sábado, mayo 13, 2023

JOSÉ ANTONIO, PRYSA Y EL PADRE DE UMBRAL

 

 

 

Carente de pruebas/de/archivo, mi tesis sobre la identidad del padre (biológico) de Francisco Umbral? No más, no menos que en la operación de marketing que (desesperadamente) se nos estará queriendo vender con todos los plácemes y parabienes del establishment cultural en la España de hoy (día) y con el mayor éxito en la Red. Y desde luego provisto (yo) de un apoyo netamente superior en testimonios (orales como escritos) discutibles como tales en la más reciente historiografía (de acuerdo), la cual no se decide no obstante a rechazarlos sin más. Rumor histórico (sic) -o biográfico- a penas, lo que aqui me decido a caucionar otra vez, como ya lo hice en mi libro (junio de 2014) ? Digno en cualquier caso de examen atento y seria consideración, como tal, y no de un obviar olÍmpico (y clamoroso) como el que les habré merecido, a tenor de lo que escribe (y calla) Manuel Jabois (del Pais, Prysa, 20 de febrero 2015) A él y todo el "establishment" cultural

Eterno o (como decíamos en el seminario de Ecône) "eviterno" Umbral, tengo que rendirme a la evidencia.Y es después de la polémica en la que me habré visto de nuevo enzarzado por cuenta de él, a través de mi página Facebook, del interés que ello habrá suscitado y de la afluencia insólita de comentarios que habra inspirado su nombre (otra vez) El tema Umbral que me diga, del padre de Umbral, o sea. Lo que trae cola y la que traerá hasta el punto que yo me pregunto si nos encontramos ahí ante una asignatura pendiente, la de su importancia estelar en el universo de las letras en España -aún hoy por describir y bien alcalimetrar, por encima o más allá de la imagen frívola y trivial (amén de transgresora y escandalosa) que entre muchos Umbral habrá dejado (para la posteridad) 

Y (no menos pendiente),  la de la reconciliacion entre españoles desgarrados y enfrentados por una interminable guerra civil que Umbral por voluntad propia -y destapando así un devorante pathos guerracivilista (quién me lo podrá negar?)- entendió deber convertir en el telón de fondo -y fondo/comercial (léase editorial)- omnipresente, de la mayor parte o de las de mayor importancia de sus obras-, en especial las del género novela (histórica), como lo pongo de manifiesto en el libro que le dediqué que de nuevo ahora habrá salido (fatalmente) a relucir.

 A cuento sobre todo, esta vuelta a empezar sobre el tema -por qué lo deberia ocultar?- del montaje o de la operación marketing (literario) -cómo llamarlo si no?- marca Prysa de un éxito tan fulgurante en la Red -qué otra cosa cabía esperar si no?- viniendo a confortar o a rubricar -blanco o meta ultima de la operación?- la imagen que se habrá (igualmente) vendido tan bien hasta hoy de un rojo/Umbral, pero un rojo no como los otros (se me ocurre, de urgencia, apostillar) De un rojo o de un comunista de los que levantan el puño como quien va agarrado de la barra del autobús, tal como su amigo/enemigo Jaime Campany tuvo el acierto de glosar. Pero no sea eso tal vez lo de mayor trasncendencia de todo lo subyacente en el tema (umbraliano) que aquí me habré propusto abordar (...) 

Hay otros asuntos, cuestiones melindrosas, engorrosas, delicadas -en el plano de las conciencias- que venciendo un pudor casi insuperable, me habré decidido por fin a plantear. Y la más delicada y la más engorrosa de todas lo sea tal vez lo que anuncio en primer lugar, sobre la identidad -nombre y apellidos (atención!)- del padre biológico del autor. Nos están "vendiendo" ahora (desde hace unos cuantos años ya)  -como ya lo denuncié en una de las entradas de este blog (que me habrá valido ahí una cifra astronómica de visitas, como por casualidad)- un (presunto) padre biológico de Umbral con ayuda de testimonios de terceros, perfectamente apócrifos hasta prueba de lo contrario, y sobre todo de una foto, y de una aura la suya (lo reconozco) un pelin espectacular. Una foto -de- le-jos de Umbral y de sus (presuntos) padre y hermano, u otras más divulgadas en la que se observa un cierto parecido o mimetismo...en el peinar (...) concitando a pesar de lo escaso y lo endeble de su entramado y valor probatorio, una unanimidad que no puede por menos de extrañar. En una operación de marketing literario desatada sólo cuatro meses después de la aparición de mi libro sobre el tema, como por casualidad.

