martes, diciembre 11, 2018
Mármol Azul
Ristra (¡dios!) de malas nuevas,
las noticias, una tras otra (¡Ay de mí!)
negras funestas, odiosas
la vida es acaso eso ¿no digas que sí?
Y a fe mía que así no la veía
que viví un eterno mes de abril
Ahora me doy cuenta, sólo ahora
(¿tienes ganas de partir?)
No a ese punto amor ¡oh no!
Y no es que tú “vivas en mi”
(Como el viejo mantra aquél)
Sino que busco el eterno elixir
De la Eternidad ad hoc
y en pequeñas dosis (¡mil!)
De este lado y mas allá (la Muerte)
que me hace guiño a veces (¡oh sí!)
Y hago como que no veo
Pobre indefenso (¡fuiste y eres tú!)
Sin saber qué pensar ni hacer
ante el dilema sucio y vil
Y las luces se encienden todas
Verdes, blancas o azul añil
Y me iluminan en la noche
el campo donde creía morir
cual estanque (¡ese!) de aguas plácidas
tranquilas, que hacen guiños (¡a mí!)
¡ah! ¡qué nostalgia incurable!
de un mundo en calma (¡que no viví!)
y donde me siento renacido
y oigo la señal de revivir
de un empezar de nuevo (¡ay!)
con ansias de destruir y reconstruir
de reconstruir la imagen
-la lápida (en mármol azul)-
de mi alma, de mí mismo,
que te ofrezco sólo a ti,
que se tenían jurado
a toda costa destruir
y que no lo consiguieron
¡y por eso te fijaste en mí!
las noticias, una tras otra (¡Ay de mí!)
negras funestas, odiosas
la vida es acaso eso ¿no digas que sí?
Y a fe mía que así no la veía
que viví un eterno mes de abril
Ahora me doy cuenta, sólo ahora
(¿tienes ganas de partir?)
No a ese punto amor ¡oh no!
Y no es que tú “vivas en mi”
(Como el viejo mantra aquél)
Sino que busco el eterno elixir
De la Eternidad ad hoc
y en pequeñas dosis (¡mil!)
De este lado y mas allá (la Muerte)
que me hace guiño a veces (¡oh sí!)
Y hago como que no veo
Pobre indefenso (¡fuiste y eres tú!)
Sin saber qué pensar ni hacer
ante el dilema sucio y vil
Y las luces se encienden todas
Verdes, blancas o azul añil
Y me iluminan en la noche
el campo donde creía morir
cual estanque (¡ese!) de aguas plácidas
tranquilas, que hacen guiños (¡a mí!)
¡ah! ¡qué nostalgia incurable!
de un mundo en calma (¡que no viví!)
y donde me siento renacido
y oigo la señal de revivir
de un empezar de nuevo (¡ay!)
con ansias de destruir y reconstruir
de reconstruir la imagen
-la lápida (en mármol azul)-
de mi alma, de mí mismo,
que te ofrezco sólo a ti,
que se tenían jurado
a toda costa destruir
y que no lo consiguieron
¡y por eso te fijaste en mí!
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