domingo, diciembre 14, 2014

¿TANIA SÁNCHEZ PASIONARIA EN CIERNES O MOSQUITA MUERTA?

Arconovaldo Bonacorsi, el conde Rossi, procónsul o virrey fascista (o qué sé yo) de la isla de Mallorca el primer año de guerra. Alguien que conocía bien a las mujeres –que le admiraron y aclamaron (a las pruebas me remito)-, según se deduce de una novela biográfica que le esta dedicada (“La noche del diablo”) “Será siempre un pardillo, Julián. Ninguna mujer va obligada nunca a ninguna parte", le dijo al capellán español que le impusieron –para su salvación espiritual- las autoridades de la isla. Y Tania Sánchez está jugando ahora –lo mismo mutatis mutandis que las milicianas aquellas apresadas durante el desembarco rojo en la isla, por las que el cura intercedía-, el papel de compañera fiel (en política) de Pablo Iglesias, por/amor tal vez y también porque le da la real gana. Y como tal hay que juzgarla, por separado, por lo que es y por lo que puede llegar a ser, ella solita. ¿Una nueva Pasionaria?
Tania Sánchez, la compañera sentimental de Pablo Iglesias, de lo poco que la he visto –en video- me parece una mujer joven (que lo es) sin duda inteligente y muy preparada para la vida moderna –en política me refiero- como lo habrá demostrado hasta ahora y me parece también una joven triste con un halo de tristeza y melancolía inseparable de su semblante aun cuando sonríe y se le iluminan un poco esos ojos azules de un azul claro de otoño para expresarlo con eufemismos.

Los enrabiados (enragés) de mayo francés del Sesenta y Ocho se caracterizaron por aquello mismo por lo que se verían inmortalizados –por el nombre-, esa rabia incontenible que estuvo a punto de derrumbar un estado tan sólido y tan a prueba de embates y embestidas como la V República (del General De Gaulle) y con la que se retratarían con creces en la ocupación del teatro Odeón y de la Sorbona y el rastro de mugre y destrucción y de caos y de anarquía en todos los aspectos que dejarían a su paso.

Los indignados españoles sucesores descendientes o herederos ideológicos de aquellos no se habrán mostrado tan rabiosos, salvo en los momentos más álgidos de la indignación callejera como en el 23-S o al final de la manifestación entre Colón y Cibeles el pasado 22 de marzo, aunque la pregunta se admita si eran indignados genuinos o elementos en mayor o menor medida externos a la indignación propiamente dicha. Los indignados del 15-M (y asimilados habrán mostrado en cambio unos rasgos psicológicos (colectivos) un tanto diferentes de los enrabiados franceses de hace cuarenta años, en menos rabiosos y más imprevisibles y como tal mas insidiosos y psicológicamente agresivos (y obsesionantes)
¿Una Pasionaria en ciernes la novia o compañera sentimental del líder de Podemos? Todo es posible, nada hay imposible en la Historia como escribió Dominique Venner, pero para ello lo metafísicamente posible -como diría Heidegger- tendría que volverse realmente posible –a saber, una vuelta al 14 de abril- algo que muchos estamos resueltamente dispuestos a impedir por todos los medios, por el bien de ellos (y de ellas) –para que no le cojan el gusto a la sangre (como le ocurrió a la Pasionaria) entre otras cosas-, aunque no se lo merecen
Alguien los caracterizó con ocasión de algunos de los (muchos) actos de protestas callejeras que protagonizaron de una manera que hacía pensar en ciertas formas de esquizofrenia (individual o colectiva): festivos, irónicos, e incluso alegres y divertidos –y de apariencia absolutamente inofensiva- en un momento dado, para de golpe transformarse en fieras indignadas o poco menos justo un instantes después, y me lo ilustraría el incidente que selló el principio el fin de su fracaso –como aquí ya lo dejé sentado en la madrugada del 14 al 15 de mayo del 2012 en la Puerta del Sol cuando se pusieron a jalear histéricos a un joven marroquí que acababa de acuchillar –no cabe otra expresión- a uno de los manifestantes que llevaba puesta una carreta de Anonymous que empezó a sangrar por el cuello como un eccehomo de lo que atestiguaría más tarde el costurón (enorme) que acabó mostrando -siempre encaretado- a los medios.

