jueves, octubre 22, 2020

Desgarro De Amor


 

Te fuiste de noche, mujer,

Sin un suspiro (y en sueños)

Porque eso fue tu vida

Un suspiro (y un silencio)

 

Y no lo comprendí

Tu suspiro (y tus lamentos)

Y por eso al fin volé, me fui

En pos de otras tierras (y cielos)

 

Y si los hubiese oído ¡a qué sí!

Te hubiera acogido en mis sueños

Sueños puros, sueños crudos

De mujeres (alma y cuerpo)

 

Pero no fue así (¡oh no!) no te vi

¿O te oí mucho? No me acuerdo

Un  velo espeso (una niebla)

En aquellos años ¿feos?

 

¿Feos lo fueron? No lo sé

Porque yo no supe verlos

Igual que no supe verlo

Ese rostro de mujer ¡bello!

 

Y ahora amor sólo ahora

Cundo te oigo yo y te veo

Me acercas tú sin querer

A un mundo que creí muerto

 

El mundo en el que crecí

Y del que salí (me fui) huyendo

Y no por miedo ¡eso no!

Sino a fuer de fiel, y de entero

 

Tanto que no me partí

De milagro en el empeño

Que emprendí justo después

En pos (¡ay!) de un santo/reyno (…)

 

Y por eso hoy al fin

Recapacito y me acuerdo

De todo lo que perdí

En aquel afán (¡sincero!)

 

Oyéndote a ti, cantautora,

De ese desgarro tan nuestro

Que tanta fobia inspiró

¡Ay dolor! ¡Puro y señero!

 

Amor desgarrado (español)

¡El amor más verdadero!

miércoles, octubre 21, 2020

DUQUE DE ALBA Y EL REY DE LOS BELGAS

 


En esta antología de textos (Labor, 1971) de la que su autor olímpicamente se desentendería, se recoge el texto (memorable) de Eugenio Montes donde traza una semblanza históricamente creíble –y elogiosa- del rey (Leopoldo II) de los belgas en el (resonante) artículo de ABC (1939) “La vuelta del Duque de Alba”. Jalones insoslayables -e igualmente calumniados y blancos de “la damnatio memoriae”-, el Rey Leopoldo II y el Gran Duque, en el proceso de reconciliación entre españoles y belgas            

La Liga de Defensa Negra Africana, organización racista -anti-blancos- hace hablar todavía de ella, y es en Bélgica tras la serie de incidentes en los que se ha visto en Francia envuelta. Y es con ocasión de la convocatoria de una manifestación con objeto de derribar una estatua (mas) -en el centro de Bruselas- de Leopoldo II rey de los belgas y en su momento también rey del Congo belga (….) En un desafío y un amenaza directa a la identidad de los belgas, y por detrás de ello a la de todos los países europeos, léase también la nuestra (….) No discuto no entro al trapo (con ellos) en el tema, y me refiero a la actitud (obcecada) de ciertos sectores patriotas/españoles que parecen haber encontrado una coartada preciosa (y como anillo al dedo) en la historia de los belgas –que me diga en la vulgata que circula por su cuenta- , y en particular en la figura del rey Leopoldo II dándonos por su cuenta y una y otra vez lecciones (sabrosa) de moral y también de Historia (…) 

Sin darse cuenta que obrando así no hacen mas que tirar piedras sobre el propio tejado, léase su propia historia (que es también la nuestra) Con varios siglos de retraso además, porque si hay algo que llama la atención de historiadores es el silencio –el que calla otorga- tanto de la opinión publica en España como en sus instancias rectoras ante la colonización belga en África (como en todas las otras) Y sirva a penas de mentís frente a aquellos detractores y de ejemplo de lo que aquí decir quiero la Guinea ecuatorial española desde mucho antes que el Congo belga, y que llegó a ser provincia española. “Pelea de negros en un túnel”, ese era la imagen favorita de Monseñor Lefebvre en su conferencias semanales a los seminaristas de Ecône, y en alusión (sin el menor complejo) a cuestiones o asuntos o  empresas a las que no se veía luz ni salida ninguna, y es lo que mas se echa en falta sin remedio abordando esta cuestión tan espinosa. Fruto sin duda –en su alusión- de la propia experiencia, de su trayectoria colonial de arzobispo (y delegado apostólico) de Dakar, en el África occidental francesa (en la época que precedió inmediatamente a la descolonización y a la independencia) “Maestro de Flemalle”, así comparaba (elogiosamente) Eugenio Montes en su artículo memorable “La Vuelta del Duque de Alba” –que leí hace ya la friolera de cincuenta años en una especie de incunable como así aparece hoy en visión retrospectiva, el titulo –una antología de textos mas que nada - “Falange y Literatura”. 