 

Anselmo de la Iglesia (Somavilla) Palma de plata de la Falange (joseantoniana) y lugarteniente de Onésimo Redondo en las luchas callejeras en el Valladolid de antes del 18 de julio (del 36) Un falangista no precisamente del montón, el padre (biológico) de Francisco Umbral, ni él ni su (legítima) esposa, Rosario Pereda, figura de gran realce de la Seccion femenina, que figuraron (los dos) en un primer plano del mitin de José Antonio en el teatro Calderón de Valdolid, y madre de las desdichas del célebre escritor, en la medida que se cruzaron fatalmente sus lineas biográficas -de ella y de la madre de Umbral- y gravitarian no menos fatalmente sobre el destino y la bigrafia del célebre escritor. Dos mujeres -una de ellas, la madre de Umbral, y esposa legítima de su padre biológico la otra- rivalizando (casi) a vida o muerte -con el telón de fondo de la luchas callejeras que (nos llevaron a la guerra civil)- por el amor y por el nombre de un  solo hombre, clave  del enigma (insondable) de la filiación paterna oficialmente desconocida de Francisco Umbral.  Menos parecido físico el suyo que el otro "pretendiente" a la filiación en Francisco Umbral? Que por qué me debería callar?

Con  el poderoso patrocinio del diario (marca Prysa) en el que el relato se veria publicado y de la caución no menos poderosa de la instancia oficial -el Instituto Cervantes (un respeto, y lagarto, lagarto, como diría García Lorca)- que apadrinaba al promotor de la tesis (periodística), nada menos que hijo del padre biológico (en cuestión) Nos impresionan? No digo que no, pero no al punto de rendirme o de echar por tierra el guante del desafío que este tema -junto con la propia figura de Umbral- nos plantea a todos, y muy en particular a mí por lo que no es dificil adivinar. Que a fe mía no nos arredran ni la (sombría) perspectiva más próxima o más remota de vernos sentados en tribunal, o sea. A buen entendedor pocas palabras sobran. Con lo que quiero decir o dar a entender, que estoy dispuesto a llevar este asunto (caiga quien caiga) hasta el final.  

Que a falta de la prueba -concluyente y dirimente, léase la del ADN (por venir)- no vemos por qué deberiamos callarnos en un tema que lo es todo menos trivial. No un mero asunto de vida privada (sic), lo que habrá sido la consigna o voz de mando circulando (en voz baja) entre los medios (mayormente universitarios) de sus discípulos y devotos y entre los círculos de sus familiares más próximos sobre el particular. Y de la Fundacion que lleva su nombre (a no olvidar) De Registro Civil el tema, bien al contrario. y más aún, si se me apura, tratándose de la dimensión tan pública y relevante del sujeto interesado -la persona y la imagen (publica) de Umbral, que no deja menos como tal de interesar o de afectar -por sus (innegables) perfiles políticos e ideológicos en particular-, al Orden Publico, sin más. Como lo oyen. A todos nos cuestiona pues la identidad pendiente de esclarecer del padre biologico de Francisco Umbral y no sólo al  círculo estrecho de sus familiares (conocidos) y de sus fieles devotos y devotas (admiradoras) 

