miércoles, julio 16, 2014

CAPILLAS (E IGLESIAS) VACÍAS ¡QUE CIERREN POR RAZÓN DE PLAGA Y DE EPIDEMIA!

Ni la Virgen de Guadalupe ni Cristo/Rey les ayudaron mucho, la verdad sea dicha (...) Cristeros mejicanos colgados de los árboles tras los "arreglos" entre el Vaticano y los obispos mejicanos de un lado y del otro Calles y Lázaro Cárdenas -el amigo y protector de Trotski- por mediación (e instigación) de los Estados Unidos. Y la iglesia/institución arrastra después de aquello mala conciencia en materia de libertad de culto -y en otros temas (...)- como lo ilustra ahora ese incidente (ridículo) en con motivo del cierre de una capilla de la Complutense. Los pueblos que no aprenden de la historia están condenados a repetirla. De la propia como de la ajena
Una iglesia institución convertida en una capilla sectaria rodeada de iglesias sepulcralmente vacías por todas partes, esa es la imagen que da la iglesia católica en lo sucesivo en España y en otros países y eso es lo que ilustra el incidente de estos últimos días en la facultad de geografía e historia de la Complutense. En mis tiempos hace ya más de cuarenta años las capillas de la Complutense –in casu la de la facultad de Derecho justo enfrente de esta de ahora por la que viene el escandalo- estaban ya seguramente vacías de lo que recuerdo.

Anteriormente justo antes guardo una idea vaga que debían verse aún un poco más visitadas pero no sé lo que era peor porque fue la época de la euforia y efervescencia conciliar e Iglesias y capillas servían mayormente –sobre todo en el ámbito universitario- de tribunas subversivas más potentes y de más audiencia tal vez que otras más propias a esos fines.

 A título de ejemplo ilustrativo el movimiento protestatario aquel ahijado del mayo francés del 68 se haría sentir aun años más tarde a principios de los setenta en una conferencia que dio uno de los ideólogos del 68, Althusser, profesor de la Sorbona -poco antes de estrangular en un acceso de locura a su mujer- precisamente en la iglesia de la Ciudad Universitaria.

Y el cierre de esta capilla de ahora (habitualmente) vacía de la Universitaria habrá servido ahora como sea de casus belli a algunos grupos y organizaciones y en particular a un partido que esgrime la bandera del catolicismo militante en política -en particular con sus campañas en pro del aborto cero- lo que no impidió que mordieran el polvo de la derrota en las últimas elecciones, y se ve que este asunto de la capilla universitaria les viene ahora como anillo al dedo intentando levantar la cabeza de muevo cuando muchos pensábamos que tal vez hubieran decidido arrojar de una vez la toalla tras la (polvorienta) derrota en las elecciones pasadas.
La tragedia cristera tuvo pocos testigos. Y en España (por las razones o motivos que fueran) todavía menos. Uno de ellos lo fue sin embargo José María Albiñana (el doctor Albiñana) que veia en los cristeros la expresión mas auténtica del antiguo Méjico hispano, y que fue expulsado del territorio mejicano precisamente por entonces. El Vaticano que los traicionó pagaria su mala conciencia más tarde a golpe de beatificaciones y de canonizaciones durante el pontificado de Juan Pablo II. Y de la proteccion sobre todo de la que gozó Marcial Maciel un hijo de cristeros que fue una especie de pro/nuncio (o pro/notario apostólico) del papa polaco para todo el mundo hispano (España incluída) hasta el final de su pontificado (cuando ya había estallado el escándalo de la doble personalidad de aquel y de su pasado intolerables)
Y la escenificación no se habrá hecho esperar pues con tentativas (abortadas) de sentada y de ocupación (nocturna) y misas diarias -por partida doble y triple y no sé si a todas horas incluso (…)- y en los pasillos de la facultad con asistencia de un público de edades muy dispares –de padres (y madres) de los alumnos por lo que se ve también- concelebradas además por un montón de curas lo que es la regla hoy día por lo que se ve en las iglesias españolas, por lo que leo ya digo que hace décadas que no puse el pie en ninguna (que no fuera con fines turísticos o ajenos en todo caso al culto propiamente dicho)

Paris bien vale una misa. Y la paz social y el orden/público y la concordia ciudadana –y ddtambién la reconciliación pendiente entre españoles (...)- valen bien en cambio una capilla vacía y unas misas a las que asisten –no hay que ser linces para adivinarlo- tres o cuatro gatos además del clérigo oficiante, amigos o amigas suyas y ligados entre ellos por esos lazos tan opacos y tan férreos y sofocantes a veces -entre reticencias, sobreentendidos, maletendidos y disimulos- que crea la disciplina del celibato, sobre todo tratándose de curas y feligreses –y sobre todo feligresas- más o menos jóvenes como en el caso que nos ocupa (…) Y en el ambiente pesado además (de sospecha y de escopeta levantada) -para los que lo observan al menos desde fuera que tiene instalado en todos los medios eclesiásticos sin excepción- esa plaga de la pedofilia que por lo que acaba de reconocer ahora el propio papa Francisco es de mucha mayor gravedad de lo que muchos se pensaban.

