lunes, septiembre 30, 2019

"En La Arena Mojada"

Vine buscando un refugio
Y lo encontré (o eso creí)
Y tanto tiempo pasado
Miro atrás y caigo en mí

De estar cavando mi tumba
¡Cuando creía hacer patria aquí!:
Eso es lo que pienso ahora
todo a oscuras en torno a mí

cuando inocente recorro
los largos corredores, sí,
de esos ventanos (¿troneras?)
cual fantasmas (demonios ¡mil!)

viéndome pasar derecho
y tieso como un alfil,
mirándome yo en ellos
y ellos riéndose de mí (...)

Y así un año y otro (tras otro)
Y aquí dentro todo igual (creí)
Mientras el mundo cambiaba
Sin darme cuenta (¡ay de mí!)

¡Biblioteca pública (“Oh là, là!")
Como la que halló aquél (Lenín)!
Donde llegué o recalé un día
Sin saber bien a donde ir.

Sin rumbo fijo en mi vida
Y en la mente sueños sin fin
Que alimentaba a diario
En libros y en la Prensa (vil)

Hasta que un día de verano
¡Qué día mas triste e infeliz!
Caí en que el Papel se me iba
Y con él (ay!) mi memoria feliz

Hasta que opté por quedarme
a que esta guerra diga "Fin",
Mientras me alegren mis días
Tus dientes blancos (de marfil)

Que grité y grité (y grité)
(¿no os acordáis ya o sí?)
“En la arena (re) mojada”,
pronunciando tu Nombre (¡A-sí!) (…)

domingo, septiembre 29, 2019

¿NO A FRANCO, SÍ A HASSAN II?

Mausoleo de Hassan II en Rabat y Valle de los Caídos ¿comparaciones odiosas? Memoria laberíntica y –como decían los clásicos- procelosa. Llena de trampas y (malas) sorpresas para el jefe de gobierno español: de la actuación –heroica (y tantas veces decisiva) de las tropas de élite –y fuerzas de choque- marroquíes en nuestra guerra civil. De las unidades de Regulares y –sobre todo- de la Mehala, en línea de obediencia directa (estos últimos), no a los mandos españoles -como los otros-, sino al Makhzen, el poder (político/religioso) a la sombra ayer como hoy. Con Hassan II, y su sucesor (…)
¿La provocación de más (en francés “de trop”)? Es lo que cabe preguntarse ante la visita de ayer del jefe de gobierno (socialista) Pedro Sánchez al Mausoleo de Hassan II en Rabat que cabe comparar –y a las pruebas me remito- por tantos aspectos a la Cruz de los Caídos. Por la suntuosidad (oriental) de lugar y del edifico (y de su interior) y por la personalidad que alberga, Hassan II, del que siempre, en mis largos años de expatriación, me ahorre la menor critica por prudencia –y respeto y discreción- pero que ahora mi condición de español residente de antiguo en Bélgica me impide el callar (más) en verdad. Un país cuya capital es la sede de la UE y lugar de destino favorito además de la inmigración musulmana en suelo europeo, y teatro o escenario de predilección a la vez de la estrategia de futuro que en dignatarios islámicos aquella habrá hecho nacer, hasta convertirla en línea directriz principal de la política extranjera (y más aun europea) de los países musulmanes del Magreb y del resto de la ribera mediterránea, Marruecos (apuesto cien por cien) en cabeza de todos ellos- como una alianza (”zapateril”) de Culturas (al revés), ,y que cabe sintetizar en una fórmula electrochoque –del Gran Remplazo (Remplacement)- que se ha corrido –por su fuerza de impacto incontenible y por lo certero e imparable –y fatal- de lo que anuncia, a no dudar- como la pólvora, en los medios europeos y en la opinión publica de muchos países (por cima de los Pirineos)