La injusticia les indigna y les produce una rabia helada a los indignados “nueva generación” y la sangre por lo que se ve les pone a tope y les enardece y le enrabia “en caliente”, así de podría describir su comportamiento (colectivo) De tomar nota por cierto, para el caso que en España se ponga a correr la sangre como en los tiempos de la República del fango y de las lágrimas que ellos tanto anhelan, antes de hacerlo en las trincheras y en campo abierto. Que así no sea. Con lo que quiero decir que pese a su rostro femenino y a sus ojos azules y a la sonrisa –un tanto pálida y triste- que a veces luce la novia (o lo que sea) de Pablo Iglesias, me da un poco de miedo (un decir) cuando se pone a pontificar dogmática o a descalificar o a amenazar ante las cámaras.

Decía el conde Rossi, gobernador fascista (italiano) de Mallorca o algo así los primeros meses de guerra –o así se lo hace decir el autor de una novela histórica en él basada (“La noche de diablo”)- y se lo decía a su capellán español ( director de conciencia) “que ninguna mujer va obligada nunca a ninguna parte”, y Tania Sánchez está haciendo el papel de novia o compañera fiel del Mesías de Podemos porque le da la real gana a todas luces, quiero decir que hay que juzgarla y analizarla (políticamente) por separado, independientemente de lo que se puede pensar y concluir de su compañero.

Rivas-Vaciamadrid -donde tiene asentados su reales la reina de Podemos- es un municipio emblemático de la cintura roja madrileña (como se decía antes) Soy madrileño de nacimiento, que conste, pero ese Madrid de vertederos –con perdón- me escapa casi por completo, digo casi porque me tome no obstante el esfuerzo -tal vez (interiormente) por el qué dirán- de darme por allí un garbeo en el metro madrileño (marca PP) en una de mis visitas fugaces a Madrid hace ya tres o cuatro años, no me paré allí y seguí hasta Arganda del Rey que era el objetivo último de mi excursión, capital de aquella comarca -con todos los derechos-, pero el viaje en metro me sirvió para tomarle un poco la temperatura al paisaje de aquella zona, un tanto atormentado de por lo castigado por la erosión y las sequías- y no dudo que ese como cualquier otro municipio de España tenga sus encantos ocultos que solo sus habitantes conocen, ese desgarro por ejemplo de los atardeceres de Castilla que cantó Francisco Umbral en prosa, pero se me ocurrió entonces al pasar por allí que  un entorno ambiental como aquel tan desgarrado y desgarrador de desmontes y barrancos -que no se sucedía otra cosa por la ventanilla del vagón, hasta el punto que hacían daño a la vista del viajero (madrileño)- no se prestaba mucho a la poesía que promete, para qué ocultarlo.
Manifestantes en la operación “Jaque al Rey” (28 de septiembre del 2013) convocada -con el objetivo de asaltar (sic) el Palacio Real- por la misma coordinadora que orquestó un año antes la operación Toma del Congreso (25-S) Y en la que sin duda se emplearon a fondo los de Podemos y sus amigos. Eran ya los rescoldos de la indignación callejera marca 15-M, no es óbice que se produjeron incidentes durante la marcha reveladores en extremo de la descoordinación en las líneas de mando entre las fuerzas del orden, como cuando dos agentes se vieron agredidos por uno de los manifestantes –un viejo que enarbolaba una bandera republicana y que se lio a astazos con ellos mientras que se veían acosados por otros manifestantes que les rodeaban-, por lo que acabaron presentando una queja contra su superior inmediato por indefensión y desamparo y falta de consignas claras y precisas. El mismo problema de descoordinación y cacofonía y desbarajuste de los niveles de poder correspondientes se habrá puesto de manifiesto por los ataques a la ley de seguridad ciudadana y las acusaciones de algunos de falseamiento –en la exposición de motivos de la nueva ley- de los datos sobre actos violentos de protesta callejera en los últimos tres años, apoyándose en datos (obviamente menos creíbles, por supuesto) del ministerio del Interior que parecían contradecirles. Lo que da una idea de la vulnerabilidad del estado de derecho en España las horas que corren y del dramatismo extremo y de lo incierto e imprevisible de la situación por la que atraviesa el orden institucional en grave peligro de derrumbe desde más de tres años, cuando dio inicio el último capítulo de la guerra civil del 36 (de los Ochenta Años)
Con lo que quiero decir que puestos a buscárselas le encuentro no pocas excusas a la Ninfa Egeria (un decir) del partido Podemos, y quiero decir con eso también –aquí ya todos lo han adivinado hace un rato- que ni me convencen ni me intimidan ni me impresionan, aunque los sondeos les prometan el oro y el moro, y aunque al decir de algunos “el auge de Podemos conviertan en oro todo lo que tocan” con esos “caganer” (qué nombrecito) con la figura del Mesías indignado, que dicen que están teniendo grande éxito en Cataluña. Y también aunque estén metiendo ruido en la Eurocámara ahora con la nueva ley de Seguridad Ciudadana, que no habrá sido necesaria para condenar por vandalismo y otros delitos a Alfón, compañero de viaje de Pablo Iglesias, y paisano suyo (uno y otro de Vallecas)