Y  es lo que da si cabe la medida del drama o de la tragedia que marcaria desde el principio al fin los años de existencia de Francisco Umbral (...) De lo que da idea la infinidad de cuestiones (como ya dije) que el asunto nos plantea, en los más diferentes planos por lo demás. En el del Derecho como ya lo hemos visto, y también en el de la Moral. Nada que ver con la tematica del aborto (sic), lo que podria ser visto desde una infinidad de puntos de vista como una eximente legítima (sic) en una interrupción del embarazo, a saber la ignorancia o la ausencia -por la vía de la denegación (tenaz)- de la filiación (conocida, oficial) de paternidad? Lo escribo y lo rubrico y lo mantengo, que ya estoy oyendo la escandalera y las voces  de la protesta que acabo de desatar. Nos habría privado (ello) de una figura insigne de nuestras letras, pero nos habrá librado al mismo tiempo de la (pesada) hipoteca que su vida y su obra nos habrá legado a todos los españoles en general. Nada que ver tampoco el tema que nos ocupa con otros de la mayor gravedad y rodeados de los más espesos de los tabues que Umbral -transgresor e incoformista si los hubo- no dudaria en hollar y en pisotear?

El del incesto, por poner un solo ejemplo. Que en algunas de sus obras, él tan abiertamente parece justificar. Con su vida también y no solo con su obra, y de lo que no se veria exenta o inmune ni su propia madre, como nos sería nada difícil de demostrar. "Mi madre no fue una p...!", exclamaría Umbral el rostro desencajado (fácil de imaginar) en más de una ocasión, como ya leí algo sobre el particular. No, no lo fue, pero el entredicho -a todas luces por lo infamante, trgáico e injusto- del que se verian víctima tanto la madre como su hijo, la haria fatalmente blanco y objeto de toda las miradas y rumores y maledicencias que cabe imaginar, viéndose así (fatalmente) enredada en un sinfín de situaciones a cual más lamentable y penosa, fáciles de imaginar. Lo que explica -sin que nos atrevamos a justificarlo- los fantasmas -claramente incestuosos- que revolotean en torno a la figura de su propia madre y a  lo largo de las páginas de sus novelas (como no nos es dificil tampoco de comprobar) 

Francisco Umbral y la Memoria, el tema que juzgamos central y que nos quedaba por abordar. En su vida -como lo acabamos ya de ver- lo mismo que en su obra, y en particular por el cariz histórico de la misma y quien dice Historia, dice fatal y forzosamente historia de la guerra civil. Nada que ver la identidad (presunta) del padre biológico de Umbral con el pathos devorante (sólo un decir) guerracivilista léase anti-falangista, que se siente soplar en ese conjunto de novelas de Umbral sobre la guerra civil de las que habré versado -dentro y fuera de mi libro- muy en particular?  Y qué de más logico y explicable si nos ponemos a barruntar? Odio o animadversión eterna, a vida o muerte, sí -to be or not to be-, al padre (biológico) que le negó hasta el final, y si no a él, a la ideología o al movimiento (la Falange) enfrascado en una espiral de violencia callejera que (nos) llevó a la  guerra civil, en lo que aquel vería -no sin un fondo de  verdad- obstáculo mayor, léase fautor o culpable supremo de la separación de sus progenitores, léase de la coyunda no/alcanzada (del todo) entre los dos y de su secuela mayor, léase la denegación (tenaz) de su filiacion de paternidad?  Más difícil de admitir o de aceptar todo eso -como clave de interpretación (psicobiográfica) de su vida como de su obra-, ese supuesto, que ese otro (como digo) que se nos está tratando  de vender, de una ciega admiración y ascendencia a otro (presunto) padre biológico -a él, a su memoria y a sus ideas y posturas políticas (republicanas, de izquierdas, elemental)- que no le negó menos, y que se acordaría de él sólo ahora a titulo post mortem y tantos años pasados ya? Dilema de punto de partida, existencial, del que aquí todos ya saben la solución por la que opté en particular. 

