martes, octubre 21, 2014

¿DESCALABRO DEL PP EN PROVECHO DE PODEMOS? NO GRACIAS.../...

¿DESCALABRO DEL PP EN PROVECHO DE PODEMOS? NO GRACIAS
El anuncio del descalabro electoral que predice –o dicen que predice- la última encuesta aún no divulgada del CIS les produce a algunos placer de dioses por las trazas. Ya lejanos los días de la era Aznar en las que algunos de lo que se llenan ahora la boca con improperios y maldiciones bíblicas contra el partido en el poder pasaban entonces –a creer malas lenguas no menos fidedignas- por el aro del poder (constituido) sin mayores problemas.
Por cuanto tiempo, sólo ellos sabrían decirlo. Cataluña, el aborto, la dimisión del ministro de justicia el Ebola y las tarjetas opacas que se han cobrado ya una víctima dentro del partido del poder (Rodrigo Rato) estarían a punto de pasar factura al actual gobierno. O eso nos dicen algunos. Una cosa es cierta, estamos asistiendo a un desmarcaje de ciertos sectores, entre vientos de cambio en la política española.
Y la bandera de enganche de la rebelión no lo es tanto Cataluña –que ha salido tras los últimos traspiés del honorable- del primer plano de la actualidad, temporalmente por lo menos, ni siquiera el Ébola en vías de contención lo que confirma las buenas noticias sobre la salud de Teresa- sino el tema del aborto en relación estrecha con el ministro (cesante) de justicia, al que algunos recalcitrantes que claman ahora al cielo por la retirada de su proyecto no parecían tener hace nada en mucha estima ni a él ni al proyecto de reforma que patrocinaba. La radicalización o cristalización anti-PP a la que asistimos mayormente a la derecha del espectro de corrientes que integran el partido en el poder se me antoja clarificadora en extremo. El obispo del Alcalá levanta ahora la bandera de la rebelión anti-abortista pero el grueso de la iglesia española y de la opinión pública no le sigue ni de lejos, con lo que se ven condenados –él y sus adeptos- a una situación de aislamiento patética en extremo –política y socialmente hablando incluso- a la que tendrán que irse acostumbrando que a fe mía que no es cosa de un día ni de dos tampoco. Y sé de lo que hablo (…) Y que su destino esta sellado –o escrito en los astros- parece ilustrarlo el lenguaje anacrónico (tan irritante) que algunos no dudan en esgrimir en defensa del prelado mencionado más arriba y de sus posturas. Holocausto de inocentes –peor que el de los judíos (sic)- crimen, homicidios (asesinatos) en masa –de niños en el vientre de su madre y que se yo-, y una moralina (sofocante) de catecismo del padre Ateste –mezclada de fuertes dosis de indignación social/misericordiosa- que produce rubores de vergüenza ajena y también no poca frustración (honda) en algunos entre los que me encuentro. Según ellos las encuestas que se anuncian son una profecía imparable del castigo de Dios que se avecina (inminente) contra el PP y sus dirigentes e incluso un sector de sus votantes que no se deciden a darle la espalda. Menos lobo. En la crisis del Ébola, Mariano Rajoy como ya lo señalamos aquí, supo al final ponerse en sus sitio, personándose y dejándose fotografiar en el Carlos II e infundiendo así tranquilidad a la opinión pública que es una de las exigencias mayores del buen gobierno. Como lo supo inspirar –mutatis mutandis- Vladimir Putin en Chechenia, dejándose fotografiar con un machete (sic) en la mano que acababa de desenfundar y del que le había echo entrega justo antes uno de los comandantes –junto con él en la foto (en ropa de camuflaje)- de las tropas rusas destacadas en las inmediaciones de Gorozny en los momento más álgidos de la guerra en el Caucáso (..) En el tema de Cataluña tampoco dio Mariano Rajoy hasta ahora el paso en falso irreparable que algunos están esperando como el santo advenimiento para restregárselo y seguir emplazándolo ante la opinión pública y en el tribunal de la justicia/divina (por añadidura) Y del escándalo de las cajas “opacas” se puede decir por un lado que es una prueba flagrante del tren de vida que algunos se permiten por cuenta de sus cargos o de sus manatos públicos, aunque por otro lado se puede decir también que ese tipo de escándalos parece que sean consustanciales, como el pan nuestro de cada dia, de todo régimen democrático que se precie, que se lo pregunten si no al que esto escribe tras tantos años de residencia en Bélgica (…) Nunca vi que un partido mínimamente significante en la política belga se hundiera por escándalos de ese tipo, tan frecuentes por estos lares (hasta hace unos años por lo menos) Y el partido socialista (francófono) el mas a prueba de ese tipo de escándalos y corrupciones (de los suyos) desde luego. Pagan los chivos expiatorios designados por antelacion o por fuerza mayor y la vida continúa y el sistema (democrático) sigue funcionado. E incluso aquellos, mas temprano o más tarde acaban saliendo de nuevo a flote como si no hubiera pasado nada, de donantes de lecciones de moral más que nunca (…)
Yo no creía en Rajoy, y mi opinión sobre él en lo personal sin ser despreciativa no ha cambiado sustancialmente, ni me he apeado del burro en las críticas que siempre formulé de antiguo.
En la actualidad no obstante, no es ya –hace rato que dejó de serlo- un político más sino el jefe de gobierno, y sin necesidad de creer en lo que los franceses llamaban (un tanto sarcásticamente) “estados de gracia” en democracia, no me menos cierto que (la alta) función de la que se ve revestido si no le transfigura sí que le pone al abrigo de ciertos ataques y de cierto tipo de críticas. ¿Descalabro del PP –que ya pregonan eufóricos (e histéricos) algunos en provecho de quién? ¿De Podemos? No, gracias. Y si dudas nos acometían, el entusiasmo beato que les inspira a algunos –como una manía o un capricho senil- ese nuevo partido de niñatos y su mesías se bastaría para desengañarnos. ¿Un partido huérfano de figuras, el PP, tras la dimisión del ministro más carismático (y a la vez controvertido) que le quedaba? Más claro aún para dejarnos de eufemismos. ¿Un gobierno con un árbitro varón en la presidencia, y dirigido en el fondo por mujeres, conforme a la imagen que al hilo de los últimos escándalos y fregados parece haber venido dando en los medios los últimos meses? ¡Si las mujeres nos salvan benditas sean! A condición – con los vientos que corren entre la “gente femenina” tras la dimisión del ministro de justicia, y como espetó algunas feminista en una ocasión Francisco Umbral con esa lengua tan larga que gastaba veces- que no se metan con ciertas cosas, ciertos atributos viriles que no hicieron nunca mal nadie y menos a mujer alguna. Si no todo lo contrario. He dicho (sin acrimonia)

