viernes, abril 11, 2025

CHINA GRAN POTENCIA, ENEMIGA O NEUTRAL ?


Estampa tradicional de un mandarín. El mandarinato fue un caso único en el mundo de  una clase civil como casta dirigente -y no nobleza militar-, de la China imperial. Que tenían en CONFUCIUS su máximo inspirador, en él y en su filosofía religiosa de defensa del principio de autoridad, y de respeto al legado de los mayores, por lo que fue ferozmente perseguido por MAO TSETUNG y la Revolución Cultural. De XI-JINPING en cambio se dice que su madre era una devota del confucianismo, lo que daría una clave de explicación del nuevo rostro -nacionalista o nacional/comunista- de la República Popular

China, aparte de mi ese cáliz! No sé nada, muy poco que me diga-, ni de su historia ni de su lengua ni de su cultura, o sea que todo lo que voy a decir de ese tema aquí es en casi todo tributario de testimonios indirectos mas o menos creíbles de voces o plumas occidentales. No obstante sí creo tener algo que decir, o mejor dicho, que tengo imperiosamente que decir ante el magno desafío que nos lanza al rostro Pedro Sánchez viajando allí de aire resuelto y convencido, recibido -al bajar del avión- con flores y la sonrisa de ojos oblicuos, enigmáticos por definición, que el que descifrare -como entonaba aquel dicho infantil-, buen descifrador será. 

La guerra fría fue la "cifra" -clave de  interpretación o sea- con la que aprendimos a leer las crónicas de actualidad en nuestra adolescencia y antes aún en nuestra infancia precoz de lector voraz de toda clase de revistas y periódicos, que de lejos o de cerca atañían a las vicisitudes en el discurrir cotidiano de aquel gigante asiático. China o Chinas en plural. lo que hoy suena a blasfemia en Pekín, y se veía rodeado de espesos tabúes que habrán fatalmente presidido los encuentros del jefe de gobierno español con los principales dirigentes de la Republica Popular y en particular el que mantuvo con supremo mandatario chino, XI-PING. 

Pero a su homólogo español eso debía traerle sin cuidado, seguro de sí, con la carta o trofeo en la bocamanga, de su memoria tenaz guerra civilista en la que figuran en primera fila los aliados ideológicos de la Republica o sea del bando perdedor. -pese (nota bene) a la neutralidad oficial de la China de entonces, y de su partido dominante, el KUOMINTANG, años antes de la victoria del bando comunista y de la derrota de TCHANG-KAI-CHEK -al final de la guerra civil china (1949)- que a su vez figurarían por una de esas acrobacias o piruetas que la Historia se permite en el bando ganador de la II Guerra Mundial, de la que la guerra civil española no vino a ser (casi) más que una repetición general. 

Estamos? Está lo bastante claro? Y eso explica el atajo más o menos barato  gratuito aunque legitimo, de Vox en la boca de su máximo mandatario, tratando de comunista (sic) a la Republica popular y a sus dirigentes. Y eso es lo que preside en lo más alto e impulsa desde lo más hondo la diplomacia de choque del gobierno español que parece haber descubierto la geopolítica y sus sortilegios y encantaciones en el Palacio de la Moncloa. Comunista XI-JINPING? La pregunta del millón. A la que cabría responder por una pregunta indirecta o condicionada. Comunista en el mismo modo y medida en que lo pueda ser Vladimir PUTIN, su estrecho y principal aliado en el tablero de la política internacional, a lo cual creemos haber dado respuesta en varias entradas -en una de ellas sobre todo- de mi blog. Comunismo de un sesgo o corte nacional o nacionalista con una cargazón no pequeña de revisionismo al borde del negacionismo en las mas graves cuestiones de la historia del pasado siglo XX y de la Segunda Guerra Mundial. 

Lo que explica con creces sus contactos con figuras emblemáticas de la corriente populista y de "extrema derecha" y del conservadurismo en diversos países europeos -Marine LE PEN, Víctor ORBAN, François FILLON (...)-  y el surgimiento en las redes sociales de una pléyade de "influencers" prorrusos de aquella tendencia -tachados automáticamente de troles y otras lindezas por los secuaces de la Biempensancia- en el tema (en ascuas) de la guerra en Ucrania. Y lo que le hizo tolerar -hasta el "putsch" que estuvo a punto de derrocarlo-, al grupo WAGNER y su líder, Yevgueni PRIGOZHIN, y al fundador del  grupo, Dimitri UTKIN, de un pasado militante -de corte nazi o neonazi propiamente impresentable, y superfluo por lo demás a ojos de occidentales, como si el propio nombre de ese grupo o asociación de mercenarios y antiguos presidiarios, no eximiese de mayores abundamientos o comentarios. Pero hay una pista de análisis o clave de explicación que nos queda aún por explorar y es  la que nos ofrece la religión o más exactamente, la política religiosa. Y es la que me ofreció la lectura tras mis años preso en Portugal y a mi paso por la Universidad Libre de Bruselas, en el inicio de estancia en Bélgica, de una obra de la mayor solvencia ideológica, de la corriente de la Nueva Derecha -"Nouvelle Droite"-, y de su principal ideólogo y padre fundador,  "Vu de droite" (, (1977)  de Alain DE BENOIST , amigo e interlocutor  de Alexander DUGUIN, consejero de Vladimir PUTIN y además de estrecho amigo de BENOIST, próximo igualmente de la Nouvelle Droite. 

Y en esa obra, el autor francés referido ahondaba en el terreno de la historia de religiones, el análisis -bajo un prisma occidental que se da por hecho- del confucianismo como ideología o basamento religioso de una corriente nacionalista o nacional/comunista que se remonta a los inicios de la Republica Popular y al padre fundador -de la Republica tras el derrocamiento de la dinastía imperial (1911)- SUN-YAT-SEN, fundador a su vez del principal partido de la Republica popular,  Partido nacionalista chino, el KUOMINGTAN. Todo un legado histórico e ideológico ferozmente combatido por cuenta de un intransigente ani-confucionismo- tal como se explica en esa obra de Alain de BENOIST-, por MAO-TSETUNG y la Revolución Cultural, que pintaban al confucianismo como la principal palanca de la reacción, y a CONFUCIUS como el defensor del principio de autoridad y del respeto al legado de los mayores, y del mandarinato en suma, como clase civil (sic) -en lugar de una nobleza militar- y clase o casta gobernante de la China imperial. 

Y a modo de ilustración o como queriendo corroborar todo lo que aquí precede, me permito hacer mención aquí  de la amistad que brindé en Bruselas a un joven vietnamita refugiado en Bélgica tras el derrocamiento y muerte (asesinado) de NGO DINH DIEM, presidente del Sud Vietnam, quien pretendía arrastrar una ascendencia imperial china (dinastía Qing), y que de vuelta de un viaje a su país, el Vietnam, me aseguraba que Confucius estaba plenamente rehabilitado en China, y que el confucianismo presidía (oficiosamente)  las orientaciones de la Republica popular y a la nueva visión -de detente y conciliación- que el régimen (comunista) chino proyectaba del conjunto del mundo occidental. 

A lo cual cabe añadir las informaciones aparecidas en la Red y en los medios occidentales que prestarían una madre piadosa y fiel devota del confucianismo al mismo XI-JINPING: Todo esto apostamos que deben olímpicamente ignorar, en el PSOE, y SUMAR (etcétera, etcétera) como si les sonase a chino (...)  pero que fatalmente les puede reservar sorpresas, al jefe del gobierno español, Pedro Sánchez,   y a su estrategia barata (y low-cost) anti-TRUMP y anti-aranceles en Geopolítica y en política internacional     

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