En plena línea de frente, ahí es donde me encuentro pues –tras tantos años residiendo (sin moverme de mi sitio) en Bruselas- de la invasión silenciosa y como tal testigo en primera fila de la gran sustitución –cultural y étnica y racial- a lo que parece apostar (de ojos cerrados) Pedro Sánchez -¡manes (europeos) de la Reconquista!- (y también de Don Julián) ¿Un no es no, hoy y siempre, a Franco, y a los que le siguen o respetan su memoria . y a todo lo que él simboliza como a todas luces un Mariano Rajoy parecía (exclusivamente) para él representar-a cambio de tener que tragar carros y carretas (sin tasa) en proveniencia del mundo musulmán?
Pedro Sánchez, en calcetines –como lo prescribe el ritual islámico- y las mujeres (socialistas y feministas) de su séquito en velo islámico de rigor, de visita protocolaria política y religiosa en homenaje a los restos de Hassan II, hijo del que fue gran amigo y aliado de Franco, Mohamed V, y padre de Mohamed VI (o como dicen con gracejo sus súbditos, Mohamed Sestor, con acento en la o) ¿La provocación “de más” del político socialista español? Para todos los españoles, como sea, ¡que gran humillación!
Memoria laberíntica y “procelosa”, cabria de entrada objetar al de Cuatro Caminos, adentrándose sin escrúpulos (y sin vergüenza) como él ahora hace en tono provocador y en claro designio guerra civilista y de abierta confrontación –con sus propios compatriotas- en territorio del país vecino y “pari passu” en la memoria erizada de trampas y celadas y surcada de sorpresas -y malentendidos- de la participación de Marruecos en nuestra guerra civil (del 36) El Makhzen –el poder político y religioso a la vez en todos sus tentáculos y ramificaciones- del soberano alauita -Sultán de Marruecos e Imán de los Creyentes- del que los medios en lengua francesa aficionan fantasear- fue el gran impulsor de la aportación (muy) importante –en efectivos y en calidad y eficiencia de sus integrantes- de las tropas marroquíes, de las unidades de Regulares, y –sobre todo- de la Mehala de obediencia directa, no a los mandos españoles como en el caso anterior sino a los jerarcas y dignatarios del Makhzen, tropas de élite como lo eran, presentes y operantes en todas o casi todas las principales batallas de nuestra guerra civil (…) Memoria mas reciente también, del Sultan Mohamed V padre de Hassan II. Gran aliado del anterior jefe de estado español, como lo atestigua nuestra memoria infantil de la prensa española de entonces (segunda mitad) de los cincuenta que no hacia mas que hablar de el con motivo de la independencia de Marruecos (año de 1956) Y memoria aun más antigua de la Conferencia de Casablanca (1943) durante la Segunda Guerra Mundial, don e la independencia marroquí –de Francia como de España- a todas luces se fraguo. Roma no paga a traidores, cabe (a regañadientes, en francés “la mort dans l’âme") aquí glosar y es por la puñalada por la espalda que el régimen franquista venia de asestar a las fuerzas del EJE en un trance crítico y decisivo de la Segunda Guerra Mundial abriendo el paso –por el Marruecos español- a la fuerzas aliadas franco/inglesas, cuando el cuerpo expedicionario Afrika Korps avanzaba fulgurante una victoria tras otra con el Cairo (y tras él) el Oriente próximo de objetivo final. Desde entonces el mundo cambió y por supuesto también las reglas del juego de la política internacional, y de la Real Politik en la que ahora Pedro Sánchez –y a ojos cerrados también- parece querer apostar. Las reglas de los que vencieron en el 45, entre los cuales figura el reinado alauita, a costa de los vencidos de entonces o de los amigos o aliados de los vencidos de entonces (me da igual) A asumir tocan. Lo que no quiere decir que debamos rendirnos o resignarnos a vernos condenados a un papel o a una situación de subalternos de los vencedores de entonces, y a renuncia a nuestros derechos históricos, y a vender en almoneda todo nuestro (sagrado) Patrimonio, étnico y racial (nota bene) a la vez que religioso y espiritual y cultural. Y sin el menor menoscabo de nuestros deberes de memoria irrenunciable en particular de dos capítulos esenciales de nuestra identidad española colectiva, a saber, los ocho siglos de Reconquista y la guerra civil del 36. Franco y Hassan II. Comparaciones odiosas. En este caso parece que sí, y por partida doble además. Por que no son comparables la situación de entonces –del Marruecos de Hassan- con la España de Franco ni son comparables los dos personajes tampoco.
¿”Tirano” Hassan II como lo tildan ciertos medios y lo políticamente de rigor en Francia (que no en Bélgica)? Tan autoritario como lo pudo ser Franco, con la diferencia que el reino marroquí tras la Conferencia de Casablanca (1943) figuró del lado de los vencedores mientras que Franco (y su régimen) figurarían en el bando perdedor (…) Y por eso que tanto nos chantajeó (...) Blanco predilecto de la prensa en Bélgica como sea Franco y la España que él dejo. Y rodeado de circunspecciones y tabúes como sea, el Marruecos de Hassan II y de su sucesor. En cabeza el reino alauita de la gran estrategia de futuro –y línea directriz de su política extranjera- del Gran Remplazo (Grand Remplacement”), cultural espiritual y religioso. Y étnico y racial.
¿“Tirano” Hassan, como lo tildan a discreción en España ahora los medios, las ancas de la prensa francófona, belga y francesa, que le tira a degüello desde hace mucho, sin parar? Hasta ahí no llego. Un gobernante autoritario ni más ni menos que Franco del que apuesto que imito no poco viéndose erigido el Caudillo ante muchos pueblos del área musulmana (como lo fue para el coronel Gadafi, y por desgracia para él, solo al final)- como un modelo de emulación, o (en muchos aspectos) ejemplo a seguir-, de un pueblo fronterizo y de una cultura extraña por muchos aspectos así como de una historia en conflicto con la nuestra –española y europea- y por tantos aspectos rival. Y con una capacidad de chantaje –como se mostró en el asunto se la isla de Perejil y los a tentados del Once de Marzo que se siguieron- hacia sus rivales históricos y geográficos más próximos y directos, temible y sin igual. ¿Y en todo esto Donald Trump? es lo que los españole nos debeos preguntar ¿Tan antifranquistas aquí como allá? Y guardé silencio y discreción sobre él –Hassan II y su país –como al principio ya dije- hasta que el vaso de la paciencia se puso a desbordar, con las gotas una tras otra –como un suplicio o martirio chino- que inflige a la existencia de todos los días aquí, el fenómeno de la invasión silenciosa y ese otro –en simultaneo, concomitante- de l imposición –o aplicación por las buenas o por las malas- capciosa e insidiosa de la Charia o ley islámica en la vida de todos los días y en todos los aspectos de la conducta humana tanto colectiva como individual, a un grado y a unos niveles que a España le queda tiempo –los dioses me oigan!- por alcanzar. ¿Y el momento llegado ahora de romper esa alianza –del Islam con algunos pueblos de cultura occidental -no islámicos- que tuvo mucho de estratégico y militar –en la Segunda Guerra Mundial por ejemplo- y también no poco de ideológico y cultural y también –por paradójico que parecer `pueda- de religioso y espiritual? ¡VIVA FRANCO ABAJO EL ISLAM!

