Una efemérides -de va a hacer 56 años (...) - que el papa Francisco con su Motu Propio -contra la Misa en Latín- acierta a recordar ahora, como sin querer. La de la Misa de Lille (29 de agosto 1976), un grito de guerra -en presencia de diez mil fieles (10000)- contra el Concilio y en defensa de la Tradición. Un grito en el vacío? Con la Historia no obstante de su parte, léase de la Restauración, de lo que estuvo en un tris de ser y que al final no fue. Como decía a menudo el belga librepensador Robert Joly, profesor de l'ULB -fuera pues de toda sospecha-, los integristas (sic) que yerran (sic) en el plano de la democracia y de los derechos del Hombre, llevan razón (sic) en el plano de la Historia. Vox populi, vox dei
14 de julio, fiesta nacional francesa. Nada que celebrar. La Historia es la que es, como tú a menudo escribes, aquí alguno dirá. Una historia que es la historia de otros, como la que aquí nos toca conmemorar. Y si fuera de ella no hay más que la Nada y el Vacio, por qué del vacio se oyen tan a a menudo gritos, como lo fue el de la Misa de Lille, que el papa ítalo argentino con su Motu Propio nos hace recordar ahora como sin querer? Un grito en favor de la Tradicion en sentido amplio, con mayúsculas lo que aquello fue. Y a lo que algunos pretendimos hasta hoy prestar oido fiel. Un grito en favor de la Tradición y en contra de la Revolución (la del 14 de julio, en francés 14 juillet) Del asalto a la Bastilla del que aqui ya me ocupé. Con dos vistas o visiones opuestas o antitéticas en apariencia, la de Chateaubriand y la del marqués de Sade. La de un aristócrata emigrado -de los que No Aprendieron y no Olvidaron (díxit Talleyrand, obispo juramentado)- y la de un noble -de "la casta aristocratica"- transgresor e inconformista, que sirvió de detonante del asalto a su pesar -a toro pasado-, por cuenta del Sexo, o de Eros, y que nadó (nota bene) sin mancharse las manos durante el Terror, dando así idea de lo trágico de la historia que aquí estamos tratando de contar. Moral y buenas costumbres, la chispa que puso todo a arder. Alianza del Trono y del Altar, signo de los tiempos. De un Tiempo que se fue?
La cabeza del noble en lo alto de una pica, es algo que nos dejo siempre frío, y por qué? Algo que merece introspección en la (secreta) esperanza de que por las rutas y senderos de "la historia de un alma" -léase de la Historia con minúsculas- redescubramos la verdadera Historia con mayúsculas, no de lo que fue sino -eternidad del instante, entidad de lo posible (díxit Martin Heidegger)- de lo que de apenas de un tris no fue. De la Restauracion, y de sus pompas y sus obras. Que es el espectro o fantasma histórico que se esconde bajo el pomposo título y eslogan de la Revolución Nacional.
Reescribiendo la historia? Lo que otros se permiten, o lo que del lado de allá -léase de acá- de los Pirineos sigue estando permitido? Sí, eso va a ser. Y queriendo o sin querer, reaparece al hilo de las líneas de este artículo, la silueta medio fantasmagórica medio histórica -de Historia de lo que fue y de lo que estuvo a punto de ser- de Monseñor Lefebvre, del que alguno fuera de toda sospecha me ha preguntado hace poco. Como queriendo conjurar sus propios temores? Sí, eso va a ser, también.
Que de la Restauracion a la Revolucion Nacional va menos distancia que de Franco a Monseñor Lefebvre. Y a Jean Marie Le Pen (...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario