sábado, noviembre 02, 2013

ASESINADOS DOS MIEMBROS DE "AMANECER DORADO"

Telón de los caídos en los mítines de la Falange durante la República. Sólo tras el octavo caído de sus propias filas, Juan Cuéllar, empezaron las represalias. Un fenómeno de su época, contra-terrorismo frente al terrorismo que practicaba impunemente la izquierda obrera. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra, contra la Falange de entonces o contra "Amanecer Dorado" hoy en Grecia, sea la que sea su respuesta al asesinato de ayer de dos de sus militantes
El asesinato de ayer por las calles de Atenas, ante una de las sedes del partido Amanecer Dorado, de dos jóvenes militantes de la organización, despierta fantasmas y demonios entre españoles más si cabe que en otros paíse europeos, por culpa de la guerra civil, el pasado que no pasa, siempre presente en los espíritus como lo ilustraria, si dudas había, la enorme sacudida colectiva que trajo consigo la ley de la memoria histórica y la reaccion hostil que inevitablemente produjo en en sector considerable de la opinión pública española. Y de todos sus capítulos o episodios, viene ahora en particular a las mentes la espiral de violencia que precedió aquella durante los años de la II República entre izquierdas y derechas, léase entre la extrema izquierda (socialistas y anarquistas) y los falangistas.

¿Quién disparó primero? Una cuestión tan ociosa, o tan imposible de elucidación, como la del huevo y la gallina. A Saddam Hussein, en las semanas que precedieron a la invasión del Irak, le hicieron una pregunta análoga de quien había empezado con la ruptura de hostilidades, a lo que respondió (caústicamente) que cuando todo hubiese terminado ya habría tiempo de responder a esas preguntas (y a otras también sin duda alguna) Perdió, pagó con la vida y otros dieron por él la respuesta (obviamente en contra suya) Los nazis perdieron y la historiografía politicamente correcta reza desde entonces que la segunda guerra mundial la iniciaron ellos, barriéndose asi de un plumazo la objeción (seria) de las provocaciones innúmeras de parte del bando aliado -polacas e inglesas- que precedieron el ataque aleman contra Polonia del primero de Setiembre del 39.

En el caso español, la violencia falangista de antes del estallido de la guerra civil llevaba ya décadas -desde mis tiempos universitarios- en la picota, por el sambenito tan extendido de una banda de niñatos bien que se divertían -como lo divulgaría Francisco Umbral en sus novelas guerracivilistas- tirando al blanco contra obreros indefensos, un mito o clisé de piel dura y longeva que se vería lógicamente fortalecido décadas durante, por la educación ("ciudadana") que recibirían generaciones de escolares españoles en las últimas décadas, lo que explica sin duda (en parte) la inflación de opiniones sectarias (de izquierdas) en los comentarios sobre la noticia que aquí comento, aparecidos en la red las úlitmas horas.

En la foto el coronel Papadopoulos, jefe de la Junta militar griega, que moriría en prisión tras vienticinco años de cautiverio sin derecho al perdón democrático. Semper idem. Sin retractarse y sin pedir perdón como se le exigía para liberarle. El régimen de los coroneles griegos (1967-1974) es referente histórico primerísimo de "Amanecer Dorado" Su caída -en 1974- a punto yo de marcharme al seminario de Ecône, fueron para mí fechas de luto, y fue lo que acabó de confirmarme en la visión pesimista en los planos político e ideológico de mi época, y de completar el proceso de enroque psicológico que fue el mío en relación con el medio ambiente que me tocó respirar (y sufrir) -a mí y a otros- en la España de entonces
Los asesinatos de ayer en Atenas conforme a versiones coincidentes aparecidas en los medios habrán sido obra de profesionales, actuando a sangre fría y a cara descubierta y equipados de armamento militar -del utilizado durante la guerra de los Balcanes-, y de su móvil político pocos dudan dentro y fuera de Grecia, ni entre griegos ni extranjeros. Curiosas y significativas, dicho sea de pasada, las reacciones provenientes del sector llamémosle indignado, caracterizadas por la moderación, de las llamadas a la calma de Syriza el partido comúnmente asociado a los indignados griegos, y también en España de alguien como Alberto Garzon (IU) portavoz oficioso de los indignados del 15-M (al que perteneció desde sus inicios) en el ámbito de la política parlamentaria.

¿Estamos acaso ante una provocación calculada como las que se sucedieron inmpuneente contra la Falange desde su fundación -de las que dejaría testimonio inmarcesible, un muerto tras otros (jovencísimos todos ellos) el "telón de los caídos" en sus mítines primeros- hasta que se produjo el punto (dramático) de inflexión que daría fatalmente lugar al inicio de la espiral de represalias, réplicas y contrarréplicas, con el asesinato del joven falangista Juan Cuéllar en la Casa de Campo (10 de junio del 34) y la venganza unas horas después con la ejecución de la joven socialista -presente según, testigos presenciales en la muerte del anterior- Juanita Rico.

¿Violento el fascismo (y asimilados) por definición, o reacción o respuesta apenas más bien al fondo desafiante, amenazante, violento y agresivo -e hipócrita y cobarde- siempre latente e inseparable de la democracia moderna y remontándose a la violencia -matricial o fundacional por llamarla así- de la Revolución, Francesa? ¿Por aquello aunque sólo sea que "la amenaza de muerte es peor que la muerte misma", como le leí una vez aquí en Bélgica a uno de los integrantes del comando de chilenos (de filiación comunista) -aquí refugiados- que atentó contra el general Pinochet? La poémica lleva ya servida desde hace más de dos siglos.
La visión pesimista y pre-romántica de los "disparates" de Goya sobre la España de su tiempo arrastraba además un poso fuerte de judeo/cristianismo (culpabilizante) como una constante (primera) de nuestra historia. ¿Más cainitas los españoles que otros pueblos de Europa? Todos ellos sufrirían en los tiempos modernos el desgarro de dos memorias antagónicas, como parece ilustrarlo de nuevo la actualidad más candente en Grecia, que evoca fatalmente en el recuerdo la España de la II República
El huevo y la gallina, ya digo. Los falangistas atacaron por la primera vez en la Casa de Campo organizados y en bloque, sólo (mucho) después de que el espacio público en la España de la Republica llevara viéndose ocupado (abusiva e injuustamente) por las izquierdas (obreras), con sus amenazas y sus violencias y sus crímenes que por aquello de que de noche -en la noche de la anarquía y del caos y la inseguridad ciudadana que instauró en España el 14 de abril- todos los gatos son pardos (o grises), en su inmensa mayoría quedaban impunes o pasaban incluso desapercibidos.

¿Lo mismo que esta ocurriendo acaso en Grecia las horas que corren? Comparaciones odiosas, pero todo lleva a pensar que la violencia real y a la vez considerablemente exagerada en los medios- de "Amanecer Dorado" no sea más que una reacción de legítima defensa a la violencia endémica que sufre la sociedad griega y su sistema politico, de signo anarquista -un fenomeno atípico y "sui genereis"-, como algo rutinario y de poca repercusión en los medios (y fuera de Grecia mucho menos) desde hace décadas.

Y también a la violencia real que inflige al conjunto de la sociedad griega una inmigracián masiva e incontrolada inédita (hasta hoy, y toco madera) en los demás países europeos. He dicho (y no me retracto ni arrepiento)

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