martes, octubre 14, 2014

"SECTOR DERECHA" EN UCRANIA Y FALANGE POLACA. HACIENDO MEMORIA

SECTOR DERECHA EN UCRANIA Y FALANGE POLACA. HACIENDO MEMORIA

Ejercito Insurgente Ucraniano (UPA) Válgame unos santos de palo, como hubiera dicho Valle Inclán (y su trasunto de Luces de Bohemia) La prensa de hoy trae la noticia de los choques delante del parlamento ucraniano de ocho mil militantes radicales ligados al partido Svoboda y al Sector Derecha en un acto de protesta y reivindicación de la memoria del Ejercito Insurgente Ucraniano que lucho contra alemanes y soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial y en la inmediata posguerra, especie de mirlos blancos ni rojos ni pardos, que se vieron objeto de culto iconográfico en la memoria (escindida) de los ucranianos (o ruso/ucranianos) hasta nuestros días.
Sé poco de ese movimiento pero me hace de pronto pensar en movimientos de tipo guerrillero que pulularon en suelo europeo durante la segunda guerra mundial y justo después en la Europa del Este, como el Ejército Polaco del Interior (A.K.) que protagonizó la insurrección de julio y agosto del 44 contra la Wehrmacht –con el visto bueno de Stalin (…)- y que se vieron aplastados a sangre y fuego y sus integrantes deportados –y ejecutados en masa- en los campos de concentración, Auschwitz, el principal de todos ellos. Un símbolo de ese problema irresuelto de los nacionalismos eslavos, factor del primer orden de disgregación y de agitación y de descomposición social en la historia europea de los dos últimos siglos. Polonia fue “el enfermo de Europa” en el siglo XIX y en parte lo siguió siendo –por culpa de Danzig y demás reivindicaciones polacas- en el período de entre guerras. Y hoy su papel se diría que se ve asumido por el nacionalismo ucraniano, factor de distorsión y fuente de conflicto abierto o latente como lo llevamos presenciando desde hace ya casi un ano. El Sector Derecha que hace pensar por su nombre a los Ultra Sur de por estos lares, habrá ejercido gran fascinación en ciertos sectores de extrema derecha más o menos minoritarios de los países occidentales. Su bagaje ideológico parece así a primera vista desde luego tan escaso y ambiguo y confuso como la imagen de hooliganismo que dieron mayormente a observadores y comentaristas de la situación en Ucrania desde que estalló el Maidán (en noviembre pasado) Ni fascistas pues ni comunistas, lo que alimenta la retórica de su (contra) propaganda contra la propaganda pro rusa –retroalimentándose de ésta a su vez- que no hace más que hablar de “los fascistas” y de “la junta fascista” de Kiev. De noche todos los gatos son pardos, y en la política de los países eslavos para una óptica española hoy como ayer sigue siendo noche cerrada, quiere decir que no vemos ni comprendemos nada. O peor aún, creemos que lo comprendemos todo cuando lo estamos viendo justo al revés, de cómo ocurren y son allí realmente las cosas- ¿Quiénes son los fascistas y los antifascistas, los griegos y los catalanes en el conflicto ucraniano? ¿Quién es quién en la política de otro país eslavo vecino, Polonia ? Y me hago la pregunta y la hago aquí en voz alta porque me llegaron hace algún tiempo enlaces por la red en los que se venía a resucitar un viejo fantasma del periodo de entre guerras, el movimiento fascista polaco que llevaba en aquel país los rótulos tan poco anodinos para españoles de Falange (Falanga)- ONR (Organización Nacionalista Revolucionario) En las horas que corren un grupo o partido con esas siglas anda operando en la política polaca –y estrechando lazos a lo que parece con grupos españoles de extrema derecha- y apuesto lo que sea que estén en primera línea del combate en defensa de los nacionalistas ucranianos y del gobierno de Kiev y en contra de los pro-rusos de la cuenca del Don y de Vladimir Putin.
En política la memoria es de una importancia capital y sin embargo suele brillar por su ausencia por paradójico que parezca. Y más aún si se no se ve asistida de una historiografía prolija y esclarecedora por poco que lo sea. Y el fascismo polaco del período de entreguerras fue siempre un (ilustre) desconocido entre españoles, incluso entre los de la misma tendencia, y apuesto también que su pasado se ve rodeado aun en historiografía polaca actual sobre la segunda guerra mundial de espesos y pesados tabúes. Y eso se explica en parte porque la historia del fascismo polaco lo es la de un polvoriento fracaso. Un partido que no pasó nunca de una formación estrictamente minoritaria y marginal en la Polonia de antes del estallido de la segunda guerra mundial –lo que se dio en llamar allí el periodo "de los coroneles"- y que perdería prácticamente toda razón de existir con la ocupación y la partición del país por soviéticos y alemanes primero y por los soviéticos tras la terminación de la guerra. Pero el fracaso del fascismo polaco se ve ilustrado mejor que nada en el fracaso no menos polvoriento, personal y en el plano político a la vez, de su líder, Piasecki que a las nuevas generaciones no les dirá nada pero que a los que alcanzamos a vivir no tanto el concilio como el posconcilio inmediato no lo era en modo alguno en la medida que su nombre aparecía estrechamente asociada a un movimiento que jugó un papel de espantajo al interior de la iglesia y del catolicismo