Una ley bien razonable habida cuenta del contexto de crispación y amento de la violencia callejea y ciudadana en los últimos tres años algo evidente por mucho que ciertos medios afines a los indignados quieran rizar el rizo de las cifras del ministro del interior y de las que invoca el texto de la ley. Hubo violencia callejera esos últimos tres años y medio en España como no la había habido desde los tiempos de la transición –hasta el 23-F- y lo afirmo con la seguridad y la convicción que me da el observatorio del que dispongo y me refiero en particular a este blog y al anterior de Periodista Digital en donde como todos mis lectores podrán atestiguarlos habré venido siguiendo y comentando en caliente la actualidad española y mundial) más candente en un seguimiento y una atención in crescendo que se podría datar a partir de la huelga general del 29 de septiembre del 2010 que pasa entre los analistas como uno de los antecedentes inmediatos de la eclosión del 15-M de los indignados, que fue cuando caí en la cuenta sin duda sintiendo vagamente que los tiempos y los vientos estaban cambiando y que por lo tanto que tenía que enfocar de una forma más atenta y diligente en lo sucesivo la actualidad política al precio de verme obligado a descuidar la actualidad cultural y literaria en la que hasta entonces me había mayormente concentrado.

El tiempo me dio la razón de lo que se avecinaba. Nada menos que un resurgir –en una forma casi cruenta (y dio bien casi)- de la guerra civil del 36, la guerra de los Ochenta Años como la tengo aquí (re) bautizada. ¿Una Pasionaria en ciernes la novia de Pablo Iglesias? Si no lo veo no lo creo, pero todo es posible, que como dejó sentado Dominique Venner la historia no conoce determinismos y el pasado que no fue posible puede serlo hoy, todo depende de lo que entendamos por ese pasado, estamos de acuerdo. Por la paz que no fue posible o por la derrota de los rojos en la guerra civil que era en un principio algo casi imposible y que se labraron a pulso los propios interesados.

Tania e Iglesias y sus amigos quieren a todas luces ochenta años después ganar a guerra del 36. ¿Posible? Sí, por supuesto metafísicamente como diría Heidegger. Si no fuera porque algunos –muchos más numerosos de lo que parece- estamos resueltamente decididos a impedírselo. Y cuanto más se empecinen más numerosos seremos nosotros en nuestro empeño. Al tiempo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De esa señorita poco puedo decir salvo que he visto una fotografia en la que ella aparece junto a unos accesorios que la definen como vulgar joven burguesita...un oaquete de cigarrillos un telefono movil y creo recordar, en su bolso...un lazo con los colores rojo-amarillo-morado...
Escribo "morado" y no violeta, porque a ciertos rojillos/as/es, les va mucho lo moruno...162

Juan Fernandez Krohn dijo...

Burguesita como tú dices en la medida que tanto ella como su novio forman parte lo quieran o no, ellos también, de la casta. Quien los vio y quien le ve, a los suyos me refiero. Ganadores del capítulo de guerra civil que eso fue en el fondo la transición y todas las violencias que trajo consigo. Andaban de emigrantes (como yo) –por culpa de ellos (que me cerraron todas las puertas, en el 85)- o haciendo jornales hasta no hacia mucho y de repente se les abrió el cielo, y se pusieron a comprar pisos como locos y a firmar hipotecas. Con su pan se lo coman, ya digo. Pero que sepan que a algunos ni nos intimidan ni nos dan el pego, porque el que ganaran aquel capítulo de la guerra civil no quiere decir que vayan a ganar el que se está jugando ahora (en España y fuera de Españas) Un cordial saludo