lunes, mayo 25, 2015

NI CON DOÑA ROGELIA. BALANCE DE URGENCIA

La imagen de guerra civil larvada e interminable que muchos no quieren ver: una capital de España partida en dos tras las elecciones de ayer. Entre unos Madriles de derechas (Umbral dixit) –el Madrid mío, propio e intransferible donde transcurrió mi infancia y adolescencia, y un Madrid de barrios bajos –en sentido geográfico (del Norte hacia Sur) y orográfico incluso- difíciles de disociar por veces de los bajos fondos (¡ay dolor!) como se demostró en la guerra civil (o en el primer capítulo de la misma que me diga) Con el parque del Retiro de principal zona fronteriza. Y para completar el panorama de división, vienen a confirmarlo los resultados en ese otro Madrid bis –en terminología del Metro, Madrid Sur- del distrito de Leganés donde la división izquierda derecha se reprodujo grosso modo invariable
Ea, ea ya pasó. Unas elecciones a prueba de infarto –como todas en España o casi todas, es cierto-, las que más habrán hecho temblar mi piernas (lo confieso), son ya agua pasada. Ahora, veinticuatro horas después, mientras escribo estas líneas, ruge en cambio la guerra de propaganda, de los medios encargados de interpretar –fieles a unas consignas de lo más claras y precisas- los resultados o de “leerlos” como los franceses dicen. Y a fe mía que es una guerra (casi) tan encarnizada como la de las urnas. En la prensa española como en la francófona.

De todos es sabido que el tapado -la tapada que me diga- de los medios españoles y franceses (y belgas) lo era en Madrid Doña Rogelia, la jueza “roja” como esos mismos medios le dicen o motejan que se habrán empeñado frenéticamente en ponerla guapa y seductora -y quitarle años de encima por las malas o por las buenas-, sin poder quitarle en cambio –ay dolor- ese tufo a guerracivilismo, a violencias de la transición, y a movida ácrata (y cochambrosa) madrileña de los setenta y los ochenta que le sigue como una sombra o como un sello indeleble de los que imprimen carácter, o como una marca que los suyos le pusieron al nacer o que le legaron de herencia biológica e ideológica, y que los que somos madrileños de nacimiento (y de estirpe) le descubrimos al primer golpe de vista. ¿Dónde están pero dónde están aquellas nieves de antaño? cantó (en francés), nostálgico de la belleza femenina, un poeta maldito (que acabaría en el patíbulo)

Dónde están, llevo yo preguntándome ya más de treinta años –puestos a contar, más de la mitad de una vida en el extranjero, por cima de los Pirineos, obligado a cohabitar ¡ay dolor! con emigrantes de los sesenta (y sus descendencia)-, aquella vieja clase y distinción española –y estilo- imagen de marca (España) de todo un pueblo, de una Nación de cara al resto de las naciones. ¿Se la va a dar acaso el desaliño (congénito) de los de Podemos o de los indignados o los yayo flautas (amigos de la jueza), con sus coletas, sus vaqueros y sus zapatillas de goma? Y con sus olores que seguro que los despiden, ellos que tanto denigran y envilecen –e infaman y difaman- por su olor (sic) a las gentes de “derechas” Cada cual se viste como quiere, que conste, como le gusta, como mejor se ve, y ahí está (¡ay dolor!) el problema.
Partidarios de Ahora Madrid –y de Podemos- concentrados ayer tarde, ante el recuento electoral, en la madrileña Cuesta de Moyano. ¿Por qué allí? Chi lo sá. Como sea el detalle anecdótico todo menos trivial concuerda al cien por cien con el bofe de hostilidad a penas velada que alli siempre sentí (como si me reconocieran algunos), acentuado la última vez que por allí pasé –hace poco menos de un mes- tratando de dejar en depósito ejemplares de mi último libro “Guerra civil del 36 e Indignación Callejera”, lo que me fue imposible en ninguna de las veintitantas casetas que allí abren. La reacción de uno de los libreros me lo puso no obstante todo más claro, después de ojear brevemente el libro por la portada y la contraportada “Sí, ya, Pío Moa, Preston y todos esos. ¡Aquí nada de eso!” me espetó de forma brusca y despectiva rodeado de otros tres o cuatro libreros. Y concuerda también con la observación que una persona amiga me hizo, de hace ya tiempo, conforme a la cual entre todos aquellos libreros, uno de mayor edad –ya jubilado al parecer- que vestía un mandil en permanencia se veía investido (por quien fuera) de una tarea inquisidora (de izquierdas) decidiendo qué libros podían anunciarse allí a la venta y qué otros no podían (…) ¿Hasta cuándo esa situación escandalosa que nadie denuncia?
José Antonio Primo de Rivera no obstante habló del magisterio que deberían sentar él y los suyos (sic) por el refinamiento de sus costumbres. Un mensaje –de Grande de España- que en mucho de sus discípulos y herederos ideológicos acabaría cediendo el paso (¡ay dolor!) ante otro mucho más trotero –y azul/mahón (pro-le-ta-rio)- por donde acabaría con el paso del tiempo asomando la cola un viejo odio de clase, hoy ya al gran destape, sin el menor tapujo ni rebozo en muchos de aquellos.