jueves, septiembre 26, 2019

FRANCO, LA ESPAÑA ETERNA Y EL PAPA DE ROMA

Rocío Monasterio, portavoz de VOX, es –y no me caso con nadie ya lo saben todos (y más aún en los medios patriotas) - una de las pocas figuras de la política española que está teniendo un lenguaje claro –y valiente- en el tema de la exhumación de los restos del Caudillo. Tal vez ¡ay dolor! no sea suficiente: ¿no habrá nadie en un supremo homenaje a la figura de aquél –y en testimonio de eugenesia espiritual (Platón dixit) a la vez-, de hacer lo que ni el propio Franco -con el obispo (etarra) Añoveros - se atrevió? Desafiar la amenaza de excomunión (ferendae o latae sententiae) del Papa de Roma. A buen entendedor pocas palabras sobran. Que las espadas están en alto (todavía) y los derrotistas (con caución vaticana por cierto), también nos sobran
La Cruz de la Basílica, o los restos mortuorios que en su seno se cobijan. Ese es el dilema insoslayable, el insondable enigma que preside este empeño profanador de exhumar los restos de Franco. Y que les puede ofrecer el flanco desguarnecido que ni a propósito a los tiros de nuestros enemigos,- y buscarnos a nosotros la ruina. El Emperador -o el Caudillo –o poder temporal- y el poder espiritual del Papa de Roma. ¿Quien monta más, o montan tanto? Una cuestión intrincada de la teología y del derecho público cristiano que sigue tan intrincada y tan irresuelta tantos siglos después –surcada además de los principales capítulos de la historia de la Iglsia (güelfos y gibelinos, querella de las investiduras, etcétera, y todo lo que se seguiría) (…), lo que se pone tan ruidosamente de manifiesto ahora con la exhumación de los restos de Franco en puertas. No fuimos nunca incondicionales. Mi trayectoria publica y notoria así lo demuestra y los que me conocen y que aquí me leen bien lo saben (de sobra). No es óbice que podamos tomar partido en este trance tan tremendo que se nos tiene reservado a todos los españoles y a los que se sienten unidos con nosotros en una hermandad de destino de una forma u otra. Por el honor de una nación y de su pasado, por la identidad de todos nosotros, racial e histórica y en menor medida o segundo grado confesional léase religiosa. ¿España católica? España imperial –fiel a esa nuestra vocación histórica primigenia- tan sagrada e intocable la segunda como la primera. Tanto como lo es la España visigoda en nuestra memoria. ¿Herejes arrianos? Sí, los de nuestro padre Leovigildo (nuestro/señor) In memoriam! (El gran calumniado de nuestra historia).

