domingo, junio 26, 2016
Pies Desnudos de Mujer
Algo sentía yo en ti
sin darme del todo cuenta
de lo que te hacía sombra
y empañaba tu belleza
y ese halo de tu rostro,
tu cuerpo y tu silueta
que resplandeció de pronto
en tus pies descalzos ¡reina!
Fue cuando te echaste hacia atrás
estirándote cuán larga eras
y fue un besar ¡qué! un disparo
que te rindió (¡tan contenta!)
Cuando me puse a fijarme
en tus aires y maneras
después de cruzarnos ¡años!
en plan de amigos (colegas)
Yo el amigo ya mayor
tú, niña calcetinera
que se abría de golpe al mundo
¡linda flor de primavera!
Yo tu mascota, tu yo-yó
yendo con tus compañeras
a las que hablabas de mí
como si te perteneciera
y con las que debías “cascar”
por mi cuenta (horas enteras)
que lo leía en tu cara
y en tus risas mañaneras
Hasta que te hiciste mujer
y se te fue esa quimera
de un príncipe azul -¡rubia/azul!-
que te guiase y protegiera
Y te fuiste esta vez lejos
de mi vida ¡qué carrera
la tuya amor! ¡Que trajines,
qué vaivén! ¡Mujer inquieta!
Y te alejaste así tanto
que pensé que no existieras,
hasta que aparecías de pronto
con otros ¡oh falsa ingenua!
Buscando y buscando otro
¡un padre que te entendiera!
o un jinete o un domador
de tus ansias ¡niña fiera!
¡Cuánto se me parecían!
-¡la otra cara de la moneda!-
como si te diera miedo
lo que yo te inspiraba ¡Fea!
Y ahora te libro de golpe
de un soplo amor, por sorpresa
de eso que te estorbaba
que no te dejaba quieta
que no te dejaba ser tú,
tú misma, niña traviesa
que te impedía encontrarte
contigo amor, con la estrella
que llevas en lo más hondo
de tu alma ¡linda fémina!
que amaneció de golpe en ti
cuando te miré de cerca
Y fue que al fin te “desnudé”
-¡tú me entiendes niña aviesa!-
de la cabeza a los pies
y te vi como tú eras,
todo sueño y fantasía,
toda ternura encubierta
entre muecas y aspavientos
tu alma desnuda y sincera
volando cual mariposa
entre griegos y entre persas
entre Bruselas y Madrid,
entre Venecia y Flo-ren-cia
¡Pies desnudos de mujer,
el summum de la pureza!
Conejita soriente,
risa de mosquita muerta,
de dientes bellos y grandes
y en tus ojos ¡mucha idea!
Así es como me atrajiste
así es como tú me tientas
así es como me enganchaste
a tu vida, “farmacéutica”
en un juego tonto (“de dupes”)
sin esperanzas cualquieras
que se abra al fin (¿quién sabe?)
la caja de las sorpresas
que salte al final la chispa
en tu vida, y a mi vera
y mandes a paseo todo
lo que de mi amor te aleja
que lo que fue pasatiempo
te cambie tu vida entera
y a mi horizonte cerrado
se le abran al fin las puertas
de tu vida, de tu mundo,
de tu corazón, princesa
de ese mundo que te guarda
anodino en apariencia
de ese ritmo de rutina
(¡la prosa de tu existencia!)
de ida y vuelta a tu trabajo
y al carrito de la compra
que así es como te crucé
sin esperármelo apenas,
hace ya tanto de aquello,
de aquella charla tan huera
Y es que de pronto ¡ya ves!
me pareciste muy otra,
más auténtica, mas tú
mas prosaica y también más loca
capaz de plantarlo todo
delante de todos (¡sin bromas!)
por unos ojos en llamas
que te decían ¡Miñona!
sin darme del todo cuenta
de lo que te hacía sombra
y empañaba tu belleza
y ese halo de tu rostro,
tu cuerpo y tu silueta
que resplandeció de pronto
en tus pies descalzos ¡reina!
Fue cuando te echaste hacia atrás
estirándote cuán larga eras
y fue un besar ¡qué! un disparo
que te rindió (¡tan contenta!)
Cuando me puse a fijarme
en tus aires y maneras
después de cruzarnos ¡años!
en plan de amigos (colegas)
Yo el amigo ya mayor
tú, niña calcetinera
que se abría de golpe al mundo
¡linda flor de primavera!
Yo tu mascota, tu yo-yó
yendo con tus compañeras
a las que hablabas de mí
como si te perteneciera
y con las que debías “cascar”
por mi cuenta (horas enteras)
que lo leía en tu cara
y en tus risas mañaneras
Hasta que te hiciste mujer
y se te fue esa quimera
de un príncipe azul -¡rubia/azul!-
que te guiase y protegiera
Y te fuiste esta vez lejos
de mi vida ¡qué carrera
la tuya amor! ¡Que trajines,
qué vaivén! ¡Mujer inquieta!
Y te alejaste así tanto
que pensé que no existieras,
hasta que aparecías de pronto
con otros ¡oh falsa ingenua!
Buscando y buscando otro
¡un padre que te entendiera!
o un jinete o un domador
de tus ansias ¡niña fiera!
¡Cuánto se me parecían!
-¡la otra cara de la moneda!-
como si te diera miedo
lo que yo te inspiraba ¡Fea!
Y ahora te libro de golpe
de un soplo amor, por sorpresa
de eso que te estorbaba
que no te dejaba quieta
que no te dejaba ser tú,
tú misma, niña traviesa
que te impedía encontrarte
contigo amor, con la estrella
que llevas en lo más hondo
de tu alma ¡linda fémina!
que amaneció de golpe en ti
cuando te miré de cerca
Y fue que al fin te “desnudé”
-¡tú me entiendes niña aviesa!-
de la cabeza a los pies
y te vi como tú eras,
todo sueño y fantasía,
toda ternura encubierta
entre muecas y aspavientos
tu alma desnuda y sincera
volando cual mariposa
entre griegos y entre persas
entre Bruselas y Madrid,
entre Venecia y Flo-ren-cia
¡Pies desnudos de mujer,
el summum de la pureza!
Conejita soriente,
risa de mosquita muerta,
de dientes bellos y grandes
y en tus ojos ¡mucha idea!
Así es como me atrajiste
así es como tú me tientas
así es como me enganchaste
a tu vida, “farmacéutica”
en un juego tonto (“de dupes”)
sin esperanzas cualquieras
que se abra al fin (¿quién sabe?)
la caja de las sorpresas
que salte al final la chispa
en tu vida, y a mi vera
y mandes a paseo todo
lo que de mi amor te aleja
que lo que fue pasatiempo
te cambie tu vida entera
y a mi horizonte cerrado
se le abran al fin las puertas
de tu vida, de tu mundo,
de tu corazón, princesa
de ese mundo que te guarda
anodino en apariencia
de ese ritmo de rutina
(¡la prosa de tu existencia!)
de ida y vuelta a tu trabajo
y al carrito de la compra
que así es como te crucé
sin esperármelo apenas,
hace ya tanto de aquello,
de aquella charla tan huera
Y es que de pronto ¡ya ves!
me pareciste muy otra,
más auténtica, mas tú
mas prosaica y también más loca
capaz de plantarlo todo
delante de todos (¡sin bromas!)
por unos ojos en llamas
que te decían ¡Miñona!
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