Nostálgico de esa grandeza española que se reflejaba fatalmente por fuera sn dejar de ser algo interior e íntimo, eso es lo que yo fui, lo que eché dolorosamente de menos tantos años ya que llevo viviendo en el extranjero. Que me acogotaba y me echaba el bofe en pleno rostro ante la omnipresencia por ejemplo de un antiguo mandatario socialista (español) en los medios belgas cuando aquí llegué, y vuelvo a experimentar ahora ¡ay dolor! por la cobertura mediática rayana en la apoteosis que se habrá reservado de un tiempo a esta parte en los medios de la prensa (global) extranjera a los indignados y a sus epígonos de Podemos.

¿Me equivoqué en mi pronóstico de un batacazo electoral (el de Podemos)? Por supuesto que no. De victoria pírrica de la derecha hablan (pro domo) los medios ahora, después de llevar vendiéndonos a Podemos como fuerza más votada (sic) desde hace meses, ya un año. En la velada electoral de ayer todos los medios españoles pronosticaban no obstante –con la coartada que les daba la encuesta a pie de urna de Tele Madrid (el único) a todos ellos, ya fueran de izquierdas o de derechas (…)- un triunfo en Madrid de Doña Rogelia, entre ellos alguno fuera de toda sospecha, como el diario Mundo o el de Losantos al que se habrá visto bien el plumero –del rojo que fue y que sigue siendo (hasta que se muera)- de una vez por todas, se habrá puesto al unísono como digo, como obedeciendo una consigna a obviar, a ignorar olímpicamente el batacazo de la Rogelia en Madrid, cuando todo y todos parecía predestinarle al triunfo frente a una candidata “con problemas” (con su propio partido más que otra cosa)

Quien no es agradecido no es bien nacido y algunos recordamos todavía el capote que le écho la entonces presidenta de la comunidad madrileña –poniendo su título (consorte) en la balanza- al periodista aragonés (antiguo trotskista de mi época de la universitaria y devoto amantísimo de Juan Pablo II) en una ocasión que le hizo un feo la Zarzuela (con ocasión de un escrito suyo en el que pedía la abdicación del anterior monarca) Esperanza Aguirre ganó ayer (limpiamente) en Madrid pero su propio partido le privó de explotar públicamente su victoria. Mientras los “rogelios”, a base de gritos de ¡Madrid será la tumba del fascismo! (sic) cantaban victoria en la Cuesta de Moyano –¿por qué allí? (yo si que sé por qué)- , en una tradición de lo más rancia y acrisolada de la izquierda española (tramposa y marrullera)

Y así, los medios lo tuvieron más fácil naturalmente a la hora de presentar como perdedora a la ganadora y viceversa. ¿Y ahora? Chi lo sá. Se me antoja no obstante que a fuerza de análisis y de apuestas en caliente, de urgencia, algunos que nunca fuimos demócratas -ni lo somos ¡voto a dios!- vamos acabar siendo más expertos en democracias que demócratas de toda la vida (de veras o simplemente de boquilla) que se creyeron lo de la virtud mágica de las urnas (antes de verse rotas) ¿Alcaldía de Madrid y Junta de Andalucía, las dos monedas de cambio en el baile de fantasmas –léase de pactos y compromisos- que se anuncian? Por ahí van los tiros se me antoja sin querer dármelas de gurú, de politólogo infalible ni de adivino.

