Beatriz Calvo Martín, madrileña (eso fue lo que ella me dijo, de las afueras, creo), asistente del profesor titular (belga de apellidos belgas) de la asignatura -no hay otra de enseñanza del castellano- "Literaturas Hispánicas" de la Universidad Libre de Bruselas (ULB) No tengo nada contra la chica, dicho sea de entrada (en lo personal me refiero, no sé si sea recíproco, lo contrario no me consta por lo menos) No es óbice que lleva preparando una tesis de doctorado hace ya seis años (seis, o más) -siempre ejerciendo de profesora asistente- bajo un título y tema emblemáticos en extremo (como una bandera) sobre la recuperación de la memoria (de los vencidos de la guerra civil) en "La Voz Dormida" de Dulce Chacón (y también en la obra de otra autora francfona candienses, del Quebec) Otra de las asistentes cuando yo coíncidí con ellas en la ULB era una catalana -con fuerte acento catalán- casada con un belga, encargada de gramática castellana y de la que no me consta que fuera catalanista, es cierto, pero tampoco lo contrario. Una tradición añeja en verdad, la de los separatistas catalanes exiliados ganándose la vida con la enseñanza del castellano en Bélgica (...) Como sea, ninguna de las dos levantó un dedo cuando me vi vetado por su superior jerárquico (belga) -injustamente y sin motivo aparente- preparando un trabajo de doctorado -y con el texto ya concluído- sobre Francisco Umbral y sus novelas guerrracivilistas en la primavera del 2009. ¿Sindrome de autodesprecio entre españoles, y más visibles si cabe entre "erasmus" y otros univesitarios becarios o subvencionados cursando o enseñando en universidades extranjeras por cima de los Pirineos? (cualquier parecido con la realidad pura coincidencia)Leo en la edición del País de hoy el artículo -articulito o reseña o carta abierta (cortita) mas bien- de una joven investigadora (y no sé cuantas otras cosas) tan candorosa, tan candorosa que me dan ganas de ponerme a dar botes en el asiento, es más fuerte que yo, lo siento. Se trata de una miembro del personal directivo de la Autónoma madrileña, antigua becaria Erasmus y a la que por lo que cuenta le tocó el gordo (o la pedrea), no sé tanto si con la beca Eramso en sí o con el puesto -tan envidiable aunque ella lo vea como una carga o "devolución" (de dinero ¿de verdad? ¿no? ¡no me lo puedo creer!)- que consiguió ya a su vuelta, y gracias al que lleva ya "devolviendo su deuda" (a la sociedad) como ella dice unos cuantos años (en nómina de la Autónoma)
Y en la situacion cercana al siniestro total -de paro juvenil, cualificado o no- por la que atravesamos, no me negarán que se trata de una joven afortunada y por partida doble, ya digo. En Europa "le abrieron los ojos" -escribe- y la "convencieron que trabajando podía dedicarse a lo que a ella más le apasionara" lo cual es una aspiración perfectamente legítima aunque debe reconocer que son muy pocos, jóvenes o viejos y en el estado actual de nuestras sociedades occidentales, los que pueden verla realizada. Le abrieron los ojos, dice, y si se hubiera quedado allí un poco más sin beca ya y por sus propios medios, tal vez hubieran acabado abriéndoselos del todo, de verdad (y no bromeo), de la triste realidad que sigue siendo la consideración -casi nula- y la imagen de marca "espanola" (o "marca España") -tan negra- que los españoles seguimos mereciendo y arrastrando por cima de los Pirineos.
Después de todo, si Erasmo, el padre fundador de la idea de la UE y santo patrón de esta joven entusiasta no nos quería (ni en pintura) y no se hacía el menor complejo de proclamarlo y de escribirlo -"non placet Hispania"- negro sobre blanco ("in saecula saeculorum"), qué de extrañar que en la Europa de la UE, la igualdad de oportunidades entre europeos al menos siga siendo voto piadoso más que otra cosa, para españoles por lo menos.
El español por cima de los Pirineos sigue siendo (un poco) un paria/internacional -como yo lo fui y me sentí aquí no por otra cosa sino (mayormente) por español y no me lo quitó hasta hoy nadie de la cabeza (como ya lo denuncié además en su momento en la prensa española)-, y las españolas -y que se me perdone si hiero las susceptibilidades de algunos o de algunas-, no más que un trofeo o una mascota (¡y en Portugal no digamos!) o un fetiche -¡aún mayor el ultraje!- como compendio de todos los fantamas y complejos -y clisés infamantes y mancillantes- que algunos siguen arrastrando por cuenta nuestra de puertas afuera, y que despiertos o no anidan en la meoria colectiva -en mayor grado o medida en unos que en otros- de todos los países europeos. Como fue la imagen que me dieron siempre -sólo por dar un ejemplo- las españolas emigrantes (años sesenta) aquí casadas -en una proporcion sorprendentemente elevada (...)- con gendarmes y policías belgas (y suboficiales del ejército)
Reunión de los padres de la Constitución (13 de junio del 78) , en el marco de las sesiones preparatorias previas a la promulgación de la misma unos meses más tarde. A la derecha de la foto, Gregorio Peces Barba, casi tan joven como cuando yo me lo cruzaba a diario -nunca le dirigí la palabra no obstante ni me dio clase tampoco- en los pasillos de la facultad de Derecho de la Complutense a principios de los setenta, siempre conspirando e intrigando rodeado de los estudiantes más rojos de la Facultad, con la aureola de santurrón de izquierdas que arrastraba (entonces por lo menos) de protegido de Ruiz Giménez y de "Cuadernos para el diálogo" Como diría Valle Inclán "¡válgame un santo de palo!" Tales maestros, tales discípulos ¿O qué esperábamos? O de tal palo tal astilla, a la Constitución me refiero por ciertoY como le ocurrió ya a más de uno de aquí entre los españoles de mi entorno que se vinieron a Bélgica cuando se acabaron -una primera vez, al final de la era de Felipe González- las vacas gordas de los subsidios y de las becas que les hacían vivir en el avión como quien dice, siempre de un país a otro, de una universidad a otra -dando siempre lecciones por cierto, a troche y moche, de anti-franquismo y de democracia- y de repente (¡zas!) se les acabó el invento y se dieron de bruces (y de verdad que no me alegro) con la dura realidad de la expatriacion y con el rostro oculto de Europa (o mal conocido de españoles por lo menos) ¡Escuela dura de patriotismo la expatriación -por los motivos que sean- para los que en ella perseveran o se mantienen por un cierto tiempo al menos y con un mínimo sentido del honor y de un deber de memoria con ellos mismos y para con los suyos! ¿Duele? De verdad que lo siento. Continúo.