Y era esa comparación tan acertada del rey de los belgas con aquel célebre primitivo flamenco, “porque (añade aún Eugenio Montes) cuando Sir Stanley (el célebre explorador) volvió del Congo, le mandó llamar para que le contara como era la selva vírgen”. Un artista y un soñador, y un visionario –como lo fue (mutatis mutandis) Enrique el Navegante- eso es lo que fue mas que otra cosa el rey de los belgas (…) Y un gran hombre de estado al que los belgas deben una larga era de paz y prosperidad, y también monumentos y realizaciones urbanísticas de lo más grandioso en su capital. Bruselas. Por eso y mucho más se me quedó atragantada desde el principio esa campaña innoble de prensa en la que la figura del monarca se ve envuelta. ¿Dinastía venida del frío? Milagro de Realpolitik, la independencia belga dando cuerpo y visibilidad –y personalidad- a la última representación del Imperio español en Europa (aunque los belgas o muchos de ellos finjan no darse cuenta) (…) Esa es mi postura –desde que puse el pie aquí- y esa sigue siendo mi apuesta. A favor de un estado soberano (por pequeño que sea) y de un país amenazado en su identidad –y en su memoria- por la inmigración negro/musulmana en masa. Léase por la invasión silenciosa. Y por la tempestad iconoclasta –en flamenco, ”beeldenstorm”- que se esta fraguando de nuevo. Entonces como ahora (…)

 

Bonifacio Ondó Edu, fundador y líder del MUNGE –Movimiento de Unidad Nacional de Guinea Ecuatorial- con el que concurrió en las primeras elecciones de septiembre de 1968, inmediatamente anteriores a la Independencia, y de dudosa transparencia –y legalidad-, en las que fue declarado vencedor el IPG de Francisco Macias, lo que le costaría a aquél la vida, declarado muerto por suicidio poco después en la cárcel donde se encontraba a cargo de su carcelero, Teodoro Obiang, sucesor más tarde de Macías. La (calamitosa) descolonización de la Guinea Ecuatorial (española) –como la del Sahara occidental (español)- fue una más de las tristes secuelas de nuestra derrota en el 45. Digan lo que digan Stanley Payne y Pío Moa (….) Como lo fue la independencia del Congo para los belgas

 

lunes, octubre 19, 2020

¿RECONCILIACION CON EL ISLAM? (A ALAIN SORAL)

 

Alain Soral. La idea matriz –o una de ellas- de su lucha y de su mensaje (“derecha de los valores e izquierda en lo social") de la reconciliación en suma con el Islam (sic), lleva plomo bajo el ala tras el suceso sangriento de Conflans-Sainte-Honorine, lo reconozca él o no lo reconozca. Las sociedades occidentales -la francesa como la española- tienen de asignatura pendiente la reconciliación, eso es cierto. Pero la reconciliación -con la inmigración árabe y norteafricana- choca como obstáculo mayor con la Charia o ley islámica. En la vida en sociedad como en todos los aspectos –incluso los mas íntimos- de la persona. En aras de la reconciliación pues: ¡ABAJO EL ISLAM!, léase, ¡Fuera el Islam de la vida publica (en Europa)!

La tentación es fuerte ante lo sucedido en Francia de meter la cabeza debajo del ala, de hacer como que no va con nosotros la cosa, como que España no es Francia, y de tratar de mirar para el futuro (sic) a toda costa y evitar –a todo precio- el odio etcétera, etcétera, que nos recuerda a algunos el tancredismo de triste recordación en temas y asuntos sensibles como lo es la ley de la Memoria histórica. Nada será ya igual a partir de ahora, como sea. Y si haya sido precisa una cosa así tan horrible y tan macabra para que algunos se nos caigan de los ojos las ultimas vendas o escamas que nos quedaban, O felix culpa! O como reza el dicho castizo, no hay mal que por bien no venga. Nada será igual ya digo, a comenzar por nosotros mismos, por nuestra manera de pensar, de analizar la actualidad, los acontecimientos de la crónica diaria como venimos haciendo en estas líneas. Exigencia –y urgencia- de aclaraciones y puntualizaciones necesarias. De definición, para dejarnos de eufemismos. En grandes –los más

sábado, octubre 17, 2020

DECLARACIÓN DE GUERRA ("SANTA") EN FRANCIA


Conflans-Sainte-Honorine, teatro del hecho terrible que en Francia se acaba de producir. Pegando a Paris y a la barriada (antes obrera) de Saint-Denis, donde aún se sentía –yo así lo sentí- la presencia en el recuerdo de Jacques Doriot, gran figura de la Colaboración, que vivió y se movió por allí. Y donde dejé buenos amigos de los años que allí viví, que seguro se acuerdan todavía de mí. Pese a las apariencias

