martes, mayo 21, 2019

Soldados de amor

Bailando en el trapecio
Salto mortal hasta el cielo
Así se coció mi existencia
Infierno en la Tierra, ¿espejo?

De lo que nos espera
a la vuelta del trayecto
entre la Nada hedionda
y la Muerte (de los sueños)

De ese sueño que no muere
y que vuelve (¡tan contento!)
cuando llega al fin la hora
como un nuevo/sacramento

En los que aún queden
sobrevivientes, sólo "un resto”
en los desposeídos de todo:
de su identidad ¿en serio?

Que (aún viejos) son presentes
en el cruce de mil fuegos
en la gran Batalla final,
hora de La Verdad ¡Silencio!

De la batalla (survivals)
y de la Victoria ilesos:
sobrevivientes (rescapés)
de milagro en alma y cuerpo

Al precio de la preparación,
del más duro entrenamiento
de aprender a sobrevivir
en la Noche de los Tiempos

¿Fin de los Tiempos, del Mundo?
La palabra al héroe irredento
luchador indómito y campeón
entre vivos y entre muertos

Que nos llevará en volandas
a la batalla global (sin miedo!)
que se anuncia –¡no temas mi amor!-.
aquí en casa y a lo lejos

¿Heridas de guerra o de amor?
¿Qué sabe el poeta de eso?
De lo que luché –y sufrí- por ti, eso sí sé.
¡Soldados de amor tú y yo, mi cielo!

martes, mayo 14, 2019

¡Bruja!

“”
Lo dijo el personaje aquél
-"¡Despacio, despacio, tengo prisa!-
salido de una Historia azul,
fantasma de mis lecturas

fantasma de aquel pasado
(lo que fue ya no se olvida)
que quieren hacer borrar
en la memoria y en la vida

y aligerando así el paso
-reposado tú ¿quién lo diría?
todo con calma (a su tiempo)-
es como cargo baterías

Como si agarrándolo al vuelo
el Tiempo que por ahí circula
sin decir hola o adiós
nos hiciera al fin compañía

Y se parase él a ayudarnos
a crecer y a vivir (¡poesía!)
marchando al fin juntos los dos
en las duras (y maduras)

Tiempo que huye, sí -¿y por qué?-
que huye sin culpa mía alguna
que quise pararle de buenas
viviendo intensamente al día

¡Vivir el instante eterno
en mi larga singladura!
¡eso fue lo que yo quise
esa fue toda mi culpa!:

hora del balance y miro atrás
medio perdido en mi ruta
y ante el enigma insondable
¿Grande Obra o loca aventura?


¿Obra? Lo que yo hice amor de ti
en mis versos y en mi rima
Que no hay más que verte hoy
Tan segura e imprevista (---)


¿Locura de mi amor por ti,
Pura e insensata locura?
Poeta y ligón (dragueur) ¡eso fui!
Y modelo de cordura (…)


Por eso salí hoy huyendo
¿de ti o de mi? ¡De las Furias!
Conjurando así el nublado
que levantó en mí el verte ¡Bruja!

viernes, mayo 10, 2019

RUBALCABA TESTIGO DE MI EXPATRIACIÓN

Fallece Alfredo Pérez Rubalcaba. Que pongan en su epitafio, no me caía mal, nunca conseguí llegarle a odiar (...)

lunes, mayo 06, 2019

Pobre "Clown"

En el circo o teatro/mundo
y en el centro de la escena
(¡reconoce y no seas tímido Juan!)
¡Ahí es donde te encuentras!

Y cuando así al fin lo asumas
se encenderán mil centellas
en el cielo gris y azul
y en ti mismo (y en tus venas)

Y es lo que anoche ví allí
(¡Cabo de Mil Tormentas!)
en la noche sola y fría
de luces de candilejas

Cuando otra vez acudí
puntual y en plan de espera
al mismo sitio (café/bar)
donde vendrás, tú “miñona”

Segura de tus encantos
de tu agarre o gancho, ¡tan mona!
segura que eres la reina
lo fuiste y eres ¡no seas boba!

Que tú, mujer, no te engañas
(¡yo tampoco no te creas!)
de esos líos y esas intrigas,
locos ¡sin pies ni cabeza!

De niñatas y de viejos
jugando y bailando a mi costa
O a mis sueños -¡pobre clown!-
en la vida (y en su prosa)

Y soñando vuelvo en mí
aunque raro te parezca
“que se ve lo que se cree”,
(leo en la tarde desierta)

Y es que sueño, luego existo:
esa es la Verdad, no hay otra
y es porque me haces soñar
que me veo en esta guerra

Y en la otra que desató en mí
la crisis sin avisar (¡fea!):
de lo que se acerca, pronto (…)
¡Bienvenidos los Setenta!