martes, septiembre 24, 2019

Luna Llena

En lo hondo de la Historia,
la realidad pura y nuda
(o de la –honda- urdimbre social)
¡Cual la Nada nauseabunda!

El magno (y hondo) desafío
Que presidió toda mi vida
Sin darme siquiera cuenta
Entre estruendos y aventuras

Y no es culpa mia ninguna, ¡oh no!,
Si no lo sufro, ¡no me gusta!
por eso me puse en tu búsqueda
¡altos de la Memoria pura!

¿Pura? Así lo creía yo
¡Pura y limpia, sin mancilla!
Hasta que le vi, al fin,
mil tatuajes encima (...)

Y me puse a creer en mi
En otra Memoria ¡la mía!
De lo que soy, de lo que fui
lo que fue o pudo ser un día

Y como eso no me bastaba
Que no era lo mío, no me iba,
Me puse a creer en ti
En tu presencia, en tu Venida

Aunque te fuiste ha ya tanto,
te ausentaste de mi vida
un atardecer de estío
como una sombra o una bruma

Y volverás, cuando ya no espere,
al mismo sitio que solía
que poblaron mis recuerdos
de noche al claro de luna

Cuando (yo) aparezca en las nubes
en la luna llena (y bruja)
a los que de mi se acuerden,
a la misma hora día tras día

Como un lobo solitario
siempre en la Noche bendita
cual fantasma o duende (amigo)
Buscándote (esperándote) ¡Niña!

jueves, septiembre 19, 2019

SÁNCHEZ ANTE EL SUPREMO

Diálogo en el infierno (entre Maquiavelo y Montesquieu) Fuente de inspiración de los Protocolos (judíos) de los Sabios de Sión. Choque entre el poder ilimitado de los medios - de la opinión pública- (en democracia), y la (sacrosanta) separación de poderes: voces de ultratumba, de los muertos -de los "caídos"-, las que quiere despertar y hacernos oír Pedro Sánchez.  Como un oráculo o hechizo o maleficio de guerra civil. Desenterrando cadáveres (con la coartada "suprema") En la jornada misma de reflexión (¿y por qué no?) Y si el poder judicial es tan celoso de su independencia, y la Constitución del 78 tan sagrada e intocable -igual que una vestal romana-, como así los vienen ensalzando los turiferarios del régimen (del 78) –in crescendo en los últimos tiempos-, ¿dónde están los desmentidos o desautorizaciones resueltos categóricos y fulminantes del Tribunal Supremo ante los rumores y “fake news” que están circulando por su cuenta –y en el tema de la exhumación de los restos de Franco- en las últimas horas?

 Los sondeos y encuestas de opinión marcan el terreno y las reglas del juego en democracia. Eso es lo que a algunos les enseñaron de niños, u otros, un poco mayores, tuvimos que aprendérnoslo de prisa y corriendo cuando empezó la transición. Aprenderlo sí, como estaba mandado, de sopetón, pero eso no quiere decir que nos lo creyéramos como verdad del evangelio a pie juntillas y sin que no diésemos cuenta –¿y como no?- que en aquellas encuestas y sondeos había gato encerrado. De “monstruo" (el de la opinión pública) habló en una obra muy difundida en los medios que frecuenté de (muy) joven, un fascista francés –Bernard Faÿ- que estuvo refugiado en Suiza después de la Segunda Guerra Mundial (y de la “Libération”) y volvió mucho después (años setenta) cuando yo le conocí dándonos clases sobre la Masonería y las sociedades secretas en el Seminario tradicionalista (suizo) de Ecône. Un monstruo –la opinión publica (u Opinión a secas, y con mayúsculas)- de reacciones imprevisibles, y con reflejo condicionados también y a la merced pues de los que les sabían (bien) trabajar en ese plano y es porque le conocían mejor que otros de por haberla visto nacer, a saber las sociedades secretas –en sociología de lengua francesa, “sociétés de pensée”- que crecieron y pulularon como hongos en la Revolución Francesa. Y del desprestigio (y desgaste) de sus encuestas y sondeos de opinión –entre españoles- habrán dado cuenta hasta ahora el CISS y su inefable director Tezanos, viejo conocido del que esto escribe como ya lo dejé registrado en este blog.