Viví en Conflans-Sainte-Honorine (1980-1982), en el extrarradio Noroeste (banlieue) de la capital francesa, junto al Sena. Unos años de mi vida turbulentos -en la desobediencia (canónica)- y agitados e inolvidables que viví -y aún vivo en el recuerdo- sotana puesta y testa al viento y sin que me pesase (en demasía) ese sudario –de fracaso y de derrota- que llevaba puesto. Y por eso tal vez –y que nadie me malinterprete- me embarga fatalmente ese acceso de nostalgia ante la noticia. Por cuenta de mi juventud perdida (sin duda ninguna) Por eso seguro que he sentido tanto como si me hubieran atacado personalmente, a los míos o a mí, la noticia (terrible) del degollamiento en plena vía pública por unas caricaturas “del profeta”, de un profesor de historia que podía haber sido uno de los amigos que dejé allí,  de los que me separó sin duda mi gesto de Fátima porque no volví a tener noticias de ellos nunca más. No importa. Sirvan estas líneas de mensaje de reconciliación, con ellos y con todos o casi todos los que traté aquellos años (ya idos) en Francia que veo hoy sin remedio en el ojo del volcán o en el blanco o en la mirilla o en la primera línea de esta nueva amenaza que se nos viene encima, la más grave tal vez -por lo global- en los últimos siglos de historia.

viernes, octubre 16, 2020

SUDETES, ASIGNATURA PENDIENTE (de revisión)


Anexión (Anschluss) de los Sudetes. El Führer entra (en triunfo) -30 de agosto de 1938- en la localidad de Asch, junto a Karlsbad, la capital (hoy Karlovy-Vary, tras la expulsión en el 45, al final de la II Guerra Mundial, de la población de lengua alemana, Deutschvolk) Los Sudetes son una laguna flagrante y clamorosa en la enseñanza oficial y en el sistema educativo español, agarrotados por el cuento de buenos y malos de la memoria oficial (marca España) sobre la II Guerra Mundial, sin ser capaces siquiera de localizarlos en el mapa, ignorantes –yo y muchos como yo- que no se trataba (sólo) de una región, sino (sobre todo) de un área lingüística, de lengua alemana, extendida a lo largo de la zonas fronterizas -con Alemania y con Austria- de la antigua Checoslovaquia (en sus diferentes grandes regiones de Bohemia, Moravia, y Rutenia y Eslovaquia) Laguna inexcusable a la vez. Porque por ahí empezó todo: los orígenes (lo mas prístinos) del nacionalsocialismo –y del NSDAP-, y porque fue uno los casus belli –junto con Danzig- de la II Guerra Mundial

Teschen –en polaco Cyeszyn- “el otro Danzig”, casus belli (que al final no lo fue) en la Segunda Guerra Mundial, que invoco el Mariscal Petain en la propaganda de  Colaboración (y del régimen de Vichy) y en su defensa del Armisticio (que le valio su condena al final de la guerra) Nombre de una localidad –históricamente la capital del condado del mismo nombre, enclavada en la confluencia de las fronteras checa, polaca y eslovaca. Y para complicar aun más el laberinto geográfico, antiguamente –antes del desenlace de la I Guerra Mundial-. bajo dominio húngaro, como toda la Eslovaquia, bajo la monarquía bicéfala (o Imperio austro/húngaro) Los polacos, de un plumazo, simplificaron las cosas anexionándose la plaza en vísperas de la Segunda Guerra Mundial (octubre de 1938), sin la menor reacción de “la comunidad internacional” (como se dice ahora), mientras que la salvaguarda de las fronteras polacas llevó a la declaración de guerra de Francia y de Inglaterra, justo después. Y para complicar de nuevo las cosas -¿a posta?-, el mismo nombre designa actualmente dos localidades tras la partición lingüística que tuvo lugar –uno del lado checo y del lado polaco la otra- tras la Segunda Guerra Mundial, cuando las demarcaciones fronterizas en aquel enclave volvieron a su estado original (de antes de la I Guerra Mundial) Asignatura pendiente, esa, como los Sudetes, y como tantos y tantos capítulos o episodios de la II Guerra Mundial que la enseñanza oficial-desde los tiempos del régimen anterior- se dejó a deber a los españoles, y sobre todo a las nuevas generaciones. Por miedo sin duda de salirse (ni un renglón) del cuento de buenos y malos -vencedores y vencidos-que rige desde entonces, sin la menor voz discrepante o disidente, entre españoles. Versión oficial de la Segunda Guerra Mundial y entrega –por decisión de Franco- de Pierre Laval, la misma pregunta se impone: ¿tanto nos pedía la neutralidad oficiosa (o “no beligerancia”)? ¿Una actitud propia de “vencedores” (como algunos nos ven contra la más elemental evidencia? La pregunta ahí queda, Stanley Payne y Pio Moa (….) Que mi respuesta aquí todos ya la saben. Tributos o vasallajes –en el plano internacional- de nuestra derrota –política y también militar-, en el 45.

