viernes, abril 15, 2016

"PANAMÁ PAPERS" Y LA GUERRA CIVIL (DEL 36) INTERMINABLE

Soros, el magnate judío norteamericano del que algunos ven la mano (sucia) detrás de la primaveras árabes, de las movidas de los indignados en España y otro países occidentales y (nota bene) del Maidán de Kiev (algo esto último que él mismo reivindicaría) Soros -acusado él mismo de antiguo de refugiar sus millones en Curaçao- se ve envuelto ahora también en acusaciones de encontrarse detrás de las filtraciones de mas de un millón de fichas de inquilinos de paraísos fiscales -los papeles de Panamá- sin un solo nombre americano que aparezca en ellos ¿Más difícil todavía?
Papeles de Panamá. Culebrón al canto. Culebrón y provocación (sic) y "ataque informativo" (marca USA) Eso es al menos lo que afirma por su cuenta y riesgo Vladimir Putin, objetivo número uno de estas filtraciones masivas, mas de un millón de documentos (y ni un solo nombre de ciudadano norteamericano ni uno sólo), como un tiro por elevación o un cálculo de la más alta política.

En su respuesta a una pregunta sobre el tema en un programa anual de la televisión oficial el mandatario ruso habrá apuntado con el dedo a organizaciones oficiales (sic) norteamericanas. Jean Marie Le Pen también mencionado en los papeles panameños daba en la penultima edición (n° 431) de su diario de a bordo una versión un poco más pormenorizada con nombres de los grupos que se encuentran detrás de estas filtraciones, la Fundación Ford, la Fundación Carneby, la Fundación Rockefeller y las (varias) fundaciones del millonario (nacionalizado norteamericano y de ascendencia judía húngara) Soros, brazo derecho del presidente Obama y con un nombre que se vería envuelto en acusaciones de hundimiento premeditado de las bancas asiáticas que precedieron inmediatamente al estallido de la crisis financiera (en el 2007) y de todas las grandes operaciones de desestabilización de gobiernos sucediéndose intermitentes desde la caída del muro: las llamadas revoluciones de colores, el Maidán de Kiev y nota bene la “spanish revolution” el nombre (¿puro azar?) que dio la prensa anglosajona al movimiento indignado del 15-M.

¿Detrás de la financiación de Podemos, también la mano -y el bolsillo- del magnate judío norteamericano? Vivir para ver fantasmas míos. ¿Exagero? Es posible pero no se me negará que este tipo de análisis geopolítico tan frecuente, como el pan de cada día, en otro paises -en la gran prensa francesa, incluso en la anglosajona- brilla clamorosamente por su ausencia en los medios españoles, como lo pone de manifiesto el tratamiento que habrá recibido el caso de los papeles de Panamá -y el uno de los nombre mencionados cede particular incidencia en la política española (a saber el del ministro dimisionario Soria)

¿Un defecto congénito, herencia de tantos siglos de decadencia que lleva a los españoles a deinteresarse por sistema de todo lo que ocurre de puertas afuera, aunque nos vengan de fuera tantos tiros, tanta provocación y tantos problemas? La hipótesis se admite no me digan. Llevo treinta años residiendo en Bélgica, no creo -y podría aportar pruebas a espuertas de lo que afirmo- que los políticos españoles roben más o sean mas corruptos que los belgas, es un hecho no obstante que la histeria de la que dan muestras los medios españoles -y a sus ancas un sector (minoritario) de la opinión publica- en materia de delitos financiero no se da en Bélgica ni en los demás países occidentales, ni en Italia tampoco con una tradición tan arraigada de escándalos mafiosos o mafioso/financieros a cuestas.

El último show hasta la fecha, la detención del alcalde (PP) de Granada a lo grande, como si estuviera a punto de violar a la mujer de la limpieza (o algo así) bajo una ristra de acusaciones, -un poco más de lo mismo siempre- de cohecho, malversación, trafico de influencias etcétera, etcétera, la retahíla o cantinela omnipresente detrás de la psicosis colectiva -alimentada y azuzada por los medios- de la que se ve blanco la sociedad española.

