jueves, abril 28, 2016

SARKOZY CONTRA EL 15-M FRANCÉS (MI APLAUSO)

Nicolás Sarkozy en sus años universitarios tomando parte en una manifestación anti-comunista (de la derecha gaullista/republicana) El mayo francés aunque le pillara casi niño aún -y tal vez aún mas por eso, como a Nietzsche la llamada “primavera de los pueblos”- le marcó al rojo a todas luces. Y se la juró sine die, como lo mostró en la campaña electoral que le llevaría a la presidencia de la república en el 2007, cuando prometió enterrar (sic) el espíritu de mayo del 68. Y lo vuelve a poner ahora de manifiesto con una andanada de la mayor contundencia contra el 15-M francés (“Nuit Débout”), a los que acusa de no tener nada (sic) en el cerebro. Mi aplauso sin reservas. Dada la gravedad de la hora
No comprendí el ajusticiamiento a la faz del mundo entero -con aquellas muestras de salvajismo y de exhibicionismo sangriento que la acompañaron- del coronel Gadafi, por cuenta de la democracia, ni tampoco por cierto la ausencia de la menor reserva o palabra de reprobación para con sus raptores y ejecutores del entonces jefe de gobierno francés y comandante en jefe de la operación aliada en Libia, Nicolás Sarkozy. Y por ese y otros motivos me alegré -en el fondo de mi (e incluso llegué a hacerlo publico, en mi blog)- de su derrota en las elecciones presidenciales que se siguieron a manos del socialista François Hollande.

Han pasado ya casi cinco años de aquello, el mundo siguió girando y el panorama internacional hoy día es sensiblemente diferente al que era hace seis años. ¿El mismo por todas partes, el socialismo de nuestros días? En España como en Francia? Cabe conjeturarlo. El 15-M y la indignación callejera que se siguió llevaron un a marca PSOE inconfundible, y tal vez de fe de ello mejor que nada el desencanto manifiesto de Pedro Sánchez -alias Zeta Pedro- con el líder de Podemos, un antiguo indignado del que aquél no se esperaba a todas luces que le dejara como habrá hecho al final en la estacada, "compuesta y sin novio", o como novia rancho que le dicen los mejicanos.

Y es que el gallego Rajoy al final habrá resultado más gallego y más astuto pues de lo que muchos nos imaginábamos y con su pinza a la izquierda de la izquierda le habrá ganado al final la partida a su enemigo irreconciliable el socialista cuatro/caminero al cabo de cuatro meses de suspense y de algunas horas -hace un mes con la sesión de investidura y de nuevo ayer al final de las consultas en la Zarzuela- de auténtico infarto, propiamente hablando. como así lo buscaron y lo quisieron los medios. Ocurre que Pablo Iglesias se esta revelando un indignado no como otros, sino un indignado de los de dentro de un orden, de los que habrán pasado por el aro de la constitución y de la normativa legal imperante hoy por hoy en España, y dentro de ella, de la ley de seguridad Ciudadana contra la cual -de haber estado ya en vigor- Zapatero y los suyos no hubieron podido montar (a distancia y desde lo alto) la movida que montaron, en Sol y demás plazas y calles de Madrid y de las demás capitales españolas.

Y el ex–presidente Sarkozy al que los indignados españoles del 15-M que quisieron liarla parda a segur a la acampada de Sol también en Paris, le duraron un día, ni eso horas tan siquiera-, sale ahora de su mutismo -cuando el 15-M francés “Nuit Débout”- lleva ya tres semanas en marcha -y un poco renqueante también a decir verdad pese a ver permanentemente en el candelero de los medios -como lo ilustra el reportaje de varias paginas y en primera pana (critico ma non troppo) que les dedica hoy el diario Le Figaro fuera de toda sospecha-, con unas declaraciones de una contundencia sin reservas ni matices denunciando a los que no tiene nada en el cerebro y vienen en cambio dando lecciones (sic) de democracia a la francesa. Mi aplauso, Nicolás Sarkozy. Ante la gravedad de la hora

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