sábado, mayo 04, 2019

UMBRAL, LEOPOLDO DE LUIS Y LA GUERRA CIVIL

Anselmo de la Iglesia Somavilla ¿se parece menos Umbral a él, que a Leopoldo De Luis? ¿Más parecido físico el del "rojo" de León que el del falangista de Valladolid? Es el debate imposible e inverosímil (y sospechoso sí o sí), sobre la identidad del padre biológico del escritor, en el que por razones que se nos escapan, los poderes culturales (fácticos) de la España actual –con el ministerio homónimo al frente- parecen querernos embarcar por cuenta del escritor tan inclasificable como genial ¿Campaña meramente publicitaria, o de guerra de propaganda, de rojos contra falangistas –y con un rollo detrás de complejo de culpa ("leonés") como no hay dos-, en el marco de la guerra civil interminable, y la Moncloa en todo ello detrás? Se admiten apuestas
Vuelta y dale. El padre de Francisco Umbral, la saga interminable. Optaba por pasar página, pero el artículo sobre el tema que se cruza ante mis ojos navegando en Internet, me hace pensármelo dos veces. El articulo en sí, por su contenido y por la firma de su autor (y demandante) Cui prodest? ¿A quien sirve el crimen o delito (de suplantación) o lo que sea? Es lo primero que salta a la vista y que me vine a la mente a mí ante la semblanza geográfica del autor de aquel, Ernesto Escapa, leonés de pura cepa por lo que él cuenta. Umbral y la provincia de León, lagarto, lagarto, la querella insondable, tan insondable como interminable del celebre escritor que salió huyendo de allí, sin dejar amigos –lo que cuentan de él los que allí lo recuerdan (como en uno de los artículos de este blog no deje de consignar)- y se ve ahora objeto de una furiosa batalla –de guerra literaria, mas que eso de propaganda- por parte de algunos leoneses –tal vez de los mismos que le rechazaron y echaron de allí- buscando a apropiárselo post mortem a toda costa. Pensaba, mi palabra, dejarlo estar, pero me retiene y me impulsa a darle de nuevo a la tecla sobre el tema un nombre –el de Victoriano Crémer- que surge (espectral) como en los alrededores este artículo de tanta sensación, y de los otros títulos de su autor.

En relación estrecha con uno de los episodio mas enigmáticos y poco esclarecidos en la biografía de Francisco Umbral, tal y como lo evoca en forma sucinta y un tano somera o lo que es lo mismo incompleta Ana Caballé en su biografía sobre el autor –“no autorizada”- que me habrá merecido, el episodio en cuestión como la obra entera, ya innumerables glosas. Y me refiero a las circunstancias (tan traumáticas) que acompañaron a la salida intempestiva (como lo fue en verdad) de Francisco Umbral de la capital leonesa, que le merecen a la autora citada varias paginas, sin desentrañar no obstante el enigma o el misterio en verdad de todas todas. En mi libro, resultante de una tesis (fallida) de doctorado, y en mi análisis sobre el asunto, abundo sobre ello pero de una forma que leído y releído una vez tras otra no me acaba de contentar (continúa) Le echaba yo, a las ancas de Umbral, las culpas de todo aquello –en la persona del gobernador civil (de camisa azul)- a los falangistas, uno de los vectores de poder en el León y en la España de entonces. Se me escapaba otro vector, igual o más entonces de poderoso e influyente, y la liebre al respecto la levantó lo que leí de la presentación del libro de Umbral “Capital del Dolor” -que da precisamente titulo al articulo que aquí nos propusimos abordar-, y lo fueron las declaraciones de Tchiqui Benegas del PSOE, vallisoletano además, y uno de los asistentes a aquel acto, en reacción a todas luces a los ataques que –acorde a lo que escribe en ese libro- fulminó entonces Umbral, centrados casi exclusivamente en los falangistas, sorprendido e intrigado aquél sin duda por tamaño ejemplo de sectarismo y de parcialidad (tan visceral) Y fue su alusión a la Iglesia y a su responsabilidad (abrumadora) en la represión por parte de los nacionales en aquella localidad: en mi articulo –ya en esta entrada mencionado- “Umbral, profeta en la vida y en la muerte", me hice eco a las declaraciones de aquel tabernero leones aquí ya evocado en el artículo que acabo de mencionar y que tanto parecía saber sobre el paso –tan fugaz como tormentoso- de Umbral por aquella capital que echaba la culpa de la marcha intempestiva de allí de Francisco Umbral, a su rivalidad con Victoriano Cremer, gloria de la poesía local, y era en la calidad (de éste) de exponente emblemático de la poesía social de la posguerra y (no se olvide) de victima (represaliado) habida cuenta de su militancia de izquierdas (anarquista) antes de la guerra civil. Y lo asociaba yo con lo que había leído en la biografía de Ana Caballé de los paseos dominicales (de costumbre) por la arteria central de la capital leonesa de Umbral en compañía precisamente de Crémer (lagarto, lagarto) y de (Don) Antonio González de Lama –escritor y poeta y sacerdote (nota bene)- en el núcleo o meollo central del grupo (o "escuela") de León, cicero de poetas y escritores de tanta importancia e influencia en la poesía contemporánea (de la España de la posguerra), como un fiel amigo y lector de este blog me lo hace oportunamente notar (…) Con la Iglesia hemos topado querido Sancho. O con Victoriano Crémer, que para el caso me es igual.