Escena en Madrid de las elecciones de febrero del 36. Marcadas por el fraude -probado y dicumentado (en Cuenca y en Granada)- y por la violencia revolucionaria. Y contra las pruebas y evidencias marcadas al rojo y en lo más hondo de la memoria colectiva se insurgen ahora los que atacan (en Francia) a Pío Moa, pasándo olimpicamente de pruebas cualquiera y optando por la via fácil de la peticion de principio y del circulo cartesiano: de lo incuestionable y omnipresente (por propia definición) en la conclusión como en las premisas -y que se exime de pruebas cualquieras- , a saber, la elección/democrática (sin mancha ni sombra de reproche) como una pura entelequia por encima de circunstancias de tiempo y lugar, léase al margen de la Historia (...)
Se me pasó Y el indagar las causas o el por qué de ese pasar desapercibido merecerá sin duda y apuesto que no yerro en ello, un nueva entrada en este blog. Y me refiero al debate -por fin!-, o si se prefiere al comienzo del debate (sic) -por emplear la expresión del historiador norteamericano Stanley Payne- en Francia sobre nuestra guerra civil. En la opinión, y entre historiadores acdémicos y profesores universitarios. Al contrario -apostilla Stanley Payne- de en el mundo pre-totalitario (sic) español (...) Y es por la histeria y el panico -Pio Moa dixit- desatados por el video del pasado 11 de agosto de libre circulación hasta ahora en la Red, de Isabel Schmitz, redactora en jefe de Le Figaro (hors-série), a cuenta de la publicación en francés -y de su clamoroso exito editorial (300.000 ejemplares en la edición española)- de la obra del autor acabado de nombrar "Los mitos de la guerra cvil". Un video que habrá a su vez recogido un millon doscientas mil vistas en twitter (sic) Nada de extrañar pues, esa ola de histeria y de panico quiero decir.
Que ese ecosistema neofranquista (sic) que en una tribuna al calor de este debate -y firmado por doce proefores y profesoras de universidades en el pais galo ha empezado a circular en la red con gran pasión y animosidad- se denuncia, se les puede facilmente devolver, en todo lo que se refiere a la guerra civil del 36 por no decir a España en general: que la imagen -en-do-gá-mi-ca y no exagero- que se ofrece en los medios de la investigacion (Recherche) oficial como en los de la docencia universitaria es algo -tan evidente tan a la vista- que exime de un abundamieno particular. Y el miedo -a perder por ejemplo puestos y prebendas y poltronas, o simple prestigio o influencia en la opinion, en casa o en el extranjero- contagioso por definición, se contagia y se propaga en esas condiciones mucho más. Elemental. Y en vez de refutacion punto por punto, silencio -como lo denuncia Pio Moa- e insultos e intimidación.
Con una notable excepcion, la de Guernica, del bombardeo de la ciudad/mártir en la que la réplica de historiadores y pofesores franceses se centra como en exclusiva (y como por causalidad?) Buscar la Verdad pura -léase científica y académica- en medio de una guerra civil? Como una aguja en un pajar, tal y como la guerra en Ucrania lo está mostrando ahora a la faz del mundo, o como la Historia con mayúsculas nos lo enseña como lo ilustra la rabiosa poémica que tantos años después siguen desatando la guerra civil española o la Primera y la Segunda Guerra Mundial (...)
Un punto de detalle (sic) de la "guerre d'Espagne" el bombardeo de Guernica -como el bombardeo a base de bombas incendiarias contra la poblacion civil- de la aviación británica en el Waziristán en la Gran Guerra, preludio o repeticion general -la una como la otra- de la "guerra total" Como lo es la de la contabilidad de daños y pejuicios, léase la cuestión -engorrosa por definición- de quién mató más. Con lo que se viene prácticamente a evacuar la cuestion central que se aborda en la obra de Pío Moa, la de las causas o génesis de la guerra civil, léase la de quién empezó.
Con la que el historiador "revisionista" parece (fatalmente) abocado a darse de cabeza contra un muro, el de la DOXA en la materia, que reina (por completo) en los medios de la docencia y de la investigación -en Francia y en España como en Bélgica-, botón de muestra uno más de algo que vengo defendiendo al calor de este debate contra viento y marea, a saber que la guerra cil española -"guerre d'Espagne"- no fue más que la repetición general y la primera batalla de la Segunda Guerra Mundia, y que su historia se ve (fatalmente) sometida -ley de bronce, ley de guerra- a la versión ("oficial") de los que vencieron. Elemental.
Que en el punto que aquí avanzo, la tribuna a la que aqui aludo se ve preñada de tantas contraverdades que a fe mía no se sabe por dónde empezar. Y que no se me malinterprete, que no hay que desesperar que la Verdad salga a la luz. Como el comienzo del debate en la opinión y en la sociedad francesa tantos años despues, nos promete el augurar
Cadáver de José Calvo Sotelo, a la entrada del depósito de cadáveres del Cementerio del Este (en Madrid), el 13 de Julio de 1936, a cinco días del estallido de la guerra civil. La muerte de más ("de trop") -Michel del Castillo díxit- como un detonante de lo que vino después. Líder de la oposición de derechas monárquica y par-la-men-ta-ria (todo lo "dura" que se quiera): ajena la izquierda al espiral de violencia del verano del 36 como los detractores (franceses) de Pío Moa quieren hacernos creer? Botón de muestra uno más de la DOXA inatacable reinante en los medios de la investigacion académica y de la docencia universitaria -en Francia, en España y en Bélgica (...)- en materia de nuestra guerra civil, primera (y última) batalla de la Segunda Guerra Mundial (...)
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