"Desokupa" en acción por las calles de Barcelona. Con la ley en la mano, y pese al vacio legal, que el gobierno (socialista) -pese a la nueva ley- tolera o favorece, por qué?) y pese al riesgo de espiral de violencia callejera como laque nos llevó a la guerra civil (los pueblos que no aprenden de la historia...ya sabéis) El desafío -el de la "okupacion" violenta e insurreccional- que algunos se han decidido (por las buenas) a afrontar. Nuestro aplauso, faltaría más! Aporofobia (sic), "pobres" ("de espiritu") los okupas? Que no, que ya -con el cuento de la religión- no nos la dan!!!
"Okupas" y "desokupas", neologismos en el foco de atención. Y entro casi a ciegas en el debate a todo arder, pero cuidando (mucho) donde voy a caer. Que voy a tratar (más), no de lo que la nueva ley regula sino de lo que (sospechosamente) calla, o deja a otros que pregonen en el ruedo para colmar sus silencios (escandalosos), lo del tira la piedra y esconde la mano, no me digan! Que la nueva ley (marca PSOE) de la Vivienda enfrenta (a su manera) el problema -y la lacra- de los pisos vacíos (y la subida de los precios de alquiler), pero (escandalosamente) calla sobre la secuela fatal y no menos ruidosa de aquellos, léase la okupación violenta y escandalosa en desafio de la legalidad. Y salgo aqui al paso de las no menos ruidosas declaraciones del rey de los gitanos -lagarto, lagarto, que diria Garcia Lorca- donde denuncia como de puntillas el vacio legal (sic) que rodea a la segunda cara o faceta del asunto en ascuas, léase a los métodos y procedimientos del desalojo por la fuerza y con la ley en la mano (nota bene) que es lo que Desokupa alega a los que les quieren hacer callar. Vacio o laguna legal, calamitas calamitatis! surcada o preñada de los más negros presagios , -en éste como en otros muchos casos-, revoloteando como nubes de lo más negras con el telon de fondo omnipresnte e insoslayable de la espiral de violencia callejera que (nos) llevó a la guerra civil (...)
Por qué el gobierno regula en un caso y calla en el otro, en una versión de ley del embudo -dos pesos y dos medidas-, es lo que aqui tratamos de elucidar (....) Guerra civil? Tú exageras (me parece ya oír) Que todo esto, sí, nos retrotrae en el recuerdo a los testimonios de nuestros mayores, de situaciones vividas en los pueblos -en Andalucia al menos (provincia de Jaén)- de otro tipo de matones (sic) -"el Gitano", así era conocido el que los mandaba en el testmonio que aqui (sin más) transmito- que sin ley ninguna en la mano dictaban la ley en la calle y encerraban en su casa a la gente -reunida en corros apacibles a las puertas de la casas-, por las buenas (y por las malas) a la caida de la tarde, primavera y verano del 36 (...) Igual -sólo que al revés- de lo que están haciendo ahora. Encerrándo -aquellos- a los demás en casa (o en las ajenas) -como en un toque/de/queda insurreccional-, en otra version (mutatis mutanduis) para el caso igual de violencia (y arbitrariedad) callejera. Y en otro corolario -otro más- del fenomeno (igualmente) aciago de la indignacion callera del que ya me ocupé no poco aqui y fuera de aqui hasta el punto que le dediqué uno de mis libros, cargado además de razones, que como alli ya lo expliqué, ese fenomeno no menos aciago habrá gravitado de cerca desde entonces en los principales fenómenos -como en el ascenso de Podemos- que protagonizan la crónica de la actualidad más rabiosa en la vida politica de España hoy.
Con lo que quiero venir a decir que el asunto me parece de una excepcional gravedad hasta el punto de merecer que le haga motivo central de esta entrada en urgencia y a toda prisa, antes que la situación se salga de madre, como tantos visos de ello nos lo hacen temer (...) De aporofobia (sic) -otro neologismo qu me diga anacronismo, en el foco de atención-, tal como lo acaba de utilizar la carismatica ministra del ramo que me merece todos los respetos como en este blog -en relación con la guerra de Ucrannia- lo hice saber en alguna otra ocasión. Lo que se merece aqui otra no meos urgente glosa. De samaritanismo (sic) -y pauperismo (bíblico) horreur!- hablé ya aquí con el telón de fondo de los discursos del papa Francisco, rezumantes de un candoroso buenismo, sobre el problema (o la lacra) de la inmigración (en masa) por toda Europa.
De los pobres de ayer o de hoy, previsibles señores arrogantes (y amenazantes) de un mañana que parecen ya tocar con las puntas de los dedos (sic), hablé yo hace ya tiempo también. Consigna o voz de mando en una nueva version de la lucha de clases, de pobres contra ricos (o ricos contra pobres), ese parece ser el nuevo programa (nova et vaetera) de un gobierno en apuros que en vísperas electorales no sabe ya bien a qué santo -como a un clavo ardiendo- se irá a fiar. Lo dicho, desokupar -o desalojar con la ley en la mano pese al vacio legal- no es violencia, digan lo que digan los gitanos, y sus compañeros de viaje, quinquis o mercheros que se encuentran a menudo junto con aquellos por detrás de ese tipo de trincheras. He dicho, sin acrimonia, y sin complejos tampoco, que por qué nos deberiamos callar?
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