Vlasdimir Putin con la bandera -y colores de la Orden de San Jorge- de la
Victoria en la Segunda Guerra Mundial En nombre de lo cual no duda en reivindicar el Pacto Germano-soviético frente al nacionalismo polaco (anti-revisionista) , arma de destruccion masiva (anti-rusa) -en nombre del santo/papa Wojtyla- en la diplomacia (de guerra) de Polonia en la actualidad. Y en su apoyo, carros de combate ""Leopard, y lo que sea (faltaría más)
Juan Pablo II, vuelta y dale. Me tenía jurado el dejar de darle a la tecla sobre el tema, pero la pulsión contraria es mas fuerte que yo, lo siento, leyendo sin parar todas las aclamaciones (sic) -no se me ocurre llamarlo de otra forma- que llevan virtiendo desde que estalló el escándalo de la pedofilia ecleiástica los devotos -y amigos y camaradas- del antiguo cardenal arzobispo de Cracovia (...) Papa de los católicos, o me estoy equivocando de religión? Y es a tenor de los panegíricos y ditirambos que le brindan los más devotos de sus compatriotas, "del mas grande papa polaco, del más grande de los polacos de la Historia", etcétera, etcetera, Que me retrotraían (ya lo conté mas de una vez) a mi visita a Polonia -primavera Solidarnosc, en el 81-, y a todos los polacos con los que allí me crucé -de rigurosa sotana (y alzacuellos) yo hasta los pies (*)- hablándome todos sin excecion de "nuestro/papa" -Papiesz, Papiesz, Papiesz!- con los ojos en blanco. "Su guía y testigo de esperanza en los tiempos sombrios del regimen comunista"? como lo proclaman (sólo) ahora -signo de los tiempos- los celadores de su memoria en entredicho, y como lo lograron vender los medios dentro y fuera de la Polonia y llevan haciéndolo desde hace más de medio siglo hasta ahora? (...)
Flautista mágico (todo de blanco), mercader de sueños y de ilusiones, lo dije y escribi hace mucho, y lo digo y lo mantengo, consciente que soy diciendo eso de dar o golpear de nuevo en la llaga reabierta ahora, de todos aquellos que creyeron en él y ante los que me siento un poco -qué remedio!- reo de un atentado iconoclasta con mis denuncias y acusaciones que lancé y mantengo desde hace ya (igualmente) más de medio siglo. Omnia vincit Veritas. Esa es mi fe, y la razón de mi esperanza, que la Verdad acabe saliendo a la luz, al cabo de los diluvios. Triunfando así de las mentiras que tanto sufrir nos hicieron, y de la ambiguedad -terrible a fuer de plagada de secretos, de hipócrita y sinuosa- como la que rodea sin falta los hitos pricipales en la trayectoria de San Karol Wojtyla. Por las ondas oscuras de mi travesía a través de la Memoria. Memoria procelosa, la llamaron los clásicos, memoria/polaca o eslavo/polaca se me antoja llamar a mi a ese fenomeno inédito e inaudito del auge y de la caída de la memoria del santo papa polaco.
Y del desafio (global) que el papa/magno sigue lanzado al rostro a espíritus libres buscando el ver claro en la noche global que emerge ante los ojos absortos del mundo de hoy, da idea la vuelta al primer plano de la actualidad de datos e instantáneas -inéditos o mal conocidos- de la vida y trayectoria de este pontífice y el foco de luz que arrojan de su perfil y del halo de (terrible) ambigüedad que arrastra tras él. Que vuestro sea Sí, y vuestro NO sea NO. Y el menor de los equivocos no lo es esa visita (7 de noviembre 1972) de la que nunca -mi palabra- oí hablar hasta hoy, del entonces cardenal arzobispo de Cracovia al papa de entonces, Pablo VI, su predecesor, en Roma, para agradecerle -recuerda la reseña acompañando lq instantánea grafica leida (a cuento del escándalo de la pedofilia) en la prensa de ayer- de haber reconocido (sic) el derecho de Polonia a reclamar los territorios que le habian sido arrebatados (sic) por Alemania antes de la guerra. La madre del cordero. Geopolitica (irreconciliable) anti-germana, no me digan! En nombre del nuevo Cristo (polaco) de las naciones, y del concilio vaticano segundo (por añadidura). Lo que el papa Montiuni vendría a refrendar, justo después de esa visita, con el premio a su oveja polaca del birrete cardenalicio. Papa de la Paz, Juan Pablo II? De la paz por territorios, como ahora propone y reclama -cargado de razones- Vladimir Putin, siguiendo así la pista que le dio el antiguo secretario de Estado Harry Kissinger hace algunas semanas.
Papa anti-comunista, y anti-soviético? En la medida (sólo) de su beligerancia (irreconciliable) anti-alemana, como lo ilustra el protocolo Iglesia Estado -14 de abril 1950- que la TFP sólo denunció (cobardemente) a medias (...)- donde se sentaba las bases de una coexistencia pacífica entre la Iglesia polaca y el estado pro/soviético, al precio (nota bene) de la denuncia de las tendencias revisionistas (sic) -en geopolítica- aflorando hasta entonces en el seno del episcopado polaco, a los que se encargaría de cerrar la boca (y poner firmes) como es debido, el cardenal y futuro papa Karol Wojtyla, de una carrera fulgurante precisamente entonces, en plena era Gomulka. NO NOS LA DAN! No nos la dieron entonces y no nos la dan ahora. Ni en polaco, ni en latín ni en otras lenguas (con perdón de los garantes -belgas- de lo lingüísticamente correcto -y decente- en lengua española) (...)
Memoria laberintica, que nos lleva de la memoria en entredicho del (santo) papa polaco a la reividicacion del pacto germano-soviético, como Vladimir Putin cargado de razones habrá hace poco proclamado. "El papa y el polaco más grande de todos los tiempos"? Estan así sin duda, como polacos (nacionalistas) -no menos que los ucranianos- en en el derecho de verlo. Pero no pueden pretender que los no/polacos en nombre de la Fe (sic) nos sintamos obligados a creer en todo eso. Maximalismo (sic) de la Fe y de las creencias, no me digan, tal como se denunció (nota bene) en el concilio vaticano segundo. Que como diría Francisco Umbral -espíritu libérrimo si los hubo- nadie (más) nos pide tanto
(*° De mi viaje a Polonia di testimonio justo a seguir -un año pues antes de mi gesto de Fátima- en la revista "Fideliter", de la FSSPX, con la firma de "Joannes Pelerinus"
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