viernes, diciembre 08, 2017

ESTELADAS EN BRUSELAS




Un montaje a  base de esta foto, con Rajoy caracterizado de Millán Astray, fundador y jefe de la Legión, figuraba en primer plano en la manifestación (numerosa) pro Puigdemont hoy domingo en el centro de Bruselas: Con el debido realce (faltaría) en la prensa belga. Nos merece aplauso sin reservas la aplicación del articulo 115, pero ¿puede recuperar (sic) Cataluña el actual jefe de gobierno si sigue empeñado en ponerse (sistemáticamente) de perfil en el tema de la ley de la Memoria histórica? Desde este lado -el más allá (au-delà - de los Pirineos, no está nada clara la cosa


ADDENDA

Es en el frente internacional –que pasa por Bélgica, a no dudar, de preferencia-, en la internacionalización del conflicto en la que ha apostado a no dudar -con su huída (o ëspantá) a Bruselas- el jefe de la Generalitat, donde se está jugando -y decidiendo- el reto (magno) de la independencia que me diga de la secesión catalana, y es “por culpa” (un decir) de la imagen “franquista” de Mariano Rajoy a la que tantos oídos presta la opinión belga (algo fuera de discusión aquí) Y no fue la única de las evocaciones históricas (antifranquistas, y guerra civilistas sin discusión alguna) que no podía faltar en la manifestación, y que están tanto recordando aquí como lo hicieron con Aznar y como lo harían a no dudar con el venidero. ¿No podía faltar? Yo diría que in crescendo, desde que empezó –con Puigdemont de director de orquesta, la actual ofensiva independentista catalana en Bélgica, en la calle y en los medios. Con la complicidad descarada del gobieno belga y el visto bueno nota bene de la Corona, implícito al menos. Y es algo que el propio interesado deberá acabar reconociendo, y asumiendo, quiere decir capeando el temporal y haciéndole frente, sin dimisión ninguna (que sería hacer el juego a los secesionistas y a sus comparsas extranjeros) Porque es demasiado lo que nos estamos jugando en el empeño. ¿Queda claro lo que aquí decir estoy queriendo, Don Tancredo? ¡Abrogación ya de la ley de la Memoria (que sólo el “congelarla” nos está trayendo lo que nos está trayendo)!



ADDENDA bis

A algunos les puede parecer un tirar piedras a mi propio tejado el hilo de mi razonamiento, porque si el blanco fácil o el chivo expiatorio -por designación- de los separatistas catalanes y de sus corifeos y compañeros (objetivos) de viaje en el extranjero como aquí lo he dejado dar a entender, lo es el "franquismo" del actual jefe de gobierno –gallego como aquél- , la solución no puede ser (o eso parece) más rápida ni expedita, ni estar más al alcance de la mano (de todos o casi todos) Dando así la razón a los que se la tienen jurada a éste desde hace ya un rato, que vienen patrocinando o impulsando la operación de acoso y derribo mas escandalosa en la política española en los últimos cuarenta (o cincuenta) años: Un sofisma o falso silogismo a penas, porque eso vendría a querer decir que Franco es el culpable –último (post mortem)- de lo que está ocurriendo en Cataluña o en otros términos que la actual arremetida separatista no es mas que la última de las secuelas de la guerra civil (española) interminable que no tiene visos de amainar y que continuará ardiendo sine die dentro y fuera de Cataluña. Por cima como por debajo de los Pirineos. O en clave de política extranjera, que (según aquellos) la guerra civil española no fue mas que la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial, y también la última (porque todavía dura) En lo que (dicho sea entre paréntesis) no les falta razón (y que me perdone Pío Moa)Y que para ellos pues la guerra contra España) continua, ya sean belgas franceses, o de otros países europeos. Sobre todo para belgas, para su diplomacia y su clase política que tienen todos los motivo (históricos) –los suyos- para ver en la actual crisis en Cataluña la ocasión que ni pintada de desquite o de revancha contra esa España mal afamada, que les hizo perder (piensan ellos) en el Tratado de Westfalia (y en sus cláusulas secretas) (…) La misma que dio refugio (nota bene)  a Leon Degrelle
hasta el final de sus días, condenado a muerte aún (nota bene) por la justicia belga: Lo dicho, la guerra civil española y “pari passu” la Segunda Gurra Mundial duran todavía para algunos (¿muchos, pocos?) belgas. En España, y más particularmente en Cataluña. Y de eso, Rajoy -seamos ecuánimes- no tiene en absoluto la culpa. Ni Franco tampoco (faltaría)



