Aqui ya dejé a menudo constancia de mi paso por el FES en mi época universitaria, del que me fui yo (casi) sin despedirme, pero con los que no rompí todos los contactos o no del todo por lo menos. Lo que me permitió el seguir a distancia pero con suma atención los hitos más sonados de la trayectoria que seguirían -sin mí- después, en aquellos tiempos que fueron los años de la Transición, como por causualidad, en los que (aquí ya todos lo saben) estábamos ellos y yo, cada uno "en otra cosa" Ellos, en la ruptura (sic) del régimen -bajo la (oportuna) coartada, eso sí, del NI SI, NI NO que fue su consigna de voto en un referendum de aquel entonces. Y yo mirando a las estrellas a cien mil leguas de allí -en Suiza, seminario (tradicionalista) de Ecône- como aquel rey que perdió su corona (...) Y entre los momentos de actualidad que ellos protagonizaron, figura en primer lugar su protagonismo ruidoso en aquel congreso por "la Unidad de los falangistas" que se celebró en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid (28 de junio 1976), y que acabó como el rosario de la aurora, aunque podia haber sido mucho peor, que llegaron tal vez a las manos pero sin que la sangre llegase al río o sea.
Y uno de los que más destacaron en los fregados que tuvieron lugar alli y en aquella ocasión fue sin duda el entonces ya longevo secretario del Círculo (Doctrinal) José Antonio de Alicante (*), Alberto (de) Torresano, del que se notifica ahora el fallecimiento que aprendo por la red y las redes sociales en lengua francesa y en los medios "nationalistes" franceses y fracófonos (de Bélgica), entre los cuales -por lo que ahora leo y deduzco- dejó numerosos amigos y honda huella. Presente en primer plano Alberto (de) Torresano en el congreso aquel y tambien aunque más discretamente sin duda o eclipsado por el estrellato mayor en aquellos medios y en la hora aquella, de Sigredo Hillers -con el que tuvo un (ligero) enfrentamiento directo según las malas lenguas-, en primerísimo plano en la celebración del aniversario -el 20 de noviembre de 1980- de la fundación de la Falange, que fue justo a seguir cuando yo me marché.
Y lo traigo a colación aqui a título necrológico (excusado de precisar) y por haber recorrido los dos, él y yo -en los planos lingüístico e ideológico, los mismos senderos o parecidos, en paralelo pero sin cruzarnos a penas, y sobre todo por lo emblemático de su trayectoria de exponente destacado del franco/falangismo y de la proyección internacional -léase por cima de los Pirineos- de la tendencia aquella, en craso contraste con la (ruidosa) atonía o la inhibicion de la tendencia rival -la de los falange/auténticos, léase de los falangistas/josentonianos (puros)- de puertas afuera. Lo que nos daría pretexto o motivo para otra de mis entradas, pero como ya digo no viene directamente a cuento de la semblanza que aquí me he propuesto glosar, sino de otro muy distinto tema.
Y es curioso en extremo, no sólo el innegable eco y cordial acogida de la que gozó en los medios aquellos -doy fe- el ilustre finado que aquí evoco, sino también la línea geográfica de circunvalación del antedicho lider franco/falangista que fijó su residencia -trabajando siempre como profesor de español- sucesivamente en Francia, Bélgica y Alemania, sin dejar de dar muestras -leemos ahora en la Red- de su absorbente interés por fenómenos análogos o comparables como el nacional/socialismo aleman, el "nationalisme" francés -léase la Colaboracion- o el fascismo italiano. En flagrante ilustracion todo ello de lo que aquí vengo sosteniendo como quien predica en el desierto, a saber, del caracter fascistizado -o "fasciste" en transcripción lingüística de cara a su difusión (o "venta") en el extranjero- de la Falange española. Y también de lo que puede ser visto como el corolario de esto primero.
Y es la medida en lo que la guerra civil española -y la cargazón ideológica en ella subyacente- tuvo de preludio o de primera batalla (sic) de la Segunda Guerra Mundial (como ya lo tengo repetidamentee expuesto dentro y fuera de este blog), en crasa divergencia con la línea sostenida al respecto en la obra conjunta o coordenada de dos historiadores de relieve, el norteamericano Stanley Payne, y el español Pío Moa. En evocacion a la vez, todo lo que precede, de los Circulos José Antonio y de su papel y relevancia exactos en la historia del regimen español a partir de de su fundacion -sobre todo a seguir a la grave crisis del régimen (la mayor sin duda de todas ellas), en 1956 de los graves sucesos de San Bernardo (febrero 1956).
Algo pendiente aún, como digo, de glosa y de investigación, tal como me lo hizo ver el interés rayano en la obsesion -de vuelta varias veces en la conversacion que mantuvimos- en el funcionario portugués de prisiones aquel cuando me detuvieron en Fatima, el pimero que me interrogó -y el que me notificó la orden de detención- de mirada sombria y semblante de honda aprensión. Y era de por mi paso a través de los Circulos, o tal (así lo deduje yo entonces) como en los expedientes politicos y policiales -extrajudiciales o sea- que circulaban entonces y después entre España y Portugal y Bégica y Francia, en contra de mí, de piezas de acusacion.
Y valgan estas lineas de homenaje hacia esa figura de indiscutible talla en la política española antes y después de la Transición con el que me hubiera gustado tener contactos más estrechos y seguidos, sin los escollos (aparentemente) insalvables de la fractura a la que mas arriba aludo, y también de mi gesto de Fátima que en los medios falangistas españoles se acogió con abierta aprensión, hostilidad incluso e incomprensión, como en un rotundo mentis del punto 25 aquél y del desinterés o de la distancia que (acorde a aquél) en los temas religiosos -pura pose o afectacion?- todos aquellos medios dieron muestra, y lo que nunca me creií (ni jota!)
Lo dicho, valga de homenaje a título reparador de un ligero malentendido, y de la no menos innegable inomprensión y la distancia (relativa) en consonancia que nos separó, a mi y a este ilustre embajador -en Europa- de una Memoria injustamente en entredicho como (a él) asi siempre lo vi yo. Como un iafatigable y correoso luchador. Alberto (de) Torresano, camarada, presente en la ETERNIDAD!
(*): Fue lo que él mismo al menos me dijo recalcándolo en varias veces incluso, para aprender en cambio ahora de fuentes mismas de la organizacion , que lo fue efectivamente, secretario de uno de los círculos- pero de Benidorm, ciudad del mayor y auge y apogeo (turístico) entonces y a la que cabía en consonancia acordar igual o mayor protagonismo politico que el de su capital (provincial), Alicante (Sin la menor prevención)
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