miércoles, diciembre 24, 2014

GUERRA DE LOS OCHENTA AÑOS (DEL 36) EN ESCAPARATES Y ESTANTERÍAS MADRILEÑAS

El general Emilio Esteban Infantes mandaba la División Azul durante la batalla de Krasni Bor. Tras la que se vería condecorado por el general Lindemann, jefe del 18 Ejército alemán, que asediaba la antigua capital imperial rusa. Los españoles con su actuación heroica –que salieron diezmados del empeño- evitaron un nuevo Stalingrado a los ejercitos alemanes un mes después apenas del desenlace de la batalla célebre. Obras voluminosas y de cuidada presentación sobre la División Azul resaltan en librerías y estanterías madrileñas estos días de Navidad. Botones de muestra elocuentes de la resurgencia de la guerra de memorias que acompaña fatalmente a la guerra de los Ochenta Años del 36 (de una guerra civil que todavía dura)
Desde Madrid en donde me encuentro deseo a todos mis lectores unas felices fiestas navideñas

Cada vez que vuelvo a Madrid –como ahora (siempre por pocos días)- le cojo todo lo que puedo la temperatura editorial a la Villa y Corte en escaparates y estanterías de algunos grandes almacenes. Al papel le quedan dos días, llevan ya hace un rato asegurándonos. Y tal vez no se acabe revelando exacta al final la profecía, es cierto no obstante que algo debe querer decir de premonitorio o de sintomático ese desinterés y desgana -en mí sin duda como a tantos otros- que me invade de pronto de un tiempo a esta parte por las novedades editoriales y por las obras más vendidas.

La guerra civil fue la vedette durante años, ahora parece que le ha arrebatado la narrativa el estrellato. Narrativa sobre la guerra civil era la mezcla sugestiva y explosiva que nos encandilo a mí y a otros de la obra de Umbral, y tras él se diría que uno y otro género han andado por caminos dispares y de lo más alejados uno de otro.

Una excepción no obstante entre los temas o materias de actualidad en el mundo editorial, lo es la politología que habrán puesto de moda los politólogos de la Complutense, de Políticas de la Complutense (de Somosaguas) que me diga, en la mente de todos.

Pablo Iglesias es un hábil presentador y tertuliano, no deja de ser sin embargo bastante ágrafo como decía Umbral de la nueva glaciación (sic) del régimen, léase de los franco falangistas que sucedieron al núcleo de los "puros" –los laínes como él los llamaba- de los más cercanos al fundador. Con lo que se refería sobre todo a Girón, hábil orador, pero del que no se conoce producción escrita alguna salvo una excepción de marca mayor, el llamado “gironazo” –¿lo escribió él?-, un artículo retumbante que publicó en abril de 1974 en el diario Arriba –pocos días después de estallar la revolución portuguesa de los claveles- de un impacto innegable en la política y en la sociedad española de entonces.

He estado ojeando los títulos que se están vendiendo en Madrid estos días del fundador de Podemos, y el balance no puede ser más raquítico, una obrita de un centenar de páginas (si llega) de coordinación (sic) a base de artículos de otros epilogada por el mesías, y una extensa entrevista que le concedió un periodista madrileño sobre temas de politología, no he visto más “obras” de Pablo Iglesias estos días en Madrid, a pesar de que nos lo estén vendiendo como un gran pensador que tal vez lo sea no digo que no, o digamos mas bien un comunicador en el marco de los laboratorios (universitarios) de las ideas –“en inglés “think tank”- pero desde luego no un creador (ni con la pluma ni con la tecla me refiero)

Otro tema que escapa a la atonía ambiente –del lector tipo (en el que me incluyo)- lo es el de la guerra de los Ochenta Años del 36, la versión mas actual de la guerra civil española, en uno de sus capítulos más álgidos a saber el de la División Azul dos obras importantes de cuidada presentación surcan escaparates y estanterías madrileñas estos días navideños. Una de ellas de la fase final la más trágica y sangrienta y heroica de la división española de voluntarios con la foto emblemática en extremo en la portada del general alemán Lindemann jefe del 18 Ejército alemán que asediaba Leningrado y al que los soviéticos tenían prometido la misma suerte que a sus compañeros de armas de Stalingrado que frustró la actuación heroica de la División Azul -que salió del trance diezmada- en la batalla de Krasni-Bor.

Y la otra, centrada en los últimos en volver, la Legión de Voluntarios Españoles –“la Legión Azul”- y de su jefe el coronel Antonio García Navarro. Resurgencia misteriosa –desde ya hace años- de la memoria de la División Azul. Novela histórica sobre la guerra de los Ochenta Años lo es también una obra –“El Impostor”- del autor de Soldados de Salamina sobre un pretendido superviviente del campo alemán de concentración de Mathaussen.

Y otra novedad editorial lo es la reedición en volúmenes separados de los Episodios Nacionales de Galdós del que Umbral abominaba. Galdós es la memoria oficial del liberalismo decimonónico español y desde ese punto de vista se puede decir que su obra en materia histórica es como una pesada losa que tiene cautiva desde hace mas de un siglo la memoria histórica de los españoles. En mi infancia madrileña me ocurría pasar a menudo delante de una de las viviendas que ocupo Galdós en su etapa madrileña, en la calle de Hilarión Eslava en Arguelles que ya no es Arguelles como aquí lo tengo sobradamente explicado. Y debo decir que la lápida conmemorativa en memoria suya me inspiraba poco por no decir nada.

Descanse en paz la memoria de ese notario de nuestra historia oficial, que va desde hace más de un siglo de padre de la patria. La guerra de los Ochenta Años como aquí a lo tengo en detalle explicado se ve doblada de una guerra sorda de memoria. Y lo mismo que sobre la acampada de Sol del 15_M gravitaban (pesadamente) los acontecimientos –sangrientos de siglo y medio antes de la noche de San Daniel al que Galdós dedicó uno de sus episodios, en la ofensiva mediática de Podemos subyace (mutatis mutandis) una memoria del liberalismo español del Diez y Nueve que es fondo de comercio esencial de la izquierda española y de su versión mas reciente y actual encarnada en el movimiento que dirige Pablo Iglesias.

Nada trivial ni anecdótico ni fortuito o casual pues esa resurgencia de la obra del "garbancero" como llamaba Umbral al autor de los Episodios Nacionales. Un autor de mesa camilla que registró minuciosamente y catalogó (a tanto la línea, como le reprochaba Umbral) todos los malentendidos y “desencuentros" –y fracasos- de la convivencia entre españoles en una época crucial de nuestra historia.

2 comentarios:

Adán Moreno dijo...

Feliz Navidad y feliz estancia en Madrid. Que tengas un feliz año 2015. Un saludo camarada.

Juan Fernandez Krohn dijo...

Gracias, Adán, no me dejan indiferente tus muestras de amistad y de camaradería, te lo puedes Creer. Felices fiestas y un feliz y próspero año nuevo también para tí, camarada