en el periodo conciliar, y me refiero al movimiento Pax, de posturas católico/progresistas (como se decía antes) y que arrastraba una imagen en negro vox populi –como lo denunciaría el escritor francés Michel de Saint Pierre- en su best-seller de aquellos años (finales de los sesenta) “Los nuevos curas” Durante la guerra y la ocupación alemana Piasecki formó un grupo de partisanos –del estilo (mutatis mutandis) del Ejército Insurgente Ucraniano- que acabó integrándose en el Ejercito (polaco) del Interior(AK) poco antes de la sublevación del 44, y más tarde sería hecha preso por los soviéticos –y del decir de muchos torturado-, y a partir de ahí sufrió un drástica y brutal metamorfosis pasando a colaborar estrechamente con el régimen comunista en Polonia –y con su policía política- sobre la base de unas posturas de dialogo católico/marxista que vendrían a ser hechas suyas a penas pocos años más tarde por el conjunto de la iglesia polaca, entre ellos el joven Karol Wojtyla (futuro Juan Pablo II) y un poco más tarde por el conjunto de la iglesia universal (en el concilio) y no sigo que me figuro que aquí se conocen ya todos de sobra la película.
Por eso el resurgir (milagroso en apariencia) ahora de un movimiento de extrema derecha polaco con aquellas mismas sigilas nos suena ahora algunos a cuento moruno o a truco de titiritero, como si no hubiera pasado nada en los sesenta o setenta años transcurridos desde la desaparición de su predecesor y referente ideológico. Y como si los no/polacos fuéramos todos -en cuestiones de religión o e ideología- tontos del bote y prestos a tragarnos (otra vez) el anzuelo que es la (penosa) impresión que siempre me quedó de mis contactos con polacos –católicos todos por definición- antes de mi gesto de Fátima. Tal vez engañaron a la humanidad toda entera, a través de "su" papa (como ellos siempre le dijeron) y sus artes de prestidigitador y de flautista mágico. Pero al que esto escribe, no, entonces no y ahora por cierto todavía menos. En mis trece, mi apuesta es por los pro-rusos en el conflicto de Ucrania. Aunque me ponga en malas compañías
¿PROETARRAS (FILONAZIS) EN EL NUEVO GOBIERNO BELGA?
Escándalo político en Bélgica por cuenta de la memoria histórica, léase tormenta en un vaso de agua (que ya me conozco el percal un poco en política belga) El nuevo jefe de gobierno recién investido, Charles Michel, liberal francófono, se habrá visto hoy abucheado en la cámara (baja) belga por culpa de las declaraciones relativas a la a segunda guerra mundial de su nuevo y flamante ministro del Interior, nacionalista flamenco, y también por su secretario de estado para Asilo e Inmigración, presente hace unos días en una reunión de homenaje a un líder nacionalista flamenco nonagenario comprometido con la Colaboración durante la ocupación alemana.
Todos los partidos francófonos le habrán abucheado en el hemiciclo en el momento de proceder a la lectura de su declaración de gobierno, viéndose en simultáneo linchado o puesto en la picota en la casi totalidad de los medios en Bélgica francófona. Curioso que en la reunión de nostálgicos estuviera presente otra figura destacada del partido nacionalista flamenco presente en el gobierno (N-VA) y se trata de Ben Weyts(ver foto de abajo), conocido de antiguo por sus lazos (notorios) con el entorno batasuno/etarra en Bélgica. Que el llevar aquí ya casi treinta años me da la ventaja de saberme el quién es quién de la política aquí mucho mejor que muchos belgas, y por supuesto que un inmensa mayoría de españoles (incluso de los que aquí residen) Mis lazos con nacionalistas flamencos fueron esporádicos, y ya muy antiguos en el tiempo pero existieron, para qué lo voy a a negar aquí. Por vuelta del 93 –llevaba yo ya seis años en Bélgica- frecuenté una temporada un bar en el centro de Bruselas donde se reunían grupos de extrema derecha, tanto francófonos como flamencos, aunque el local se encontraba bajo los auspicios del Vlaams Blok hoy Vlaams Belang, otra formación nacionalista flamenca a la derecha de la N-VA.
Lo frecuenté poco, un día a la semana durante dos o tres meses, y mirando en visión retrospectiva, hace rato que llegué a la conclusión que mi paso tan fugaz por allí tuvo no poco que ver el veto (discreto) del que a todas luces me vi objeto de una de las figuras históricas del nacionalismo flamenco de la posguerra con el que coincidí e intercambié algunas palabras una noche en aquel bar, donde evoco delante mía su asistencia a un acto conmemorativo en el Valle de los caídos (….) Era aún entonces creo, o lo había sido, dirigente del VMO (Orden Flamenca nacionalista) un grupo nacionalista flamenco de corte paramilitar fundado por el nonagenario por el que viene ahora el escandalo al que aludí más arriba.
Y se me antoja que el veto del que a todas luces fui objeto tuvo no poco que ver con la memoria de un eclesiástico flamenco nacionalista que colaboró con el Nuevo Orden, Pater Verschaeve (Cyriel Verschaeve) refugiado en Austria tras la segunda guerra mundial y del que el líder nacionalista al que más arriba aludo -Bert Erikson, hoy ya fallecido- consiguió repatriar sus restos a Bélgica. Con la iglesia me topé en Bélgica flamenca, como me había topado años antes en España. España y Flandes. ¿Cualquier parecido con la realidad pura coincidencia?