La globalización es según se mire un hecho irreversible y sin duda también cargado de promesas -en versión europea me refiero- como así parecen indicarlo cifras que habrán salido ahora a relucir por cuenta de esta polémica, marca "Erasmus", pero eso es algo que discurre en paralelo y que en el fondo tiene poco que ver con el programa de ayudas que lleva ese nombre ¿No recibimos acaso mucho mas "erasmus" extranjeros, dirá aquí alguno -sobre todo de los paises de "la Vieja Europa" (Francia, Alemania, Italia)- que los demas paises? Eso dice mucho y a la vez no quiere decir nada.
Dice mucho desde luego de la calidad de vida, del modo de vivir y de otras muchas cualidades de la sociedad española que tantos estudiantes españoles "erasmus" vienen denigrando estos días en la prensa de una manera u otra -arreciando en su campaña de (mala) imagen, al calor de esta polémica- por la vía de las comparaciones odiosas y denigrantes ("todo lo de fuera es mejor") aunque solo sea. Y dice mucho también de la fuerza de esa voz misteriosa de la sangre que nos liga a los españoles con los demás países de Europa, y también de la caja de sorpresas que se tiene reservada una memoria colectiva común a todos los pueblos y naciones europeas.
Izquierdas e islamistas se manifiestan en la vía pública contra la toma de Granada por los Reyes Católicos. El reino moro anterior a aquella efemérides es lo único que los mentores de la política cultural de la UE -y del programa Erasmo- parecen ver en la capital granadina. No de extrañar pues que sea el punto de destino favorito entre los jóvenes "erasmos" europeos. Y ese es el aspecto más peligroso y amenazante del proceso de unificación europea en curso: el sojuzgamiento cultural que impone a todos los pueblos y naciones miembros, particularmente a los españoles, por razón de nuestro pasado imperial y de la Leyenda Negra anti-española siempre viva (despierta, o vuelta a dormir y en estado latente apenas)Y un examen somero del ranking de universidades que se llevan la palma de las preferencias de los estudiantes europeos, plantea interrogantes y deja a la vez un tanto perplejo, no me digan. No menos que el porcentaje abusivamente elevado de los "erasmus" españoles comparados con los de otros países europeos (Francia y Alemania por ejemmpo) por el número de habitantes. Siete universidades españolas (siete) figuran -por partida doble casi todos ellas- en los ranking de las diez universidades europeas que más alumnos erasumus reciben o envían fuera y entre las que más reciben figuran la Complutense, la Politécnica (madrileña), la de Valencia, la de Sevilla y en primer lugar de todas ellas, número uno del raking europeo la de Granada (¡lagarto, lagarto! como diría García Lorca) (...)
¿Nada que ver con las opciones ideológicas (evidentes) y los problemas de opacidad y falta de transparencia aunque solo sea- de gestión, tan propias y proverbiales a todo lo que de cerca o de lejos gravita en la órbita de la Junta de Andalucía? ¿Nada que ver tampoco con ese clisé orientalista e islamizante tan políticiamente (e históricamente) corecto que arrastra dentro y fuera de España la capital granadina? ¡Vivir para ver fantasmas míos! Y el resto del ranking de las diez primeras universidades europeas por su número de estudiantes "erasmus" no deja menos perplejo, no me digan. Bolonia, Varsovia, Sapienza, Padova y Lubliana.
Porque si se exceptúa Bolonia (célebre por sus estudios juridicos) no se puede decir que se trate tampoco de las mas prestigiosas de las universidades europeas (independientemente de sus atracciones cuturales y turísticas, nadie se lo discute, como en el caso de las españolas) Está claro como sea que por los caminos de la reconquista/universitaria que aquí propugnamos en lo sucesivo, acabaremos fatalmente topándonos con los escombros del programa Eramus y con sus poderosos mentores al servicio (todos ellos) de la troika (esclava del mesías negro Obama
Como la joven que menciono al comienzo de mi articulo. Irene Garcia Vítores, "erasmo" afortunada, o la fata morgana de un europeísmo -marca UE- de leyenda negra (anti-española)
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