lunes, septiembre 16, 2019

Poeta y Soldado

Sol negro de la guerra -y la paz-
¿por qué te escondiste tanto?
sin mostrarnos tu faz negra
que comprendiésemos tu encanto

Negro de la noche (y la derrota)
De las grisuras (negras) de aquí abajo
De este valle a donde me metí
De un tirón, entre salto y salto

Que así es como viví hasta hoy:
arte de vivir saltando
¡Saltimbanquis por ti, mujer,
escanciando un verso (y cantos)!

Tiritero, guiñol, fui,
“el veleta”, hoy como antaño
Sin rumbo fijo, no sé a dónde:
donde va el viento (solano)

Y el viento me trajo hasta aquí
y me descuajó (entre rayos)
de mi tierra y mis raíces
¡Siempre joven, siempre ufano!

Testa al viento ( y sin asiento)
Suelto cual verso y libre (¡Cuánto!)
Volando (en alma y en  cuerpo)
Lejos ¡cada vez más largo!

y en busca de un hueco (alpino),
me puse a andar por el llano
hasta que se me fue el Tiempo
y voces diéronme el alto

y seguí y seguí inalterable
sin escucharles (¡ni caso!),
proa a la mar (de este mundo)
a un destino cruel (e ingrato)

Y mientras, los rayos de sol
brillaban en el ocaso,
como si me esperasen
antes de hundirse, despacio

¡Sol negro de la guerra,
sol de valientes!, ¡Salve Astro!
que hizo madurar mi amor,
¡Temple! ¡De Poeta y de Soldado!

miércoles, septiembre 11, 2019

DELLE CHIAIE, ¡PRESENTE EN LA MEMORIA!

Título (en la foto) de la obra escrita –como un testamento político e ideológico- de Stefano delle Chiaie, el líder y activista italiano que acaba de fallecer, antiguo miembro del MSI y próximo –con su movimiento “Avanguardia Nazionale”- de los medios neofascistas. Espantajo número uno –doy fe de ello- de los medios de la prensa global y de los garantes de lo política (e histórico) e ideológicamente correcto. “Le seguí la pista” –en los medios- como lo declaré (ingenuamente quizás) hace años en la blogosfera de Periodista Digital (antes de que me dieran de baja en ella), tal y como no dejaron de recordármelo como un sambenito (de infamia y de oprobio) –y como un cargo o prueba de acusación- en la Red desde entonces. Debo decir no obstante en su descargo y en el mío que su trayectoria –entre España e Italia, Europa y la America ex hispana (entre Chile y Argentina y Méjico, y Francia y Suiza)- gravitó, yo como español, y él como italiano- bastante de cerca sobre la mía. Lo que no quiere decir que estuviésemos destinados o condenados “a volar juntos”–como el Águila y el Cóndor en la profecía indígena (fantasía incumplida). No importa. Fue un modelo de hombre de acción (valeroso) y de militante sincero y consecuente -hasta el heroismo- con sus ideas (léase, con "la Idea"). Del bando de los vencidos, por cierto, en la guerra civil europea (…) Y como tal, espantajo público y chivo dexpiatorio de predilección -por partida doble. por italiano y por neofascista- en la guerra de propaganda de la guerra civil interminable en la España de la Transición -y antes, en el tardofranquismo -finales de los sesenta, primera mitad de los setenta. Suelten sobre él las calumnias y los infundios que quieran:  por cuenta del juez Garzón –sobre todo- en la prensa española, y en la prensa italiana echándole muertos (y heridos) encima que no le correspondían. Y en el entorno de la ETA y del separatismo vasco. Libre de cargos en España y ab-suel-to (sic), por falta de pruebas, conforme a las leyes de su país (art. 530, II, 2, Codice Penale, versión actualizada) Stefano Delle Chiaie ¡Presente en la Memoria!
Ha muerto en su lecho de hospital en Roma, Stefano Delle Chiaie, una leyenda de hombre dentro y fuera de Italia. En el seminario de Ecône se hablaba de él- sobre todo como es lógico en los medios de seminaristas italianos, en la orbita todos ellos, y soy formal en lo que digo, de uno de los bandos en que se dividió Italia en la Segunda Guerra Mundial, el de “los negros”, “neri” (fascistas) contra los “blancos” (de la blancura de la democracia)- y en mi rastrear incansable de la crónica de actualidad nacional y extranjera más candente aquellos años (desde muy joven) le “seguí también la pista” No mas que eso. Montejurra (1976).

