los tradis" (a los que dio la espalda, hasta hoy, el Frente Nacional)- que me fue dado conocer y apreciar a fondo en los años en Francia de mi ministerio sacerdotal. Deber sagrado de memoria pues, en mi réplica a Alain Soral
La hora de rendirse a la evidencia tocan, basta de taparse los ojos como el avestruz! Tercera guerra mundial (sic), la palabra, la consigna la mala nueva circula ya en todas las bocas, y hasta los mandamases de la casta política no tienen empacho en usarla a su antojo como veo en el correo de la administracion de mi distrito (commune) en Bruselas en la primera página de su boletin mensual de informacion, y es en una violenta andanada contra el presidente ruso "agresor", y es de la parte de un equipo de izquierdas -más o menos verde y rojo- nuevo y flamante tras el último lance electoral y la derrota del viejo equipo (de derechas), lo que nos anuncia que los tiempos y no sólo el clima están cambiando que es una barbaridad, y el horizonte ennegreciéndose a marchas forzadas, que da verdadero pavor!
Y en ese contexto catastrófico o apocalíptico mayor -por usar el lenguaje de los medios, y una cita bíblica que se está oyendo a profusión-, con todo ello como digo se me antoja el hincarle el diente a un articulo que nos sirve un hueso duro de roer como todo o casi todo lo francés -aqui alguno dirá- y es del análisis -en su sitio digital "Egalité et Reconciliation"-, profundo penetrante y exhaustivo y panorámico como todos los suyos, de un incorrecto entre los incorrectos, de un apestado entre los apestados, de un maldito entre los malditos y me refiero a Alain Soral, espantajo y enemigo público número uno de la bien-pensancia en Francia, del que aqui ya me ocupé en alguna ocasión, y que sigue dándome qué pensar y de rumiar y (j....!) y (cuánto!) de sudar.
Y es en la edicion reciente de su sitio digital donde aparece su análisis sobre el resultado de las elecciones francesas y donde se destapa (él) no poco, y es de sus posturas y del fondo de su bagaje ideológico (en francés "pensée) Y hablo de destape que no se me ocurre otra palabra o formula mejor, porque el subirse (olímpicamente, como si tal cosa) al carro del ganador -léase de la ganadora- del choque o del encuentro agazapado o escondido -en la "derecha de la derecha"- en la gran pugna electoral francesa (presidencial) después de todo lo que se dijeron en un no tan remoto pasado, tiene en él algo de sorprendente o de sintomático si se prefiere que aquí no podemos dejar de apuntar.
Que presentar a la candidata del RN -antiguo Frente Nacional- como la candidata auténtica (sic) entre una moralla de "inauténticos", de la representante verdadera de "lo social y de lo nacional", suena a apuesta de futuro (ganadora) más que oportuna, la verdad. Y la "desdiabolizacion" -anti/anti-semita- nota bene del Frente Nacional -de la que aquí ya hablé- Alain Soral "anti-sionista" si los hay o si los hubo, dónde se la deja? La que la hija y heredera del padre/fundador habrá llevado contra viento y marea, y dejandose así o apartando (sic) en la cuneta, sin càntemplaciones, todos a los que "el diablo" -"facha", de extrema derecha- no parecía tan malo (o tan mal).
Con la victoria electoral de único rumbo o norte, que como una diosa caprichosa le ha vuelto (enésima vez) a decir no, o "sí pero no" para ser justo y cabal. Que la derrota de la heredera habrá sido dulce -lo que son las cosas!- por el triunfo dulce como la miel en la querella intestina donde se jugaba (en realidad) su futuro y el de su partido, no frente al presidente "tapado" -como en elección mexicana- Emmanuel Macron, sino frente un candidato todo lo inauténtico que Soral quiera, pero imprevisible y fuera de control. Un electrón por libre Eric Zemmour que era -algunos lo seguimos pensando- el único que (en la segunda vuelta) podia vencer a Emmanuel Macron.
Y por ahí pasamos a la segunda parte del análisis de Soral donde pasa en revista las causas del fracaso de los inautenticos, del mas "inauténtico" de todos, a saber Eric Zemmour (si hay que creer a Alain Soral). Fracaso el suyo propio (el de Zemmour) si hay que creer al mismo interesado? Sí y no, si se piensa en el activo de su balance final, que le erige en estrella fugaz y no menos brillante de la contienda electoral francesa, de sus mítines más grandiosos, de la asistencia en ellos en proporción y cantidad muy superior a la de todos los otros, de jóvenes -y muy jóvenes- que supo movilizar y entusiasmar, y de la esperanza en suma que supo encender en los que le siguieron o se subieron al carro y lo vivieron como una "bella aventura" -Phiippe de Villiers díxit- , como fue el caso del que esto escribe, por qué lo deberia ocultar? Fracaso sí, como lo confiesa el propio interesado, y con un solo culpable o responsable como aquél no lo habrá dejado de denunciar con todas las letras: Vladimir Putin y su operacion militar especial -en Ucrania-, que todo cambió, en los sondeos y en la dinámica de una y otra candidatura y en un vuelco (precisamente entonces) más que espectacular- , y tras lo que nada seria nunca después igual.
