sábado, mayo 04, 2024

DE VUELTA EL FASCIO CIEN AÑOS DESPUÉS

Más de cien mil manifestantes por las calles de Milán y de Roma, en recuerdo de un joven misino -neofascista- (cruelmente) asesinado por militantes de extrema izquierda. Paz eterna a los caídos de uno y otro bando, alto a la espiral de violencia fratricida, basta de guerra híbrida o asimétrica (de Memorias) y un punto final a la guerra civil europea! Lo que esa imágenes de gran impacto por su cagazón simbólica me inspiran a mí. Eso y el registro de una simple evidencia: el Fascio de vuelta -en la política y en la sociedad italianas-, cien años después, lo que algo querrá decir, o no?

De vuelta el Fascio por las calles de Milán y de Roma? Es lo que la prens mainstream en fotos de primera página y de gran sensacionalismo nos quieren hacer creer, pero ya no nos la dan. como fue el caso en Grecia por la calles de Atenas y en imágenes comparables y no de pura coincidencia ( hasta ahí que no digo más) Y habrá sido a cuento de un trágico suceso de la crónica de actualidad italiana, léase, el aniversario del cruel asesinato -a golpe de barras de hierro, 29 de abril de 1975, y tras una larga y cruel agonía- de Sergio RAMELLI, un joven militante del Frente della Gioventú, brazo juvenil del MSI -Movimento Sociale Italiano, hoy travestido en Alleanza Nationale- recordado hoy por Giorgia MELONI, presidenta de la Republica, y por el presidente del Senado y antiguo mentor de aquella, Ignacio LA RUSSA que fue del MSI y más tarde -con la actual presidenta-, uno de los cofundadores de Fratelli de Italia, partido miembro de  la coalición gobernante a día de hoy. Tanto uno como otra fueron (valientemente) parte en el proceso que llevó a la condena de los autores de aquel atentado, miembros todos ellos de la organización de extrema izquierda, Avanguardia Operaia. Eran los años del plomo (como se les conoce hoy) En la cresta de una espiral de violencia, en Italia como en las universidades españoles, y más tarde en toda España, fuera de la Universidad también, de la que me libró -así lo veo hoy, a mí como a otros compañeros seminaristas italianos (y no menos camaradas)- mi marcha al Seminario de Ecône. Que así fue. 

Y así puedo hoy ver y contemplar el fenómeno de esas conmemoraciones con la cabeza fría y con la debida circunspección, sustrayéndome a la fiebre ambiental de aquellas imágenes, la que invariablemente me producían, de una pasión política que se transmutaría en mi en política/religiosa y que me llevó por la vía de lo hechos consumados a donde me llevó, sin mancharme en ello lo más mínimo las manos, ni en política ni en religión, y así hoy hablo de ese asunto candente con entera libertad y la cabeza fría, ya digo (y con idéntica pasión) 

El fascismo en su novisima version, está de vuelta en la política y en la sociedad italiana, y con él, la memoria del Duce, algo de la pura evidencia,  que salta a la vista del menos lince observador de la actualidad política en el país alpino y que el ascenso a la primera magistratura de la Nación de la actual presidenta, de un pasado político y presente nada vergonzante y de un signo -fascista y neofascista bien definido- viene a rubricar, y a refrendarlo si necesario fuera la galería ilustrada de las escenas que en este blog convenimos ahora en comentar. 

Y el homenaje debido a la memoria de los caídos, los del partido de los vencidos, del que perdió, no tiene necesariamente que ser un desenterrar el hacha de guerra, de la guerra civil. Y así pienso que es como hay que interpretar las imágenes que aquí estamos comentando. Un despertar de la memoria, en homenaje de honor, sin más gritos y slogans que los que nos trae de vuelta y plena de ardor la Historia y la Memoria, sin gritos de odio o de venganza, ni siquiera de imprecación. 

Así al menos es como lo interpretó yo. A la vista de unas fotos de algo que contra lo que siempre se nos quiso hacer creer no está muerto, y vaga por tierra y cielos, a voz en grito o como alma en pena, pero eso algo querrá decir, digo yo. PRESENTES los que cayeron por una llama que sigue ardiendo, se quiera reconocer o no. Paz eterna a los caídos de uno y otro bando. Y Gloria y Honor,

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