Memoria azul (sic) de la Falange, y de José Antonio en particular. El último punto -tal vez el más serio y trascendente- que nos quedaba por abordar. De una rabiosa actualidad además,  por razón de la exhumación escandalosa que nos habra sido dado presenciar. Memoria visual. A tenor de lo que de ello tiene el conjunto de la obra de Franscisco Umbral, lo que su biógrafa Ana Caballé llama "el toque Umbral" (*) Temible en  extremo, a fuer precisamente de imprevisible y de visual. Como él lo muestra en ese sueño surrealista (sic) -de lo a mitad vivido, e imaginado (o adivinado)-, que es como califiqué a su Leyenda del Cesar Visionario y en particular el episodio cumbre de dicha obra, a saber, el del quinqui robagallinas que se hace pasar por el Ausente en la retaguardia de la zona nacional. En una filipica mitad denuncia y mitad revelación -a costa o por obra y gracia de ese Falso/José Antonio, como el Falso/Balduíno I, emperador latino de Bizancio (IV Cruzada), o más cerca de nosotros aún, del Falso/Don Sebastián, en Portugal - de lo que él (por boca) de Franco (sic) llama supersticion joseantoniana, léase la base del nacimiento y ascenso o advenimiento de un mito (sic), el de José Antonio el Ausente, Alter Christus, al que Franco -al contrario de lo que los celadores joseantonianos tratan ahora (en una previsible reacción a mi denuncia?)  de certificar-,  se limitó a soportar o a poner coto y tener bajo control, frente al fanatismo (supersticioso) de sus partidarios en la guerra y sobre todo en la etapa final de la posguerra (como nos habrá sido dado el presenciar) (2) (....) 

En clave todo ello psicobiográfica como digo, léase en su espíritu (legítimo) de venganza o de revancha contra el padre/falangista (jonsista y joseantoniano) que le negó  (tenazmente hasta el fin) la paternidad. Y todo eso en base a qué? que algunos ya les estoy oyendo. Rumores, simples rumores? Pero perfectamente localizados -y avalados- lo menos que se puede decir, en los medios del PSOE (sic), que parecen tener en ese como en otros temas una memoria -de un lado y otro de las trincheras de entonces- bien despierta (y en algunos puntos bien certera) de la guerra civil: un militante socialista, léase cripto/socialista  -con (notorio) pasado azul, nótese bien-, y proveniente (nota bene) de la provincia de León de donde procede también el propio Umbral, fue precisamente -por cuenta (faltaría) de un seudónimo (el de "Restituto") - quien  me puso -a través de las redes sociales- en la pista de todo lo que aquí estoy tratando de expresar, y que aquí me decido ahora a divulgar.

Y con el aval de amigos próximos de Umbral -tales que Antonio Parra Galindo (autor del prólogo de mi libro), César Alonso de los Ríos o Marino Gómez-Santos-, que corroboraron mi versión. Y de destacados falangistas de la primera hora como Angel Alcázar de Velasco, de verbo fácil y sin complejos, que señalaba con el dedo a todo el que le quería oír al padre biológico de Umbral. Sin trampa ni cartón. A vosotros, mis amigos y lectores -y camaradas- un poco de comprension, porfa!  a la hora de juzgar  (o sentenciar)

 


Segunda edición (mayo 2022) -en la foto-, 19 años después de la primera (2003) de esta biografía revelación. En respuesta -o reacción de pánico?- a mi libro (junio 2014) a la pregunta sin respuesta que gravita en esta certera biografía sobre Umbral? A saber, la identidad -nombre y apellidos- del padre biológico (oficialmente) desconocido, del autor. Es lo que cabe conjeturar a tenor de su epílogo -ausente en la primera edición- donde la autora contradiciéndo lo que primeramente escribió, entiende deber marcar el paso tras la version que en operacion de marketing -marca Prisa- y con el refuerzo de un articulo de Manuel Jabois, se nos está tratando de vender
 

 (*): "Umbral, el frío de una vida", de Ana Caballé (2a. edición, mayo 2022), p.88.