Hasta el punto que se puede legítimamente sostener o al menos preguntarse a modo de hipótesis creíble y más que verosímil si no fue ése el ultimo y decisivo blanco y objetivo -y no otro- de "la operacion militar especial", a saber la candidatura Z (de Zemmour) -como la Z de la victoria en ruso, y de la "operación especial", como por casualidad- y su programa de "union de las derechas" (sic) -incluida la derecha extrema (extrême/droite)- en una dialéctica izquierdas y derechas que a todas luces debía oler a chamusquina al lider sovietico a vueltas con la Historia con mayúsculas, y en especial la del período de entreguerras, clave de explicación y del desenlace de la Segunda Guerra Mundial (....) La Historia se repite? Al menos para los que quieren ver.
Y el destino de Rusia y el pueblo ruso fatalmente se confunde a todas luces -pasando por Ucrania- con el de Francia, en la contienda electoral. Tan decisivamente como en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial (....) Y eso es la laguna flagrante -y para un francés (cartesiano) más que imperdonable- del análisis de Alain Soral. Y esa encierra la clave de la victoria a medias de la hija y heredera, candidata del Rasseblement National. Y no las virtudes y maravillas de su perfil ideológico -"ni de izquierdas ni (menos aún) de derechas"- y de su programa electoral.
Donde el polemista frances destapa (otra vez!) sus deudas y legados de la ideologia marxista de los que sigue siendo (vergonzantemente) tributario lo quiera o no lo quiera reconocer, como lo traicionan numerosa alusiones en su andanada contra la derecha de la derecha y especialmente a su franja juvenil de la que hace en su análisis blanco de stigmatización especial: del parasitismo (sic) de esa juventud ("droitarde") "poco sensible a la cuestion económica" -eufemismo en lugar de cuestion social- o al "aspecto economico de la política", de su nietzschismo de pacotilla (sic) -lease de pequeños burgueses- y "last but non least", de su voluntad individual y furiosa (sic) de negarse (sic) a "un trabajo productivo".
Y el fantasma de Nietzsche que él parecia haber ahuyentado se pone furioso a revolotear. Trabajo productivo -en prision o en libertad 😁😁😁😁-, o qué es si no? sino una pura antítesis de la cul-tu-ra (creadora) -altruista, generosa, desinteresada (y gratuita por propia definición)- a la que el marxismo como lo sentía Nietzsche y como ya lo explicamos aqui, le tenia declarada la guerra en plan de enemigo irreconciliable y mortal.
Choque
de culturas, lo que Soral se empecina en negar, o si se prefiere el
desafío enorme -de civilización y de (tres) culturas- que España durante
ocho sigos de Reconquista (en francés Reconquête) tuvo que afrontar. Y
es por su espejismo (fata/morgana) de "reconciliación" (islamica o
islamizante, pero no -y hablo de Francia, de España y de Europa y no de
tierra de islam- entre izquierdas y derechas, y por qué no? El quid, o como dicen los franceses, "le couac")
Y es en la medida que el reconocer el desafío -el del Islam- amenaza dejar en la sombra la lucha de clases que le merece todo el respeto y atención y prioridades en cambio a Alain Soral: lo que explica su desdén y su alergia a la postura identitaria (sic), y su estigmatizacion de clase -clasista, y más que injusta- contra toda una franja bien representativa de la juventud francesa, tal como aquí lo acabo de apuntar. "Trabajo productivo" del que huyen (como de la peste, y con razón, como huí yo, en prisión) esos jóvenes descarriados -escapando así al "ciclo autónomo" (infernal) -Ciencia y Produccion-, enemigo de la Cultura, que Nietzsche precisamente denunciaba. Frente a Marx.
(Y
-dicho sea entre paréntesis- lo que explica también su negarse
-tercamente- a ver una grandiosa y escandalosa evidencia: a saber, la
del Gran Remplazo -Grand Remplacement-, nada de extrañar,
cierto, si se tiene en cuenta ese otro gran olvido (cantoso y
escandaloso) en el análisis marxista -y posmarxista-, el de la demografía, la única ciencia exacta, dicho sea sin ãnimo de faltar)
Y es, como íbamos diciendo, por lo que esos jóvenes franceses muestran - precisamente con ese parasitismo de juventud/dorada y como tal auténtica (de clases medias, "pequeño/burguesas")- una alergia o aversión invencible (o sana/inmunidad?) a los sortilegios y celadas y encantamientos del enfrentamiento ciudadano -entre clases-, en suma de la guerra civil (y letal).
Y por esa sensibilidad -igualmente de clase- ante el sufrimiento intelectual (sic) -léase psíquico, espiritual- y la no menor indiferencia correlativa (de esos jóvenes) ante el sufrimiento fisico (sic) -el de la otra clase, "elemental"!- que destapa no menos otra lacra indeleble del pensamiento marxista: por ese antagonismo (dialéctico) fundamental entre el espíritu y la materia que en el transcurso de los dos últimos siglos -y en punto a sufrimiento (a secas) y a conflictos de todo tipo a la escala del planeta- habrá dado todo lo que dio.
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