domingo, julio 12, 2015

Oda al Ave Fénix (poesía en domingo)

Salto de agua en el estanque,
sauces llorones al fondo
en la calma de la tarde,
al cabo de un día apretado
de pesadez sofocante
y en cielo nublado (estival)
¡Qué suave y relajante!

En la brisa de atardecer,
de la tarde en verde y gris
verde como la esperanza
que me acompaña y me anima

Y gris como el horizonte
entre escombros y ruinas
que me reservó el destino
y pintó (de gris) mi vida

Por un día de sol azul
¡diez (o veinte) entre mil brumas!

¿O es que tuvo que ser así
para forja de mi alma
al fuego de las desdichas
y para que soplase al final
el viento de profecía?

Y el sol (negro) de la guerra
diese paso en su agonía
¡a un azul mucho más puro
que el de las cumbres suizas!

Y del crisol entre llamas
del fracaso y la derrota
rompiese al final albores
entre luces y entre sombras
el sol de una nueva era
de música y de poesía
al cabo de la tragedia.

¡Espíritu de la Música!

De culto y veneración
(de latría o hiperdulía)
de la Obra de Arte (nueva)
al cabo de la Utopía,
de aquel sueño que no murió
en su enésima agonía
y renace hoy como nunca
palpitante de alegría
de fe (ciega) en la victoria
con alas (¡diosa bendita!)
y un fanatismo mortal
cual de bestia malherida,
desbordante de humanidad
(de cordura y valentía)

Heraldo de una nueva moral
sin tabús ni moralina
el poeta ¡gran profeta!
(entre el misterio y la rima)
de aquella moral heroica
siempre antigua y siempre nueva
¡Mi más leal compañía!

Que irrumpe hoy cual Ave Fénix
entre campos de ceniza

¡Espíritu de la Milicia!


¿Ir a donde me llevas, amor?
A donde tú quieres, ya sé
¿Estoy en lo cierto o no?

A aquel lugar de mis sueños,
a aquel país de cuento de hadas
sin tumultos y sin guerras
y de mil montañas mágicas

Y lagos de leche y miel
y de bosques de misterio
por donde las vacas vuelan
y pasean las sirenas
sonrientes al anochecer.

Tan idílico y tan bello
que a veces me hace dudar
que no fuese más que un sueño
o una pesadilla (una más)
de tantas como ya soñé

¿O acaso seas un sueño tú
también, una sirena (una más)
en carne y hueso por veces,
otras en cambio, pura hiel?

Un espectro, una aparición
que aparece y se desvanece
cuando se asoma el verano
o con la caída del sol

Que me hizo un signo (un guiño),
me sonrió y acompañó
mientras era aún de dia
en mi alma (en mi corazón)

Sin que tú te dieses cuenta,
mirlo blanco, rosa en flor
joven, blanca y radiante
del Tiempo erguido entre Tú y Yo.

De la eternidad del instante,
allí donde se hunde el Amor

No hay comentarios: