sábado, noviembre 30, 2013

ECCE HOMO DE BORJA: AUTO DA FE (DE PURIFICACION)

Autos da fe (secularizados) contra obras de arte y literatura decadente en la Alemania nazi. La idea que viene -sin remedio, imparable- a la mente de cara al simulacro (iconoclasta) en curso de exhibición ahora en la localidad zaragozana de Borja. En aras de la catarsis (urgente) de una sociedad, de una civilización en peligro El que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Nuestros antepasados los celebraron y practicaron ¿Por qué deberían arrogarse hoy su derecho en exclusiva los integristas islámicos?
Bodrio, adefesio, esperpento, "ecce mono", los apelativos (despectivos, peyorativos) llueven sobre el ecce homo de Borja del que nunca hasta ahora había oído hablar (mi palabra) y que se me aparece de pronto (no se me ocurre otra expresión, es cierto) ojeando hoy muy de mañana la prensa de internet como a diario acostumbro desde hace ya mucho tiempo. El reto es de órdago a la grande, no me digan, de esos que no esta acostumbrado a dejar escapar el autor de este blog si se me ha seguido con cierta asiduidad en el tiempo, en este y en el otro blog hoy ya difunto.

Y lo es en la medida que el fenómeno habrá acabado acaparando la atención de los medios de mayor difusión mundial encendiendo al pasar las redes sociales y haciendo así de él (o a punto de conseguirlo) un icono (-pop) de nuestros días, que me diga el-icono por excelencia de nuestro tiempo . Y digo que no acostumbro a dejar pasar esa serie de desafíos tal vez porque me lo toma todo demasiado en serio (que me reprochara aquí algún malicioso) -¡que le vamos a hacer!- o simplemente por un efecto de inercia (y no de rutina) de llevar persiguiendo (y embistiendo) hace ya un buen rato iconos de nuestro tiempo, o lo que viene a se lo mismo, los del pasado que no pasa tan presente o actual hoy como hace setenta o setenta y cinco años (como si en su lugar no hubieran pasado más que setenta y cinco minutos tan siquiera)

Como así me ocurrió con el icono García Lorca y con ese otro en vías de canonización marca "Juan Pablo II (o Karol Wojtyla) -"pope star" como lo calificaron en vida y desde los inicios de su pontificado la prensa anglosajona-, y también, con la religión o el culto (a la personalidad) iconográfico -y supersticioso- y que siguen rindiendo algunos a la memoria del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera. "Ecce homo", lanzó Pilatos -según el relato bíblico (canónico)- a los judíos después de haber mandado azotar a aquel cristo/hebreo como así se lo pedían en tono de conminación y de amenaza irreconciliables y exaltados.


"Elogio de la Melancolía, obra célebre del pintor surrealista belga, Paul Delvaux. En el arte contemporaneo -de los dos últimos siglos- coexisitieron (en gran tensión) corrientes de arte deshumanizado hasta extremos de iconoclasia extrema y otras que rehabilitaban el ideal de belleza corporal y del desnudo femenino que caracterizó la Antigûedad Clásica. Un poco de aire fresco aquí pues, para el lector y también para el autor de este artículo sobre un tema tan sofocante y ahogadizo
"Como Pilatos en el Credo", dicen o así decía el Fuhrer -se lo leí a Umbral en concreto- que estaba Franco en la guerra civil española. Lavándose las manos (como si fuese) de los efectos y secuelas y resultados de una guerra civil (tan sangrienta y fratricida) que él no había provocado y a la que no había hecho más que sumarse como quien toma un tren en marcha (un avion que me diga, el que le llevó a Tetuán desde Santa Cruz de Tenerife, pasando en escala por Casablanca) Como se las lavó el pretor o procónsul romano de Galilea -de tiempos del emperador Tiberio- mostrando a los judíos un rostro sanguinolento, entumecido por las golpes y el suplicio...y sin duda desfigurado (como no llegó a serlo pese a todo el coronel Gadafi en sus últimos momentos) (...)

