Evacuación de los muelles del Sena -y de sus (proerbiaes) quioscos de libreros- por orden de la actual alcaldesa socialista Ana (Anne) Hidalgo ("oriunda", natural de San Fernando) Boton de muestra del siniestro total en el que su mandato habra convertido a la capital franceasa
Inmigración -o emigración- española en Europa, aparte de mi ese caliz! Todos aquí saben de todas las veces (numerosas) que en las entradas de este blog habré infringido sin reservas ni complejos tan espeso tabú, hondo y espeso en verdad, a la medida del otro tabú que le sirve de fuente matriz, a saber el desenlace de la Segunda Guerra Mundia, cuando España entera -el régimen en vigor entonces quiero decir- se puso a mirar del otro lado -de perfil- como si no fuera con ellos la Historia, como si España (léase el régimen de entonces) figurase por méritos propios en el bando ganador (díxit Pio Moa) Treinta años (ya ) de expatriación -azarosa y dificil- del otro lado de los Pirineos me habrán dado ocasión (sobrada) de certificar la realidad inversa, Lo que Francisco Umbral en su estilo corrosivo, glacial -en "Madrid 1940"- llamaba la negacion (sic) de la derrota. Léase una derrota de las potencias del Eje que tuvo algo de propia, entre la política, y la guerra que como reza en la obra de referencia de Clausewitz, no es -"por otros medios"- más que pura politica, o sea. E ilustra el fenómeno mejor que nada (se me antoja) el protagonismo del primer plano y el estrellato dentro y fuera de los medios de emigrantes/españoles emblemáticos del bando de los vencidos -de la (interminable) guerra civil- en la política de los principales países europeos, y primero de todos, en política francesa. Y entre aquellos habrá figurado por encima de todos los demás, la alcaldesa (socialista) de Paris, Ana (o Anne) Hidalgo. gaditana (de San Fernando), de padre represaliado -e indultado por los pelos, de la pena de muerte que sobre él pendía-. que se ve hoy perdida -envuelta en un caso de corrupcion- en la alta/mar de la política francesa, en medio de la tormenta. Como no podía ser (se me ocurre a mi decir-) de otra forma, de veras! París sigue siendo para mí el Paris que descubri (absorto) poco a poco en mis años del seminario tradicionalista de Econe, en mis viajes de entonces a traves de la geografia del Hexagono y con etapa a menudo obligada -parada y fonda a veces- en la capital francesa, y sobre todo el que me fuie dado disfrutar con todo el futuro por delante y en plena libertad tras mi salida de la carcel portuguesa, en plena primavera -segunda mtad de los años ochenta~como lo fue también en mi vida (sólo ahora me doy cuenta) Cuando todo me reía. Y "este no es mi Paris que me lo han cambiado", es lo que me daban ganas de exclamar la última vez -hace poco meses- que allí estuve, por los aires y trazas de siniestro total, o de un "no man's land" (tierra de nadie) que es la impresion que saqué a fe mia reforzada (es cierto) por la automatizacion rampante en lugares públicos sobre todo en el metro de Paris, -de ventanillas (para siempre) cerradas y sin un alma a la redonda con quien intercambiar palabra- como de un salto en el vacío. O sea que no toda la culpa es suya, estamos de acuerdo. No es óbice no obstante que contra ella -y al calor (del fuego) del escándalo- apuntan, ahora todos los medios. Lo que no deja de empañar más aún su imagen irreversiblemente dañada en las anteriores presidenciales donde ni siquiera logró -pese a mprobos esfuerzos-, entre los demás candidatos de izquierda en liza, a lanzar su propia candiutura. Pesos pesados de la política entre ""oriundos -de raices españolas- brillan en cambio por su ausencia en la política belga (del pais donde resido) Pura apariencia? Me lo pregunto, que ese fenómeno concomitante o en paralelo de la gravitación (cercana) de la guerra civil (del 36)-en la política belga como en la vida (aquí) de todos los dias - del que ya me ocupé dentro y fuera de aquí, es si cabe mas palpable y visible en Bélgica ("pequeño pais") por más que sus habitantes los belgas sean maestros consumados y redomados en el arte del disimulo -de hacer y comportarse como si...- como si ignorasen el tema (en ascuas), como si no supiesen de qué va la cosa (entre"unos" y "otros" españoles). Y no en un designio de mediación (sincera) -salvo excepciones honrosas-, sino de asi sacar partido o ventaja de españoles de uno u otro bando -de los descendientes de aquellos me refiero- de los "unos", y de los "otros". Como no podía ser menos (yo diría) en un pais -hispano o norte/hispano (lo mismo me da que me da lo mismo) en gran medida vergonzantes (de acuerdo)-, o de comerciantes (natos) como ya lo hizo observar Eugenio Montes en el artícuío retumbnte ("La Vuelta del Duque de Alba") que les dedicó -de viaje de corresponsalía por aqui (años treinta)- con la mayor agudeza e ingenio. Un muro (belga) invisible, por lo sibilino y lo sutil -de (solapado) rechazo, de malentendidos (sin cuento) e incomprensión- contra el que será preciso embestir tarde o temprano (y sin complejos ni miramientos), lo que que nos abra la puerta grande de Europa de donde nunca debimos salir. Esa es mi apuesta. Europea, y si no, qué otra?
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