El buen/papa Juan cuando se decidió a convocar el concilio dijo que habría que abrir las ventanas para dejar pasar el viento del espíritu, y hoy parafraseándole hay que decir que habría que cerrar iglesias por todas partes para combatir ese viento de la peste o esas miasmas leprosas –la expresión, de lepra (sic) es de la boca misma del pontífice- que sopla al interior de la institución eclesiástica como en tiempos de epidemia antiguamente.
Los cristeros tuvieron también otro testigo de gran destaque en Leon Degrelle que estuvo en Méjico -en Apaculpo (que no era zona afectada por el conflicto no obstante)- muy joven durante la guerra cristera de "corresponsal" de una revisitilla clerical belga. Y constrasta su actitud con la atonía que mereció el tema entre los primeros falangistas y jonsistas españoles. ¿A quién la culpa? Compartidas. A la Institucion Libre de Enseñanza y a la tutela -y control y vigilancia- jesuita de un lado (del de España), y del otro lado del charco, a esa admiración sin limite -con un toque innegable a amnesia (y a falsificación) histórica no poco hiriente para españoles- hacia el catolicismo belga (léase no/español) de los cristeros
¿Hay que acompañar al buen/jesús que se encuentra solo en el sagrario? ¿En qué quedamos, tenían razón pues los integristas en sus campañas contra la desacralización propia al “novus ordo”? ¡Para un viaje así no necesitábamos alforjas, querido Sancho! La otra batalla o escamaruza en esa capilla hace tres años nos trajo tras suya pocos días después –como un mal presagio- el 15-M y todo lo que se seguiría.

Y algunos desde luego nos tenemos después de aquello la lección bien aprendida. La iniciativa del decano –respaldado por el rector Carrillo (¡qué le vamos a hacer!)- no nos parece nada del otro mundo. Ni un atentado tampoco contra la libertad religiosa, por más que diga ese colectivo de abogados/cristianos –que suena a protestantes, como si les pesase más todavía la etiqueta de católicos que los que nos viene pesando últimamente algunos, por culpa sobre todo de es plaga tan funesta a la que aludí antes.

¡Polonia se llama además su presidenta! ¡Válgame (como diría Don Ramón) una santa de palo! Que en tratándose de un colectivo español no hay razones para pensar que no se trate de una española (…) Como sea, la infortunada lleva ya esa marca (polaca) como un tatuaje de por vida, y no le arriendo mucho la ganancia de llamarse así por más que se encomiende a San Wojtyla (de Polonia) todos los días y a todas horas hasta el final de sus días (…)
El jesuita mejicano Miguel Agustín Pro (Padre Pro) figura detacada de la Liga de Defensa de la Libertad Religiosa (sic), pantalla civil de la insurreccion cristera, en el momento de su fusilamiento en represalia por el atentado fallido a cargo del ingeniero Luis Segura Vilches -discípulo y amigo de Pro- contra el presidente Obregón que caería un poco más tarde victima de otro atentado a manos de José León Toral, también cristero como los otros. El padre Pro fue canonizado en 1988 por Juan Pablo II (...) Aun yo muy joven antes de irme a Econe, leí una biografía suya y me llamó la atencion -y me chocó un tanto también lo confieso- su admiracion encendida hacia Bélgica -y la Universidad de Lovaina en donde cursó estudios- comparada al "problema" que a todas luces le planteaba España -por la que pasó, con una etapa (entre otras) en Granada- a la que no conseguía evocar más que como una "abuela" Porque su madre/patria (espiritual) se veía a todas luces en la biografía aquella que lo era Bélgica y no España. Secuelas de la emancipación americana (...)
Lo dicho, ni una gota de sangre ni un rasguño siquiera por la capilla universitaria de Geografía e historia de la Complutense. Los pueblos que no aprenden de la historia están condenados a repetirla, y los españoles tenemos no poco que aprender de nuestra propia historia como la de la ajena, de los países europeos, como también de los países hispanos del otro lado del Atlántico.

De ese episodio tan trágico por ejemplo de la guerra cristera –un capítulo a su vez en la historia de la revolución mejicana- que se desató precisamente por un motivo análogo al que esgrimen ahora esos “cristianos” tan indignados, el cierre de las iglesias (o la supresión del culto) en el nombre de la libertad religiosa (sic) –con décadas de adelanto al concilio vaticano segundo (…)- y que el vaticano y los obispos mejicanos concluyeron con un compromiso –los célebres arreglos- al precio (sangriento) que aquello -que se vivió como una rendición en toda regla por las partes en conflicto- tendría como co consecuencia.

La iglesia institución arrastra mala conciencia de aquello (y de otras muchas cosas) y esa es sin duda la razón principal o motivo determinante –como aquí ya lo expliqué- de la protección vergonzosa y escandalosa de la que gozó el padre Maciel –un descendiente de cristeros- en el pontificado de Juan Pablo II y sin duda también uno de los motivos que influyen ahora en esa actitud tan intransigente y tan desproporcionada y desorbitada que están mostrando ahora en un caso tan trivial por no decir anecdótico como el que nos ocupa

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