La noticia de su muerte ha sido la señal de arranque de un nuevo vomitar de calumnias por su cuenta en ese tema a cargo sobre todo de cierta prensa vasca –y navarra- próxima (como por casualidad) del entorno de la ETA. Aquello me pilló lejos de España como tantas otras cosas, pero tengo desde hace mucho mi opinión formada sobre esa y otras mucha cosas, en particular matanzas (sic) de la transición (a la democracia) “La prensa cacareó mucho las fotos en las que se nos veia con porras en las manos a mi y a mis camaradas, no dicen en cambio nada de las armas que llevaban los que estaban en frente nuestra” declaró en una ocasión el interesado a la prensa española. Y la prueba (por el nueve) que en ese asunto aún por esclarecer había una voluntad (política) clara que no se esclareciese del todo, lo es la expulsión –por orden expresa de Manuel Fraga entonces ministro del Interior- de uno de los principales protagonistas de aquello en uno de los bandos en liza, (Don) Sixto de Borbón con el que me encontré una vez –como ya lo tengo declarado-, en su domicilio en Paris dando vistas al jardín de los Inválidos, como si hubiera interés sobre todo que no se oyera –y difundiera- la”otra” versión de los hechos, digna de ser oida por incorrecta que fuera (...) (…)

Estuve –me vine a la mente ahora leyendo estas líneas- acompañando a la TFP (Sociedad Cultural Covadonga, en versión española) en una concentración de requetés en el castillo de Javier (la "javierada") a principios de los setenta y pude calibrar casi a mis expensas -que a fe mía casi no lo cuento (...)- el fanatismo y la radicalización (violenta) separatista o filo separatista de los medios carlistas oficiales (de Carlos Hugo) que se conducían entonces –dentro y fuera del País Vasco- como perfectos compañeros de viaje de la agresión etarra separatista. “¡Iros de aquí esta no es vuestra tierra!”, venia a su labios repetidas veces, en señal o síntoma descarado de xenofobia (anti-castellana cono ellos decían, y para dejarnos de eufemismos, anti-española) (…) Lo mismo más o menos que soltaban los del mismo bando en aquella otra ocasión en Montejurra tal y como me lo contó uno de los testigos de uno ("el otro")  de los bandos (y además protagonista) “¡Iros de aquí!”, les decían amenazadoramente en un silencio que se podía cortat a rodajas e interrumpido de pronto por una voz con gracejo andaluz: “¡¡¡pueh que no noh da la gaana!!!”, que se podía cortar con cuchillo igualmente omo las otras. Hubo un muerto (allí), sí –a cargo del “hombre de la gabardina” (que no era Delle Chiaie)- y los que se evitaron, si los de uno de los bandos no hubiera decidido tomarse la justicia por su mano (en legitima defensa) Una autentica escabechina (lo que hubiera sido) Que es lo que los aprendices de brujo buscaban a toda costa. En una estrategia de la tensión, que hace pensar –en España entonces como en Italia- a los escenarios, más maquiavélicos imposibles, de las novelas de James Ellroy, “enfant terrible” de la novela negra (y en negro) o policiaca USA. De provocación, y más exactamente de provocación policial -y de los servicios secretos-, versión típicamente española. Tal y como lo deja a entender también Delle Chiaie en las declaraciones mas arriba mencionadas. Como fuera, inocente o culpable –“reato” se dice en italiano- (en su fuero interno) pagó de sobra y bien, no con pena de cárcel, sino con una expatriación larga y prolongada próxima de la pena del destierro y del confinamiento en la Edad Media. Con ferrete (medieval) de ignominia además –lo que en democracia no se lleva (en pura teoría al menos) y linchamiento mediático (como los que yo, mutaitis mutandis, tambien sufrí) Y de lo que le acusan en Italia le dejo la palabra a la justicia de aquel país, plenamente soberana, ya digo.