A la derecha de la foto, Monseñor Tiso, líder del estado de Eslovaquia independiente, satélite del III Reich. “Prelado de su Santidad” –de ahí su tratamiento episcopal-y no propiamente obispo, fue director de seminario, profesor del colegio de los padres escolapios de su localidad, y gozó siempre de la confianza del papa Pío XII. De una trayectoria particularmente trágica, al final de la guerra fue apresado y murió en la horca (18 de abril 1947), condenado por “crímenes de guerra” y victima a la vez de esa criatura artificial que fue la Checoslovaquia, subproducto del desmembramiento del Imperio austrohúngaro y del tratado de Trianon (4 de junio de 1920) en el marco del tratado de Versalles. En la Eslovaquia actual tras la caída del Muro, la memoria de Monseñor Tiso es objeto de rehabilitación (dentro y fuera de la Iglesia católica)

(CONTINÚA)

miércoles, octubre 14, 2020

BELGICA Y LAS MENTIRAS DE ULISES (2)

 


Nuevo y último episodio en la serie de la guerra civil europea (de memorias) en Bélgica. Francois Bovesse (en la estampa fotográfica), otro de los iconos de la memoria oficial de la II Guerra Mundial en Bélgica. Auditor militar (del ministerio fiscal en consejos de guerra) tras la Primera Guerra Mundial, y más  tarde ministro de Justicia, en las elecciones del 11 de abril de 1937 se enfrentó directamente a Leon Degrelle. Gobernador de la Provincia de Namur, regionalista  valón (anti-flamenco) y abogado en ejercicio, fue muerto (el 1 de febrero de 1934), victima de un atentado rexista en represalia por la muerte (dos días antes)  del líder rexista de Namur –junto con su esposa-, Edgar Gignot. Figura sobresaliente del partido Liberal, Bovesse era masón, miembro de la Logia de Namur, del Gran Oriente de Bélgica (Continúa) 

lunes, octubre 12, 2020

DÍA DE LA RAZA

 

12 de octubre Día  de la Raza, en medio de un recrudecer de la guerra (a todo arder) de Memorias en la América ex/española. Pedro de Valdivia (en la foto), gran conquistador español de Chile, de una trayectoria de grandes hazañas guerreras (entre ellas, la guerra de los comuneros a las órdenes de Carlos V, y el Saco de Roma) y fue fundador de Santiago, Concepción, La Serena, Valdivia, La Imperial, y otras ciudades chilenas (las más antiguas). Fue muerto tras verse salvajemente torturado a manos de los indios mapuches. Sus leales le vengaron con la muerte del indio Lautaro. ¡Gloria a la Conquista de América!

 


 

“La otra raza salvaje, la raza indígena de la tierra americana, segundo de los elementos bárbaros de nuestra civilización, ha transmitido a sus descendientes el pavor de su vencimiento. En el rencor de la derrota, parece haberse refugiado en el disimulo taciturno y la cazurrería insincera y maliciosa. Afecta una completa indiferencia por las palpitaciones de la vida nacional, parece resignada a la miseria y la insignificancia. Está narcotizada por la tristeza del desierto, embriagada con la melancolía de sus páramos y bosques” (Laureano Gómez, presidente de Colombia, sobre los indios y los negros de su país, 1930)

 

jueves, octubre 08, 2020

Tu Amante de Saint-Jean


 

¿Loco de creer en un mundo feliz?

Felicidad al alcance (¡Ya!)

Como en la canción aquella

De la noche de San Juan

 

La de aquel mundo feliz

Y del tiempo aquel fugaz

Qu se fue para no volver

Y vuelve (¡y como!) al son de un vals

 

¡Valses de la canción francesa

De aquellos años -guerra y paz-

que dan vueltas en Carrussel

y por la Memoria (triunfal)!

 

Recuerdo de aquellos bailes

Que me hacen pensar y soñar

Cuando nos llegue –¿y por qué no?-

El turno en un baile popular

 

Cuando te estreche en mis brazos

Y no tengas ya que pensar

Y el corazón se te vaya

Por la boca de par en par

 

Tú, mi loco (y dulce) amor

Dulce cual la música de vals

De esta canción romántica

Que me hace (¡y cómo!) llorar

 

Como esos vals de verbena

Que aún nos hacen volar.

Que te traerán en volandas

cuando ya no te espero (¡es verdad!)