La pena o castigo de la desfiguración extraña a nuestra civilización occidental (y europea) que rindió siempre culto de una manera u otra de forma mas o menos abierta o disimulada a la belleza corporal según las épocas, cobra para mentes y sensibilidades europeas unos parecidos y resonancias orientales bíblicas judeo musulmanas (o judeo cristianas) indiscutibles. Como lo ilustra el fenómeno de actualidad permanente las últimas décadas del integrismo musulman que lo practica sin complejos ni tapujos, a base de ácido (vitriólico) de preferencia contra pobres mujeres que osaban infligir la ley coránica.
Ece homo de Guido Reni, obra maestra del barroco italiano, y modelo de inspiración (según los críticos) del ecce homo de Borja (antes de la desfiguración ultrajante de la que se habrá visto víctima)  La agresión iconoclasta parece por demás evidente
Y resurje ahora, se diría -tras haber asomado la patita o la oreja en las pinturas negras y en los desastres de Goya y en los esperpentos de Valle Inclán- en esta desfiguración tan lograda (es cierto) del ecce homo de Borja, que de Cristo barroco habrá acabado convertido en un guiñapo o simulacro de figura simiesca cargada de morbo y capaz de inspirar por partes iguales terror y horror (y repulsión), y amor y veneración o culto de dulía o de latría, aunque no como el de cualquier imagen religiosa porque esta claro que no es una imagen cualquiera. Por donde viene a asomar fatalmente la oreja el fondo judeo/cristiano latente de antiguo (o de siempre) en la religiosidad de los españoles, que denuncié poco antes del cierre de mi blog "Las crónicas de Juan Fernandez Krohn" en ese culto a lo deforme y lo repulsivo (de puro feo) que traduce la fijación obsesiva de los partidarios mas fanáticos de la causa anti-abortista, que se dirían que llevan el síndrome de Dawn por montera de sus posturas y de sus campañas y de sus denuncias.

Religión de la belleza, esa fue -a modo de contraste del poso judeo cristiano subyacente en nuestra civilización occidental- la que intentaron implantar los nazi/fascismos y fue eso sobre todo lo que les perpetúa hoy en el recuerdo tantas década transcurridas de su fracaso y su derrota. ¿Hay que prohibir ahora la exhibición -religioso/turística y comercial- del ecce homo de Borja, simiesco y repulsivo y provocador y agresivo? Doctores tienen la santa madre iglesia y el estado soberano, y si la iconoclasia más agresiva triunfa en el arte moderno "deshumanizado" desde hace ya (casi) más de un siglo -en sus expresiones sacrales como profanas- viene a ser tarea ardua y difícil (se me reconocerá) el postular formas de censura cualquiera contra un caso como el que nos ocupa de arte desfigurado.
Ernesto Giménez Caballero durante la guerra. Umbral le retrata en su Leyenda del César Visonario en la retaguardia de la zona nacional celebrando autos da fe -de libros y obras de arte decadentes-, en la moda nazi. El lo mismo que Ridruejo. La historiografía del régimen puso sordina a esas prácticas en la posguerra pero es obvio que fueron moneda corriente durante la guerra civil. Nada de más lógico o explicable si bien se mira: frente las quemas de iglesias del otro bando (y de todo y de todos los que pillaban dentro de ellas) (...)
Los nazi/fascismos lo intentaron, es cierto, en sus campañas "contra el "arte decadente" que emergen imparables ahora de pronto (¡oh sorpresa!) en la memoria, aguijoneadas por el reto y la provocación de este ecce homo judeo/cristiano. Exhibición dentro de un orden por lo menos: por respeto y consideración a los que no gustan o sufren difícilmente tamaño espectáculo, como es el caso sin duda de tantísimos y tantísimos españoles. Buenos o malos -decía Maurras- nuestros gustos son nuestros y confieso que no me gusta -me deprime y me entristece (y me provoca)- este cristo hebreo deshumanizado (algo más se diría que un simple fetiche publicitario)

A punto de cerrar este artículo no obstante me viene irreisistiblemente a la mente -como una b bocanada de aire fresco (o de fuego purificador lo mismo me da que me da lo mismo)- la idea y la imagen y el ejemplo de los autos da fe secularizados de los años treinta. Y sería traiconarme a mí mismo si me lo callase concluyendo estas líneas

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