Francia no es España. El “enarca” Philippot –alto funcionario del estado francés, diplomado del ENA-, brazo derecho en la actualidad de Marine Le Pen, número dos del partido y alma mater de la maniobra en curso en contra de Jean Marie Le Pen, es la garantía suprema para el sistema (republicano) que el Frente Nacional va por la buena vía de la des-diabolización, léase de la des fascistización, de todo lo que simbolizan el fundador del partido y sus declaraciones periódicas e intermitentes política e históricamente “incorrectas” En España en cambio no son los de Podemos los que tienen que ofrecer garantías de constitucionalidad (rojo y gualda) sino que las garantías (democráticas) las tiene que ofrecer el poder o el ordenamiento institucional español más bien, en aras de la desfascistización –o desfranquistización-exigida sin pausa ni descanso por las grandes potencias desde la terminación de la II Guerra Mundial en el 45Podemos y la enseña nacional (léase la rojigualda) En el libro que acabo de publicar denuncié el carácter insurreccional (en potencia) del partido o movimiento de Podemos y entre los signos infalibles o botones de muestra que enumeré figuraba por cierto ese fanatismo tricolor del que hasta ahora habrán hecho gala en cuanto que la ocasión se presentaba. ¿Me equivoqué en el análisis? No lo creo, por más que estemos sin duda asistiendo a una maniobra de altos vuelos a tenor de comentarios que están apareciendo en los -medios las últimas horas a tenor de los cuales la cúpula (sic) de ese partido se prestaría a hacer concesiones en la materia, o que estarían para ser exactos estudiado la mejor manera de soslayar la fuerte resistencia de sus bases a unan aceptación cualquiera y por implícita que sea de la que hoy por hoy es la bandera española.
La tricolor republicana fue la insignia inconfundible e indiscutible del movimiento indignado que hizo eclosión con el 15-M y del que el Podemos vendría a ser un segundo soplo o aliento –como lo defiendo y mantengo en mi libo-, hasta prueba de lo contrario. ¿Una maniobra de asimilación –o de normalización- a la que estaríamos asistiendo análoga a la que tiene por blanco el Frente Nacional al socaire de la polémica aireada y sabiamente explotada en los medios entre la actual presidenta del mencionado partido francés y del fundador del mismo? Una simple maniobra electoralista esos rumores –que no son otra cosa hasta al fecha llamados a contrarrestar el auge de Ciudadanos y la amenaza directa –de sustraerle por aspiración- espuertas de votos al partido “indignado” (como así habrá sucedido en la elecciones andaluzas), ellos que no parecen tener problemas de conciencia en ese tema? No creo en las meigas pero hay las.
Y un líder que no se desprende –aunque le maten- del símbolo tan guerra civilista y beligerante del puño en alto, como lo habrá demostrado con creces hasta ahora, y que hace del cambio –léase del cambio de régimen-el leitmotiv de su andadura política, tendría que esforzarse mucho a base de señales inequívocos en dirección de la opinión ubica española para convencernos de lo contrario. Pode-os y Frente Nacional francés, cualquier parecido con la realidad pura coincidencia. Francia no es España: un fenómeno típicamente español, la “spanish revolution” –que desató el 15-M (que le duró unas horas en Francia en cambio a Nicolás Sarkozy), y que a trancas y barrancas prosiguen los de Podemos- el enésimo capítulo de la guerra civil del 36 o de los Ochen y Tantos Años, que todavía dura
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