¿Un pacto de izquierdas con unos recién llegados que habrán venido a echar (sic) a la casta y que acaban a todas luces viéndose obligado a pactar con ella (o una parte de ella)? Mucho odio y resentimiento anti-PP tendría que abrigar por dentro –que no lo parece- el nuevo secretario general de los socialistas, para tragarse un sapo así y tras él tantas otras culebras. ¿Una alcaldía de Frente Popular que comprometería fatalmente a los socialistas de cara a las elecciones de noviembre próximo?

Y si se pone la ecuación al revés la cosas parecen más claras todavía. Una simple luz verde de los populares permitiría la investidura de la candidata socialista a la Junta de Andalucía sin necesidad de pacto alguno, y menos con los de Podemos que irrumpieron en la política andaluza “dando por saco” como por allí dicen? Las demás regiones o capitales de provincia en juego parecen peccata minuta –así a primera vista ya digo- al lado de esa alternativa.

¿Hacedor de reyes –de validos que me diga- el nuevo secretario general de los socialistas? Esa es ta vez la mayor incógnita que plantea en el desenlace electoral de hace veinticuatro horas. Sé poco de él, a parte lo que de él circula en la red, y del dato todo menos trivial en lo que me atañe –aparte de su edad bastante más joven que yo- , que cursó un master de economía en la Universidad Libre de Bruselas (ULB, Augusta Señora) precisamente en unos tiempos –año escolar 1997-1998- en los que yo me veía expulso sine die de aquella universidad –y de su campus (tras conseguir otro titulo alli yo también)- so pretexto de una discusión con algunos estudiantes, a raíz de un escrito que distribuí allí (en mano) por cuenta de Leon Degrelle, fallecido en la primavera del 94 (…)

Obviamente pertenece a otra generación lo que ahonda aún más si cabe la incógnita que Pedro Sánchez me plantea. Retengo otro dato poco trivial no obstante de él y fueron los intercambios recíprocos de pareceres polémicos que en el momento de su nombramiento protagonizó con la corriente de Podemos, con lo que no daban precisamente de él un perfil cualquiera de indignado como si podía ser el caso de otras figuras del PSOE –la ex - ministra Chacón por ejemplo- de una época justo anterior a la suya.

¿Los Indignados a las puertas de la Moncloa pasando por Cibeles, como lo pregona (demagógico y surrealista) algún órgano de prensa extranjera? No pasarán, ni con Doña Rogelia por montera

3 comentarios:

Anónimo dijo...

**La democracia española es harto deficiente (claro que si nos ponemos estrictos, todas lo son). Los poderes legislativo y ejecutivo tienden a ser el mismo, y el judicial se ve muy mediatizado por el ejecutivo. Los “representantes del pueblo” lo son más bien de la cúpula de sus partidos u oligarquías, las cuales, a su vez, tampoco cumplen el mandato constitucional de tener un funcionamiento interno democrático, supuesto que ello sea posible. Por otra parte, el nivel intelectual y moral de esas oligarquías, así como de los medios de masas, es peligrosamente bajo, como demuestran a cada paso.
**Los fallos de la Constitución son evidentes, desde la declaración demagógica del “derecho” de los españoles a una buena vivienda y un buen trabajo, hasta la vía abierta a la desintegración de la nación mediante el vaciado de las competencias de los gobiernos centrales por las llamadas autonomías. (...)
http://www.gaceta.es/pio-moa/elecciones-abren-crisis-politica-profunda-25052015-0856

PREFERENS dijo...

Ese del mandil, sé el que dices, es un malvado personaje, soplón e informante de la polcía tanto de la franquista como la actual, decía que era falangista, su padre estuvo en la blau. Está podrido de dinero y de mierda. He tenido que contenerme muchas veces para no darle los hostias. De lo de Aznar no te declaro la guerra, amigo. Un inepto y el clasico trepa. Esto se está poniendo mal pero no habrá guerra. Los españoles vamos a asistir impavidos a la desparición de españa. Podemos fue financiado por los israelies y la CIA. Los libros que publicamos nos lo comemos con patatas pero es una forma de desalienación. Salutem plurimam.

Juan Fernandez Krohn dijo...

Gracias, Preferens, sabría que acabaria teniendo noticias tuyas. Salutem plurimam, como tú dices