domingo, abril 10, 2016

Bautismo de Fuego (poesía en domingo)

Hay mezclas que se logran
y hay las que no se logran

Hay mezclas que acaban siendo
y las que nacen de muertos
como flores funerarias,
como amapolas de estiércol

Se es o no, dijo Hamlet,
tan simple y fácil como eso
y la prueba de lo que soy
me la dan mis pensamientos

y si soy capaz de pensar
de verme de cuerpo entero
con la vista y con la mente
como un mirarme al espejo

qué mas quiero, qué más busco
por el túnel de los tiempos
en el pozo o en el banco
¡arcano de los recuerdos!

Memoria astral, sempiterna
en mis genes, en mis huesos
de unas huellas “seminales”
¡ADN de alma y cuerpo!

Fuente sacra inagotable
de deberes y de derechos,
de derechos de la especie
y de la Memoria (¡cierto!)

Derechos de la Memoria
en individuos y en pueblos
de una estirpe, de una herencia
del Espíritu (¡en eso creo!)

En una moral de malos
y en una moral de buenos,
las dos Banderas antiguas
de un Dios Malo y de otro nuestro

como un diálogo de sordos
genealogía ¡misterio!
entre la Vida y la Muerte
¡La Memoria y sus secretos!

Genealogía de la Moral
de un Hombre y de un Tiempo Nuevo
por encima de un bien y un mal
dura herencia de los nuestros

navegando en el océano
de un mundo a oscuras (siniestro)
sin más rumbo o norte al final
que él que nos marca el Deseo

de vivir, de sobrevivir
de salvarnos con lo puesto,
de un borrón y cuenta nueva
al cabo del sufrimiento

¡Qué noche bella y desnuda!
(la del bautismo de fuego)


Danza ¿qué? vuelo de hadas
sucediéndose en mi entorno
“de hadas dices ¡de brujas!
¿y a ti qué más te da estoico?”

me susurra suave el duende
palmada (a un primo) al hombro
compadeciéndose de mi
de lo que leyó en mi rostro

de esa inocencia insolente
de fiebre y fervor sinceros
por el sexo femenino
destino de un hombre entero

tarde o temprano ¿y qué?
Que todo llega a su tiempo,
tiempo de odiar, de sufrir
tiempo de soñar despierto

tiempo de amar, de cantar
todo lo que llevo dentro
y de ofrecértelo a ti amor
en prosa o en estos versos

que te cruzaste en mi vida
sola en medio del desierto
cuando ya se hacía tarde
¡y tú no tenías miedo!

Ni de mi de mi sombra
(mi leyenda, me refiero)
que el desierto aquél de golpe
de ti me pareció lleno

era un desierto de almas
-gatos pardos, perros muertos-
y tu apareciste de pronto
cual inocente jilguero

¿Y lo eras? Apuesto a que sí
así lo sigo creyendo
aunque te rías de mí
y aunque finjas el no serlo

Y aunque te vengues en mí
de tu miedo y tu desconcierto
cuando estás sola sin mí
en medio del circo (o el ruedo)

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