viernes, abril 29, 2016

AMERICA FIRST! DE LINDBERGH A DONALD TRUMP

Charles Lindberg en la foto que le inmortalizaría del cruce en solitario del Atlantico (20-21 de mayo de 1927) en el avión que pilotaba, “Spirit of Saint Louis” Tras su proeza, se convertiría en héroe nacional de los Estados Unidos y un poco más tarde en la figura más destacada del bando pro-alemán -haciendo gala a sus orígenes de germano/americano (American German)- opuesto a la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial hasta el ataque japonés de Pearl Harbor, bajo el lema America primero, “America first” (en francés, “d'abord”) ahora desenterrado por Donald Trump que acaba de hacer público su programa -aislacionista, militarista y de “real politik”- de política exterior, en las antípodas de la política impulsada por los últimos presidentes USA tanto del lado republicano como del demócrata, y que habrá llegado a su apogeo bajo la presidencia Obama como lo pondrían al destape las primaveras árabes y todo lo que se seguiría
La historia da un acelerón del otro lado del Atlántico los días que corren con la campaña electoral americana y de pronto todo se aclara, de un pasado relativamente reciente tan hermético par españoles del país mas poderoso (hasta ahora) del planeta. Donald Trump acaba de hacer publico su programa de política exterior, que viene a despertar fantasmas del pasado de aquella nación que venían durmiendo el sueño de los justos desde hacia décadas, exactamente desde el ataque japonés a Pearl Harbor (el 7 de diciembre del 41) y la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

En la ultima novela de James Ellroy, "Perfidia", primer titulo de su nueva trilogía, se describe el ambiente que reinaba en Los Ángeles, la urbe norteamericana puesta de pronto en la linea de frente ante la eventualidad de un ataque japones contra las costas norteamericanas del Pacifico, de exaltación patriótica y de explosión de xenofobia y de racismo anti-japonés y anti-chino.

¿Por qué no atacaron los japoneses a los rusos tras el lanzamiento de la operación Barbarroja y la revalidación del Pacto Tripartito anti-Komintern (el 25 de noviembre del 41), en vez de hacerlo contra los Estados Unidos? La pregunta siempre en aire desde entonces, que cobra nueva actualidad con los aires de aislacionismo que soplan en la campaña electoral americana, en la persona de Donald Trump, el candidato por el que viene el escándalo y también los vientos de renovación y de cambio.


El candidato mas polémico de la campaña electoral americana acaba de hacer publico su programa de política exterior resumida en las consignas, aislacionismo, real politik y militarismo, y en el lema “America first!” que popularizo Charles Lindbergh en los tiempos que precedieron a la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial en contra de Alemania.

Donald Trump se hace eco con ello del cansancio de un sector mayoritario de la opinión publica norteamericana de tantas guerras exteriores como los Estados Unidos habrán venido impulsando a través de los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca en las ultimas décadas tanto del lado republicano como del demócrata. No más exportación -a través de la intervención militar o por la desestabilización y las campañas de propaganda y de guerra psicológica- de la democracia (made USA) a las cuatro esquinas del planeta.

Así de límpido suena el mensaje de política internacional del candidato aguafiestas por el partido republicano. Al lado de eso, Trump habrá abogado por un entendimiento -en nombre de la real politik- con las otras dos grandes potencias (realmente) emergentes, Rusia y China.

El corolario de ese programa de política exterior ambicioso, de una claridad meridiana y de gran beligerancia ideológica a la vez, lo es la “otra” medida de Trump, de política interior, la mas polémica sin duda de todas las suyas, a saber la de la repatriación forzosa de once millones de inmigrantes (mayormente mejicanos) ¿Verdaderamente realista el postularlo?

¿O se trata en el fondo de un mensaje a efectos disuasorios apenas del alud migratorio, como lo vienen siendo los movimientos del tipo Pegida de cara a la invasión silenciosa de corrientes de rugidos de confesión musulmana? La vida -y su actualidad rabiosa- nos enseñó (un poco) a leer entre lineas

3 comentarios:

Anónimo dijo...

en www.urania89.blogspot.com

se informa no sólo de la complicidad del "Sistema" con la pornografia más vejatoria para la dignidad humana... sino también sobre
otro tipo de propaganda odiosa, precisamente de odio contra nosotros los europeos a quienes ahora nos quieren destruir mediante la invasión programada... Evidentemente Trump tiene razón...

Anónimo dijo...

El Camino Neocatecumenal es una comunidad judío-protestante

Mientras se persigue a la tradición, hay algunos nuevos movimientos modernos que están muy respaldados. Uno de ellos es la comunidad de Kiko. ¿Cuál es su opinión sobre el Camino Neocatecumenal?

http://www.alertadigital.com/2016/04/29/monsenor-atanasio-schneider-los-neocatecumenales-son-un-movimiento-judio-protestante-un-caballo-de-troya-en-la-iglesia/

saludos de JULIO SANZ

Juan Fernandez Krohn dijo...

Me pides tú mucho, Julio. No creo -como decía Umbral- que se me pida tanto. Me limitaré no obstante a decir que como ya no soy tan joven -un poco más que Kiko Arguello, eso sí- y algunos además me celebraron a veces el tener una memoria de elefante, que recuerdo que oí por vez primera hablar de Kiko Arguello por cuenta de las comunidades de base (sic) que él entonces animaba -un movimiento eclesial progre del pos concilio inmediato, claramente izquierdista y de extrema izquierda incluso entonces en lo político- y de unas charlas que dio en nombre de aquellos él con una correligionaria suya (de apellido Preciado, el nombre de pila en cambio no lo recuerdo) para funcionarios del ministerio del Aire en Madrid, que entonces -a finales de los sesenta- armaron mucho revuelo.

No le seguí la pista después hasta que le vi emerger muchos años después de niño mimado -él y su movimiento “neo catecumenal” junto con el Opus Dei y los Focolari (italianos)-, del papa Juan Pablo II (del que ya sabes como pienso) que les brindo gran protagonismo a partir de un determinado momento de la historia de su pontificado, en el plano político incluso, y por político entiéndase política religiosa en el sentido que le vengo dando en este blog y en otros escritos míos.

Recuerdo también que con uno de los mentores eclesiásticos de ese movimiento, un antiguo misionero en la Baja California -de apellido italiano- me vi envuelto en un polémica en mi anterior blog de Periodista Digital, porque no apreció algo que yo escribí allí sobre el Camino, no recuerdo ya exactamente el qué.

¿Influyó en que me acabaran dando de baja allí? A fe mía que no lo sé (ni me importa) No me pidas más porque no sabría decir más sobre el tema, Julio. Saludos