 

Cuando vuelva todo aquello

aquel vals (y el arte de amar)

Aquellos sueños y esperas,

Que qué es vivir sino un bailar

 

entre razas de hombres hechos

en pos de la Mujer (volage)

Como tú lo eras aún, reina

Hasta ahí, tras venirte a posar

 

a mi vera (aquí en Bruselas)

cansada de tanto volar

como volé y volé yo (hasta aquí)

tras la exposicion de Renoir (...)

 

(A ti, de tu amante de Saint-Jean)

miércoles, octubre 07, 2020

LAVAL ¿POR QUÉ FRANCO LO ENTREGÓ? (2)


Instantánea (en la foto) de uno de los atentados contra Pierre Laval, siendo primer ministro. “Yo sabía que ese ambicioso que se permitía utilizar los métodos de Moscu, iba a  conceder a los comunistas el arma sangrienta de la justicia política. Los gaullistas quieren quitarme de en medio, lo mismo que los ultras de la Colaboración. Los alemanes son cada vez mas exigentes, y el Mariscal de mi desconfía. Bonita postura. Como andar sin la red por el trapecio. Pero Hitler  me dijo un día, que en Francia dos Gauleiter estarían mas que de sobra. O sea que después de pensarlo, yo continúo” (testimonio de Pierre Laval tras el segundo atentado contra su persona, a Charles Rochat, su secretario) (en traducción libre del autor de estas líneas, procurando guardar e imitar el estilo del autor y dueño del texto, propiamente inimitable)(continúa)

(continuación)

Pierre Laval -es lo que sale a relucir  la luz del sol en la biografía de él en la que me enfrasqué hace días como ya anuncie a mis lectores- fue un hombre del pueblo. Uno de esos que los movimientos fascistas -o fascistizados- tanto echaron de menos dentro de España y también fuera de ella. Pero sobre todo de puerta para adentro (de nuestras fronteras) ¿Señoritos enemigos del pueblo los falangistas en el clisé que les quedo como pegado a la piel y que les persigue –o nos persigue- a sol y a sombra? Es posible y como quiera que sea, es una prueba más de lo que tuvo de lucha de clases la guerra civil (y lo que la desencadenaría) entre españoles, y al mismo tiempo, de ese drama social (sic) de apariencia irresoluble (el nuestro) que traduce un problema –o una falla o factura- de orden racial (sic) como lo advirtió proféticamente el escritor fascista francés Drieu la Rochelle, que recordé en su momento en este blog lo mismo que en mi libro “Krohn el cura papicida” Y en esa óptica o perspectiva se alza y destaca como digo la figura de Pierre Laval, con su boina, sus cigarros en permanencia en la boca (llena de humo). Y ese aire rural y agitanado todo él –como él mismo lo reconocería-, de chalán o tratante de ganado que es lo que empezó siendo antes de meterse en política con una idea fija en la mente y es que discutiendo y hablando se entiende la gente, como él supo demostrarlo con el interlocutor mas difícil del tiempo aquel, el propio Führer en persona (…) 

¿Qué es lo que vió lo que le atrajo de él a Adolfo Hitler al punto que de su mantenimiento en el poder en el régimen de Vichy, Hitler hiciera (propiamente) una cuestión de principio? Y no es aventurado el conjeturar que fuera ese toque de campechanía (autentica) que despedía  el político francés de lejos o de cerca. Que desarmaba irresistiblemente hasta sus más enconados enemigos. Eso, o algo más y aquí va mi idea, como una apuesta. Y fue sin duda el prestigio y fuerza de imantación  que da hoy como ayer el brillo de le lengua y la cultura (y civilisation) francesas, que a fe mía brillaban a más no poder en Pierre Laval en su francés escrito como hablado y no hay más que echarle la vista encima a cualquiera de sus escritos -y a sus memorias- para confiar lo que digo. Y era por un lado, esa fuerza de irradiación natural del francés, y por otro el brillo o reputación que sufren –como un influjo fatal-los vencedores en presencia de los  vencidos (….) Y el Führer de una Alemania en fase de cuarto creciente (aún entonces) parecía literalmente subyugado ante aquel individuo (francés) con todas las apariencias de pertenecer a un raza/inferior –conforme a los clisés y baremos vigentes en la ideología nazi- y que no mostraba reparo no obstante -ni miedo ninguno- en expresarse con toda naturalidad y espontaneidad y franqueza en presencia de aquél –y de sus más próximos que les acompañaban en sus entrevistas-, en alemán y recurriendo al francés con toda naturalidad y espontaneidad en un clima de bonhomía desbordante y siempre con la sonrisa en la boca. ¿Un político marrullero, oportunista, avezado en las lides parlamentarias y de una capacidad de enriquecimiento prodigiosa (y vertiginosa) en la imagen (de corrupción) que arrastraría a sol y a sombra y que hizo de él la figura más impopular de un régimen –el de Vichy- condenado y arrojado para los restos (como diría Trotski) “en las alcantarillas de la Historia”? 