4 comentarios:

Rodericus dijo...

Yo también creía que la extrema derecha polaca iba a apoyar a los nacionalistas ucranianos. Pero la realidad es que los polacos no quieren ver ni en pintura a los ucranianos. Además de tener pendientes conflictos territoriales, acusan a los ucranianos de diversas matanzas y consideran a Bandera una figura muy negativa.

De momento, que se sepa:
1) Falanga es declaradamente prorrusa y ha mandando voluntarios al Donbass.
2) Ruch Narodowy (coalición donde al parecer está la ONR actual) firmó un manifiesto conjunto con Jobbik en contra de Kiev, reivindicando territorios y condenando la rehabilitación de Bandera.
3) Del NOP no consta postura a favor o en contra, lo que en un país mayoritariamente receloso de Rusia, como Polonia, es jugar a favor de Rusia. Tampoco tragan a Bandera.

Por cierto, ¿has leído lo que se cuenta en "Embajador en el infierno" sobre los banderistas?

Juan Fernandez Krohn dijo...

Observo no sin cierta sopresa que sigues saboreando el pan de tus informaciones, Rodericus. Tomo nota de los datos que me das que supongo fehacientes y fidedignos. Lo de los voluntarios de la Falange polaca en el Dombás, sí es que un dato todo menos trivial. A contra corriente -de la población polaca- hoy como ayer, en entreguerras, bajo el régimen comunista, y ahora también. Como si fuera su divisa. No sé lo que se cuenta en Embjadores en el infierno (que es me imagino a la pelicula a la que te refieres) sobre Bandera y los banderistas. Soy todo oídos, Rodericus, y me imagino que también los lectores de este blog. Saludos

Rodericus dijo...

De Embajador en el Infierno, de Torcuato Luca de Tena:

Pág. 94:

3º Los banderas(8), maquis o guerrilleros políticos, que tienen sus cuarteles en los bosques de Ucrania y Bielorrusia. Esta población penal alienta en condiciones infrahumanas, prácticamente idénticas a las vividas por nosotros y a estas alturas parcialmente descritas. Con su trabajo se explotan minas, se sierran los bosques, se construyen pantanos, se tienden puentes, etc. Con ellos he convivido en varias celdas y los españoles en múltiples campos, como se verá en su momento. Son los verdaderos esclavos de nuestro siglo y constituyen el subfondo social de la U.R.S.S.

(8) Se llaman así en honor de su jefe político: Stephan Banderas, que muchos años después fue asesinado, huido ya de Rusia, con una pistola de gas.

