domingo, agosto 07, 2016
Alma Serena
¡Julio/Agosto abrasadores
de mis años de Odisea
cuando el mundo se echa a gemir
entre tensiones y explota!
como si me estallase a mí
de tanto llevarlo a cuestas
de tanto sentirme el centro
de sus cuitas y zozobras
¿Por qué? ¿Por qué siempre fue así
desde mi infancia remota
cuando me negaba a escuchar
las noticias catastróficas?
Tapándome los oídos
para no oír malas nuevas
al pasar, de vuelta a casa,
a cual peor una que otra
la crisis de los misiles
o la otra (del Congo belga),
más tarde (a los veintitrés)
la prueba piloto aquella
¡qué guerra de nervios atroz!
(“socialismo a la chilena”)
que me coció al fuego lento
que me bebí gota a gota
que me hizo romper amarras
con lo viejo (¡Vida Nueva!)
escogiendo así una vía
que al final valió la pena
a fuer de rara e insólita;
de áspera y tortuosa
¡no se veía ni un alma!
¡qué llanura tan siniestra!
Y al final aún más negra
la “jornada” extraña aquella
antes de hacerse la luz
en mí (por dentro y por fuera),
que había llegado a un estado
“beatífico” o como si fuera
donde lo veía todo igual
y de diferente forma
¿Pura ilusión, desvarío
las certitudes aquellas
de paisajes de alta cumbres
y de cimas borrascosas?
La duda me invade es cierto
mientras el fantasma acecha
y le oigo a lo lejos “toc toc
toc toc” cada vez más cerca
pata de palo y sin ojos,
entre ritmos de violencia,
mientras la guerra arde y ruge
por la red y por las ondas,
sin conseguir alcanzarme
sin llegar a hacerme mella
la tarde estival ya al caer
mientras las nubes despejan
y el sol se pone despacio
y el alma aspira (serena)
Barreras que te protegen
y te aíslan, altaneras,
esa es la glosa que inspiras
cuando te muestras de cerca
o se te observa a distancia
cuidando no infringir reglas
convenciones (“savoir vivre”)
que te tienen amor presa
en una jaula dorada
más de lo que te piensas
que no es jaula de leones
ni tu eres carne de fieras
¿de la que entras y sales
cuando y como te lo ordenan?
No, libre como los pájaros
pero en plan de ida y vuelta
“presa” de esos proyectos
que te llenan la cabeza,
de sueños de azul (de mujer)
mientras te dura la espera
mientras te llega la hora
que toda mujer anhela
reconocerlo quiera o no,
¡no me lo niegues, princesa!
de que cumplas el destino
que te marcan las estrellas
más pronto o mas tarde amor,
conforme reza en tu”emblema”
ese que tú me inspiraste
y que fui vertiendo entre penas
poco a poco, verso a verso,
desde dentro para fuera
que fui escanciando por ti,
cual pétalos o cerezas
en una copa de néctar
que aquí te ofrezco, preciosa
“¡Mujer eres, fuiste, serás!
¡Mujer/mujer más que otras!
¡No intentes ser más que eso
¡Y cuanto más tú, más sabrosa!
de mis años de Odisea
cuando el mundo se echa a gemir
entre tensiones y explota!
como si me estallase a mí
de tanto llevarlo a cuestas
de tanto sentirme el centro
de sus cuitas y zozobras
¿Por qué? ¿Por qué siempre fue así
desde mi infancia remota
cuando me negaba a escuchar
las noticias catastróficas?
Tapándome los oídos
para no oír malas nuevas
al pasar, de vuelta a casa,
a cual peor una que otra
la crisis de los misiles
o la otra (del Congo belga),
más tarde (a los veintitrés)
la prueba piloto aquella
¡qué guerra de nervios atroz!
(“socialismo a la chilena”)
que me coció al fuego lento
que me bebí gota a gota
que me hizo romper amarras
con lo viejo (¡Vida Nueva!)
escogiendo así una vía
que al final valió la pena
a fuer de rara e insólita;
de áspera y tortuosa
¡no se veía ni un alma!
¡qué llanura tan siniestra!
Y al final aún más negra
la “jornada” extraña aquella
antes de hacerse la luz
en mí (por dentro y por fuera),
que había llegado a un estado
“beatífico” o como si fuera
donde lo veía todo igual
y de diferente forma
¿Pura ilusión, desvarío
las certitudes aquellas
de paisajes de alta cumbres
y de cimas borrascosas?
La duda me invade es cierto
mientras el fantasma acecha
y le oigo a lo lejos “toc toc
toc toc” cada vez más cerca
pata de palo y sin ojos,
entre ritmos de violencia,
mientras la guerra arde y ruge
por la red y por las ondas,
sin conseguir alcanzarme
sin llegar a hacerme mella
la tarde estival ya al caer
mientras las nubes despejan
y el sol se pone despacio
y el alma aspira (serena)
Barreras que te protegen
y te aíslan, altaneras,
esa es la glosa que inspiras
cuando te muestras de cerca
o se te observa a distancia
cuidando no infringir reglas
convenciones (“savoir vivre”)
que te tienen amor presa
en una jaula dorada
más de lo que te piensas
que no es jaula de leones
ni tu eres carne de fieras
¿de la que entras y sales
cuando y como te lo ordenan?
No, libre como los pájaros
pero en plan de ida y vuelta
“presa” de esos proyectos
que te llenan la cabeza,
de sueños de azul (de mujer)
mientras te dura la espera
mientras te llega la hora
que toda mujer anhela
reconocerlo quiera o no,
¡no me lo niegues, princesa!
de que cumplas el destino
que te marcan las estrellas
más pronto o mas tarde amor,
conforme reza en tu”emblema”
ese que tú me inspiraste
y que fui vertiendo entre penas
poco a poco, verso a verso,
desde dentro para fuera
que fui escanciando por ti,
cual pétalos o cerezas
en una copa de néctar
que aquí te ofrezco, preciosa
“¡Mujer eres, fuiste, serás!
¡Mujer/mujer más que otras!
¡No intentes ser más que eso
¡Y cuanto más tú, más sabrosa!
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