Y de entre todo aquel oropel u oriflamas de un personaje falso, fatuo, politiquero, de pega (…) no es difícil apartar o separar –como el grano de la paja- su faceta seria solvente y auténtica. De doble vertiente además: del pacifismo por un lado, de un pacifismo (germanófilo) de la época aquella (de entreguerras) –cualquier parecido con el pacifismo contemporáneo pura coincidencia (….)- en la más pura tradición de la diplomacia francesa de la Tercera República, y en la línea de Arístides Briand (fuera de toda sospecha, ogro mayor en los panfletos y propaganda de la Acción Francesa), a la sombra o en la órbita del cual Pierre Laval se mantuvo (fiel) desde los inicios de su carrera política (---) Y por otro lado, su faceta más enigmática e interesante si cabe, habida cuenta de su trayectoria, tratándose de un político que venía de la izquierda, y algo ilustrativo a la vez de una particularidad de la que dio muestras más si cabe que en otros países europeos la Colaboración en Francia, y era la afluencia de adherentes -proporcionalmente más numerosa e importarte comparado con otro países-, que engrosaron la filas de la Colaboración francesa, procedentes de la izquierda, e incluso de la extrema izquierda (…). 

Y eso explica sin duda como digo –aunque sólo a medias- esa otra faceta política e ideológicamente auténtica e interesante (en grado sumo) de la figura y de la trayectoria de Pierre Laval y me refiero a su anticomunismo. Lo que da cuenta a su vez de sus lazos con otra figura de la Colaboración de un perfil -del comunismo (staliniano) a la Colaboración- tan distinto del suyo, y lo es Jacques Doriot, líder de extracción obrera -de Saint-Denis, en el extrarradio Noroeste de la capital francesa- y figura del mayor realce del comunismo francés en sus orígenes, que acabó rompiendo con Stalin. Un anticomunista sincero, Pierre Laval, el antiguo socialista, como lo puso de manifiesto su posición indefectible desde el principio hasta el final -del lado del bando nacional- durante la guerra civil española (….),  y lo que recibió en pago entre españoles de todos es sabido. 

Y la semblanza de Pierre Laval que en estas líneas se vierte quedaría a fe mía (injustamente) incompleta sin hacer mención de otra faceta o aspecto de la figura del político francés tal y como se pondría de relieve en algunos de los episodios que surcan como a modo intermitente la fase mas visible y difundida de su trayectoria. Y es la de un perseguido. Blanco y víctima de atentados de los que lograría sobrevivir hasta acabar delante de un pelotón de ejecución, entregado por Franco a las autoridades francesas (…) Y esa es una faceta en la que por motivo que aquí ya expliqué me siento en el derecho y en el deber de darme por aludido. Y no es propiamente como lo pensarán aquí algunos por mi gesto de Fátima contra el papa JPII, sino por los ecos o interpretación que aquello les merecería a algunos. Y estoy haciendo alusión al atentado contra Laval de Paul Collette, del que hice mención en uno de mis artículos, y al que aludió, comparándolo (generosamente) conmigo y con mi gesto, el escritor francés Alphonse Boudard en un programa de la televisión francesa (TF1) Y era éste laudable en su intención –y así lo vi y lo asumí hasta hoy- pero la comparación tras la lectura de la biografía de Laval me parece (hoy) inexacta y propiamente injusta. Y es que Laval salió malherido de aquello, de lo que consiguió sobrevivir –en sala de operaciones- casi de milagro (y con un bala alojada en el cuerpo hasta el final de sus días) Con la circunstancia además que Laval perdonó en el acto a su agresor evitándole así su condena y ejecución (casi segura) 

Y es no obstante altamente simbólica –y cargada de ironía sangrienta a la vez- la condecoración de la que su agresor se vería objeto en la época del presidente Mitterrand, de manos del ministro (socialista) del Interior, y como un acto de la Resistencia y no de "un ultra de la Colaboración", que es de lo que Paul Collette (en el consenso más reciente) daba sobre todo muestras. Y ello si se compara con la suerte que se vería reservada su víctima, Pierre Laval, blanco de un primer atentado por instigación de De Gaulle, que hizo de él objeto de una vindicta política. Pierre Laval IN MEMORIAM (continúa)   

sábado, octubre 03, 2020

BELGICA Y LAS MENTIRAS DE ULISES (2a Edición) (Completa y aumentada)


