viernes, febrero 05, 2016

¿SÁNCHEZ UN "SEGUNDÓN" Y UN "MEDIOCRE"?

¿Dónde estaba Pedro Sanchez cuando hizo eclosión el 15-M ? Apuesto lo que quieran que se le podria encontrar rápido en esa foto, como a Adolfo Hitler (comparaciones odiosas) en la foto célebre aquella entre la muchedumbre en Munich que aclamaba la declaración de guerra (de la guerra del 14) ¿Estaba allí acaso sirviendo de escolta o de guardaespaldas a la hija mayor de Zapatero, indignada de Sol célébre? Todo eso explicaría con creces la sintonía y la química tan al destape entre él y el lider de la coleta. Hasta el punto que habra llevado a algunos a declarar que tienen su pacto ya mucho más a punto de lo que parece. Y es lo que da cuenta también –esa marca (como de apestamiento) de la indignación callejera que llevan impresa en la frente tanto el líder de la coleta como el « formador » socialista- del reto (amenazante) que aquél nos viene lanzando a algunos, como un bofe en la nuca. ¿Mediocre o segundón Pedro Sánchez? Mucho peor que eso
Sus detractores más animosos -Losantos entre ellos- tienen que rendirse a la evidencia. Mariano Rajoy sigue teniendo el partido unido como una piña tras suya. Esa es la realidad tangible, lo demás son especulaciones periodística más o menos brillantes y sonoras.

Nunca le encontré carisma a Mariano Rajoy –me curo aquí en salud de inmediato, no es nuevo, he escrito mucho sobre él sindt tapujos ni rodeos desde que empecé a hacerlo a diario en internet, primero en la blogosfera de Periodista Digital y en este blog (personal) mas tarde, a menudo en tono de critica (acerba incluso) que me valió aún antes de acceder él a la jefatura del gobierno la inquina –y las amenazas incluso- de alguno de sus mas acérrimos seguidores.

Y era sobre todo esa imagen –fundada o no- de profesional de la política que lleva de antiguo a rastras el (aun en funciones) jefe del gobierno, lo que me mantuvo a distancia y escéptico por cuenta suya. Uno de esos hombres de aparato que se dan en todos los partidos, a derechas como a izquierdas. Lo que en su caso se traducía también por hombre de confianza (absoluta) del fundador y monarca absoluto –hasta un determinado momento- de su partido que en un momento dado sin embargo supo ceder las riendas del mismo, y me estoy refiriendo a Manuel Fraga Iribarne.

Porque las reservas y críticas que nos merecía el mentor se veían fatalmente destinadas también a su retoño (político), que tenía una gran ventaja –algo que sale a la luz ahora- no obstante en relación con otros de los protegidos o favoritos del patrón y era (y es) la ascendencia gallega de ambos. Porque lo que a algunos podía parecer un hándicap o una remora, se diría que en Mariano Rajoy se revela ahora una cualidad providencial (sic) de cara a la crisis política en curso y es por ese tancredismo tan acreditado en él en sus cuatro años de mandato, que puede salvarle ahora de verse definitivamente contra la cuerdas, y de hecho le viene ya salvando desde hace mes y medio, a seguir a las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, cuando todos o casi todos predecían su eclipse irreversible, y he le ahí (aún) incombustible y sentado a la puerta de su casa esperando ver pasar el cadáver de su enemigo (del que ni merece dar la pena dar el nombre, en a mente de todos)

Y todo esto viene a cuento a modo de descargo de mis últimos artículos sobre la crisis política en los que vengo apostando –no me duelen prendas- por la estabilidad (un decir) frente al salto en el vacío que representa el rival amas directo de aquél (encarnizado e irreconciliable)

Discrepo de la imagen que algunos análisis –lúcidos y pertinentes por lo demás- vienen dando del candidato socialista. No creo que se trate de un simple segundón (sic), ni de un mediocre (sic), sin talla ni carácter y sin ideas. Si lo fuera, algunos no habríamos sentido como por instinto el peligro y al amenaza y el reto mango en suma que su candidatura viene lanzándonos, como bofe en la nunca desde ya hace un rato.

