domingo, abril 17, 2016

RAJOY CONTRA LA CASTA PERIODÍSTICA (MI APUESTA)

Llevamos viviendo los españoles desde hace ya mas de cinco años en la psicosis y en la crispación -desembocando a veces en la histeria colectiva (de unos pocos) convenientemente azuzada por los medios. Un Rajoy triunfante de la prueba (derrengante en el plano nervioso como en el físico me supongo) por la que atraviesa ¿será capaz de meter en cintura a la casta periodística, vende patrias y a sueldo del extranjero, como lo hace Vladimir Putín en Rusia? Esa es nuestra apuesta. Como español y como periodista
Comienza la cuenta atrás. El principio del fin me refiero, de la recta o la vuelta final en al contrarreloj un tanto angustiosa que habrá venido disputando Mariano Rajoy desde que se destapó la actual crisis política.Si gana, quiero decir si consigue hacer encallar, en esta semana de extrema incertidumbre que se anuncia, la candidatura de su mas directo (e irreconciliable) rival, habrá ganado no digo un adepto incondicional, sí en cambio un (convencido ) partidario, por mas que sus ideas no sean las mías -como aquí todos ya saben-, ni tampoco esté de acuerdo en muchas de las cosas que dice, que defiende o que propugna.

Porque así habrá demostrado su fuerza y capacidad de liderazgo. ¡Con la que está cayendo! La jugada de los papeles de Panamá -la enésima provocación marca USA y siempre en la tónica de la Spanish Revolution- se presentaba atravesada y peligrosa como así se habrá demostrado. Aunque al final a Mariano Rajoy, blanco ultimo en esos tiros por elevación le salvaron los fusibles, de nuevo.

¿Le quedan aún muchos? Yo de esas cosas -de política democrática de mecanismos constitucionales y parlamentarios- no sé mucho, lo confieso. La prensa anti se habrá puesto de nuevo a especular -tras el cese del ministro Soria- con las divergencias de Mariano Rajoy y su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría.

¿Son tan hondas e insalvables sus (presuntas) desavenencias? Se me antoja que no. Pura intuición, que raras veces me falla desde luego. El editorial que el País de hoy dedica al caso del ministro cesante no tiene desperdicio, de muestra flagrante de “agit prop” y de postura sectaria, en un periódico ademas que goza de un monopolio de distribución privilegiadísimo por cima de los Pirineos, lo que le convierte en el escaparate de España en exclusiva (o casi) en los principales países europeos.

El ex-ministro Soria tenia una empresa offshore, léase en un paraíso fiscal -lo único que hasta ahora se le pudo probar-, estamos de acuerdo. Con lo que demostraba no ser tonto por lo menos. De preferir un paraíso y a los infiernos en la tierra -en el terreno fiscal- que son la mayor parte de los países europeos, que condenan a vivir a muchos por debajo (o muy por debajo) de sus posibilidades, y a refugiarse en la economía subsidiada -en inferioridad manifiesta y flagrante (nota bene) de condiciones con los subsidiados (léase afiliados sindicalmente) “de nacimiento”- o en la subterránea, qué remedio.

Su actitud no obstante -al contrario de la de Bárcenas- habrá sido ejemplar lo que algunos medios (fuera de toda sospecha) no habrán dejado de subrayar. Salva a Rajoy desde luego, al que no creemos tan pérfido y tan ingrato y egocéntrico como algunos (obsesos) le presentan, y como para no guardar bien fijo el gesto del ministro cesante (que era su amigo y a todas luces lo sigue siendo) en la memoria.

Él que se habrá adiestrado en sus años de presidente de gobierno a fumarse buenos puros en calma y a solas como el Zeta Pedro se lo reprocha- mientras otros piden su cabeza, como hace hoy el diario de Prysa en su editorial sectario y guerra civilista y beligerante.

¿Quién le pone el cascabel al gato, me refiero a esta prensa apátrida y traidora? ¿El gallego y su disfraz (de Don Tancredo me refiero)? Esa es mi apuesta. 

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