Bruselas a la hora catalana, catalanista que me diga, después de tantos años -soy testigo fehaciente-, de haber vivido a la hora (nacionalista) vasca. Bajo la lluvia y de amarillo más que nada –el color de la infamia, o de las victimas, antes y después del 45, lo que todo junto y bien revuelto viene a todas luces a querer encarnar y simbolizar hoy el separatismo catalán en la capital de Europa, de la UE para ser exactos. El negro –de la pólvora, del terrorismo en suma de la ETA- era más intimidante y amedrentador, el amarillo catalanista en cambio parece mas insidioso e hipócrita. Y como tal, mas peligroso tal vez, por lo imprevisible. Los dos se merecen sin la menor duda la misma actitud de repulsa –en todo español que se precie (aunque se ves expatriado mas o menos a la fuerza), pero habida cuenta sobre todo de lo serio de la amenaza -lo mismo que de la gravedad del envite- el desafío en curso nos impone un cambio (urgente) de estrategia. Y lo iba barruntando cruzándome, completamente al azar, de vuelta yo del consulado español en el centro de la ciudad, con esos manifestantes –numerosos (y silencioso)- venidos en masa a Bruselas, muchos en familia, ante los que mi mente, lo confieso, se veía sumido en el total desconcierto y mi actitud aguerrida de otras veces –de siempre- fatalmente desarmada. La inhibición me dura no obstante poco tiempo, y es en el autobús -de vuelta a mi barrio desde el centro de Bruselas teatro de la manifestación- donde coincido justo al lado y delante mío con tres manifestantes, una madre y sus dos hijos varones, adolescentes (envueltos en esteladas) Pegué la oreja, lo confieso, y me pude rápido percatar que los chicos hablaban en catalán y la madre en cambio lez respondía en castellano –sin mácula y sin reproche (y sin acento)- , el sueño de concordia lingüística que anima a no dudar, así lo pensé, a muchos de los que engrosan hoy por hoy las filas de los pro-independentistas. Era más fuerte que yo el deseo de intervenir en la conversación y acabé metiendo baza. “Un equilibrio perfecto, estable o no, es lo que está por ver, que el amarillo no se tiña rápido del rojo sangre, como es de temer”, les acabé espetando en un tono sosegado y perfectamente audible, a lo que la madre asentía de una sonrisa tímida y educada y los hijos con un cerrado mutismo (hostil) en cambio.. Lo que ilustra y apunta hacia el conflicto generacional que se está incubando en aquella región la crisis, tal y como lo subrayan ciertos comentaristas extranjeros, sobre todo en la prensa belga, o francesa.

Han marcado un tanto con su manifestación europea, no hay duda, y pese al respeto que me merecen opiniones de lo más autorizadas en contrario cabe seriamente poner en duda eso de que “el procés” es agua pasada. A otro perro con ese hueso: lo contrario cabe presagiar desde luego, no solo del éxito de la convocatoria por la participación nutrida, sino más inquietante aún, por la impresión (dominante) de receptividad que este o aquel manifestante –como pez en el el agua- daban entre la población belga. Lo que conforta a los catalanistas -y a los catalanes- en la imagen tan cara y tan mimada entre ellos de ser más europeos que el resto de los españoles (¡otro perro y otro hueso!) ¡Una impresión óptica a penas? ¿La misma receptividad no obstante ente otros/españoles, emigrantes de antiguo que deben fatalmente ver en ellos unos intrusos y advenedizos, y un protagonismo /belga completamente improceden te y para nada bienvenido el suyo (“malvenu”): lo que piensan y sienten a todas luces los de la comunidad (emigrante) asturiana? Esa es otra historia. de la que prometo ocuparme, por la cuenta que me trae, sobre todo de los asturianos de Bélgica (de mis culpas y pecados) Como sea, todo depende por cierto de lo que ocurra en las elecciones catalanas para las que los operadores turísticos belgas –-dicho sea entre paréntesis- están trabajando a destajo –según lo que se filtra en los medios- como si de una de unos Sanfermines en versión catalana se estuviesen cocinando entre ellos, con éxito asegurado sobre todo –ni que decir tiene- entre la población flamenca (que registran por cierto el mayor umero de reservas) ¿Nada que ver en este escándalo de agitprop secesionista (antiespañol), la pasividad (cómplice) del gobierno belga (y de los que les caucionan)?

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