domingo, diciembre 01, 2013
Canto de un Alma Europea (poesía en domingo)
Navidad, solsticio de invierno
cuando la Natura se esconde
(¡ya vendrán tiempos mejores
de mostrar todo lo bueno!)
¡En diciembre ya! ¡Qué milagro
¡Que mes de noviembre tan largo!
El más oscuro del año
y de una oscuridad record
que me hizo ver todo negro
este que ahora se fue (Vaarwel!)
¡Me costará el olvidarlo!
Noviembre mes de los muertos
entre hojas (y entre almas) muertas
crisantemos, viento aciago
que nos pasamos el tiempo,
-como viene, sobre la marcha-
tratando de conjurarlo
en palabras como en actos
y en los articulos de un blog
que van tiesos tiritando
como hijos de un viento glacial
(los ultimos tres o cuatro)
que soplaba recio y fuerte
en mi alma y en alta mar
navegando por la Red,
proa al viento desbocado,
siguiendo al día la actualidad
de mi torre de vigía
(¡ay!) buscando de estar al tanto
¡Que me habré pasado días
alma en vilo (vigilando)!
Se oyen golpes a la puerta
¿Quien llama? ¡Entre! ¿Quién es?
¡Mis navidades francesas/
suizas, tan europeas!
De mi juventud que se fue
perdido entre mil quimeras
con el alma en hibernación
que me evitó el envejecer
por dentro sino por fuera,
cubierto de un manto blanco
y mullido de nieve (y tul)
Y vuelven de golpe ahora
mientras mi alma vuela y vuela
hasta el nevado Mont Blanc
¡Alpes suizos -eternos-
de la tierra/madre Europa!
Que me hizo fiel compañía
¡Cuatro años, día y noche!
Que me hizo distinto (ay dolor!)
para mal como para bien
¿Más europeo que otros?
(¡Oh manes de la expatriacion!)
Fue así ¡Que le voy a hacer!
si me perdonaron "lo otro",
también sabrán perdonarme eso!
(antes de que se haga tarde)
Guerra y Paz, guerra en la paz
-¡la mas dura la mas negra!-
y paz -de Navidad- en la guerra
que hice hasta hoy por mi cuenta
Una paz profunda total
la del abrazo de paz
de las almas, de las cosas
como lo sentí y lo viví
el año aquél al anochecer
-¡navidades del noventa y uno!-
oyendo el carrillón, de Brujas
veintidos años ya ¿Sí? ¡Qué va!
En aquel dulce despertar
tras todo un día durmiendo
tras toda una noche en vela
¿La mas larga de mi vida?
¡La mas fría, la mas recia!
¡Noches del Norte boreal
(Por caminos de derrota)
en lo más hondo de mi Odisea!
Navidades suizas de mi ayer
¡Sello de marca europea!
Cuestion de ritmo ¡Eso es!
Como lo probó Vassarely
-que exponen ahora (en Ixelles)-
De cogerlo en marcha, al vuelo
tras lo que te lo hizo perder,
de parar y empezar de nuevo
como si nada, igual que ayer,
de darle tiempo a tu tiempo,
Tiempo Nuevo (el de tu querer)
de promesas navideñas,
de sueños de Papa Noël
de los que te llenan de aliento
y te hacen rejuvenecer
¿Una novia de regalo
navideño, al amanecer?
¿No vuelan los bueyes acaso?
(aunque a tanto no llegué) (...)
O quizás que tu carta astral
te cite a tí al atardecer
o ya de noche (y cerrado)
como nos ocurrió aquella vez
-ley del Eterno Retorno-
que en verdad no desesperé
de desnudar tus misterios
del derecho y del revés,
de descifrar tus secretos
y tus mohínes de desdén
como un devoto (o un poseso)
¡Cuanto te estudié mujer!
cuando la Natura se esconde
(¡ya vendrán tiempos mejores
de mostrar todo lo bueno!)
¡En diciembre ya! ¡Qué milagro
¡Que mes de noviembre tan largo!
El más oscuro del año
y de una oscuridad record
que me hizo ver todo negro
este que ahora se fue (Vaarwel!)
¡Me costará el olvidarlo!
Noviembre mes de los muertos
entre hojas (y entre almas) muertas
crisantemos, viento aciago
que nos pasamos el tiempo,
-como viene, sobre la marcha-
tratando de conjurarlo
en palabras como en actos
y en los articulos de un blog
que van tiesos tiritando
como hijos de un viento glacial
(los ultimos tres o cuatro)
que soplaba recio y fuerte
en mi alma y en alta mar
navegando por la Red,
proa al viento desbocado,
siguiendo al día la actualidad
de mi torre de vigía
(¡ay!) buscando de estar al tanto
¡Que me habré pasado días
alma en vilo (vigilando)!
Se oyen golpes a la puerta
¿Quien llama? ¡Entre! ¿Quién es?
¡Mis navidades francesas/
suizas, tan europeas!
De mi juventud que se fue
perdido entre mil quimeras
con el alma en hibernación
que me evitó el envejecer
por dentro sino por fuera,
cubierto de un manto blanco
y mullido de nieve (y tul)
Y vuelven de golpe ahora
mientras mi alma vuela y vuela
hasta el nevado Mont Blanc
¡Alpes suizos -eternos-
de la tierra/madre Europa!
Que me hizo fiel compañía
¡Cuatro años, día y noche!
Que me hizo distinto (ay dolor!)
para mal como para bien
¿Más europeo que otros?
(¡Oh manes de la expatriacion!)
Fue así ¡Que le voy a hacer!
si me perdonaron "lo otro",
también sabrán perdonarme eso!
(antes de que se haga tarde)
Guerra y Paz, guerra en la paz
-¡la mas dura la mas negra!-
y paz -de Navidad- en la guerra
que hice hasta hoy por mi cuenta
Una paz profunda total
la del abrazo de paz
de las almas, de las cosas
como lo sentí y lo viví
el año aquél al anochecer
-¡navidades del noventa y uno!-
oyendo el carrillón, de Brujas
veintidos años ya ¿Sí? ¡Qué va!
En aquel dulce despertar
tras todo un día durmiendo
tras toda una noche en vela
¿La mas larga de mi vida?
¡La mas fría, la mas recia!
¡Noches del Norte boreal
(Por caminos de derrota)
en lo más hondo de mi Odisea!
Navidades suizas de mi ayer
¡Sello de marca europea!
Cuestion de ritmo ¡Eso es!
Como lo probó Vassarely
-que exponen ahora (en Ixelles)-
De cogerlo en marcha, al vuelo
tras lo que te lo hizo perder,
de parar y empezar de nuevo
como si nada, igual que ayer,
de darle tiempo a tu tiempo,
Tiempo Nuevo (el de tu querer)
de promesas navideñas,
de sueños de Papa Noël
de los que te llenan de aliento
y te hacen rejuvenecer
¿Una novia de regalo
navideño, al amanecer?
¿No vuelan los bueyes acaso?
(aunque a tanto no llegué) (...)
O quizás que tu carta astral
te cite a tí al atardecer
o ya de noche (y cerrado)
como nos ocurrió aquella vez
-ley del Eterno Retorno-
que en verdad no desesperé
de desnudar tus misterios
del derecho y del revés,
de descifrar tus secretos
y tus mohínes de desdén
como un devoto (o un poseso)
¡Cuanto te estudié mujer!
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