Y todo en un asunto de re calificación de terrenos, para ponerle en libertad justo a seguir, sin cargos que se especifiquen en contra suya.Y sin que a toro pasado nadie sepa decir quién dio la orden de detenerle. Ya está bien de shows ¿no?

Y mientras, la crisis política en curso llega a la hora decisiva de su desenlace ¡Más madera -se debe estar diciendo Zeta Pedro- que es la guerra! Y a fe mía nunca mejor dicho. La guerra civil del 36 interminable

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy JULIO SANZ: Parece que F Sanchez Dragó piensa, como tú, que la guerra de 1936 es interminable...aunque él dice que empezó en 1931:
http://www.elmundo.es/opinion/2016/04/17/57126706e5fdeae1238b45a8.html



FERNANDO SÁNCHEZ DRAGÓ
“¡ABAJO LA REPÚBLICA!”
17/04/2016 03:06
La Guerra Civil no empezó un 18 de julio, sino un 14 de abril. Esta semana han reaparecido banderas tricolores en algunos ayuntamientos. Vivir es ver volver. La guarnición de Melilla se sublevó en una tarde aciaga del 36 contra el Gobierno de la República y activó el mecanismo de lo que unas horas después ya era Movimiento Nacional apoyado por la mitad de los españoles. Comenzaba así la enésima guerra civil de nuestra sangrienta historia. El 1 de abril de 1939 el actorFernando Fernández de Córdoba se dirigió a las dos mitades de España entera por los micrófonos de Radio Nacional y puso voz al último parte del conflicto: "En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos. La guerra ha terminado". No era cierto. La guerra siguió en los montes que servían de refugio a los maquis, siguió en las células clandestinas de los partidos puestos fuera de la ley, siguió en las cárceles, siguió en las tribunas del exilio y siguió, sobre todo, en el corazón fratricida de los españoles. Casi ocho lustros después, tras morir el Caudillo invicto y sufrir la historia un brusco golpe de timón, acabó por segunda vez esa guerra interminable.Los políticos de la Transición repitieron el abrazo de Vergara y suscribieron un armisticio. No duró mucho. A mediados de los noventa, por motivos electoralistas que de poco le sirvieron, Felipe González soltó el doberman cainita que estaba agazapado en su jaula y que ya no volvió a entrar en ella. Menos de una década después se materializó en La Moncloa el lunático que no tardaría en empuñar la azada para reabrir las fosas convirtiéndolas en trincheras. La Ley de Memoria Histórica, tan dañina como inútil, jaleada por unos y denostada por otros, volvió a desatar las hostilidades entre las dos Españas que hoy como ayer siguen helando el corazón de los españolitos que vienen al mundo y que ya no tienen ni la más mínima idea del horror que precedió al alzamiento del 18 de julio y al que de él se derivó. Así andamos. La llamada Guerra de los Cien Años que en los siglos XIV y XV se libró entre Inglaterra y Francia duró en realidad ciento dieciséis. La nuestra va ya por los ochenta y cinco. ¿Igualaremos la plusmarca de los franceses y los ingleses? ¡Qué va! La superaremos. Para chulos, nosotros. Nuestra guerra civil no acaba nunca.

Juan Fernandez Krohn dijo...

Gracias por el mensaje, Julio. Si te das una vuelta por mi blog te darás cuenta que me ha faltado tiempo en colgar el articulo -propiamente memorable- de Fernando Sánchez Drago que me envías. Me quedé corto en mis denuncias (en este blog como en mis recientes libros) La guerra empezó ya en aquella (funesta) insurrección callejera y golpe de estado a la vez que fue el 14 de abril. Fernando Sánchez Dragó lleva razón, nobleza obliga el reconocerlo. Gracias de nuevo, Julio, y recibe un cordial saludo