Bombardeos de Belgrado durante la guerra del Kósovo (Marzo-Junio de 1999) Los católicos españoles -y también los que dejamos de serlo- arrastran una deuda moral por partida triple con el mundo eslavo de confesión ortodoxa a raíz de las guerras de los Balcanes. Por culpa de la actitud sectaria y partidista entonces del papa polaco que ya en la guerra de Bosnia preconizó sin el menor rubor bombardeos (sic) estratégicos y "humanitarios" Y sobre todo por culpa del mandatario supremo de la operación, el socialista español Javier Solana (secretario entonces de la OTAN), y también por la actuación de los 8 aparatos F-18 españoles del Ejército de Aire -al que perteneció mi difunto padre (...)- que estrenaron la ejecución de los bombardeos. Y me siento especialmente llamado a un misión de valedor en el tema en la medida que pienso haber sido de los raros españoles a haber tomado partido (publica y notoriamente) a favor de los Serbios desde el principio hasta el final de las guerras balcánicas. ¿La persecucion y expulsion (entre paréntesis) de los cristianos en los países musulmanes no fueron acaso y siguen siendo limpiezas étnicas? (...)Y va de conspiración (o como dirá aquí tal vez algún malicioso de conspiranoia) No creo en las meigas pero haylas, y lo que está ocurriendo las horas que corren en Ucrania despierta (de nuevo) en mi mente toda la santa compaña de brujas y de fantasmas. "Revoluciones de colores" ¡Aparte de mí ese cáliz!
No es culpa mía, dicho sea a modo de preámbulo, si me dio por seguir de antiguo la actualidad más candente minuto a minuto casi, y digamos que desde muy joven, desde los años más tiernos -ya en uso de razón- de una trayectoria biográfica (la mía propia) marcada por una dura y longeva pasión de lector de periódicos y de observador (avizor) de la actualidad más en la prensa diaria y semanal (por periódicos y semanarios a los que venía a echar la vista encima y toda clase de revistas y de publicaciones interpuestas )
Primero por la prensa en papel y después, tras el gran salto que fue para mí como para todos el internet a partir del inicio de los años noventa (residiendo ya en Bélgica) , por la nueva aventura que fue para todos el navegar en la red, ya en los inicios del milenio. Y entre los fenómenos mas enigmáticos e intrigantes que habrán marcado een el nuevo milenio la actualidad mas candente en el mundo, en la Europa del Este y regiones adyacentes (del Asia central y del Oriente Medio) -dentro de la antigua órbita soviética o colindantes con ella- figurarían en primerísimo plano las llamadas "revoluciones de colores".
Cardenal Josef Slipyj, "arzobispo (uniata) de Lvov -o Lviv- de los Ucranianos" Fue perseguido por Pablo VI tras el concilio y murió en situacion de disidencia después de haber procedido a consagraciones episcopales sin la autorización del Vaticano. La causa uniata -de los fieles de rito greco ortodoxo (re)unidos a Roma- serviria no obstante a Juan Pablo II de cortada ideal tras la caída del Muro -tirando así la piedra contra los ortodoxos- para poder borrar con su ayuda las pistas del compromiso de la iglesia polaca con el regimen comunista en Polonia (y del suyo propio) Slipyj inspiró la novela "Las sandalias del pescador", pero fueron el papa polaco y su mentor, el cardenal Wyszinksi (primado de Polonia) los que se alzarían con el santo y la peana de campeones de la Iglesia del Silencio (sin mérito ninguno) Una de las imposturas mayores del siglo XXFueron una seria de cambios (relativamente) pacíficos y revolucionarios a la vez, sucediéndose -en cortos intervalos de tiempo- como por arte de magia o por un efecto de piezas del dominó o de castillo de naipes, que debutaron con la caída del yugoeslavo Milosevic en el 2000, se proseguiría los años siguientes en Georgia y en Ucrania y en el Líbano, hasta desbordar fuera del continente europeo en la revolución verde (abortada) del Irán, en el 2009, y un año más tarde en la revolución de los jazmines en Túnez que daría la señal de desencadenamiento de las (llamadas) primaveras árabes, que a modo de boomerang o como en un vaivén de flujos y reflujos acabaría produciendo igualmente salpicaduras de este lado del Mediterráneo, en Grecia y sobre todo en España con la movida del 15-M (o de los indignados)
Y a la visión optimista e inadvertida y desprevenida que fue al principio la mía del mencionado fenómeno, que hizo que se mereciese mi aplauso (con reservas) el cambio de régimen en Belgrado y los que se sucedieron a continuación en Tiflis (capital de Georgia) y en la capital de Ucrania (Kiev), se sucedió una actitud de puesta en guardia y de desconfianza creciente, y aunque también me mereció aún un análisis optimista la revolución verde (fallida) en el Irán de la república islámica acabé escarmentando como quien dice en cabeza ajena desde los inicios de las primaveras árabes y sobre todo desde que hizo eclosión -desde los primeros días de producirse- la movida de los indignados. Y así la "spanish revolution", como la llamó alborozada desde sus inicios la prensa anglosajona, después de que la hubieran bautizado así a no dudar sus aptrocinadores y mentores a los mas altos niveles de los poderes de decisión a escala del planeta, me pilló sin falta tras haber echado y bien echado el freno de mano.