(2): Manuel HEDILLA, en el III Congreso de la Falange (Española de las JONS) en Salamanca el 21 de noviembre de 1936 -al día siguiente pues de la muerte de José Antonio en la prisión de Alicante-, dictó la prohibición de dar la noticia de la muerte del líder y fundador -como lo recuerdo en mi libro "Guerra del 36 e Indignación callejera" Madrid, Círculo Rojo (p. 208)  Lo que daría lugar al nacimiento de la terminología del Ausente en la propaganda oficial. Y lo que Franco en cambio ifringiría, confirmando la muerte del lider falangista en una carta en respuesta a una devota joseantoniana -el 4 de diciembre (1936)- que le cuestionaba sobre el particular (óp. cit. ibídem)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

https://www.youtube.com/watch?v=t-Y1jQlwW_E

Juan Fernandez Krohn dijo...

He aguantado siguiendo el video, en tu honor (quien seas) pero no más. Lo que yo grosso modo hace ya más de cuarenta años (!!) prediqué en el desierto (un decir, que en los desiertos no hay acoso ni linchamiento), y al rojo de la persecución (política como canónica), ahora en cambio parece gozar de nihil obstat. Quién habló en España contra el Concilio Vaticano Segundo, aparte de mí y cuatro gatos (refugiados en las alcantarillas)? Como dice el refrán, a buenas horas mangas verdes. He dicho, sin acrimonia. Con lo que te quiero decir que respeto lo que el conferenciante que me indicas predica ahora, porque con el mayor desinterés y generosidad fue lo que yo profesé y defendí y que me llevó tan lejos como bien todos sabéis, y lo que en cierto modo me dio el derecho a evolucionar (libremente) en muchos de esos puntos. O sea que no suscribo, lo que él dice al cien por cien, ni mucho menos. Sin trampa ni cartón. Muchas gracias de nuevo y un cordial saludo (quien quiea que seas) Y n espera de estar (pronto) en condiciones de evaluar e interpretar (bien) el giro de ciento ochenta grados que la irrupción de esa corriente (in-tra-e-cle-sial) significa. Otro cordial saludo. Y hasta la próxima

Armando Lopez, sigo tu blog me parece interesante.Te mando lo ultimo de Cepeda dijo...

Me llamo Armando Lopez de Barcelona.Nunca he pertenecido a ningun partido ni sindicato ni afiliado a nada de nada, pero actualmente me estoy dando cuenta de muchas cosas con respecto a mi querido pais (antes y el despues del R/78) que los democratas lo estan exterminando.Lo mio es como diria culturizarme con respecto a mi querida patria.
- https://www.facebook.com/profile.php?id=100064107736747

Juan Fernandez Krohn dijo...

Gracias por tu franqueza y tu valentía, Armando, entrando como lo haces en emi blog, veo que entre tus centros de interés está la "desokupación" un tema crucial y de la actualidad más rabiosa, íntimamente asociado a ese otro el de la in-dig-na-ción (callejera) al que he dedicado tanto espacio en alguno de mis libros como en este blog. "Desokupar" por la fuerza con la ley en la mano no es violencia, digan lo que digan el colectivo gitano y los compañeros suyos de viaje, quinquis o mercheros, que están detrás de esas trincheras. Y no nos impresionan. "Desokupando" pues sin complejos, y sin caer en la trampa de la espiral de vilencia callejera, por el riesgo sobre todo de guerra civil que conlleva. Que los pueblos que no aprenden de la Historia estan condenados a repetirla. Un fuerte abhrazo Armando, y -en espera de una próxima entrada (mi palabra!) sobre el tema (ley de la Vivienda)-, bien en alto nuestras banderas!!!

Juan Fernandez Krohn dijo...

Una salvedad, sin retractarme en modo alguno de lo que mantengo en mi comentarip anterior. Parece, por lo que leo en las declaraciones de Sinaí Giménez ("rey de los gitanos") que hay un vacio legal (lagarto, lagarto!!!) en el terreno del desalojo (o de la "desokupación) No menor -se me ocurre- que en el de la okupación de viviendas vacías. Por qué se legisla ahora en uno de los dos terrenos y en el otro no? Desokupa, como sea, habrá contribuido a ponerlo de manifesto, y eso hay que reconocérselo