Victor Matthys. Número dos de Rex y jefe supremo del movimiento rexista –en la ausencia de Degrelle (en el frente del Este)- hacia el final de la guerra. Principal acusado (y condenado a muerte y fusilado) de la matanza de Courcelles- en represalia por el asesinato del hermano (inválido) de Leon Degrelle (en el mostrador de la farmacia de su localidad natal de Bouillon, donde trabajaba) -, como otros farmacéuticos indefensos detrás del mostrador, estamento ganado (en masa) a la Colaboracion y blancos de predileccion de la estrategia (criminal) de la Resistencia belga-, y por el asesinato del acalde rexista de Charleroi (junto con su mujer y su hijo), en un contexto calcado o casi (no se les escapará a mis lectores españoles) del de las Trece Rosas madrileñas (...)-, igualmente en un atentado salvaje y criminal de la Resistencia. Hijo de viuda y antiguo alumno de la universidad (católica) de Lovaina, Matthys bizarramente asumió los actos de los que se le acusaban ante el tribunal que le condenó a muerte –junto con otros participantes, en número de 27, todos ellos ejecutados (10 de noviembre 1947) “Pensamos y decidimos que teníamos el derecho de defendernos” ¿Crimen atroz? Mentiras de Ulises salpicando una detrás de otra esa historia de leyenda (como tantas otras)


"Gran Felón" (y gran "traidor") -como Degrelle del otro lado de la frontera linguistica- en la Memoria (oficial) de los belgas, Rupert Jan Verbelen, de las Escuadras Negras y de la Algemene SS Vlanderen (SS flamencas). En mis primeros años de estancia en Bélgica (28 de octubre 1990) oi en la televisión belga flamenca la noticia con gran cobertura y atención y sin juicios condenatorios, de fuerte repercusión, y era de su muerte en Austria donde tras la guerra había encontrado refugio, en libertad, después de haber  sido absuelto por los tribunales de allí, de cargos de crimen de guerra. Se le acusaba de la muerte de un alto cargo financiero –director de la Génerale de Banque (principal banco belga)-, en venganza por la muerte de un camarada, en atentado de la Resistencia. ¿Quien a hierro mata a hierro muere? El que este libre de pecado que tire la primera piedra

 

Un canónigo de Charleroi (en la foto) entre las victimas de la matanza de Courcelles, al que se rinde –como a las demás victimas del acto aquel- todavía hoy culto de martirologio en Bélgica. Botón de muestra de una (ruidosa) particularidad belga, y fue la participación de eclesiásticos –vistiendo habito- en la Resistencia. Como lo ilustra también el caso del Frente de la Independencia (FI), entre cuyos dirigentes figuraba un eclesiástico también. Una formación pantalla (el FI), de cobertura de grupos armados, fundada –y controlada- por el Partido Comunista belga, entre cuyos dirigentes figuraba un eclesiástico también. . Signos precursores –y coartada a pedir de boca- del compromiso católico/marxista en el Concilio Vaticano II

(CONTINÚA)

 

(continuación)..../....

Cuando me disponía a cerrar esta entrada –con el texto que le faltaba aún- cae ante mis ojos (desprevenidos) la última edición del “Soir Mag", suplemento grafico del diario “Le Soir”, puntero (y decano) de la prensa (papel) en Bélgica francófona, con un reportaje anunciado en la portada, foto acompañando y en primera plana, bajo el titulo "La Resistencia en Bélgica", con nota a modo de introducción de uno de los miembros del centro histórico –estatal (CEGESOMA)- versado en la Segunda Guerra Mundial que reza (¿a modo de advertencia?): “mientras que en Francia y en los Países Bajos todos los jóvenes escolarizados conocen los héroes de la Resistencia nacional, Jean Moulin y Hennie Schaft, la Resistencia brilla (casi) por su ausencia en la Memoria colectiva de los belgas” 

Y a la lectura del reportaje parece como si se quisiese dar razón a los escépticos, incrédulos (no creyentes), de los que el autor del artículo tanto se lamenta. “Al final de la Ocupación –dice en medio del relato el historiador aludido- se instala una zona gris entre bandidaje y Resistencia” A confesión de parte, eximición de pruebas. Y a la mente nos viene ipso facto el caso de Paul Colinya mencionado en este blog (en su versión francesa)- periodista, escritor y editor, y brillante critico de arte- comprometido en la Colaboración y muerto (asesinado) (el 13 de abril 1943), de noche y en tiro por la espalda-, acusado de delación, y a manos de un joven estudiante de la Universidad Libre de Bruselas (con derecho a un sitio de honor en el callejero de la “commune, Ixelles, en donde resido), donde funcionaba –entre su personal docente (nota bene)- un comité “contra la Colaboración Intelectual” –con un Grupo G (armado) de apoyo (…)- encargado de dar nombres, en plan de denuncia (y emplazamiento y acusación, y vindicta), con pruebas o sin ellas (….) Y en el caso de Paul Colin hasta hoy no aparecieron estas últimas, hasta el punto que tales (flagrantes) imprecisiones, dejan la impresión –con un regusto o sabor amargo en la boca- que lo que valió su (sumaria) ejecución fueron sus ideas, sus escritos y sus posturas –publica y notorias- que ilustra a falta de otras pruebas como digo, el bigote hitleriano que luce (omnipresente) en las fotos que a su nombre –y  en prueba de cargo- circulan en la Red, o circulaban hasta hace poco, de nuestros días.