La revolución "de colores" -como en "los cursillos de critiandad" aquellos (años sesenta)- que se nos tenían prometido y reservado a España y los españoles, apostando fuerte a no dudar sus promotores políticos o financieros y sus corrreas de transmision -ya fuera la CIA, las grandes agencias y fundaciones norteamericanas en pro "del desarrollo y de la democracia" en el mundo entero, la gran/prensa digital o impresa, las ONG, las redes sociales, el financiero judío de origen húngaro Soros (etcétera, etcétera)-, al contrario que las otras (monocolores todas ellas) que la habían precedido, llevaba de emblema único y unívoco una enseña tricolor -la de la II República- como así se pondría de manifiesto desde los primeros momentos de "la movida" de Sol donde no se veía otra (española me refiero) en el pulular de banderas en el que el que destacaban las de los países de la primavera árabe.
Escena de los momentos más álgidos del "25-S", donde el 15-M volvió a cobrar aliento por sorpresa (y a traición, con acoso institucional y violencia callejera hasta extremos salvajes) (...) La operació "Toma el Congreso" (del 25 de septiembre del pasado año) -que fracasó de un tris, nota bene (...)- debió haber sido, en los designios de sus mentores extranjeros, la repetición de un escenario análogo al que acompañó la caída de Milosevich tras el asalto del edificio del Parlamento en Belgrado (octubre del 2000), un acontecimiento que dio inicio a las llamadas "revoluciones de colores" que debían haber culminado (una década después) en la "spanish revolution" (tricolor) de los "indignados"Y ahí ya sí, con "la spanish revolución" le vi ya las orejas al lobo de la conspiración y de la manipulación extranjera, internacional -con todos los auspicios, beneplácitos y nihil obstat por cierto de la Casa Blanca (y de Barack Obama)-a todas esas "revoluciones de colores" de las que España protagonizó un ejemplo (fallido) y del que Ucrania estaría reviviendo ahora el segundo capitulo de la suya propia con el transfondo del contencioso entre partidarios y adversarios de su entrada en la Unión Europea.
Terreno minado no obstante para los artificieros y aprendices de brujo, Ucrania y su historia política tanto como religiosa. Marcada esta última por un conflicto secular entre ortodoxos fieles al patriarcado de Moscú y uniatas (re) unidos al papa de Roma. Un conflicto prácticamentre cicatrizado en la posguerra y que volvería no obstante a resucitar por su cuenta y riesgo (como tantas otras iniciativas suyas, tan funestas) el papa polaco Juan Pablo en lo que fue una coartada que ni pintada -y lo afirmo por mi cuenta y riesgo y con todas las consecuencias- para borrar las huellas y hacer olvidar el pasado comprometido de la iglesia polaca y de la suya propia bajo domdinacionsoiética. La memoria ("purificada) de la que se puso a hablar (y a pontificar) Juan Pablo II -sólo (nota bene) tras la caída del muro- y el desmantelamiento de los regímenes comunistas de la Europa del Este era (y sigue siendo) una memoria sustancialmente confesional, y por ende doblemente travestida y procelosa que la simple memoria histórica (...)
El proyecto de viaje (apoteósico) a Moscú de Juan Pablo II, buque insignia de su pontificado, donde esperaba escenificar -en una imitacion (completa) de la leyenda del lobo de Gubio que abrazó el fundador de la orden franciscana (y conforme a la mitología "progre" del concilio)- el abrazo del papa de Roma con el oso soviético ante una muchedumbre que debía llenar a abarrotar la Plaza Roja y ante los medios del mundo entero, se vino estrepitósamente abajo tras la caída de Gorbachev, su amigo (con el que declaró una vez encontrarse "espiritualmente muy compenetrado") Un proyecto de viaje a expensas por cierto de la imagen del Patriarca ortodoxo de Moscú, en situación de persecución entonces. "Viaje de Estado" comentaron con sorna, descartándolo por supuesto, los nuevos dignatarios de la iglesia ortodoxa tras el derrumbe del régimen soviético. Un fiasco (apoteósico) que gravita fatalmente sobre el encuentro en el Vaticano del papa Francisco y de Vladimir Putin las últimas horasY se puede decir que la jugada le salió (rematadamente) mal al papa/magno porque el ansiado viaje (en olor de multitudes) a Moscú donde debería escenificar con el mayor de los exhbicionismos un abrazo apoteósico -de un halo milagrero (y demagógico) indiscutible- con el oso soviético, personificación contemporánea en la propaganda progre (del concilio) del lobo de Gubbio (el del celebre episodio en la vida del fundador de la orden franciscana) que era el sueño 'mesiánico)- y culminando así en olor de multitudes su larguísimo pontificado, se vería aplazado sine die y definitivamente descartado tras la caída de Gorbachev (su amigo y confidente), por la oposición sobre todo del patriarcado de Moscú que (cargados de razones) desconfiaban del papa polaco en lo sucesivo. Y en el conflicto reencendido los últimos días en Ucrania -con el pretexto del anuncio por parte del actual gobierno (pro/ruso) de su marcha atrás en la firma del acuerdo con la UE previsto para los próximos días- gravita ese conflicto reencendido catolico/ortodoxo de lo más cerca;
Viaje de estado" fue la glosa (despectiva) con la que acompañarían los dignatarios eclesiásticos ortodoxos el veto que les mereció el proyecto de viaje pontificio (del papa Wojtyla) Y con tales antecedentes no cabe dudar ni un instante que el telón de fondo de la entrevista hoy entre el papa Francisco y el presidente Putin no se verá presidido por la crisis siria, sino por esa otra en ciernes en Ucrania marcada por el conflicto irreconcilliable entre pro/rusos y pro/occidentales (ahijados políticos nota bene éstos ultimos de los polacos) , entre greco/ortodoxos (eslavos) y católicos uniatas (de rito greco/oriental igual que sus adversarios) (...) Y se admiten apuestas. Que quede no obstante clara la mía propia. Sin trampa ni cartón : una apuesta anti-católica...y anti-polaca (clara como nunca sin duda la formulé hasta ahora)
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