miércoles, octubre 18, 2023

ABAJO EL ISLAM!!!

No creo en las meigas pero hay las, lo dije ya y lo repîto todas las veces que haga falta. Y creo más -en meigas , en brujas- cuando entro en FB como acostumbro, muy de mañana. O no? Milagros o diabluras apenas de la Inteligencia Artificial?. Qui lo sa. Y viene todo esto a cuento de las recordaciones-en francés,"rappels"- que me vienen a cuenta gotas o a salto de mata, de mensajes que aquí colgué hace (de algunos) no sé cuanto tiempo ya, de los que no quiero o prefiero no acordarme como decia el señor Hidalgo de la Mancha. Y que los magos (detras de las cuerdas) de Facebook parecen no obstante empeñados en que yo recuerde metiéndomelos por los ojos, o comiéndome el coco (que es tal vez de lo que se trata), o de echarme en aguas profundas. Como en un "trágala" Y trátase en concreto de un mensaje que aquí colgué bajo el título Abajo el Islam! que con lo que nos está cayendo, parece que es lo que me faltaba (...)  Ocasión no obstante que ni pintada de  exponer y explicar aquí mi postura en un tema tan complejo y en una tesitura tan peligrosa como delicada. Que quede claro pues: no estoy por la re-migración forzosa y apuesto en cambio por la integración como lo deje sentado ya en estas entradas -a cuento de la muerte, degollado, de Samuel Paty, en asesinato ritual-, de la poblacion (masculina o femenina) de confesión musulmana. Ni creo que se deba extrapolar -como lo hace Eric Zemmour- en política francesa (o europea) el conflicto del Oriente Medio, ni los últimos y recientes (trágicos) sucesos de la franja de Gaza, Cerro de Arrebatacapas -como lo llamé yo- de la política internacional, y de su toma y daca. 

Ya me expliqué aquí tambien sobre este asunto y en general sobre el fenómeno de la irrupción sorpresa de aquel en la ultima campaña electoral, intentando (yo) a toda costa de explicar y de explicar(me) a mí, la no menor sorpresa de su estruendo fracaso final, de él y de todo lo que logró  despertar -entre lo más selecto de la juventud francesa- de sueños y esperanzas.  Y tal vez que haya que haber transitado aquí en Bélgica como lo hice yo, por los circuitos -desiertos, intransitados- de reinserción, cumpliendo así un destino como el mío -de lumpen o de paria internacional- y su lote obligado de cohabitación forzosa o semiforzosa con la masa (ingente) de la inmigración y entre ella y sobre todo, con el coletivo musulmán, Experiencia preciosa que no quisiera compartir con nadie y que al mismo tiempo hiervo en ganas de explicar aqui y de comunicar (...) 

"La emigración es una tragedia" le leí hace no sé cuanto ya a Pino Rauti, viejo líder neofascista italiano y como tal fuera de toda sospecha, en lo que me pareció barruntar no obstante -antes qu la istuacin alli se sazliera de madre como ahora- , un  simple postureo o frase o marca de estilo (o brindis al sol), del género de lo del PP -y de José Mari Aznar- en temas de la memoria histórica , sobre la "tragedia" (sic) de la guerra civu española (...) Pero en lo que sospeché y ahora lo pienso todavia más, que había un fondo de verdad que valía la pena (como aquí lo estoy haciendo)- de explicar y de glosar. La emigración en masa en territorio europeo de contigentes (ingentes) de población de confesion musulmana es una más -como el conflicto si bien se mira del Oriente Medio- de las secuelas y consecuencias -con la derrota de Alemania- del desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Y, que como tal hay que tratar y que abordar. 

Un desafío (mayor) en el que la supervivencia de nuestra civilizacion anda en juego. Como la amenaza más o menos inminente de una Tercera Guerra Mundial. "Obras son amores y no buenas razones", rezaban nuestros clasicos, o lo de "nos duele España", extrapolándola con Europa, de lo que aqui se trata. Nos duele, me duele Europa, si, y me duele Francia viéndola en peligro (de muerte) o "empezada" (me da igual) por una corriente migratoria en aluvión que no hay modo alguno de frenar. Y no por el corolario inevitable del flujo aquél -de mezcla mutirracial-, sino por el peligro o amenaza de disolución o desintegración -de nuestra propia identidad colectiva (to be or not to be)-, en el plano cultural y civilizacional. La Charia o ley islamica en cuestión (o sea) Lo que me movió a reaccionar y a lanzar el grito aquél, imparable por lo que me está siendo dado el presenciar, 

Y fue ante el espectáculo -habitual y en situaciones de cohabitacion forzosa todavia más-, del empeño fanático de aplicación de aquella en todos los instantes de la vida cotidiana, en establecimientos de noche (y en las piscinas) o en el comportamiento -de lo que se debe hacer y lo que no se debe (...)- en una cafetería o en un bar, con el consabido mensaje -en clave de doctrina coránica- de hi-gie-ne-so-cial. Ante lo que me dije en solitario, basta ya! Lo dije y lo mantengo, pesando una a una las sílabas y las palabras de un grito del que no me arrepiento. Y fuerte y consciente a la vez de una tradición colectiva y a la vez enterrada o semienterrada -como aquí ya lo expliqué- de la España de las Tres Culturas: en tierras de Europa, ABAJO EL ISLAM!!!  

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