¿Pistorius justicia de raza?

La sentencia cayo al final como un losa mientras ultimaba esta entrada. El atleta (incapacitado) sudafricano Oscar Pistorius, acaba de ser condenado a cinco años de prisión por matar (involuntariamente) a su novia. ¿Justicia de raza? La pregunta queda en el aire a partir de ahora. Soy gato escaldado -me curo en salud de entrada- en materia de casos judiciales que son viscosos y engañosos como no cabe, y sin embargo voy a arriesgarme a exponer mi opinión en este caso tan “mediatizado” partiendo una lanza por el infortunado atleta (blanco)
Blanco, sí, algo que salga a al vista, viéndole en las fotos que no dejan de dar la vuelta al mundo entrando o saliendo del tribunal rodeado de agentes de policía negros para responder delante de un tribunal –que evita cuidadosamente las fotos- de raza negra también todos ellos. Los holandeses y sus primos hermanos (o hermanos de sangre) los afrikáners –vaya dicho de entrada- no gozan de antiguo de mucho afecto ni de buena prensa entre españoles, por culpa (en parte) de la leyenda negra anti-española y de un pasado que no pasa o no pasaba hasta hace poco ni para ellos ni para nosotros. Y una parte de la opinión pública española prefiere a todas luces seguir extasiándose con los cuentos de hada –derrochantes de moralina cristiana (y clerical) anti/racista-, por cuenta de lo malo que era el apartheid y de lo bueno que fue Nelson Mandela (asesino y terrorista), como se puso de manifiesto en los funerales de este último. Con su pan (algunos) se los coman.
“La voz de la sangre que nos liga a los destinos de Europa" (José Antonio) habrá resonado no obstante en mi -y sin duda en muchos otros españoles- más fuerte que otras consideraciones en este asunto. Y mi veredicto es el de exculpar al joven atleta blanco sudafricano y de reprobar a una justicia racista (y anti-blanca) Que el que esté libre de pecado que tire la primera piedra en un país donde reina la violencia incontrolada a todos los niveles –tras el fin del apartheid-, dirigida en particular (nota bene) contra la minoría blanca. Algo de lo que Oscar Pistorius y su infortunada compañera (blanca afrikaner como él) no habrán sido en el fondo más que pobres víctimas en definitiva ¡Ánimo campeón, que los infiernos en la tierra –las cárceles de comunes por ejemplo- no son tan fieros para hombres de honor como algunos se piensan! Y te lo digo por experiencia. Y de ellos algunos vuelven, como sea

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