Paul Colin. Periodista, escritor (brillante), crítico de arte (y director de una galería) Dirigía además la revista “Casandra", en la órbita de la Colaboración. Fue condenado (en secreto) a muerte –y ejecutado (de noche y a tiros por la espalda) (13 de abril 1943) por un joven estudiante de la ULB (Universidad Libre de Bruselas)-, acusado de delación (sin pruebas concretas) y (sumariamente) ejecutado, por el Grupo B (de acción) del “Comité contra la Colaboración intelectual” funcionando entre el personal docente de la dicha universidad. Paul Colin venía de la izquierda (laica y librepensadora) 

No es un caso aislado el de Paul Colin, sino emblemático –y sintomático- en extremo mas bien, lo que explica que su nombre surja fatalmente tantos años transcurrido cada vez que se aborda el tema. Y lo que acentúa lo significativo en esta víctima de la Resistencia (belga) –como fue el caso, ya señalado en otras entradas de este blog de la Colaboración  en Francia y en otros países europeos (por cima de los Pirineos)- fue el que procediera de la izquierda (laica, socialista) La excepción que confirma la regla, y la regla fue lo que tuvo de guerra de religión (Dominique Venner díxit) –sobre todo en Bélgica país (mayoritariamente) católico, a los dos lados de la frontera lingüística)- “la guerra civil europea” (Ernst NOLTE). De católicos contra protestantes. Traducido sobre todo en una lucha o guerra de memorias que hace aquí (doy fe de ello) estragos todavía (…) Los rexistas eran católicos, alumnos o antiguos alumnos de la Universidad (católica) de Lovaina, sus figuras mas destacadas, y el caso de Leon Degrelle, miembro y dirigente juvenil de la Acción Católica nos exime de mayor abundamiento) 


Cardenal Van Roey (pronunciado con u) en la foto con Leon Degrelle antes de su ruptura, por “el golpe de báculo” (coup de crosse) que el santo/prelado propinó al líder rexista y a su movimiento (REX) entrando (decisiva y escandalosamente) a saco en la campaña electoral belga (11 de abril 1937) Van Roey era flamenco e inauguró en Bélgica una tradición (hasta hace poco) de primados flamencos –“flamingantes” (nacionalistas)- como lo ilustraría su posición (flagrantemente) partidista -a favor de  los nacionalistas vascos- durante la guerra civil española. Y bajo su (augusto) patrocinio -tales aguas, tales lodos-, vinieron (refugiados) "los niños (vascos) de la guerra" a Bélgica, tras el bombardeo de Guernica y la formidable campaña de prensa que aquello desató en la opinión publica europea

Y lo eran también los nacionalistas flamencos por supuesto. Y aquí ya evoque hace años en una de mis entradas la biografía del capellán (oficioso) del VNV -Odiel Spruytte-, la mayor formación nacionalista flamenca de aquellos años (de guerra) al que cabe atribuir la postura insólita y emblemática al mismo tiempo del líder de aquella, Staf de Clercq, en contra de los nacionalistas vascos –y de su entrada en la guerra civil en el bando republicano- con ocasión de la campaña (a favor de los rojos) que desató en la opinión publica el bombardeo e Guernica (….) Y el caso del primado de Bélgica Van Roey –y de su escandalosa beligerancia política (anti-rexista)- es la otra gran –e insólita- excepción a lo que aquí decir estoy queriendo (…) Y esa es a mi juicio la clave de explicación histórica del fenómeno que vengo observando absorto todos estos años de mi residencia en Bélgica (….) 

Y lo es la triste figura de vencidos y derrotados –y en suma, a la defensiva- que ofrece el catolicismo belga, a nivel del estamento seglar como en su jerarquía. Y es en su confrontación histórica –hasta hoy- con protestantes y laicos (librepensadores) acuartelados (un decir) en la ULB (Universidad Libre de Bruselas) (….) Ilustración a penas de un fenómeno de carácter más general o universal y referido a otros países, que se remonta sin duda a la Segunda Guerra Mundial, pero que no hizo más que acentuarlo después –como los señaló en artículo que aquí cité el polemista francés Alain Soral- el Concilio Vaticano Segundo.