Un vencido, Stefano Delle Chiaie, heredero o descendiente que me diga de los vencidos, y al que se le reservó la triste suerte de los vencidos, que cargó con ella con ánimo y entereza. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Y esa máxima evangélica nos lleva en verdad muy lejos por las rutas y senderos de la Historia, de la historia europea. De uno de sus principales capítulos, a saber la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra (en Italia), y es que el fascismo fue hijo de aquella. Una guerra en la que los españoles no tuvimos (directamente) ni arte ni parte –salvo en las peleas de barcos (aliadófilos contra germanófilos) en los colegios, y en en las tertulias- como un foco cancerigeno en el suelo europeo que acabo extendiéndose o prolongándose en la guerra civil española. “El suicidio de Europa” así llamó a la Primera Guerra Mundial José Antonio Primo de Rivera. En grado de tentativa, así se podría clasificar también –en una aproximación comparativa- a la guerra civil española. José Antonio, la Falange ¿habrían podido sustraerse al clima aquel, a la espiral de violencia aquella –primavera del 36- calcada de la que tuvo lugar en Italia en vísperas del advenimiento del fascismo y de la marcha sobre Roma? La primera piedra, ya digo. Que si la violencia de las luchas callejeras en las que la Falange se vio envuelta tuvieron de modelo directo de inspiración los métodos -de acción directa (o de estilo directo ardiente y combativo) del “squadrismo” fascista de la primera hora-, aquello no fue más que una respuesta –en legitima defensa- de los falangistas españoles, a la hora de trasponer una lucha de clases –versión de izquierdas y derechas- como la que se dio y se vivió dentro España, en términos de los últimos coletazos –patrióticos- de la Gran Guerra, y de reivindicaciones estrictamente territoriales, que es lo que fue a penas en una rigurosa perspectiva histórica la eclosión en Italia del movimiento fascista como lo ilustra uno de sus capítulos o episodio mas emblemáticos tal y como lo fue la toma (por asalto) –y su expulsión no menos violenta también- por los Fascios de combattimento de la ciudad (irredenta) en la costa adriática, de Fiume (hoy con el nombre cambiado y sin el menor rastro del nombre aquél, en la actual Croacia) a las ordenes del poeta (“Il Comandante”) D’Annunzio. Nada que ver ya digo España y los españoles en aquella aventura de guerra y en aquwel contencioso historico y territorial específicamente italiana. Y sin embargo (…) (..../....)
Estandarte de "l’Alleanza Cattolica", movimiento italiano católico tradicionalista en el que gravitaban los seminaristas italianos de Ecône con los que coincidí varios años allí, y que eran todos ellos (todos, y digo bien) de uno de los bandos –el de los negros (neri), fascistas o neofascistas- en el que se dividió la sociedad italiana en la Segunda Guerra Mundial y tras la caída del fascismo. Boton de muestra inmejorable, el estandarte de aquel movimento, de una simbologia y de un mestizaje (sic) ideologico a la vez: del neofascismo italiano y de la TFP. Detalle todo menos trivial, el líder y fundador de l’Alleanza Cattolica –hermano de uno de los seminaristas italianos de Ecône-. Giovanni Cantoni, próximo (cuando yo les conocí) de la organiacion integrista -de ramificaciones internacionales y de matriz brasileña- , y huesped en Sao Paulo (Brasil) del fundador y dirigente de aquella, "Profesor Plinio" (Correa de Oliveira) en alguna ocasión  y es que era de un rostro –pelado al rape, o al cero- mussoliniano (como un clon) Miembro en su origen (nota bene) del MSI
(.../....)
(continuación) …/…En lo que el conflicto italiano tenia y tuvo también de conflicto social de lucha de clases, y en lo que los del otro bando de la izquierda socialista (o marxista) tenían no solo de derrotistas (sic) –principal cargo que les echaban encima los escuadristas fascistas (los del “manganello” y del aceite de ricino y de tantas otras cosas como nos cuenta la leyenda)- sino también de renegados y de enemigos –de clase y “de la Patria”- su lucha, de los fascistas y neofascistas, hermanados en la misma guerra civil europea, no era muy distinta de la que llevaban adelante los falangistas españoles envueltos y enfrascados en una lucha de clases –de ricos contra pobres, léase de izquierdas y derechas- como se presentó la sociedad española en vísperas del estallido de la guerra civil (fratricida) Dos versiones en suma o en sustancia de una misma guerra civil europea. Aunque para aceptarlo y asumirlo me hago cargo que les haga falta a algunos un largo itinerario y es que les lleve a sortear ese dogma de la superación (sic) –léase negación- de la lucha de clases –como un dogma o un postulado "a priori" o un tabú espeso e intocable e insoslayable-, erigido en calidad de norma programática tanto en el entramado ideológico –a base de leyes fundamentales- del régimen de Franco, como en el ideario de la Falange.  

