Tú y tan tuya como siempre,
tan esbelta y altanera
con ese algo -un plus?- nuevo en ti,
sólo de un tris me di cuenta!
en el vistazo que te eché
-cuando te me cruzaste aviesa-
de la cabeza a los pies:
me rendiste al fin princesa!
Princesa de sangre azul
en tu mirada tan negra
en la sombra de tu ser
y en tu arrogancia soberbia
Lo que no supe ver yo en ti
lo que te quedé yo, en deuda
en mi alma sa-cer-do-tal
(que piensen de mi lo que quieran!)
Niña-mujer, Mujer Fatal,
religión de la belleza
la que profesé yo en ti
voto a Dios sin darme cuenta!
Por eso no me entendiste,
ni tú a mí ni a mis poemas
y así me crucificaste
hembra cruel, ave de presa!
Y por eso vienes hoy a mí
-al pecado, penitencia-
condenados los dos, Tú y Yo
a unas vidas paralelas
en un filme con "The End"
hasta el fin en cartelera:
condenado a cruzarte amor,
como en cadena perpetua
Y así rasgué yo el misterio
de tu frialdad y extrañeza
y asi se rompió el espejo
que te tenía tan tiesa
Pero aún más tiesas mi amor!
más tirantes aún ("las") muestras!,
que por expresarlo mejor,
tiran más que dos carretas!
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