Supo imponerse a una figura no poco carismática de su partido en las elecciones para el puesto de secretario nacional del mismo y demostró la suficiente fuerza de carácter como para imponernos –contra viento y marea y contra la oposición cerrada de algunos dentro y fuera de su partido- la alcaldía tan calamitosa que venimos soportando los madrileños. Y si es cierto que se ha especulado mucho con su tesis doctoral –no en la ULB (belga) sino en una de las universidades madrileñas (no recuerdo ahora cual)- de la que se sabe muy poco (y se habrá retenido todavía menos), no lo es menos que suple con creces su aparente falta de ideas propias con la memoria colectiva de la que es fanático (y cerril) tributario, como lo habrá demostrado hasta ahora, a saber la memoria de los vencidos de la guerra civil española.

Me entero ahora que es además montañero, un deporte de alto riesgo que exige entre otras cualidades no pequeñas dosis de fuerza de carácter, por más que en algunos –muchos, pocos- que practican ese y otros deportes de alto riesgo como el ciclismo de alta montaña o el parapente, los déficit en ese punto se vean compensando por dosis no menos pequeñas –y me consta de algún caso que conozco- de una originalidad psicológica (acomplejada) rayana a veces en la demencia.

Hay algo no obstante a mi juicio determinante en el retrato y el perfil psicológico del candidato socialista a la jefatura de gobierno y lo es esa marca –como una peste de nuestra época- que lleva bien visible (se diría como grabada a la mente) de la indignación callejera « Un fantasma, el de la indignación, recorre el mundo » leí no hace mucho y no recuerdo donde y me parece una glosa de lo más certera de nuestro tiempo.

¿Dónde estaba Pedro Sánchez el 15-M ? Atrincherado en alguno de los consejos de administración de los bancos o de las empresas por los que habrá transitado a lo largo de su (precoz) carrera o acaso asesorando o aleccionando de alguna manera –e incluso dirigiendo sobre el terreno- aquellos jóvenes perro flautas (y demás compañeros de viaje) bajo la alta supervisión y los auspicios del que pasa por haber sido el mas autorizado mentor de aquellos (dentro de España me refiero), a saber José Luis Zapatero. ¿O acaso sirviendo de escolta o de guardaespaldas en la concentración nocturna famosa a alguna de las hijas de éste último, indignada de Sol célebre ?

Lo que explicaría esa sintonía y esa química evidente por demás de que dan muestras él y otro líder político emergente de la movida aquella de los indignados, a saber el líder de Podemos, Pablo Iglesias. La irrupción de Sánchez -en simultáneo (o casi) con la de Iglesias- en la política española a nivel nacional habrá venido a aportar un balón de oxigeno al movimiento renqueante –por no decir agonizante- de la indignación callejera. Y ahí reside la fuerza de impacto de uno y otro y la amenaza un tanto difícil de calcular por lo imprevisible que la alianza de uno y otro representa.

Una alianza que a decir de una de las principales figuras del PP –y a fe mía que no se equivoca- estaría ya mucho mas ultimada de lo que aparenta. Cortina de humo a fe mía los contactos preparatorios con Alberto Rivera. En espera del más decisivo de todos los que esperan al líder socialista, a saber el que deberá celebrar con el PNV, que tienen aritméticamente hablando la llave de « su » presidencia. Una llave de mil muescas ( …) por lo difícil de manejar y por lo compleja. Con la sombra negra –de telón de fondo (hoy como tras los atentados del 11-M- de la banda ETA (…)

Y que el líder socialista se encuentra tan lejos de la Moncloa hoy como al día siguiente de las elecciones del 20-D es algo de lo que da idea cabal el poco eco que el encargo recibido de la Zarzuela a su nombre habrá tenido en la prensa francófona (belga como francesa) y neerlandófona en Bélgica

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