jueves, junio 05, 2014

"PODEMOS" Y LA GLOBALIZACIÓN ¿VICTIMAS O VERDUGOS?

Los indignados de Podemos (y los del 15-M) son tan "víctimas" de la globalización como lo eran los indignados del mayo español del 68, del estado español de entonces. Víctimas más bien de los mitos y encantaciones que heredan o arrastran de sus padres (ideológicos)...e incluso de sus abuelos
No hay mal que por bien no venga, como dijo o dicen que dijo Franco tras la muerte (asesinado) de Carrero Blanco. Y lo mismo que la amenaza de la globalización trae fatalmente consigo un resurgir de la afirmación de su propia identidad en los pueblos y naciones más directamente amenazados por aquella como sucede en todos los países a los que dio a luz la civilización europea, el triunfo de Podemos en las elecciones del pasado día 25, ofrece nuevas luces y enfoques sobre ese fenómeno de la globalización de perfiles y ribetes tan oscuros e imprecisos.

Análisis profundos y no pocos pertinentes sobre el triunfo electoral de esa nueva formación arrastran en paralelo otro análisis subyacente sobre un fenómeno que guarda una relación como de cuasa a efecto con aquel o en un orden de sucesión en el plan cronológico aunque solo sea como lo es el del 15-M y de los indignados. Y si se podría formular de una certeza apodíctica que el triunfo del Podemos habrá tenido de condición sine qua non el fracaso rotundo y no menos estrepitosos del 15-M, unos y otros, los indignados de 15-M y los de Podemos se ven presentados en los análisis a los que más arriba hago alusión como una respuesta a la globalización de la que los protagonistas de aquello serían las primeras víctimas.


Jóvenes pertenecientes a movimientos identitarios franceses ocupando la mezquita en construccidon de Poitiers en el aniversario de aquella victoria contra las hordas invasoras decisiva en el destino de la civilización europea, hace dos años. Las primaveras árabes coincidieron nota bene con el 13 Centenario -en el año 711 (...)- de la invasión árabe de la Peninsula y se vieron precedidas de un intenso flujo turistico, el de un sector (significativo pero estrictaente minoritario) de la juventud española -por las rutas del haschisch-, en direccion de los países del Magreb y del Oriente Próximo (en particular hacia Marruecos, Siria y el Yemen)
No es exacto, o no me lo parece. A menos que se esté usando la palabra victima en un sentido figurado haciéndola extensivo a las víctimas de las encantaciones y espejismos que la globalización trae consigo. Los hechos nudos rebaten esa interpretación en lo que tiene de simplista (y de propagandística)

El 15-M –un dato que me fue confirmado de primera mano en las últimas horas- nació entre okupas del barrio de Malasaña de Madrid, cuna de la movida madrileña de los años de la transición, que no parecen así a primera vista más víctimas de la globalización de lo que lo eran o pretendían serlo del estado español -en tiempos del tardofranquismo- los indignados del mayo español del 68, padres o abuelos (ideológicos) de los indignados de ahora.

Como sea, el mito de la aldea/global amenaza –de muerte- directamente nuestra identidad, tan individual como colectiva. Y el resurgir -en respuesta fatal e ineluctable a esa amenaza- de la identidad individual como colectiva trae consigo mutáis mutandis un nuevo código o sistema de valores entre los que destaca como un nuevo decálogo contrario o alternativo al de las luces (y de la Democracia) que tiene como principio supremo e inamovible del derecho a la identidad de los pueblos, y a reaccionar en consecuencia contra todo lo que les pone en jaque o en entredicho.

Podemos (el 15-M) y la globalización. Víctimas o verdugos ?

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