Pág. 102:

Conocí también a varios miembros de la famosísima banda de partisanos, llamados banderas, en su pronunciación y fonética española. Esta banda política está extendidísima por el país. Son guerrilleros independientes que luchan contra el Gobierno central, cometiendo actos de sabotaje, vengando abusos de poder. Están distribuidos en centenares de guerrilleros por el interior del país y los dirige desde Múnich su antiguo capitán: un ucraniano llamado Banderas –de aquí el nombre de los partisanos–. Actúan principalmente en Ucrania, Bielorrusia y zonas limítrofes. Cuando la invasión alemana combatieron a los invasores, y Radio Moscú hizo una gran propaganda de ellos, pero cuando los alemanes se retiraron los guerrilleros no se incorporaron al Ejército rojo, sino que lo combatieron, manteniendo su rebeldía hasta el día de hoy. Desde luego cuentan con una extensa organización económica, que funciona fuera de las fronteras rusas, y son poderosísimos, pues la población civil les respeta y hasta protege. No roban nunca con afán de lucro, sino por mantener encendido el clima de rebeldía e inseguridad dentro de la U.R.S.S. En la cárcel de Ohrms, donde fui trasladado meses después, conviví con uno de ellos en la misma celda. Recuerdo, al entrar y ser interrogado que quién era, el orgullo con que dijo: “¡Soy un banderas!” Y recuerdo también el respeto y admiración que se produjo en torno suyo. A los miembros de estas bandas no les condenan nunca a muerte, sino a un castigo aún peor, que sólo puede ser dictado por tribunales especiales: el régimen de caterga. Éste no excede nunca de diez años, pero ninguno resiste, sin morir, más de la mitad de los mismos. El horario de trabajo es de catorce horas, en minas de cobre con agua hasta las rodillas. Mientras trabajan llevan arrastrando de los pies una cadena, con un bola de hierro, como esos presidiarios que sólo creíamos que existían en los dibujos de humor, y les hacen dormir en unos nichos donde no hay espacio suficiente para cambiar de postura, ni doblar las piernas. Los carceleros van regulando su salud hasta hacerles morir (sin ejecutarlos), tanto más tarde cuanto más grave sea la condena. El Padre Sabata, italiano, fue condenado a caterga y es quizá, debido a su condición de extranjero, de los pocos salvados de este martirio. Él fue quien me informó con detalles estremecedores de este castigo. El banderas de Ohrms estaba condenado a la misma pena. Coincidió conmigo en un alto del viaje mientras le transportaban. Tenía sobre su cuenta el incendio de 58 koljoses, 18 almacenes y varios homicidios de jefes del partido y miembros de la M.W.D.

Juan Fernandez Krohn dijo...

Me has dejado K.O. Roderico, te lo figurarás con ell gestimonio apabullante y casi inédito y tan actual de la novela de Luca de Tena. Y en lo que me atañe me interpela bastante de cerca, porque yo también tuve, como los divisionarios españoles, una experiencia de cohabitación (forzosa) -en celda de a dos- con un joven polaco en el 2000, aqui en Bruselas cuando estuve detenido tras mi acto de protesta delante del Palacio Real. Me pusieron al llegar a aquella galeria ex professo en aquella celda precisamente -porque había muchas otras disponibles- por orden o sugerencia de algún aprendiz de brujo de la administración alli dentro, tal vez del jefe de galería. Pero les salió el tiro por la culta porque aquel joven polaco -con hitorial delincuente- que me observaba aprensivo y silencioso al llegar -por la leyenda sin duda que yo arrastraba y que sin duda habia llegado a sus oidos (...)- aquello se le debió pasar rápido y en el tiempo que estuvimos allí juntos fue de todos los reclusos con los que tuve que cohabitar allí dentro, el que menos poblemas me dio, al contrario jugábamos a las cartas -un juego que me ensenó él, el rami bridge- como lo más normal del mundo, y nos repartíamos las tareas de limpieza de la celda sin problema alguno (como con otros en cambio sí los tuve) Son toda un leccion además, esos parrafos, de historia del marxismo y del comunismo y de sus lazos y contactos históricos -tensos y borrascosos con el "lumpenproletariat", una palabra de orgen marxista aleman (de Eengles) Estarás de acuerdo como sea, que ese movimiento se revestía de poco valor o singificación política (propiamente dicha), y hoy no parece que hayn cambiado mucho las cosas en ese punto. Luca de Teba no lo dice pero de su testimonio sobre los banderas -por su jefe Stepan Bandera, hijo de un cura uniata- fácilmente se pueden deducir o commpletar capítulos enteros de su historia, de cuando las hambrunas (organizadas) de Stalin en Ucrania que les debió tener de principales destinatarios, y de la propia revolucion bolcheviquue y de la guerra civil cuando estuvieron a fondo -a no dudar- del lado de los rojos, por supuesto. Y si Stalin les persigiuió tan sañudamente después lo fue por sus veleidades searatisstas. Hacen pnesar no poco desde luego a los anarquistas españoles (de a FAI) y a grupos más o menos afines como el POUM de cuando la guerra civil. ¿Setenta años depués se despiertan fascistas (puros) -o nacionalistas- de pronto? Si algunos patriotas españoles quieren tragarse esos sapos(tan gordos), es su problema desde luego. Saludos cordiales Rodericus