domingo, junio 29, 2014

Canto del Nibelungo (poesía en domingo)

La Gran Guerra ¡Cien Años ya!
El pasado que no pasa
y sabe quién si pasará
prostrado como quedó entonces

Todo un mundo que se hundió
con los disparos aquellos,
que yo vi al fondo, de golpe,
hincado (o caído de pie)
o intuí o presentí (o aluciné)
en lo hondo del lago aquel
de alta montaña en Suiza
y llevé guardado hasta hoy
en lo hondo del espejo
virgen de una mente joven,
sin acordarme apenas de él
¡Y he le aquí, mira por donde!

Me pongo ahora a escribir
o a evocar y recordar
(casi lo mismo para mí)
en busca de un tiempo/perdido
que no se perdió del todo
¿De dónde si no esa pulsión
que me lleva a buscarlo
en lo hondo de mí mismo
mente adentro (verso a verso)?

¡Amor Fati! ¡De un Dios Fátum!
Que impone al Hombre el Instante
entre el Pasado y el Futuro:
la nueva luz, la nueva fé
que traje del bosque oscuro.

De un sagrado/peregrinar
extraviado, perdido
entre sombras (¡mis fantasmas!)
más allá del romanticismo (…)

No me impresiona tu éxito.
Ni me choca ni sorprende:
que estaba marcado en los astros
que sólo nos encontraríamos
de vuelta de tu triunfo,
triste y sola (te estoy viendo)
entre sarcasmos y risas
por detrás de los cumplidos,

Que te vería y te recogería
como en volandas, de paso,
unciéndote así a la rueda
del destino (tuyo y mío),
al carro de un dios con alas
hasta hoy desconocido.

Dios Fátum de las batallas
que renace eternamente
y te traerá de nuevo a mí
como trajo a su patria otra vez
al navegante, al rey cruzado.
Y que sabrá darme el premio
de la Victoria total (Heil!)
Él que me devolvió la Fe,
el sello de los ungidos
De vuelta de las derrotas
En vuelo acrobático (astral)
Como el del Peer Gunt
(de mi “antepasado” Grieg)
Igual que un nuevo Sigfrido.

(Tarde o temprano, la mujer
-reza el proverbio francés-
cumple su noble/destino
Y a tí, de vuelta, dulce “Solveig”
te ofrezco rendido estos versos)

(“El Canto del Nibelungo”)


Curiosa, fútil ¿Celosa?
¿De quien? (¿O me sé la razón?)

¿O bullendo acaso inconsciente
como un gatito jugetón
que cuando llega ya se ha ido?
(Así asomaste estando yo)

Te había visto antes mil veces
antes, tú a mí también ¿O no?
¡Niña y mujer como tú eres,
yo en cambio un poeta (y soñador)

Siempre en las nubes, pensaste
¡La mirada lejos, sí señor
mas de noche todo oidos
siempre atento y ojo avizor! (...)

Fijaste en mí tus ojazos
no una vez sólo ni dos
que a eso no os gana nadie (...)
antes de descubrir un poco tu Yo

Y ya me iba de nuevo
cuando oí por dentro una voz,
y fue que supe tu nombre:
me lo dijo un angel veloz

¡Insolito y femenino!
¡Qué gracia me hizo! ¡Voto a dios!
Como un juguete o un muñeco
que brinca (¡Como un Yo-Yo!) (...)

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