domingo, mayo 24, 2015

Religión de una élite (poesía en domingo)

Palmira en rosa y azul
la tarde de Oriente al caer
desde hace miles de años
¿Y ahora la noche otra vez?

La misma noche de infamia
que arrastramos inconscientes
desde que se alzó el dios aquel
lo más mugriento de Oriente
que ahora a la carga vuelve
envuelto en sudarios negros
de estandartes (almohades)
¿La judeo/metamorfosis?

¡Benditas sean las ruinas!
Las que enhiestas permanecen
de testigos, de advertencia
como las de Numancia (o Belchite)
Y también otras -¿Palmira?-
que de alertarnos perecen
tras una eterna jornada
como el maratón del héroe

¡Las grandezas del Imperio,
a ellas canto, César, Salve!
A aquella Paz inmortal
sueño de águilas y halcones,
de un Imperio que fue grande
castigando y perdonando,
leal al aliado fiel
en la vida y en la muerte,
y en la hora de tinieblas
cuando la incertidumbre crece.
Salve al lema aquel inmortal
“¡Roma no paga a traidores!”

Y fue ese ejemplo el que nos dio
de vida, e inmarcesible
ese otro Imperio de mil años
-aunque al final fueron trece-
de guerreros diego/valor
que se creían superiores
-¿tan grande fue su pecado?-
por su moral de señores,
que al caer lo demostraron
juramentados sin dobleces
-¡gloria a la Colaboración! (…)-
ligando a otros su suerte
subalternos e “inferiores”
(¡Fieles a sus perros fieles!)

Y a los que juramos lealtad
en el infortunio, por siempre
y en el ataque por la espalda
entre bombas, a la intemperie-
cuando un mundo –el de hoy-
decidiría de su suerte
Sí juramos ¡por nuestro honor!
Aunque algunos no lo recuerden

¡Un ideal la Milicia
que mamé! ¡como lo oyes!
Que me guio siempre por dentro
sin de él poder desprenderme
esa fue, sí, mi religión
de valor, lealtad y temple
de hombre nobles y honrados,
religión de una élite

(Que te acompañó, Juan ¡Valiente!)


Como un flan así me pillas
musa fiel de mis poemas,
el alma en vilo de nuevo
mi suerte, mi sino, reina,
el vivir sobrevivir
-o aprenderlo- de esa forma.
duro, inhóspito, ingrato
vivir en la cuerda floja
en total incertidumbre
-¡en la que tú me dejas!-,
feliz aprendizaje por eso,
estas vigilias tan tensas
de noches electorales
en la angustia y la zozobra
cuando el corazón se encoge
y mis piernas hasta tiemblan
como yo, sí, cuando te ví/span>
qué aire feroz, qué belleza
terrible como la del Sol
como unas armas secretas
así te vi, no no te rías
cuando me puse a temblar
como estoy temblando ahora
¿La una me oculta la otra?
¡No te lo tomes a broma!
Tu inocencia, sus ardides
¡Y tu ternura materna!
Dime que sí, a que sí ¡mamá!
¿que estoy diciendo? ¡muñeca!
Una madre es lo que buscas,
me soplan (suave) a la oreja
los duendes con los que vivo
y con los que charlo a solas,
no que no, yo les replico
¿O la que busca un padre es ella?
O no es mujer sino mito,
el de una niña mujer (Lo-la)
lo que tanto me atormenta
lo que me arredra y espanta
de ese fantasma de horror,
de sus risitas de vieja.

Y me pongo a soñar otra vez
contigo mujer, tú sola
meciendo, yo en la cuna
de tus brazos, de tu boca


¡Que sí se puede, ganar, vencer
a tigres en cartón piedra!

(terminado en la madrugada del lunes 25 de mayo, tras la jornada electoral, tan tensa)

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