sábado, septiembre 13, 2025

BRASIL EUROPEO (EL QUE YO PREFIERO)


BOLSONARO, en olor de multitud. Tan frecuente en él. Objeto ahora de una condena judicial que divide al Brasil y a la comunidad internacional. LAWFARE a la brasileira. Que pone otra vez de manifiesto la brecha o hendidura entre un Brasil "multirracial", el de la prensa "mainstream", y un Brasil de raíces europeas. En el que me reconozco, y que quiero sin reservas. Porque lo conozco (un poco)

Jair BOLSONARO, condenado a una dura pena -de veintisiete años y tres meses- de prisión, por tentativa de golpe de Estado. Sin más prueba que "la delación premiada" -figura reconocida en el Derecho brasileño (...) de colaboración (sic) del Estado con el justiciable (delator) o sea- la del teniente coronel Mauro CID, ex-ayudante del (ex) Presidente, declarando en tribunal en contra de aquél, y condenado en cambio, a su vez -por el mismo tribunal que condenó a aquél- a dos años de cárcel en régimen abierto (que ya cumplió) Con levantamiento del brazalete electrónico -y protección para su familia-  y en la perspectiva del levantamiento de toda la pena que aún pesa sobre él, lo que acaban de demandar sus abogados. LAWFARE a la brasileira, o sea. Y sé un poco de lo que hablo, que estuve más de una vez allí y he tratado un poco con brasileños al cabo de los años. Dentro y fuera de la TFP (que me parece importante el precisarlo) Que nos ven a los europeos más torpes (sic) y menos preparados para la vida de hoy y menos abiertos a los rumbos y horizontes de futuro hacia los que camina el mundo. Y nosotros los vemos a ellos como muy seguros (demasiado) de su destreza, su habilidad y su viveza -los porteños llaman a eso el ser "piolas"- en un interminable diálogo de sordos que desespero (casi) que pueda acabarse nunca. ¿Un trazo común en la mentalidad de todos los pueblos del subcontinente hispano o ex-hispano? Casi me atrevo a afirmarlo. Y planeando o sobrevolando en ese análisis de urgencia o comentario de primera mano que aquí vengo exponiendo -en total libertad y en modo alguno por encargo- me debo aquí de hacer mención urgente e indispensable de la guerra civil hispano/americana a modo de epifenómeno de la (interminable) guerra civil española (del 36) 

Una guerra civil con hondas raíces en el tiempo hundiéndose en un pasado que cubre casi por entero todo el siglo anterior, en un reflejo fiel (acompañado de interacción) de la guerra civil europea (1917-1945), acorde el titulo de la memorable obra del historiador Ernst NOLTE. Con hitos mayores como lo fueron el régimen militar (1964-1985) tras el golpe de estado que derrocó al presidente (izquierdista) Joao GOULART, el ascenso -con la bendición plácemes y parabienes de la Iglesia Católica y la bendición dilectísima del papa JUAN PABLO II- de LULA DA SILVA (1 enero 2003) y la entrada en el gobierno bajo la presidencia de éste de DILMA ROUSSEF -accediendo años más tarde a la Presidencia (1 enero 2011), que arrastraba -de notoriedad pública- un pasado de militancia en la guerrilla. En un contexto todo ello de perpetua tensión social -hasta hoy- que se tradujo en grandes manifestaciones callejeras de protesta (abril-julio 2013) -especialmente por el aumento de tarifas en los transportes públicos, la violencia policial, y la reforma política. Precedidas -en noviembre del 2010- por la intervención militar contra la violencia criminal en torno a las favelas -a cargo de las bandas y pandillas del narcotráfico, allí asentados. 

Un gigante en ebullición pues, amenazando implosión y ruptura de la cohesión social y con ella, last but not least, de la imagen de consenso u homogeneidad étnica (sic)  -de un Brasil "multirracial" omnipresente de cara al exterior y en la conciencia colectiva de sus habitantes, y seriamente amenazada los días que corren por la honda (e irreconciliable) rivalidad entre LULA y BOLSONARO, y detrás de éste el Brasil de los blancos (sic) en el lenguaje -en declaraciones e intervenciones públicas- de aquél. Sin obviar el contexto geopolítico en la actual situación dominado por la presidencia USA de Donald TRUMP y su alianza estrecha con BOLSONARO, quien habrá dado no obstante muestras de independencia -en especial frente al bloque de izquierdas en el subcontinente -MÉXICO, COLOMBIA, VENEZUELA, CHILE- y en relación con la figura de Vladimir PUTIN y su diplomacia omnipresente en la región, recibido de nuevo en Brasil (nota bene) tras el inicio de la guerra en Ucrania. 

Y termino -como en confirmación de la tensión social a la que aludí más arriba- con un video que acabo de seguir en la RED sobre violencia rural allí y el corolario inevitable de choques entre la población indígena y los propietarios rurales ("ruralistas") Como un eco de las viejas polémicas y controversias en la materia -léase la defensa de la propiedad privada en nombre del magisterio eclesiástico y la doctrina católica- que extendieron en campañas callejeras y en su estilo inconfundible la TFP brasileña y sus antenas varias por los diferentes países de la América española. Una campaña aparentemente de tintes anti-republicanos en la presentación que se hacía (ahora) de ella en el video referido, lo que se venía a acentuar con la referencia (foto acompañando en el programa) de un antiguo dirigente de la TFP -y conocido, y amigo-, a saber, el Príncipe Bertrand de ORLEANS (*), de la casa real brasileña de ORLEANS-BRAGANCA, y descendiente en línea recta, del último emperador del Brasil, DOM PEDRO. Brasil europeo pues, por los cuatro costados. Lo que parece (seriamente) amenazar la (encarnizada) persecución emprendida contra Jair BOLSONARO. Naturalmente salvo prueba aún por venir (judicial o no), en contrario 

(*): (*): Dom Bertrand era tío de DOM PEDRO LUIS DE ORLEANS Y BRAGANCA, cuarto en la línea sucesoria, fallecido (1 junio 2009) en el accidente de avión del vuelo RIO-PARIS, de Air-France (447) 


Dom Pedro Luis de ORLEANS Y BRAGANZA (y WITTELSBACH, de Baviera) -cuarto en la línea sucesoria-, sobrino de Dom BERTRAND (mi amigo) y descendiente en línea directa de Dom PEDRO II, último emperador del Brasil. Y figura paradigmática de un Brasil europeo ¿Victima de accidente, de complot o de un Destino trágico, el de su dinastía y no sólo de él? Misterio
    

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué opinará el magistrado don Sergio Moro? Saludos.

Juan Fernandez Krohn dijo...

No lo conocí, nunca oí hablar de él. Hay innegablemente mucho de personal y de LAWFARE en la crisis política brasileña -como lo muestra el caso al que te refieres-, pero su trasfondo ideológico, que en mi entrada señalé, me sigue pareciendo no menos innegable. Un cordial saludo