O como una petición de principio falaz y mentirosa: léase, no hay lucha de clases porque la clase o las clases no existen (decían) (…) Tan falaz y mentirosa como el negar los conflictos étnicos o la guerra de razas (la raza en definitiva)  No me estoy aquí justificando, pero todo lo que precede les explicará a algunos –muchos, pocos- de mis lectores mi interés –exacerbado como les parecerá a algunos- por Italia y por la historia del movimiento fascista (y neofascista) Y mi comprensión y empatía hasta el punto de expresarle solidaridad –a distancia- en su lucha a Stefano delle Chiaie –el “nacional-revolucionario” que no tenía empacho alguno en definirse y en proclamarse de derechas (“destra”), de la Destra Nazionale, “la alternativa al sistema”, como el grueso de la corriente italiana neofascista de la posguerra- y del que se cebaron los medios en campañas de linchamiento, como aquellas de los que yo mismo fui victima. Stefano Delle Chiaie, camarada. ¡Presente en la Memoria! (…)

martes, septiembre 10, 2019

Estío de Amor

Tiempo de escucha (y palabra)
Para encontrarme a mí mismo
Que cada cosa a su tiempo
Y a mi aire y a mi ritmo

Que buscando, yo me escucho
(ya oí: ¡compasión de sí mismo!)
Y en las arrugas del alma
voy rastreando el futuro

“que viene de la derrota”:
sin futuro no hay camino
y si camino se hace andando,
yo lo hice dando tumbos

¡Traspiés (de salto mortal)
cual trapecista, del circo
y de dejarse los sesos
en el trapecio (del mundo)!

Y heme aquí, con tanto salto
siempre en el centro ¡y aún vivo!
Y en primera línea del frente
de rostro ufano (¿tú el tímido?)

Tímido si -miedoso no-
cuando joven (¡yo “el aprensivo”!),
hasta que me hice hombre
y te perdí el miedo, cariño

Y al perderte miedo a ti amor
Perdí –¡que cosa!- miedo al siglo
y a sus barreras e intrigas
y paredones oscuros

Y al tiempo también que huye
Y a la Nada (y sus murmullos)
cual “desierto de los tártaros”
donde vivo ya hace mucho

Desierto en que me dejaste
en larga ausencia ¡y aquel susto!:
el de verte en otros brazos
¿Espejismo –infernal- de estío?

¡Estío de amor, y de guerra (¡amor!)
donde me hice hombre (adulto)!
esperando incombustible,
al sol (cruel) de los vencidos

(¡Y aún te espero, Amor mío!)

sábado, septiembre 07, 2019

ITALIA Y "LA GUERRA CIVIL EUROPEA"

Arturo Michelíni, fundador del MSI. Ex - combatiente –en el seno del CTV- en nuestra guerra civil. Nostálgico del Ventennio (29 de octubre 1922-25 de julio 1943),  la larga era de paz y de prosperidad –antes de la Segunda Guerra Mundial- de la Italia fascista. Su neofascismo constitucional –o “constitucionalista” (“burgués” para los radicales)- se saldó con el fracaso (poco antes de su muerte) -tras los incidentes callejeros y la crisis política de junio de 1960, en Genova en su origen y con un congreso del MSI como pretexto-, pero supo con ello poner de relieve lo que el conflicto fascismo anti-fascismo en Italia tuvo –y con él la Segunda Guerra Mundial- de “guerra civil europea”
MSI, unas siglas que me cautivaban (de forma obsesionante) en mi época universitaria. Y de forma un tanto vergonzante -¿para qué lo debería negar?- porque el aceptar y el asumir que de una manera u otra los admiraba (y me fascinaban) me obligaba a admitir muchas cosas que aquellas siglas, y aquel partido o movimiento (de perdedores y vencidos o descendientes de vencidos) como un tótem o tabú o como un sarcófago escondían, como enterradas o semi-enterradas. “¡Los misinos!”, exclamaba con tonos de sinceridad y grande intriga un buen amigo buscando (como yo) la raíz del misterio o la clave del enigma de la fuerza o del atractivo mágico –de talismán- que él sentía en mí, que aquellas siglas y la simbología en torno a aquel movimiento –de perdedores y vencidos- encerraba.