sábado, mayo 30, 2015

"CANTOS DE AMOR Y DE GUERRA" MI NUEVO LIBRO EN PREPARACIÓN

Os anuncio la próxima aparición, final del verano o comienzo del otoño lo más tardar, de una selección de los poemas que he venido colgando en este blog y en el anterior de Periodista Digital, para lo que me encuentro estos días de nuevo en Madrid, en busca de un editor. La obra llevará de subtítulo, Poesía que destruye y Poesía que promete, y de título principal “Cantos de amor y de guerra”.

Aquí os cuelgo uno de ellos, con el que inicié la publicación de un poema semanal en Periodista Digital, en la sección “Poesía a mi gusto y a mi disgusto”, a la que se seguiría “Poesía en domingo” que vengo publicando regularmente desde hace ya cerca de tres años. Es una poesía personal sin pretensiones de hacerse un hueco en el panorama de la poesía actual y que no se resigna sin embargo a vivir en el anonimato y en la oscuridad. Una poesía que traduce el pathos heroico que inspira a su autor, y un erotismo a la vez que pugna en cada poema por romper el corsé de la culpabilización, de lo que Nietzsche llama una moral con moralina, de la sumisión indigna y subalterna y de la postración (abyecta)

Poesía que promete y poesia que destruye a la vez, en un mismo pulso o pulsión, buscando superar un dicotomía célebre que cumplió su destino y selló a la vez su fracaso en la guerra civil del 36 interminable. Una poesía que ahonda a su vez sus raíces en las tradiciones más genuinas de la poesía en lengua castellana, en busca de formas métricas y de ritmo y rima que dan primacía a corrientes románticas o neorrománticas de la poesía occidental en los dos últimos siglos y privilegian la rima asonante y el octosílabo, el metro más concorde con nuestra tradición poética española, que se vio calificado de antiguo de “respiración natural de la lengua castellana”


La Noche
(poesía a gusto y a disgusto)

La noche arrastra mala reputación (de nazi) Pero antes de eso fue romántica, y medieval...y jacobea, y bizantina (como la media luna) (...) Por todo eso y mucho más, se merecía este poema, a mi gusto

La noche me daba miedo
más que a los otros niños
nunca supe bien por qué.
Por la noche de tormenta
aquella tal vez, de pronto
el cristal roto de un golpe
de viento, el mes de junio
fiesta de San Antonio.
Me daba miedo la noche
oscura, el quedarme sólo
hasta que al final comprendí,
le cogí el secreto, aprendí
a conocerla, a encontrar
la luz y el fuego (sagrado)
entre las "selvas" umbrías
y al fondo de los senderos
¡Un matinal como yo soy
perdido siempre en la noche
tantos años de mi vida!
Mi segunda o mi tercera
patria chica, el cielo raso
y la noche oscura y sola
de una vida de destierro,
rumbo al exilio cada vez
al amanecer desierto
y aciago y macilento.

Noche grande, alta y bella
la noche de luz aquella
colgada de la bahía
como un rincón de cielo
entre Irún y Fuenterrabía
que se metía en el bolso
o encerrados en su seno
la celda de tan altos techos
y sus ventanales inmensos,
de aquel convento de frailes
desahuciado y renqueante
como varado en la pleamar
del galernazo conciliar
(el tardo/franquismo tardío,
año del Setenta y Cinco)

¡Manos de santo la cura
de noche y de miedo aquella!
Veinte días y sus noches
a solas con mis fantasmas
¡Ejercicio espiritual,
gimnasia de la memoria!
y de la mirada interior
del tiempo que se me iba
y del que no pasa también
¡Ni un alma lejos en redor
en aquel caserón vacío
-¡"Espagnol, arpenteur de nuits"!-
en plena pampa argentina!

¡Y a fe mía que soy así!
Rara avis -¿border/line?-
devoto/obseso y profeso
de la madre/noche (a solas)

Noches del mar del Norte
de la autopista de Brujas
en vísperas de navidad.
Noche de mi adolescencia
aquellas aulas y claustros
de aquel valle de los muertos
de aquel reino de tinieblas,
Madrid ocre bajo el neón
y un país en cuarentena
-cara a la fiebre amarilla-
en el estado Opus Dei
¡Inicios de los setenta!
Noche de mis años idos,
disfrazado de un sudario
de derrota y decadencia
hibernando sano y salvo,
vivo y "semper idem" aún
¡con mis sueños y recuerdos!

Largos años de errancia,
vida o muerte, día y noche,
suspendido del balancín
entre los cielos y tierra
arropado por la Noche
maternal y acogedora
de conjuro de amenazas
y refugio contra las sombras.
Del espectro de la Infamia
ella fue quien me salvó:
¡sus luces de candilejas!
Y por eso no la olvido

¡Noches de hoy noches de ayer
cuando mi juventud se fue!
(¡Bienvenidos mis sesenta!)
Grande Noche boreal
frontera del bien y del mal
mi atavismo "noruego",
mi sino extraño, ¡mi gran pasión!
¡Qué vuelo de arco mi vida!
Como el de León Degrelle
...pero sin las alas rotas
y con billete de vuelta
aún sin marcar la fecha
(en vuelo/barato Ryan Air...)
¿Puerto de arribada Ostende
de mi larga travesía
cuando la noche me venza?
¡Pobre de mí, extranjero
en una tierra irredenta
nacido bien a destiempo
con in/ri de infamia/inocente!
...
Y errante
y cazador de estrellas
y poeta,
y "paseísta"
y "sacrílego"
y "memorión"
...
¿Y esclavo también de mi "ego"?
A fe mía que no lo sé!
¡Pero ni fui cobarde
ni fui un traidor!
(¡Y por eso, la Noche me adoptó!)

Publicado en la blogósfera Periodista Digital el 28 de noviembre del 2010

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