Y Putín, erre que erre. Los perros ladran -como le dicen en Francia (a su manera)- y la caravana pasa. Y es que el problema -"enaurme"- que a los medios, léase a la opinión pública (planetaria) plantea Vladmir Putín, es que -dicho sea todo en su honor- juega con ventaja, léase con la Historia de su parte, la Historia que es (sic), no la que reescriben a toro pasado los que pierden, sino la que fija, brilla y da esplendor (como la RAE) a los que ganan, que tienen en ella un pozo sin fondo de lecciones, de bazas, de cartas y de triunfos en los trances más dificiles y en las encrucijadas más desesperadas. En la Historia en sí, en sus capítulos y episodios más cruciales y decisivos, como en los artífices de aquella, en sus héroes y protagonistas mayores, los que la hacen en resumidas cuentas. Y en el caso que nos ocupa, Stalin, padrecito de los pueblos, y que no se llevó todos sus secretos a la tumba.
Y Putín, teniente coronel del KGB, y crecido y educado bajo el régimen anterior puede ser visto en esa óptica (ni el menor empacho en reconocerlo) como un hijo del Padrecito de los Pueblos, igual que el autor de estas lineas se ve como un hijo del franquismo aunque le saliera (como aqui todos ya saben) díscolo y respondón en muchos aspectos. A la política religiosa sobre todo me refiero. Putín, con el telón de fondo omnipresente de la Segunda Guerra Mundial, así es como debemos verlo.
Como lo ilustran los últimos rebotes de actualidad y como no habré dejado de sentarlo aqui y de explicarlo. en algunos de sus jalones más críticos y decisivos con el mayor de los detenimientos. En el asedio (victorioso) de Mariupol a la luz de la batalla de Stalingrado, o ahora, tras la ("victoriosa") contraofensiva ucraniana, en el llamamiento, que me diga la tentacion -a la que voces le incitaban de lo más autorizadas- al llamamiento a "la guerra (y movilizacion) total", y es bajo el prisma de la derrota total que siguio al llamamiento a la "guerra total" (total krieg) del ministro de la Propaganda Goebbels en el Palacio de los Deportes de Berlin, que ya se ve lo que dio aquello.
Y no sólo, que el discurrir recentísimo de los acontecimientos sigue trayéndonos al foco de la más rabiosa actualidad el pasado que no pasa. Con Stalin otra vez de convidado de piedra (un poco) de todos ellos. Y me refiero a una de las circunstancias o pormenores de la movilizacion parcial (sic) que acaba de ordenar Putín, que les habrá merecido todas la críticas a los medios de la prensa "mainstream" por el alistamiento sin discernimiento que comporta, ni de edad ni de previa experiencia o adiestramiento militar, entre los que acudan al llamamiento.
Con lo que -dicho sea de pasada- la propaganda de los medios flagrantemente se contradice, como reconociendo o confesando implícitamente el éxito de la movilización parcial entre el segmento de la población rusa más joven, contra lo que los medios nos estan vendiendo. Y no sólo, que la caja de sorpresas de la memoria de la Segunda Guerra Mundial y (nota bene) del arquetipo de Stalin sigue ofreciendo a Vladimir Putin los más urgentes remedios.
Y es lo que me viene a la mente tras el intercambio de prisioneros, de un oligarca del regimen, Medvetchuk -y Alain Soral qué opina de ello?- y "last but non least", oh divina sopresa!, de los comandantes "neonazis" del regimiento Azov, de los que aqui no dejé de apuntar los errores (de estrategia) y las fallas que se destapaban en la propaganda (sospechosa) que le brindaban los medios, pero de los que al mismo tiempo no podía negar lo mucho en común -como asi tan a menudo sucede en política y en la Historia- que me ligaba a ellos (...)
Enigma enorme que se esconde tras la noticia, no me digan! Que si Stalin -en los procesos de Moscú- no perdonó -ni un céntimo- a los exponentes de la guardia bolchevique de la Revolucion de Octubre, de sus más prístinos momentos, Putín, no duda en cambio en perdonar -con Erdogan nota bene interpuesto- a los mayores botones de muestra de sus argumentos y de sus triunfos, ante la opinion. Y es de la desnazificación (sic) que pregonó al incio de la operacinó especial (y de la guerra patriótica) como su obetivo supremo.
Sirviéndose de leccion Vladimir Putín, de los errores de Stalin como de sus aciertos? De ejemplo y de contraejemplo (y escarmiento) ? La gran leccion de la hora -se me antoja- que a examen de analistas y politólogos e historiadores (un respeto) más autorizados que yo, aquí con gusto dejo
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